Ministro de Educación planteó idea de “gran acuerdo nacional en materia educativa”

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En entrevista con ElSiglo.cl., el titular de la cartera, Nicolás Cataldo, sostuvo que es necesaria una agenda transversal que “proyecte los desafíos de la educación chilena para los próximos diez o quince años, a lo menos”. Enfatizó que “no existe ningún país en el mundo que haya tenido saltos educativos que no haya tenido acuerdos políticos transversales”. Abordó particularidades del Presupuesto 2024 para el sector e indicó que se trabaja en “ir diseñando un proyecto de ley que no hable sólo de condonar el CAE, sino que establezca un nuevo sistema de financiamiento estudiantil”. En cuanto a los paros del Colegio de Profesoras y Profesores el ministro precisó que “fue rápidamente superada esa movilización, más no la agenda” y por eso están en desarrollo mesas de trabajo que incluyen la deuda histórica.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/10/2023. No para de tomar mate durante la entrevista en una oficina amplia y de buena luz natural que entra por amplios ventanales. Su escritorio es ancho, lleno de carpetas y papeles, y detrás hay un mueble decorado con coloridos alebrijes mexicanos, figuritas de héroes de caricaturas y la mascota de los Panamericanos Santiago 2023, junto a fotos familiares. Luce sereno y activo, parece lejos de formalidades desde el vestir hasta su actitud, y afirma que ser el primer militante comunista que asume el cargo de Ministro de Educación “es un orgullo” y añade que “el trabajo que hacemos quienes militamos en el Partido Comunista y ejercemos roles de Estado, es lo que habla por nosotros”. Advierte que toda esa discusión en torno a su militancia en el PC es propia de la Guerra Fría y “queda bien off side cuando “ponemos en el centro la preocupación principal que es trabajar por los intereses de nuestro pueblo”.

Nicolás Eduardo Cataldo Astorga es hace dos meses el titular de Educación. Militante comunista desde hace 25 años, como profesor de Historia egresado de la Universidad de Valparaíso y vinculado a batallas del Colegio de Profesoras y Profesores conoce el terreno donde está pisando, contando su labor durante un tiempo como subsecretario de Educación. Está casado con Danae Prado Carmona, también militante del Partido Comunista, actual consejera regional, y en los nombres de sus hijos, quizá, subyace la historia a la que están ligados: Salvador Antonio y Matilde Violeta.

El ministro reconoce estar inquieto por el escenario político nacional, más allá de su cartera. “Hoy lo que más me preocupa es el deterioro de la democracia y el riesgo que corre a propósito de cómo se dan las discusiones, de la polarización que estamos viviendo, y de la falta de voluntad de diálogo manifiesta que tiene parte de la oposición”.

Pese a eso, no cede a plantear “un acuerdo nacional transversal” para enfrentar los desafíos de la educación chilena. Y remarca que “no existe ningún país en el mundo que haya tenido saltos educativos que no haya tenido acuerdos políticos transversales que sean sostenidos como políticas de Estado”.

39 mil estudiantes a gratuidad, más infraestructura y reactivación educativa

El Presupuesto 2024 para Educación aumentó un 4.2%. Supongo que siempre se espera tener más recursos, ¿pero qué efecto tiene este aumento?

Son 590 mil millones de pesos, hay líneas de presupuesto que aumentan, otras que disminuyen, pero es uno de los presupuestos que más crece. Habrá aumento en la cobertura de gratuidad que tenemos proyectada para el próximo año, que es una incorporación de más de 39 mil nuevos estudiantes que ingresarían a la educación superior con gratuidad, lo que es una muy buena noticia. Está la implementación de nuevos servicios locales que entrarían en funcionamiento durante el 2024, lo que genera un incremento de recursos importantes. Está todo lo que tiene que ver con reactivación educativa, donde se crea una línea presupuestaria nueva, que en la sumatoria de las distintas iniciativas específicas son más de 30 mil millones de pesos. Este Presupuesto 2024 combina gastos vinculados al cumplimiento de leyes que son muy importantes, como la gratuidad, o continuar avanzando con la nueva educación pública, y con esfuerzos principales que el Gobierno definió, particularmente con el énfasis en reactivación educativa como un propósito y tarea país, sobre todo con lo que fue la pérdida de aprendizaje, convivencia escolar y salud mental, y falta o baja asistencia que hemos visto en los últimos años y la desvinculación educativa que ha ocurrido.

