Salvador Allende, un 11 de septiembre 2022 en La Habana

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No queda otra alternativa que seguir bregando para lograr esas grandes alamedas que un día nos lanzó Salvador Allende, sin límites temporales…, ni cómodos senderos por donde llegar…

Luis Rojas Núñez (*). La Habana. 09/2022. Los hechos ocurridos en Chile un once de septiembre de 1973, que tienen a Salvador Allende como figura principal, conmocionaron profundamente al país dejando un surco indeleble en su historia, que tal cual cimiento, nos determina y marca hasta el día de hoy. En el exterior, sin lugar a dudas, Cuba fue donde con mayor intensidad se reproduciría tal impacto, multiplicándose el dolor en su pueblo, y redefiniría radicalmente las políticas hacia Chile de otro de los principales protagonistas de aquellos acontecimientos: Nos referimos a Fidel, una de las figuras universales de la segunda mitad del siglo XX.

Hoy le rendimos homenaje a nuestro presidente, que dio su vida por el pueblo chileno, y lo hacemos en la patria de Fidel, un “salvador” terrenal…, defensor de la dignidad de los humillados y explotados del tercer mundo.

Un día cuatro de diciembre…, pero de 1971, cuando el pueblo, en la vos de su presidente Salvador Allende despedía a Fidel en ocasión de su visita a Chile, en un estadio nacional abarrotado…, en algún instante de su vehemente discurso y, en medio de una compleja situación que ya vivía el gobierno popular, con total convicción, Allende sentenció: y cito.

“Que lo sepan, que lo oigan, que se les grave profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé al Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado, no tengo otra alternativa, sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo”.

Luego, en ese mismo escenario Fidel les habló a los chilenos.

Como parte de un texto discursivo que debiera releerse hoy, donde el papel de la unidad del pueblo en torno al proyecto revolucionario, según Fidel, es el tema decisivo y principal que aseguraba el triunfo…, después de calificar como inaudito al proceso chileno, se preguntó: Y cito:

“Pero, ¿qué hacen los explotadores cuando sus propias instituciones ya nos les garantizan el dominio? ¿Cuál es su reacción cuando los mecanismos con que han contado históricamente para mantener su dominio les fracasan, les fallan? Sencillamente los destruyen. No hay nadie más antilegal, más antiparlamentario y más represivo y más criminal que el fascismo.

El fascismo en su violencia liquida todo. (…)

Y en ese mismo discurso sobre las acciones y capacidades de los reaccionarios para defender ese estatus en la sociedad, refiriéndose a la contrarrevolución precisó: Y cito:

Y acumularon experiencia, acumularon cultura, acumularon técnicas, acumularon trucos de toda especie para actuar frente a los procesos revolucionarios”.

Y luego afirmaría: “Y nosotros creemos sinceramente que el aprendizaje de la parte opuesta, el aprendizaje de los reaccionarios, ha ido más rápido que el aprendizaje de las masas”.

Alguna semejanza con lo sucedido recientemente, no es casualidad. Solo le faltó a Fidel en ese 1971 cambiar trucos por las fake new y técnicas por costosas campañas publicitarias y el empleo de las redes sociales.

No habían transcurrido ni dos años de este histórico encuentro en el Estadio Nacional, para que se cumplieran los vaticinios de Fidel, en un día como hoy, 11 de septiembre, pero exactamente hace 49 años. Y Allende, en medio del asalto del fascismo prefigurado por Fidel, cumpliría con su palabra como un hidalgo digno e imperturbable. Con un sereno timbre de voz, que aún nos emociona al escucharlo, se dirige a todo el pueblo, a los trabajadores de la patria, señalando que tiene fe en Chile y en su destino, y nos aseguró con esa sentencia mil veces reproducida que:

“…mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

Apenas 17 días más tarde de este impacto, cuando aún permanecían dispersas las ruinas de un palacio de gobierno bombardeado, Fidel, un 28 de septiembre, en ocasión de conmemorarse el XIII aniversario de la fundación de los CDR, en una Plaza de la Revolución abarrotada de pueblo habanero, dedicó íntegramente este acto a los recientes sucesos ocurridos en Chile.

