“Brújula Estratégica”, el plan de Europa para “hablar el idioma del poder”

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Un documento de 40 páginas que apuntan a fortalecer el poderío militar de la Unión Europea, la capacidad de despliegue de fuerzas bélicas, contener amenazas, y operar con cierta autonomía de la OTAN, hegemonizada por Estados Unidos. “Convertir a la UE en un proveedor de seguridad más fuerte y más capaz” es uno de los objetivos del programa.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. 15/04/2022. La idea surgió de altos mandos militares y círculos diplomáticos de franceses y alemanes. El objetivo, generar una doctrina militar y política para la Unión Europea (UE), capaz de dar respuestas concretas y prácticas ante conflictos que sucedan sobre todo en su territorio. Con un grado de autonomía de los planes y acciones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que nadie discute que está hegemonizada por Estados Unidos. Citado por la agencia Reuter, un funcionario de la UE precisó que “necesitamos construir una brújula. Esta es una forma común de ver el mundo, de definir las amenazas y abordarlas conjuntamente”.

Los términos más precisos de esta doctrina, los entregó el conservador encargado de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, al decir que “Europa debe aprender a hablar el idioma del poder”.

Ahora la “Brújula Estratégica” es una realidad, plasmada en un documento de 40 páginas suscrito por los 27 países miembros de la UE, y aborda premisas y realidades de Europa y los flancos de conflictos en la región y más allá.

El plan incluye potenciar el arsenal bélico, desde tanques hasta misiles, uso de buques de patrulla marítima, aviones teledirigidos y tecnología de interferencia; establecer una capacidad de despliegue rápido de hasta 5 mil militares, reforzar fuerzas militares terrestres, navales y aéreas, establecer tácticas de defensa, desarrollar ejercicios bélicos terrestres y marítimos, desarrollar la cooperación entre los Estados europeos en materia de políticas de Defensa, detectar y neutralizar amenazas, capacidad de despliegue de una misión civil de 200 funcionarios de seguridad y defensa, garantizar “una mayor solidaridad financiera” en estas materias, y utilizar el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz.

Altos funcionarios de la UE indicaron en estas semanas que la “Brújula Estratégica” adquiere mayor relevancia cuando se viven situaciones como la guerra de Rusia y Ucrania y desestabilizaciones impredecibles en el continente europeo. Un personero comentó que  este programa “es el camino para que la UE planee, gaste y coopere junta para confrontar las amenazas de las próximas generación”.

El documento, que apunta en definitiva a fortalecer el poderío de la UE, también tiene en cuenta los factores de materias primas y energéticos que cruzan la realidad de los países del área, sobre todo en cuanto a petróleo y gas, y el rol que cumple Rusia y China en el escenario regional y mundial.

Para gobiernos como el francés, alemán y británico, el avanzar en la fuerza militar europea es un asunto gravitante del presente y del futuro. Junto a planes comunes, hay noticias de aumentos multimillonarios en gastos de Defensa y de fortalecimiento de industrias militares, incluido el ahorrar ciertas inversiones con una colaboración mancomunada en esta área.

El mismo Borrel advirtió que “la UE debe garantizar la seguridad de sus ciudadanos y proteger nuestros valores e intereses” y mencionó ámbitos como las amenazas militares, la batalla por la supremacía en inteligencia artificial, computación en la nube, semiconductores y biotecnología, la desinformación y los ciberataques, los factores energéticos y la protección potencial del continente europeo en amplias dimensiones.

Entre las tareas y objetivos de la “Brújula Estratégica” está “mejorar su capacidad (de la UE) de anticipación, disuasión y respuesta ante las amenazas y los desafíos existentes y que puedan aparecer rápidamente, y defender los intereses de la UE en materia de seguridad”.

Eso contempla mejorar la labor de Inteligencia (se supone a través de los organismos de Seguridad, Inteligencia y Contrainteligencia de las naciones europeas y sus instrumentos de espionaje e información), desarrollar “un conjunto de instrumentos y equipos de respuesta contra las amenazas híbridas”, fortalecer “instrumentos de ciberdiplomacia y establece una política de ciberdefensa de la UE” para responder a ciberataques, elaborar “un conjunto de instrumentos contra la manipulación de información y la injerencia por parte de agentes extranjeros”, tener “una estrategia espacial de la UE para la seguridad y la defensa” y reforzar el papel de la UE en el ámbito de la seguridad marítima”.

Argumentos de la UE

En un documento de marzo de este año surgido desde la Unión Europea, se señaló que “el entorno de seguridad se ha vuelto más hostil, lo que nos obliga a dar un salto decisivo y exige que aumentemos nuestra capacidad y nuestra voluntad de actuar, reforcemos nuestra resiliencia e invirtamos más y mejor en nuestras capacidades de defensa”.