Hay declaraciones de rectores de universidades privadas, de expertos, que señalan que será difícil garantizar la gratuidad como está previsto.

Es algo que estamos monitoreando, estamos trabajando junto al Ministerio de Hacienda, hay una ley de la República que tiene un financiamiento, y mecanismos que tienen relación con la proyección económica que van permitiendo seguir avanzando en la cobertura de gratuidad. Más allá de augurar un futuro oscuro, lo que tenemos que hacer es ponernos a mirar cómo están operando las instituciones, cómo está funcionando el mecanismo de aranceles regulados, que son los elementos técnicos que van dando cuenta del avance de esta política y cómo impacta finalmente en las finanzas de las instituciones de educación superior. 

¿Finalmente qué pasará con el CAE, cómo se está enfrentando?

El Ministro de Hacienda planteó un criterio que es súper importante, y es que el nuevo sistema de financiamiento estudiantil vinculado a esto de la deuda educativa, tiene que ser un mecanismo autocontenido. Entonces, estamos trabajando técnicamente con el Ministerio de Hacienda en ir diseñando un proyecto de ley que no hable sólo de condonar el CAE, sino que, más bien, establezca un nuevo sistema de financiamiento estudiantil, complementario a la gratuidad. Tenemos la convicción de que el CAE tal como está no da cuenta de la realidad, cuesta mucho involucrar a la banca, los intereses que está pagando el Estado para la compra de las carteras cuando entran en morosidad son elevados y, por tanto, el gasto público que está asociado al financiamiento, a sostener el actual modelo de aval del Estado, es ineficiente y mucho más caro que avanzar hacia una solución distinta. Está en las proyecciones nuestras este cambio, ha sido ratificado por el Presidente de la República, este tema no ha dejado de ser parte de la agenda del Ministerio de Educación y estamos trabajando fuertemente con la Dirección de Presupuesto y el Ministerio de Hacienda en el mejor diseño técnico para llevar adelante esta política.

“Angustiarse o ponerse a hacer la tarea”

Los gobiernos duran cuatro años. Usted estará como dos años de ministro de Educación. Y habló en una entrevista de que vamos a estar en una crisis educativa de muchos años, habló de diez años para enfrentar el desafío en Educación. En realidad al hablar de educación en el país se habla de asuntos estructurales, de fondo, que parece que no se pueden resolver en un período de Gobierno. 

Mira, aquí hay dos posibilidades: angustiarse o ponerse a hacer la tarea. Lo que hemos decidido es ponernos a hacer la tarea. En el sentido de hacer un análisis preliminar respecto al proceso de reactivación educativa, que tiene que ver con preguntarse cuál era el estado de la educación antes de la pandemia, y la verdad es que los resultados educativos estaban estancados. Eso lo demuestran las evaluaciones nacionales e internacionales, y los resultados educativos no llegaban a compararse ni por cerca a la media de los países de la OCDE, que es donde nos gusta observarnos y compararnos. Nuestros estudiantes con mejores rendimientos educativos, de las escuelas más caras de Chile, tampoco se comparaban con los estudiantes de sistemas más avanzados del mundo. La asistencia tampoco era algo que descollaba, estábamos en el orden del 91%, que sigue siendo una asistencia baja, había una desvinculación educativa que también tenía cifras alarmantes antes de la pandemia. Si uno hace ese reconocimiento, un reconocimiento autocrítico como Estado -esto no tiene que ver con un Gobierno u otro, esto viene pasando en gobiernos de distinto tipo y signo político, por lo tanto lo peor que podemos hacer es sacar cuentas políticas-, y la sociedad asume que la educación en Chile tenía dificultades gordas, muy profundas, asume que la reactivación educativa no puede ser sólo devolvernos las capacidades previo a la pandemia, porque eso es un objetivo muy modesto, por decirlo de una forma sutil. Tenemos el propósito de recuperar esa capacidad, pero más, tenemos el propósito de ir más allá. Entonces, nuestras metas del plan de reactivación al año 2026, que será el último año que a este Gobierno le tocará cumplir funciones, son de la recuperación de las capacidades perdidas, de devolvernos a antes de la pandemia, pero he planteado, y lo dije en cuanto a los diez años, que me refiero en pensar a largo plazo. Más que mirar los desafíos de la educación hacia atrás, hay que pensar en los desafíos de la educación hacia adelante, hacia dónde queremos estar el año 2030, dónde queremos estar el año 2035. Y cuando uno piensa a largo plazo es capaz de definir líneas de acción que son más estructurales para, por ejemplo, formular acuerdos nacionales que nos permitan llevar adelante esa agenda. No existe ningún país en el mundo que haya tenido saltos educativos que no haya tenido acuerdos políticos transversales que sean sostenidos como políticas de Estado.

