Allende, patria y humanidad

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Discurso del diputado Luis Cuello, jefe de la bancada parlamentaria del Partido Comunista, Federación Regionalista Verde Social, Acción Humanista e independientes, en el homenaje al Presidente Salvador Allende Gossens en la Cámara de Diputadas y Diputados.

Luis Cuello. Valparaíso. 12/9/2023. En Salvador Allende, el médico, el parlamentario, el compañero , el Presidente de la República, se encuentran la humanidad y la patria. 

Toda su trayectoria política y, más que eso, su propósito vital, se inspiró en la búsqueda de una vida mejor para los menos favorecidos, para los más castigados por la desigualdad y la pobreza. Un sentido de humanidad profundo, expresado en su conducta y en su lucha. 

En cada discurso, en cada acción, estaba presente su preocupación por los niños, por su desarrollo y su salud.  El gobierno de la Unidad Popular – que con orgullo integramos lealmente como Partido Comunista – hizo real su compromiso de entregar medio litro de leche a todas las niñas, niños y mujeres embarazadas del país. El medio litro de leche ayudó a reducir la desnutrición y la mortalidad infantil, mejoró el crecimiento y el aprendizaje. Fue una conquista social, que aún pervive.

Aquella mirada integral del ser humano, de sus necesidades, llevó a imaginar y concretar la política de Balnearios Populares. La sonrisa de un niño corriendo en la arena, la emoción de una madre trabajadora que mira el mar por primera vez en su vida. Fue el programa de la Unidad Popular que tuvo el atrevimiento de establecer que el descanso, que la felicidad, no debían ser una prohibición para los pobres. Todo eso era Allende. 

Allende, el compañero Presidente, tenía plena conciencia de su responsabilidad histórica, de que portaba las banderas de un movimiento popular de varias generaciones. Convicción del valor de la unidad como principio y herramienta para alcanzar las transformaciones que la sociedad reclama.

Allende era un patriota, un auténtico patriota, de la estatura de quienes forjaron la república. 

La lucha por nuestra segunda independencia, por la recuperación del cobre y las riquezas básicas de Chile, para financiar justicia social, salud y educación para los chilenos, para llevar humanidad a cada rincón, no gustó a la potencia imperial.  En su discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas, el presidente Allende denunció el bloqueo financiero que vino como feroz represalia a la nacionalización del cobre, aprobada en el Congreso por unanimidad. 

Ya sabemos que la agresión externa no se limitaría a las maniobras económicas en perjuicio de Chile.

El golpe de Estado no era inevitable, ni la democracia tenía un destino marcado. El mundo observaba con expectación la experiencia de la Unidad Popular, la vía chilena al socialismo. Allende se erigía en la esperanza, no sólo de los chilenos, sino que de los pobres de las más diversas latitudes.

Pero la esperanza de los pobres es la amenaza de los poderosos, de los dueños de los países. De los que arrebatan a los pueblos su riqueza, de aquellos que desprecian la soberanía y quieren controlar el rumbo de las naciones, al costo que sea. La decisión de terminar violentamente con el mandato que el pueblo de Chile dió a Allende, de cometer el crimen del golpe de Estado, no se tomó aquí, sino en Washington.

Allende era un demócrata, que en todo momento respetó la Constitución y la ley. Que cumplió hasta el último aliento con la voluntad de un pueblo, que sacrificó su vida por los trabajadores y trabajadoras, por las mayorías que construían, junto a él, una patria más justa. La historia reservó el lugar más alto y luminoso para Salvador Allende.

En cambio, los que se aliaron al terror y a la muerte, los que entregaron la soberanía al menor postor, fracasaron. 

Los enemigos de la verdad y de la democracia, no lograron, ni lograrán, acallar el metal tranquilo de su voz. Sus palabras resuenan, inspiran y alimentan la fuerza para las luchas del presente; y seguirán guiando a las generaciones que vendrán. 

Allende vive en cada población, en las capitales del mundo, en cada trabajador y trabajadora, en cada ser humano que se levanta contra la injusticia. 

Allende es Patria, Allende es futuro, Allende es pueblo, Allende es Humanidad.  

He dicho.