Publicaciones de izquierda, más allá de estigmatizaciones, prejuicios y complejos

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En ello debieran cumplir un rol más activo/concreto los partidos y movimientos de izquierda, las fuerzas políticas transformadoras, a quienes les debería interesar sobremanera este tema, sobre todo cuando hay una queja constante de la hegemonía comunicacional y de medios por parte del mundo conservador, empresarial y trasnacional. Tiene que ver con la necesidad de exponer el ideario de fuerzas de izquierda, su veraz pensamiento respecto a la nueva sociedad y el nuevo pueblo, las propuestas y realizaciones, y de paso destruir “noticias falsas”, “posverdades”, distorsiones y hasta mentiras sobre lo que piensan y hacen las fuerzas de izquierda. El desarrollo/promoción de publicaciones de izquierda no riñe con el impulso de las redes sociales y sus distintas dinámicas y plataformas. En un concepto actualizado, son espacios que se deben complementar, no excluir. Frente a la realidad, parece pertinente no continuar un llanto en el muro de los lamentos comunicacionales y una obsesión con los diagnósticos conocidos/repetidos. Parece mejor emprender esfuerzos/dedicaciones para reforzar, impulsar, mantener y desarrollar publicaciones de izquierda.

Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 16/2/2024. Más allá de estigmatizaciones intencionadas, prejuicios añejos y posturas acomplejadas, el dinamismo que toma la batalla de ideas, la lucha ideológica, las controversias mediáticas y los desafíos de las vertiginosas y nuevas tecnologías, indica que hay necesidad/espacio para la existencia, desarrollo y valoración de publicaciones de izquierda.

Afirmación que espanta a ámbitos conservadores y libertarios, de la derecha orgánica y la derecha ideológica, a los relatores de la falaz neutralidad comunicacional.

Resulta que en su defensa de “la libertad de prensa” y del “libre pensamiento”, excluyen a medios de izquierda como si se tratara del demonio mediático, y no de una parte natural de la expresión de idearios y desarrollo de comunicaciones plurales.

Sin embargo, en la historia contemporánea de las expresiones de pensamiento e información, en la difusión de teoría política, análisis de la realidad nacional y promoción de la cultura, publicaciones de izquierda cumplieron denodados esfuerzos y meritorias influencias.

Es así que hoy se echan de menos. Hay variadas causas de su declive. Y las dosis de desinformación, ignorancia, oscurantismo, simpleza y déficit de conocimiento sobre realidades del país, reclama que, entre muchos otros esfuerzos, se desarrollen publicaciones de izquierda dando cuenta de su ideario, sus reflexiones, sus propuestas, sus debates.

En ello debieran cumplir un rol más activo/concreto los partidos y movimientos de izquierda, las fuerzas políticas transformadoras, a quienes les debería interesar sobremanera este tema, sobre todo cuando hay una queja constante de la hegemonía comunicacional y de medios por parte del mundo conservador, empresarial y trasnacional.

Es un hecho objetivo que sin recursos/financiamiento, sin respaldos precisos, los medios de izquierda, como los de cualquier sector ideológico/político no se pueden implementar. Para ello se requieren habilidades/gestiones eficaces.

Sin embargo, lo vital es la concepción que debería existir cuando se habla de publicaciones de izquierda. Tiene que ver, por ejemplo, con la concepción rebacarrenista de “ilustrar al pueblo”, la idea martiana de “encaminar, explicar, enseñar, guiar, examinar” y el concepto allendista  de la veracidad y una labor “de trinchera”.

Se puede agregar la tesis de Ignacio Ramonet de avanzar hacia “un ejército” en las redes sociales y de estudiosos contemporáneos que sostienen la necesidad de “estar en los muros, en los impresos, en las redes, en las radios” con la perspectiva de la izquierda, desde la frase precisa hasta el texto de fondo.

En el encuentro de publicaciones de partidos y movimientos de izquierda realizado en estos días en La Habana se plantearon cuestiones vitales como el papel de los jóvenes de izquierda en el desarrollo de estrategias para construir narrativas, la iniciativa de fundar y desarrollar espacios para la investigación y generación de teoría revolucionaria y transformadora, y difundir de manera eficaz procesos y teoría que genere conciencia y certeza de la posibilidad de un mundo mejor para las mayorías.

Hacia allí apuntan objetivos de medios de izquierda, con una visión emancipadora y de soberanía informativa, aportando a la aproximación, la explicación, la información, el análisis, la entrega de datos y argumentos, que al final conforman conocimiento y de ahí conciencia.

También tiene que ver con la necesidad actual de exponer el real ideario de las fuerzas de izquierda, su veraz pensamiento respecto a la nueva sociedad y el nuevo pueblo, las propuestas y realizaciones de la izquierda y los sectores transformadores, y de paso destruir “noticias falsas”, “posverdades”, distorsiones y hasta mentiras sobre lo que piensan y hacen las fuerzas de izquierda en Chile, América Latina y el mundo.

Un reto más perentorio cuando desde el mundo conservador, contra-transformador, de derecha, hegemónico-privado, no sólo se refuerzan sus publicaciones (impresas, en Portales Web, RRSS, radio y televisión, etc.) sino que se crean otras nuevas abarcando distintos nichos de llegada a la ciudadanía.

El concepto de complementación

El desarrollo/promoción de publicaciones de izquierda no riñe con el impulso de las redes sociales y sus distintas dinámicas y plataformas.

En un concepto actualizado, son espacios que se deben complementar, no excluir. Es el concepto de la complementación, no la exclusión.