¿Usted está planteando que es importante que exista un acuerdo nacional para educación que trascienda a los gobiernos?

Así es, por supuesto.

¿Cómo se podría materializar?

Primero, identificando cuáles son los elementos de crisis que tenemos, para abordarlos, como la existencia de condiciones inhabilitantes para el aprendizaje. Me refiero a cuestiones como el déficit de infraestructura que tenemos, hay miles de estudiantes que todos los años quedan sin una escuela porque, dados los fenómenos migratorios -que no son sólo los que vienen fuera del país, también son los internos, porque en pandemia mucha gente se movió al campo, a zonas costeras- que generan que los territorios no tengan capacidad para absolver esas matrículas. Temas como financiamiento, se vio el caso de Til Til, donde hubo una movilización producto del no pago de remuneraciones, y tiene que ver con que el sistema de financiamiento actual se agotó. Eso está pasando en otros municipios del país. Hemos tenido una conversación con el mundo de sostenedores particulares subvencionados, lo hemos conversado con parlamentarios, alcaldes, de izquierda y de derecha, apuntando a una comprensión de que el sistema de financiamiento ya no da. Si uno empieza a mirar diagnósticos como esos, sin duda que en materia de aprendizaje tenemos acuerdo en que hay brechas de género, que tenemos un estancamiento en aprendizaje, hay que avanzar a una comprensión distinta del fenómeno curricular, tenemos que reformular el currículum de primero básico a segundo medio. Cuando uno mira esos temas, y ve que hay acuerdo en los diagnósticos, ve que es posible estructurar mínimos comunes para un gran salto adelante en materia educativa. Ahí es donde hemos estado conversando con actores parlamentarios, con investigadores, gente de la academia, personas vinculadas a la oposición, con nuestra gente también, en la idea de ir estructurando esta mirada más transversal e ir proponiendo líneas de acción que se constituyan en la base de un gran acuerdo nacional en materia educativa, que proyecte los desafíos de la educación chilena para los próximos diez o quince año, a lo menos.

Hablando de estos temas de fondo, estaba leyendo el programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric sobre educación. ¿Por ejemplo, se avanza en la superación del modelo educativo neoliberal, en educación feminista…?

Se avanza en algunos temas importantes. Hay que considerar que los contextos condicionan muchas veces la manera en que se implementan los programas. Los programas son hoja de ruta, trazan un camino, una voluntad, pero también los programas se deben adecuar a los contextos, y cuando llegamos en marzo del 2022, nos dimos cuenta que la realidad educativa chilena, sobre todo en el ámbito escolar, tenía tal nivel de deterioro, que tuvimos que ponernos a la tarea de avanzar en nuestro programa, por un lado, y también resolver situaciones más complejas, inmediatas. Hemos hecho un avance en materia de agenda de género, hemos logrado desarrollar las jornadas de educación no sexista, hemos avanzado en ir reforzando la educación pública a través de la presentación de un proyecto de ley de nueva educación pública que está en debate parlamentario, vamos a avanzar en algunos ajustes a esa propuesta, hace pocos días promulgamos la ley que pone fin a la doble evaluación que era un compromiso programático. Es decir, se ha avanzado, y creo que los balances del cumplimiento del programa, se harán de cara al cierre del Gobierno. 

Violencia y convivencia escolar

Hay una preocupación sobre la convivencia en los colegios, agresiones a profesores, cierta violencia, sigue sobre la mesa la violencia en los llamados colegios emblemáticos, protestan en las calles, en los mismos colegios.