Con detalles le contó al mundo todo lo sucedido allí, tenía fuentes de primera mano. En su discurso Fidel glorificó a nuestro Allende, y sin tapujos ante la posibilidad del suicidio del presidente, no demeritó ni un ápice su valor y entrega…, lo compararía con heroicos generales cubanos que en las luchas por la independencia y con igual conducta, prefirieron esa salida antes de caer en manos enemigas. Luego, casi al final expresó: (Y cito)

“Sin duda de ninguna clase…, la lucha del pueblo chileno tendrá que ser una lucha prolongada. Sin duda que los revolucionarios chilenos reaccionarán, se organizarán y se enfrentarán sin tregua al fascismo. Ensayaron los caminos electorales, ensayaron los caminos pacíficos, y los imperialistas y los reaccionarios cambiaron las reglas del juego. Destruyeron la constitución. Los revolucionarios chilenos saben que ya no hay ninguna otra alternativa que la lucha armada revolucionaria…

Y nuestro pueblo será solidario con el pueblo de Chile, y le dará toda la ayuda que esté al alcance de sus manos, ‘en todos los terrenos…’ El pueblo chileno no le fallará a su presidente Salvador Allende”. Concluyó.

Eso lo dijo Fidel, reitero, el mismo septiembre de 1973.

Desde esos momentos millones de chilenos vieron sus vidas trastornadas. Y sí…, la lucha fue prolongada, demoró y fue un parto dilatado, amplios sectores del pueblo lucharon a partir de 1980 para luego dar un salto en su lucha en 1983. Organizaciones sociales y populares de todo tipo y toda la izquierda se involucró en grandes jornadas de protestas, como nueva forma de lucha, que tenían como fin una rebelión popular y la caída del dictador. Al calor de esta lucha, surgieron novísimas organizaciones político militares desarrollando acciones armadas contra la dictadura, inéditas en la historia del país.

Este No es el espacio propicio para una reflexión de sus logros y errores. Sí podemos afirmar que en toda esa lucha popular estuvo presente Salvador Allende, los mil rayados en poblaciones populares daban cuenta de ello. El venceremos de la UP nos acompañó. Anduvimos rondando los senderos para llegar a sus grandes alamedas.

No obstante, en 1988, otra vez se cumpliría la máxima de Fidel. La gran elite, el poder tradicional, ante el potencial peligro de la Rebelión, con todo un increíble arsenal, hizo creer a muchos, que la solución negociada a la existencia de la dictadura, que se urdía desde fines de 1985, era lo mejor para Chile. Tal fue su impacto, su maestría, que partidos populares, de centro, sus dirigentes…, creyeron pisar los umbrales de las alamedas de Allende. En el otro extremo del arco político, un líder revolucionario sentenció: Esto será la continuidad de la dictadura sin Pinochet.

Tan genial fue la solución, tan obnubilado quedaron muchos ante la fascinación del espejismo neoliberal, que debieron pasar treinta años para que surgiera casi de espontaneo, la Rebelión del 2019. Solo así se lograría el poder crear una nueva constitución y el histórico anhelo de una Constituyente Popular para esa nueva constitución.

Comenzaba una nueva lucha, otra etapa, otras formas. Otra vez Allende y sus porfiadas alamedas se ponían al asecho.

Ya conocemos los resultados recientes: aún no tenemos Constitución…Era una gran conquista independiente a todas sus falencias. Este acto No es el ambiente propicio para un necesario análisis sobre esta nueva derrota popular. No culpemos a la élite. Hicieron su trabajo desde el mismo momento que la rebelión del 19 inundó las calles de la capital.

Que este nuevo revés popular sea un momento más en toda esta historia de lucha del país, que sirva para encontrar formas nuevas, métodos distintos, organización y unidad, conducción y liderazgo, no desanimarse nunca ni en las más duras situaciones, como nos enseñó Fidel en sus discursos y en toda su vida misma.

En el lejano 1933 Allende comenzó su lato andar y casi 50 años más tarde dio la vida defendiendo convicciones para todo un pueblo.

No queda otra alternativa que seguir bregando para lograr esas grandes alamedas que un día nos lanzó Salvador Allende, sin límites temporales…, ni cómodos senderos por donde llegar….

Como nos legó otro de los grandes personajes de nuestra historia:

Hasta la victoria, Siempre…

(*)Luis Rojas Núñez es historiador. Este es el texto de discurso frente al busto de Salvador Allende en calle G y 23. La Habana. Cuba. 11 de septiembre 2022.

Fotos: Carlos Contreras. Marcha del 11 de septiembre en Santiago de Chile