Disparen contra el PC

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Días de ataques a la colectividad comunista con aseveraciones como que realiza “funa y asesinato de imagen”, erosiona “el modus vivendi que dio sostén a la transición política”, y tiene “un curioso amor al odio”. Con afirmaciones como que unas 200 organizaciones de DDHH, sindicales y sociales son “asociaciones satélites” de los comunistas y que presionan y “le doblan la mano” al Presidente Gabriel Boric. Ahora que se habla tanto de analizar y revisar la historia, sería bueno recordar y asimilar todo lo que ocurrió cuando esas estigmatizaciones, caricaturas e imágenes se usaron para ir en contra del PC, antes y después del 11 de septiembre de 1973.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 10/7/2023. Los editoriales de El Mercurio y La Tercera de este domingo estuvieron dedicados a fustigar al Partido Comunista (PC). Para el primero, el PC ha recurrido “a la funa y el asesinato de imagen” y su actuación erosiona “el modus vivendi que dio sostén a la transición política” en Chile. El segundo diario tituló, “El presidente atrapado por el PC” y sostuvo que “llama la atención…que haya (Gabriel Boric) claudicado con tanta facilidad ante el PC y grupos afines”. Fuertes y no menores acusaciones. 

Todo a partir de la renuncia aceptada en La Moneda del escritor Patricio Fernández a su cargo de coordinador de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado por cuestionamientos a sus declaraciones sobre “razones y motivaciones” que hubo para la asonada militar de 1973. Renuncia exigida por 170 organizaciones de derechos humanos y colectivos sociales y sindicales, a los que el diario La Tercera definió como “asociaciones satélites” del Partido Comunista. 

Esos editoriales formaron parte de alrededor de 40 entrevistas, columnas, notas y editoriales aparecidos en los últimos cinco días en contra del PC, donde a partir del caso Fernández, se sostuvieron acusaciones hacia ese partido, como la de un abogado que afirmó que los comunistas hostigan “a personas que no militan en el PC ( ) hasta obtener que salgan de organizaciones de DD.HH. o de memoria vinculados a ellos”.

También se aseveró que para lograr la renuncia del exdirector de The Clinic, el PC y sus dirigentes efectuaron “fuertes presiones contra el Gobierno”, usaron “métodos estalinistas”, “le doblaron la mano” a Boric, recurrieron a “la práctica de la cancelación de una persona”, y un columnista estableció que los comunistas albergan “un curioso amor al odio”.

Entre medio, El Mercurio publicó una nota destinada a establecer que el exsecretario general del PC, Luis Corvalán, en su momento no descartó la vía armada, y se publicaron opiniones y análisis planteando cosas como que los comunistas critican la dictadura pero son negacionistas, se niegan a analizar el período de la Unidad Popular, y que si bien jugaron un rol “de ponderación” durante la administración de Salvador Allende ahora presionan a Boric junto a la ultraizquierda.

Un cúmulo de opiniones y acusaciones que, como se ve, van desde la discrepancia hasta la estigmatización, con afirmaciones como que los comunistas aman el odio, que erosionan la forma en que funciona la democracia, no analizan la historia, y apuntan a promover la violencia, en un camino que puede tener serias consecuencias, precisamente cuando se recuerdan los 50 años en que, entre muchas otras situaciones, se declaró ilegal al PC y cientos de sus militantes fueron desaparecidos y ejecutados. 

Esa línea de ataque al PC, que es algo distinto a las diferencias que se puede tener con la colectividad de la hoz y el martillo, salpicó a organismos de derechos humanos (DDHH) que son varios más que las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, y a colectivos sindicales y sociales como la ANEF, diciendo que son “satélites” de los comunistas.

En rigor, todo centrado en el episodio de la salida de Fernández, en torno de lo cual, como lo señaló un columnista muy distante de posturas del PC, hubo un debate a partir de distintas opiniones e interpretaciones. Sin dejar de lado que el día que se supo de su renuncia, se conocieron otras declaraciones del escritor como que “apoyar el golpe de Estado en 1973 es algo comprensible”, y que algunos “desearan el golpe me resulta comprensible…”. Parece esperable que sectores de la sociedad objetaran que quien tuvo esas expresiones no podía seguir a cargo de la conmemoración de los 50 años de la asonada golpista.

Parecería que el PC no está jugando ningún otro rol más que “presionar” y “doblarle la mano” al Presidente y al Gobierno. Se esfuma, por ejemplo, la labor de la ministra de Trabajo y Previsión Social, de militancia comunista, valorada por su gestión en llevar adelante la reforma previsional; los esfuerzos encomiables de la vocera de La Moneda, también del PC, en sacar adelante su responsabilidad; y el trabajo adecuado de comunistas en las Subsecretarías de Justicia, Fuerzas Armadas, Economía, Desarrollo Regional, y en otros cargos de Gobierno. Porque en todos estos meses ha sido frecuente hablar de “la lealtad” de los comunistas con el Gobierno y el Presidente Boric y de su apego al programa gubernamental. Incluso la flexibilidad ante nuevos escenarios y disposición del diálogo y la solución de controversias.

En las paradojas, cuando desde partidos políticos oficialistas se pidieron más cargos y se les dieron, nadie habló de “doblarle la mano” al mandatario, menos cuando distintos partidos, columnistas y editoriales exigieron, en su momento, la salida de las ministras de Interior y Justicia y ello se concretó. Cuando parlamentarios y dirigentes de la UDI y Partido Republicano hablan de su respaldo al golpe de Estado y su reconocimiento a la dictadura, muchos omiten que de esa manera se “ama el odio” y hay muchas omisiones al carácter y secuelas del golpe para derrocar al Presidente Salvador Allende.

Una constatación de estos días es que más que establecer discrepancias concretas con dichos y actuaciones de personeros del PC y opiniones respecto a exigencias y argumentos de casi 200 organizaciones de DDHH y sociales, se trató de instalar estigmas, especulaciones, interpretaciones y acusaciones, con frases escritas o dichas en la pretensión, nada nueva, de dibujar una caricatura y una imagen de los comunistas que tiende, obvio, a seguir disparándoles y colocarlos como parte del “eje del mal”. 

Ahora que se habla tanto de analizar y revisar la historia, sería bueno recordar y asimilar todo lo que ocurrió cuando esas estigmatizaciones, caricaturas e imágenes se usaron para ir en contra del PC, antes y después del 11 de septiembre de 1973.