Me quedo con la segunda dimensión de la pregunta respecto a la violencia en las escuelas, que ha adquirido características de delitos. Quemar un bus es un delito, amedrentar a profesores y estudiantes, rociarlos con bencina como si fueran a quemar, está fuera de todo marco de movilización legítima. Ahí hay una condena y eso tiene que ver más con un trabajo del Ministerio Público. Despajando eso, vemos que en el marco educativo hay un problema con la convivencia escolar, y uno de los pilares del plan de reactivación educativa es la convivencia escolar y la salud mental, donde estamos trabajando en torno de dos líneas principales. Una es la ampliación de la cobertura del programa “Habilidades para a Vida”, que es de la Junta de Auxilio Escolar y Becas, que tiene una muy buena evaluación internacional y nacional. Cuando recibimos el Gobierno, este plan estaba instalado en alrededor de 80 municipios, hoy están en 190 municipios, lo ampliamos bastante y queremos seguir impulsándolo porque trabaja en salud mental y apoyo socioemocional a las comunidades educativas, trabaja tanto con apoderados, con estudiantes, y con profesoras y profesores, asistentes de la educación y equipos directivos. Y por otro lado, creamos una línea de “Convivir se aprende”, que es un trabajo focalizado en generación de capacidades dentro del sistema, dentro de cada comunidad escolar en materia de convivencia y herramientas para gestionar la convivencia escolar. En paralelo, estamos trabajando en el Congreso la consolidación de una ley marco en materia de convivencia escolar, salud mental, apoyo socioemocional, el problema de consumo de alcohol y drogas, entre otras materias, y que están dispersas en distintas iniciativas legales y que queremos consolidarlas, fundirlas, en una sola iniciativa. Esperamos en los próximos meses dar cuenta de este ejercicio normativo, que aborde manera comprensiva los problemas asociados a la violencia escolar, a la convivencia escolar, a la salud mental. 

“La agenda de trabajo que definimos con el Colegio de Profesores está en desarrollo”

Hubo movilizaciones y paros del Colegio de Profesoras y Profesores a partir de varias demandas. ¿Hay un impasse con eso, al día de hoy cómo está su relacionamientos con el gremio y la conversación para ir buscando salidas a las demandas?

Siempre ha sido fraterno, desde que fui subsecretario de Educación hasta la fecha hemos tenido un buen diálogo institucional con el Colegio de Profesores. Ellos venían trabajando una agenda con el exministro Marco Antonio Ávila, y llegó a una movilización del Colegio a los pocos días de haber llegado yo como ministro. Fue rápidamente superada esa movilización, más no la agenda. La agenda de trabajo que definimos con el Colegio de Profesores está en desarrollo, las mesas que se constituyeron están funcionando, tenemos tiempos asociados a cumplimientos de cada una de las mesas de trabajo. Hoy, el Colegio de Profesores está en una situación interna que es particular, porque están en elecciones, y el hecho de que estén tensionados por las elecciones internas hace que el flujo de relación sea no el más intenso, porque las preocupaciones de la dirigencia están más bien en enfrentar el proceso electoral, que está a pocos días. 

Eso les puede cambiar a los interlocutores.

Es posible, es parte de la democracia.

Específicamente, ¿cómo anda lo de la deuda histórica con las y los profesores?

El Gobierno tiene la voluntad de abordar este problema, fue un compromiso del programa de Gobierno, el Presidente Gabriel Boric lo ha sostenido en sus dos cuentas públicas, siempre haciendo un reconocimiento a la situación económica del país que no es la mejor. Convengamos que pagar la deuda histórica en plenitud, es decir, con todo lo que eso implica, es algo que está fuera del alcance financiero de este y cualquier Gobierno, son muchos recursos. Pero también convengamos que hay una discusión histórica de este tema, en eso está lo de iniciar un proceso de reparación, y en esa dirección están los compromisos presidenciales, los programas, en eso estamos trabajando. La mesa de trabajo se retoma con el Colegio de Profesores justamente después que termina el Paro Nacional que tuvieron ellos y ha estado funcionando en un par de ocasiones en orden a ir avanzando a una propuesta técnica y aproximarnos a un marco de acuerdo mínimo. Esto va aparejado de una conversación con la Dirección de Presupuesto porque tiene que ver con recursos y formas de entregar esos recursos. Hay todavía una parte importante, muy gruesa de la propuesta, que está pendiente tanto en la conversación con el Colegio de Profesores, como con la Dirección de Presupuesto. Estamos trabajando en eso, en el mes de diciembre deberíamos presentar un proyecto de ley al Parlamento.