Lo anterior se logra con las publicaciones tradicionales y de nuevos formatos, el desarrollo en plataformas como Instagram, Fascebook, Twitter, Tik Tok u otros instrumentos de las RRSS, con el desarrollo de radios y producción audiovisual.

El asunto es que cada formato o cada plataforma tienen sus propias características y de ello hay que dar cuenta.

Una buena explicación, a fondo, con todos sus elementos, de la reforma de pensiones, la necesidad de la reforma de salud o el fenómeno de la Inteligencia Artificial no se logra a través de Instagram o Tik Tok, sino usando publicaciones adecuadas para ello. Las RRSS aportan en afirmaciones, convicciones, aseveraciones, sensibilidades, percepciones, simpatías.

Las publicaciones, en definitiva, contribuyen a la información para acumular conocimiento, a la entrega abundante/robusta de argumentos y datos, de construcción de teoría para la acción, educación y contribución a la cultura en toda la extensión del término.

Factores distractores

Hay factores que inciden en que no se avance en concreto con el impulso y desarrollo de publicaciones de izquierda.

Algunos parecen insignificantes pero influyen, como que se asimile la idea de que “la gente ya no lee” o que los medios de izquierda deben tener un criterio de competencia en el mercado.

También tiene un rol la idea de “agendas propias” de liderazgos y representantes de la izquierda que, con toda la legitimidad de la promoción mediática y el posicionamiento, crean espacios comunicacionales individuales, en ocasiones descuidando el medio colectivo.

Otro factor que incide negativamente y distorsiona la realidad, es sostener que el camino prioritario de la izquierda y sus representaciones va por encontrar espacios en los medios conservadores, privados y trasnacionales, liberales y posmodernos. Mediática e informativamente tiene dosis de eficacia. Pero en la construcción de instrumentos propios y autónomos, es un despropósito clavarse en esa idea.

Hay que desgranar que dentro de la izquierda hay un debate sobre el concepto de comunicación y propaganda, sobre el uso de los medios y las plataformas, sobre la teoría revolucionaria y transformadora, sobre la asimilación de conceptos conservadores, liberales, mercantiles, que de repente hace falta transparentar de mejor manera para llegar a conclusiones respecto al tema de las publicaciones propias.

Asimismo incide de manera tergiversadora de que todo pasa por las RRSS cuando es evidente que en esas plataformas hay contenidos imposibles de instalar partiendo por elementales consideraciones técnicas y de formato.

Otro factor que influye negativamente, es cierto olvido y dejada de mano de la promoción de la cultura y el pensamiento de la izquierda, cayendo en coyunturalismos, acotamientos, simplezas, mediocridades, déficit de producción, que golpea lo que podría ser una dinámica de herramientas propias.

En el debate, se tiende a confundir medios de izquierda con medios estatales, sociales o comunitarios, cuando en realidad no son lo mismo ni tienen relación con el desarrollo de publicaciones de orgánicas políticas transformadoras. Pero hay quienes intencionadamente buscan esa falsa conexión.

Por último, habría que decir que mientras desde sectores conservadores e incluso del llamado “centro político” se apunta a despreciar/estigmatizar publicaciones de izquierda, y se sostiene torpemente que ayudan a la negación de la libertad de expresión, continúan apareciendo publicaciones de la derecha, del mundo empresarial, de trasnacionales de la prensa, de consorcios periodísticos conservadores, de distintas características y propósitos.

Hay que considerar que existen dinámicas que no se deben soslayar pero que hay que aterrizarlas en la realidad concreta. Por ejemplo, la masividad o no de ciertas publicaciones, si apuntar o no a ciertos nichos, cómo se llega a la base militante y los entornos sociales, donde no sólo hay un debate de concepciones, sino determinaciones por los recursos con que se cuenta.

Concepciones detrás del objetivo

En definitiva, se podría apuntar a que en la situación actual, sin desconocer inmensas dificultades, realidades sociológicas, cambios societales, distractivos masivos, hay una necesidad de publicaciones de izquierda que, al menos, lleguen a sus nichos militantes y círculos colindantes siendo un aporte a la información, el análisis, la comprensión y el conocimiento.

Ciertamente que son concepciones que caben en el campo de la izquierda y que deberían tender a reforzar sus publicaciones. Son concepciones que tienen que ver con una comunicación emancipadora, una soberanía informativa y un posicionamiento en la batalla de las ideas.

Se suele obviar en los debates (en ocasiones hasta el punto de dejar todo en un tono retórico simplemente), que impulsar/desarrollar publicaciones requiere de esfuerzos financieros/materiales, de recursos, y en ello las orgánicas y bases de esa izquierda no deben estar ausentes o mirar hacia el lado. Menos, como algunos sostienen, meter a los medios de izquierda en dinámicas de mercado, de autofinanciamientos, de formatos privatizadores.

Hoy, en países como Chile, se afirma que en el campo comunicacional hay una batalla de David contra Goliat. Es cierto. Y hay pasos/propuestas para mejorar el sistema medial chileno -más allá de pretensiones de la izquierda- como paso esencial para una democracia real y no formal, sana y diversa.

Eso tiene que ver con el desarrollo de medios sociales, comunitarios, regionales, sectoriales, públicos, de la sociedad civil, y que va mucho más allá del ámbito de publicaciones de izquierda.

Frente a la realidad, parece pertinente no continuar un llanto en el muro de los lamentos comunicacionales y una obsesión con los diagnósticos conocidos/repetidos. Parece mejor emprender esfuerzos/dedicaciones para reforzar, impulsar, mantener y desarrollar publicaciones de izquierda.

Es una premisa el consolidar las publicaciones de izquierda existentes, sobre todo teniendo en cuenta que en Chile son escasas.