NOTAS DEL REPORTEO. La campaña que se viene

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La elección de las/los 50 integrantes del Consejo Constitucional será decisiva en cuanto a la correlación de fuerzas ideológica/política que tendrá el órgano donde se redactará el nuevo texto constitucional. Parafraseando a un dirigente de la izquierda chilena, la nueva Constitución será expresión de la correlación de fuerzas políticas en la sociedad chilena. Los calves de los comicios del 7 de mayo. Hasta ahora no se ha visto nada de propuestas constitucionales. Casi todas las entrevistas y vocerías de candidatas/tos giran en torno de temas políticos contingentes. Se viene una competencia intensa, dura, de minuto a minuto, donde los errores no forzados serán fatales, y los aciertos serán decisivos.

Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 2023. 1.-La elección de las/los 50 integrantes del Consejo Constitucional que se efectuará el 7 de mayo próximo, de manera paritaria, será decisiva en cuanto a la correlación de fuerzas ideológica/política que tendrá el órgano donde se redactará el nuevo texto constitucional (la segunda propuesta que se entregará al país en un año), con todo lo que eso implica. Quienes resulten electas/electos no son neutrales, asépticos, ajenos a posiciones de ideario y proyecto-país.

2.-En base a aquello, no es menor constatar que las candidaturas representan prácticamente en un 95%, a orgánicas de conglomerados/partidos políticos. Y de repente la gente parece convocada a votar por esas representaciones, más que por propuestas constitucionales. Parafraseando a un dirigente de la izquierda chilena, la nueva Constitución será expresión de la correlación de fuerzas políticas en la sociedad chilena.

3.-En una diferenciación de lo que fue la elección de la pasada Convención Constitucional, ahora las/los electores están ante opciones nítidamente expresadas como representaciones de conglomerados/partidos políticos más que representaciones ciudadanas. Todo hace presumir que se votará más por identidad/sensibilidad respecto a las fuerzas políticas orgánicas, que por representación ciudadana y de la sociedad civil. Más que votar por propuestas de contenidos de una nueva Constitución, en la práctica se votará por partidos y sus candidatas/tos. El voto será obligatorio, colocando al menos a entre 4 y 5 millones de electores entre los llamados indecisos. El mecanismo de elección es similar al que se usa para elegir al Senado, lo cual, según expertos electorales, sobrerepresenta y subrepresenta a varias regiones, y favorece a la derecha dada la historia electoral de los últimos 30 años. La campaña será territorialmente muy extendida, pero corta en el tiempo. Segmentos como pueblos indígenas e independientes quedaron prácticamente fuera del proceso electoral. Se da una paradoja, dado los tiempos que corren, en que las/los candidatos más conocidos tienen en cantidad considerable más de 60 años, y un gran porcentaje de postulantes al Consejo son desconocidos masiva/comunicacionalmente, sobre todo las/los menores de 40 años. Distintos analistas consideran que la desafección/indiferencia hacia este proceso electoral -como en general respecto al actual proceso más constitucional que constituyente- puede tener un impacto negativo (pese al voto obligatorio) y, como sea, muchas/muchos irían a votar con desgano/disgusto.

4.-Se coincide en varias columnas, entrevistas y análisis, en que específicamente para los sectores transformadores, progresistas y de izquierda estos comicios son un desafío de alta intensidad. Que pasaría al menos por tres factores incidentes: lograr elegir al menos 21 consejeras/consejeros y ojalá más, para equilibrar la correlación de fuerzas en el Consejo; convocar a la base militante/simpatizante del sector y a las/los desafectos; desarrollar una campaña creativa, motivadora, nítida/sencilla en los contenidos y las estéticas, de impacto en grandes sectores de la población y no concebida para ciertos nichos. En ello, de nueva cuenta, se señala que el trabajo territorial, abierto socialmente, la labor de RRSS y el aprovechamiento complementario de distintos medios (radios, impresos, medios comunitarios y comunales, espacios de organizaciones sociales y sindicales, plataformas para videos/producciones), serán complementariamente decisivos. En ese camino se supone diseños muy atractivos de las candidaturas en cada región, sobre todo de quienes son menos conocidos o desconocidos para el electorado. En el caso particular de la lista “Unidad para Chile”, estará el asunto de saber diferenciarse de la otra lista vinculada al oficialismo.

5.-Hasta ahora prácticamente no se ha visto nada de propuestas constitucionales. Casi todas las entrevistas y vocerías de candidatas/tos giran en torno de temas políticos contingentes, en confrontaciones con otros sectores, en tono personalista y retórico. Se podría pensar que iniciada la parte formal de los tiempos de campaña aparecerán las propuestas constitucionales que permitan, al menos a algunos segmentos de las/los electores, votar a conciencia por postulantes que tengan claridad en la difusión de lo que esperan sea el nuevo texto constitucional. Pero se aparece el peligro de que la campaña gire en torno a disputadas partidarias, a confrontaciones políticas contingentes o sectoriales, y se dejen de lado propuestas/contenidos vinculados explícitamente a una nueva Constitución. Quizá un aristas que algunas/algunos candidatos podrían potenciar: alejarse de disputas políticas confrontacionales y acercarse a ser propositivos respecto a la nueva Carta Fundamental.

6.-Como sea, marzo y abril serán decidores para los respectivos equipos de campaña, donde no hay mucho tiempo para establecer coordinaciones/contenidos de impacto, alcance, creativos, precisos, llamativos y que pongan sobre todo acento de las/los candidatos para aumentar la posibilidad de electividad. La nota contradictoria o no, es que hay que motivar a que la gente vaya a votar, y luego convencer para que vote por la opción que se promueve. Una vez más, los sectores transformadores, de izquierda y progresista pagarán los platos rotos de haber abandonado en lo concreto el desarrollo/potenciamiento de medios de comunicación y trabajarán en desventaja, incluido las desproporciones que seguramente existirán en recursos para RRSS y otros instrumentos. Sin olvidar que las “noticias falsas” volverán a aparecer (ya se está diciendo que la lista “Unidad para Chile” es similar a la “Unidad Popular” y que algunas/nos de sus candidatos están por “la refundación de Chile”). Los comentarios y análisis en medios dejan claro que se viene una campaña intensa, dura, de minuto a minuto, donde los errores no forzados serán fatales, y los aciertos serán decisivos.