La palabra de Catalina Lufín, nueva presidenta de la FECH

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“Como FECH tenemos que cuidarnos muchísimo, nos ha costado un montón llegar a donde estamos y hay que poner todo el empeño en reconectar a la Federación con el estudiantado, con sus necesidades, con sus intereses. Creemos que hay un sentido de urgencia porque tenemos poco tiempo como mesa y muchísimas demandas como la alimentación digna, la salud mental y alza de aranceles han quedado en el olvido estos últimos años”.

Úrsula Fuentes Rivera. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 2/9/2023. Con un contundente 73,6 por ciento, la lista “Súbete a la Fech”, compuesta por las Juventudes Comunistas y Convergencia Social, ganó las elecciones de la nueva mesa directiva que dirigirá a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 8FECH), bajo la presidencia de la militante de las JJ.CC, Catalina Lufín.

Después de cuatro años sin dirigencia estudiantil, en las elecciones de este 28 y 29 de agosto, además de “Súbete a la Fech”, participaron las listas “Por una Fech desde Abajo” del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) e independientes, que obtuvo un 15,4 por ciento y “Acción por Chile”, de la centroderecha universitaria, que alcanzó el 11 por ciento de los votos.

Cabe recordar que los últimos comicios de Federación en la Casa de Bello se realizaron el 2019, ocasión en que se llegó sólo a un 25,8 por ciento de participación. Como los antiguos estatutos señalaban que para que la votación fuera válida se debía alcanzar un 40 por ciento del padrón, el proceso fue declarado como no representativo, por lo que se conformó una mesa directiva interina con las tres primeras mayorías. Esa mesa quedó compuesta por la actual diputada Emilia Schneider, Nicole Martínez y Millaray Huaiquimilla. 

Luego llegó la pandemia del coronavirus, por lo que recién en agosto de 2020 se pudo llevar a cabo un nuevo proceso eleccionario, el que por primera vez fue online debido a la crisis sanitaria, pero que igualmente resultó fallido. Así, tras varios años, llegó por mandato estatutario, el congreso refundacional, donde se pudieron elaborar los nuevos estatutos que hoy concluyeron con una nueva mesa directiva válidamente elegida.

En entrevista con El Siglo, la nueva presidenta de la FECH, Catalina Lufín -quien es alumna de quinto año de Licenciatura y Lingüística Hispánica, tesista y senadora universitaria-, se refirió a las metas y desafíos que tiene por delante la mesa directiva de la Fech y a cómo el movimiento estudiantil debe enfrentar la aparición de nuevos negacionismos.

¿En esta elección cuál fue el porcentaje de participación? ¿Y cuál era el quórum necesario para su validez?

Tuvimos 9.841 sufragios, lo que corresponde a un 26 por ciento de participación, siendo necesario un mínimo de 25 por ciento para la validez de la votación. Esperamos que el trabajo que se viene pueda sacarnos del problema del quórum y hacer que las, les y los estudiantes vuelvan a confiar en su Federación. Haremos todo lo posible para ello. 

¿Hasta qué fecha esta directiva electa debe ejercer su gestión?

Tenemos un mandato más corto de lo normal, por lo que nuestra misión prioritaria es hacer andar la FECH después de 4 años y resolver las demandas más urgentes. Estaremos en el cargo hasta abril del próximo año.

¿De la directiva electa, cómo quedó integrada?

La mesa directiva la integramos cuatro militantes comunistas. En la secretaría general está Valentina Rodríguez, en la secretaría de participación, Nahur Meléndez, en finanzas está Maite Véliz y en la presidencia de la Federación estoy yo. En tanto, Convergencia Social está representada por el vicepresidente de la mesa directiva, David Águila, por Catalina González en la secretaría de bienestar y por Brayan Rice en la secretaría de comunicaciones.

¿Cuáles son los principales ejes o iniciativas que la nueva directiva electa de la FECH pretende desarrollar?

Nos interesa atender a las preocupaciones más urgentes del estudiantado. Queremos trabajar, por ejemplo, por que se garantice una alimentación digna en la universidad, contemplando regulación de precios e instalación de casinos, y el aumento de becas como la BAES (Beca de Alimentación para la Educación Superior). Por otra parte, vemos con preocupación que el modelo de financiamiento de la educación superior está en crisis, llevando al borde de la quiebra a instituciones históricas como la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE, ex Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile). El año pasado sufrimos un alza arancelaria de 10 por ciento, una cifra altísima que pegó directo al bolsillo de estudiantes y sus familias. En razón de eso, nos proponemos frenar el alza de este año y trabajar por un nuevo modelo de financiamiento en conjunto a compañeros de otras Federaciones. 

¿Cuáles consideras que son las que propuestas de esta nueva mesa directiva que marcarán la diferencia con la gestión de directivas anteriores?

Las diferencias de esta mesa, más que en programa o consignas, radican en el factor de unidad. Actualmente, la izquierda progresista está unida, lo que hace que todas nuestras propuestas sean más viables. La unidad corre el cerco de lo posible. 

¿Cuáles crees que son los principales desafíos que tienen ante sí la FECH y el movimiento estudiantil, considerando la coyuntura actual?

Creo que como Fech tenemos que cuidarnos muchísimo, nos ha costado un montón llegar a donde estamos y hay que poner todo el empeño en reconectar a la Federación con el estudiantado, con sus necesidades, con sus intereses. Creemos que hay un sentido de urgencia porque tenemos poco tiempo como mesa y muchísimas demandas como la alimentación digna, la salud mental y alza de aranceles han quedado en el olvido estos últimos años. En el movimiento estudiantil debemos hacer esfuerzos por rearticularnos y enfrentar una ola neofascista incipiente. Hoy más que nunca nos toca defender la gratuidad, la Educación Sexual Integral (ESI), la democracia y todo lo que hemos ganado a punta de movilización callejera. En ese sentido, la FECH llega a sumarse a un trabajo en curso y a fortalecer la unidad estudiantil a lo largo de todo el país.

En cuanto al rol del Senado Universitario, en el seguimos trabajando por mejorar las condiciones de estudio y de vida a través de cuestiones básicas, como el acceso a una alimentación y salud mental digna dentro de la universidad, y también en establecer una política de disidencias.

En ese sentido, frente al ascenso de la ultraderecha y la aparición de nuevos negacionismos no debemos transar nuestros principios. Los derechos de la comunidad LGBTQIA+ son derechos humanos. Todos los avances de los últimos años en materia de educación, salud y derechos civiles de las disidencias y diversidades son, aunque insuficientes, tremendamente significativos para construir un futuro más digno, y no permitiremos que sean puestos en tela de juicio. La izquierda no puede ceder el discurso a los sectores conservadores que adjudican las últimas derrotas electorales a los valores progresistas. Las disidencias también somos parte de la clase popular y trabajadora.  

¿Cuándo ingresaste a las JJCC? ¿Cuál fue tu motivación para hacerlo? 

Entré a militar a la Jota el año 2019 durante mi primer año de Universidad. Desde la adolescencia crecí con valores de izquierda y me incorporé en política dura para el mayo feminista del 2018. Creo que ese movimiento me enseñó que los grandes cambios no pasan por una persona o un liderazgo indispensable, sino que por acciones colectivas. Cuando entendí eso, militar en la Jota me pareció lo más lógico. Había compartido con varias compañeras comunistas en el Liceo 1 y en ellas veía muchas cualidades valiosísimas, como el compromiso, la dignidad, la disciplina. Fueron ellas y compañeras como Daniela Serrano o Valentina Miranda quienes me inspiraron a militar.