11 de julio, Día de la Dignidad Nacional. Cuando se nacionalizó el cobre

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La nacionalización de la gran minería fue lograda además a través de una enmienda constitucional que fue aprobada por unanimidad en el congreso chileno el 11 de julio de 1971. No hubo ni un voto en contra. Ni uno. Fue por cierto un momento histórico forjado a través de las luchas del pueblo de Chile y llevado a fruición por la izquierda unida bajo el liderazgo de Salvador  Allende. Los actos masivos, alegres y populares celebrados en varias ciudades y minerales del país.

Tomás Irlanda. 10/7/2023. La nacionalización del cobre fue desde hace muchos años, una profunda y sentida aspiración del pueblo chileno. Podemos decir que la nacionalización de nuestros recursos naturales fue parte substancial de la historia misma de Chile.Fue desde luego el resultado de un largo proceso político y  legal que culminó con la “chilenización” del cobre bajo la administración del presidente demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva en los años ‘60 y finalmente con la nacionalización del cobre bajo la presidencia de Salvador Allende. La nacionalización del cobre y de la gran minería en general fue parte del programa de gobierno con el cual el presidente Allende fue democráticamente elegido en Chile en 1970. 

La nacionalización de la gran minería fue lograda además a través de una enmienda constitucional que fue aprobada por unanimidad en el congreso chileno el 11 de julio de 1971. No hubo ni un voto en contra. Ni uno. Fue por cierto un momento histórico forjado a través de las luchas del pueblo de Chile y llevado a fruición por la izquierda unida bajo el liderazgo de Salvador  Allende.  

¿Por qué una enmienda constitucional? En su discurso en Rancagua, el presidente Allende explicó la razón de haber seguido este camino para nacionalizar el cobre: 

“Unos sostenían que bastaba una ley. Nosotros dijimos que no, que era preciso una reforma constitucional. Era la única manera de deshacer la maraña jurídico-económica que nos amarraba con las empresas, terminar con los llamados contratos-leyes, los convenios y la ‘chilenización’, y la nacionalización pactada. También era fundamental que en esa reforma se fijara el valor de libro, las utilidades obtenidas por las compañías por el promedio mundial y el plazo para pagar las indemnizaciones”. 

El 11 de julio de 1971, día en que fue aprobada la enmienda constitucional en el congreso y se promulgó la ley que nacionalizó el cobre, fue declarado Día de la Dignidad Nacional.  

Ese día, el alcalde de Rancagua, Alfonso Orueta, ordenó embanderar la ciudad.  Se realizó un acto masivo en la plaza de Los Héroes de Rancagua, en el que participó el presidente Salvador Allende. Era un día de mucho frío pero de mucho calor humano y fervor patriótico. 

Los mineros llegaron a la plaza con carros alegóricos, pancartas y banderas en una fiesta grande de chilenidad y de orgullo patrio. Al frente de la columna de mineros  marchamos hasta ese sitio histórico con Armando Arancibia, Jorge Schönherr, Renzo Trufello, Waldo Medina y otros profesionales que se habían integrado a las tareas de fiscalización de la mina.

En las grandes minas del norte, hubo también una celebración multitudinaria. Nunca se había visto un acto de esta magnitud en esos lugares. En Chuquicamata se realizó un desfile gigantesco entre Calama y Chuquicamata con carros alegóricos y pancartas alusivas a la nacionalización del cobre. Un gran mapa de Chile hecho de cobre simbolizaba el cobre chileno.  El acto contó con la participación del Ministro del Trabajo, José Oyarce, el alcalde de Calama, Luis Villalobos, el gobernador Edmundo Checura, ejecutivos de la empresa, dirigentes sindicales y otras personalidades.

En Rancagua, el acto realizado en la Plaza de los Héroes se inició con un discurso del intendente de la provincia Vladimir Chávez, desde una tarima construida frente a la Catedral de Rancagua. Hicieron uso de la palabra también Orlando Moraga, primer vicepresidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre y Aníbal Rodríguez, a nombre de los supervisores. Luego habló el presidente Salvador Allende, quien  inició su discurso diciendo:

“Hoy es el día de la dignidad nacional y de la solidaridad. Es el día de la dignidad, porque Chile rompe con el pasado; se yergue con fe de futuro y empieza el camino definitivo de su independencia económica, que significa su plena independencia política…Chile va a nacionalizar el cobre en virtud de un acto soberano. Acto que incluso está consagrado en las resoluciones de las Naciones Unidas, que establecen que los países tienen derecho a nacionalizar sus riquezas básicas”.

Al escuchar el discurso vibrante de Allende y contemplar a los mineros que repletaban esa plaza histórica, con sus banderas y sus pancartas, no pudimos dejar de pensar que estábamos allí siendo testigos de un hecho también histórico. Luego de siglos de explotación y abusos, habíamos sido capaces de recuperar nuestro recurso básico más importante ¡Éramos dueños de nuestro cobre! 

Nuestro cobre.

El aire en esa plaza lo sentimos entonces cargado de un sentimiento indescriptible de orgullo. Orgullo de que entonces, en ese breve espacio de tiempo, nos hubiéramos sentido dueños de nuestro destino.