Se indicó: “El objetivo de la ‘Brújula Estratégica’ es convertir a la UE en un proveedor de seguridad más fuerte y más capaz. La UE debe ser capaz de proteger a sus ciudadanos y contribuir a la paz y la seguridad internacionales. Esto cobra especial importancia en un momento en que la guerra ha regresado a Europa, con la agresión no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania, y en el que se están produciendo profundos cambios geopolíticos. Esta Brújula Estratégica reforzará la autonomía estratégica de la UE y su capacidad para trabajar con sus socios a fin de proteger sus valores e intereses”.

“Una Unión más fuerte y más capaz en materia de seguridad y defensa contribuirá positivamente a la seguridad transatlántica y mundial de forma complementaria a la OTAN, que sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus miembros. También reforzará el apoyo al orden mundial basado en normas, con las Naciones Unidas como eje central” se expresó en el documento emanado del consejo de la UE.

Se enfatizó que “la ‘Brújula Estratégica’ es una guía de actuación que traza un rumbo ambicioso para nuestra política de seguridad y defensa para el próximo decenio. Nos ayudará a asumir nuestras responsabilidades en materia de seguridad, tanto ante nuestros ciudadanos como ante el resto del mundo”.

Se precisó que esta estrategia militar y política “abarca todos los aspectos de la política de seguridad y defensa y se articula en torno a cuatro pilares: actuar, invertir, trabajar de manera asociativa y garantizar la seguridad”.

Sospechas y cuestionamientos

Para expertos en materias internacionales y militares y sectores diplomáticos, la “Brújula Estratégica” apunta claramente a dotar a la Unión Europea, sobre todo las potencias financieras y bélicas de la región, de mayor capacidad militar en diversos ámbitos, reforzamiento de la Inteligencia y el espionaje y fortalezas financieras para las áreas de Defensa y Seguridad.

Algunos incluso tienen la sospecha de que todo esto apunta a crear “un Ejército europeo” adaptado a las nuevas condiciones del escenario mundial y regional, y a las nuevas tecnología militares.

Así también, varios analistas se inclinan a pensar que este es un esfuerzo y un camino a contrapesar la hegemonía bélica y de seguridad que mantiene Estados Unidos no sólo a nivel internacional, sino particularmente en Europa.

A nadie escapa que hay un esfuerzo dedicado a levantar un mayor poderío ante el desarrollo militar y la influencia político-diplomática de Rusia, China e India.

En ese sentido, surgieron sospechas y cuestionamientos de que detrás de la “Brújula Estratégica” exista la intención de participación o intervención de los países europeos, sobre todo de Francia, Reino Unido y Alemania, en conflictos regionales, extra-regionales y entre naciones asiáticas, de Europa del Este e incluso África.

Aunque no está explicitado en los documentos de este plan de la UE, se sabe que hay consideraciones respecto a intereses y necesidades energéticas (petróleo, gas), alimentarias (granos, fertilizantes), migratorias (desplazamientos de poblaciones) y comerciales (la gravitación rusa y china sobre todo).

Hay asimismo intereses y miradas estratégicas a lo que pueda ocurrir con la colaboración con países como Dinamarca, Suecia y Noruega, y el papel de influencia a jugar en torno de Polonia, Hungría, Bulgaria, la ex Yugoslavia y algunas naciones de la ex Unión Soviética.

Todos esos elementos, por cierto, se ven con cuidado desde los mandos políticos y militares de Rusia y China, porque saben que sus países están en el ojo de la Unión Europea y los gobiernos más poderosos de ese bloque. Al punto que en Rusia muchas de las decisiones que están tomando los europeos occidentales son vistas como riesgos para la seguridad rusa, como ocurre con el desplazamiento militar que se pretende hacer hacia Ucrania.

Para algunos expertos, esta decisión de la “Brújula Estratégica” podría ir en el sentido de regenerar “los bloques” a nivel mundial, colocando a Europa en una situación de “mayor poder” y fuerza.

Jordi Calvi Rufanges, investigador del Centro Delás, y colaborador del Instituto Internacional de Investigación para la Paz, en entrevista con la revista mexicana Proceso, sostuvo que “es cierto que las nuevas circunstancias han acelerado este proceso que venía avanzando a paso más lento. El shock de la guerra en Ucrania es el contexto que la UE aprovecha para dar pasos de gigante en dirección a la militarización de la Unión Europea, de Europa (incluidos países que no forman parte de la UE), a la par del resto del mundo, como ya venía sucediendo en los países con altos niveles de renta y miembros de la OTAN”.

Por cierto, desde América Latina estos planes y objetivos estratégicos podrían verse desde lejos, pensando que no les tocará o afectará, por lejanía geográfica o distancia de conflictos. Pero sí puede colocar a las naciones latinoamericanas en el camino de tomar posiciones respecto a esos programas, apoyarlos, rechazarlos o guardar ponderación, y al menos tener cuidado a quién entreguen respaldos, con el significado de verse al lado de ciertas potencias o bloques y apostar incluso a pérdida de soberanía respecto a sus posturas en la arena internacional.

Por ahora, avanza con decisión la “Brújula Estratégica”, con todo lo que impacta en el mundo.

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