“El trabajo que hacemos quienes militamos en el PC y ejercemos roles de Estado, es lo que habla por nosotros”

¿Es una mochila adicional que se repita que un comunista es el Ministro de Educación? 

La cartera es, de por sí, un gran peso. Percibo que fue un debate pos designación del Presidente Boric, y que tenía que ver con lo que aconteció cuando el Presidente me pidió ser Subsecretario de Interior y luego Subsecretario de Desarrollo Regional. Pero diría que el trabajo que hacemos quienes militamos en el Partido Comunista y ejercemos roles de Estado, es lo que habla por nosotros. Me da la impresión que hay una valoración política y técnica de nuestra labor, no sólo del Presidente, sino del espectro político con el cual nos toca trabajar. En la Subsecretaría de Desarrollo Regional trabajé con alcaldes y alcaldesas, con parlamentarios, quienes valoraron mucho de manera transversal nuestra gestión y hoy eso se está expresando en educación. Sólo llevo dos meses, y diría que sólo en la primera etapa el ser militante del PC era un tema, hoy ya no se habla de aquello y eso es positivo. La mochila de ser militante del Partido Comunista y ejercer el rol de ser Ministro de Educación, una cartera tan importante y tan compleja, es algo que me enorgullece. Primero, por ser el primer militante comunista en asumir este rol y, en segundo lugar, porque hacerlo bien, enfrentar temas tan complicados y darles solución o dejar encaminadas soluciones, demuestra que los y las comunistas podemos ejercer cualquier rol en el Estado. Y que toda esa discusión de Guerra Fría queda bien off side cuando ponemos en el centro la preocupación principal que es trabajar por los intereses de nuestro pueblo, revertir las diferencias sociales y tener una vida más feliz para todas y todos.

Me decía hace un rato que frente a ciertos problemas no hay que angustiarse. En esa línea, ¿cómo ve el momento que vive el Gobierno? Sigue en discusión la reforma de pensiones y sus tiempos, no pasa el pacto fiscal, hay presiones por el Presupuesto 2024, la oposición está la ofensiva, ¿cómo pararse en este momento?

Evidentemente que estoy preocupado, pero no sólo por las implicancias para el Gobierno, mi preocupación es más general y de base, y tiene que ver en cómo la política y la sociedad chilena enfrenta las discusiones y se procesan las diferencias. Diría que más allá del Gobierno de turno, y de la posibilidad de que tenga éxito en todos sus objetivos, hay factores que dependen también de la voluntad de la oposición y de nuestra capacidad de generar mayorías. Hoy más me preocupa el deterioro de la democracia y el riesgo que corre a propósito de cómo se dan las discusiones, de la polarización que estamos viviendo, y de la falta de voluntad de diálogo manifiesta que tiene parte de la oposición. Creo que el Presidente Gabriel Boric ha dado muchas luces de voluntad de diálogo, de generación de acuerdos, es alguien que siempre ha estado inclinado a aquello y hoy más que nunca lo ha puesto en práctica. El que el ministro (Mario) Marcel esté buscando un pacto fiscal como respuesta de lo que ocurrió con la reforma tributaria, que la ministra (Jeannette) Jara esté buscando un acuerdo en materia de pensiones, que es un dolor de nuestra sociedad, demuestra que este es un Gobierno proclive a los acuerdos. Lo mismo que te decía durante la entrevista, de buscar un acuerdo transversal para enfrentar el problema de la educación más allá de nuestra diferencias políticas. Espero que la oposición esté a la altura y ponga a Chile por delante. Ser patriota necesariamente significa poner en el centro lo que le da sentido a la Patria, que son las personas, que es nuestro pueblo, si dejamos de asumir aquello, todo son palabras vacías.

Fotos: El Siglo.