Participó en París en un atentado contra un jerarca nazi, hecho por el que fue detenido y condenado a muerte por un tribunal militar alemán. Un republicano, un comunista, un combatiente en la Guerra Civil, un resistente contra los nazis.
“Mundo Obrero”. Madrid. 24/2/2024. Un español en el Panteón de Hombres Ilustres de París. Un republicano, un comunista, un combatiente en la Guerra Civil, un resistente contra los nazis. Celestino Alfonso se ha convertido este miércoles en el primer ciudadano de esta nacionalidad en estar inscrito en el gran espacio monumental francés dedicado a las grandes personalidades francesas, aunque físicamente sus restos continuarán descansando al sur de la capital gala, en el cementerio de Ivry.
Su nombre figurará, junto a otros 22 miembros de un grupo de la Resistencia contra la ocupación alemana de Francia, a la entrada de la cripta donde el líder del grupo, militante armenio del Partido Comunista Francés y fusilado por los nazis en 1944, Missak Manouchian, y su mujer, Mélinée, reposarán eternamente en el mismo lugar que Voltaire, Rousseau o Víctor Hugo.
Celestino Alonso era republicano y comunista, pero sobre todo fue un resistente y combatiente de la Guerra Civil hasta la lucha contra la invasión nazi de Francia. Natural de Ituero de Azaba en la provincia de Salamanca, nació en 1916, por lo que cuando lo fusilaron contaba tan solo con 27 años. Había dejado España y emigrado a Francia con su familia a los pocos años de nacer, habiéndose criado en una zona a las afueras de París. Aprendió carpintería y la ejerció. Era militante de las Juventudes Comunistas desde los años treinta.
Pero su heroicidad no solo la mostró contra los nazis en tierras francesas sino que, en 1936, regresó a España para combatir a otro fascismo, en este caso el de los golpistas franquistas. Regresa a Francia tras la finalización de la contienda y entra en el grupo de voluntarios denominado “Francotiradores y partisanos-Mano de obra inmigrada”. Desde esta organización participó directamente en el atentado de París contra Julius Ritter, un dirigente nazi. Tras este hecho fue detenido y juzgado por un tribunal militar alemán, que le condenó a muerte.