Al Gobierno le toca “constituir ciertas estabilizaciones”: Camila Miranda

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La presidenta de Nodo XXI agregó en esa línea que la actual administración “no ha renunciado a instalar, con los mecanismos y las herramientas que tiene, espacios de emancipación”. En contraste, afirmó que hay “una derecha que no tiene claro el proyecto para el país”. La también Secretaria de Contenidos de la dirección provisoria del Partido Frente Amplio, sostuvo que “el debate de sistema político se presta ahora para acomodos” de ciertos sectores y que “sería miope no mirar que hay disputas de hegemonía, tanto desde la derecha como desde la izquierda”. En entrevista abordó las referencias a intensificar la batalla de las ideas y planteó que “falta esa perspectiva más estratégica que permita que el planteamiento de la izquierda no dependa de la cancha que nos establece la ultraderecha”. Indicó que desde el progresismo y la izquierda hay que mostrar con claridad que “somos una fuerza que busca establecer un orden social justo y que no es inestabilidad e incertezas”.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 11/5/2024. Voy a ir hacia atrás. Hace unas semanas, el dirigente de ultraderecha, José Antonio Kast, dijo que Gabriel Boric es un “Presidente woke”. ¿Cómo recibiste esa afirmación?

Creo que hay que circunscribir el apelativo que usa José Antonio Kast a un debate más largo que trata de inscribir a las nuevas expresiones de izquierda como una cultura que atenta contra el orden y las condiciones actuales de vida, por centrarse en particularidades y no preocuparse por las condiciones de vida de la sociedad. Eso está detrás de lo que dijo Kast sobre el Presidente Boric y una izquierda. Las palabras de Kast tienen que ver también con una disputa política por ofrecer un orden y ser él una alternativa presidencial.

Se dice que hay indicios de “izquierda woke” en el Frente Amplio.

Por eso hay que precisar qué se dice o qué se trata de decir cuando se habla de “woke” y la utilización de ese concepto. Sobre “woke”, algunos autores tratan de remitirlo a una suerte de hipersensibilidad y preocupación por algunos temas particulares, en contra de la preocupación por las estructuras injustas en general. Entonces, se señala que quienes se preocupan del medioambiente, del feminismo, en realidad tienen preocupaciones identitarias que renuncian a los problemas concretos que tiene la población, ese es el intento de uso que se hace del término. Tiene que ver más con una utilización política. Si vamos al seno del problema, tiene que ver con la emergencia de un actor político a propósito de las movilizaciones sociales de las últimas décadas, que deriva temas bastante concretos que se expresa en educación, en pensiones, diversidad, las mujeres expuestas a desigualdades y nada de eso es un particularismo o un identitarismo. Ahí hay actores políticos, y los quieren circunscribir a un componente generacional e identitario, y dejar de discutir las diferencias políticas de fondo que están cruzadas en ese debate, no sólo con José Antonio Kast, sino también con planteamientos que se hicieron desde Socialismo Democrático y que situaron al Frente Amplio en una expresión “woke”.

En ese marco, se habla hoy de la batalla de las ideas, de la necesaria lucha ideológica, del ideario de izquierda, ¿hay un déficit en eso desde fuerzas progresistas y de izquierda, hace falta un relato mejor diseñado e instalado?

Hay que volver a problematizar que estamos en un período, no sólo en Chile sino que a nivel mundial, bastante complejo que tiene que ver con la crisis del sistema liberal y que tiene que ver con los reacomodos multipolares. Eso supone la emergencia de distintas fuerzas que plantean críticas al sistema liberal, incluso estas ultraderechas, como innovadoras, radicales, con capacidad de devolver un orden dado porque hay una incapacidad en distintas dimensiones. En ese cuadro hay una dificultad para la izquierda en el sentido de pasar de ser una fuerza que es la que cuestiona el sistema para avanzar en caminos de emancipación social, a quedar circunscrita a una defensa reactiva de elementos generales de la democracia, quedando disonante de la demanda social, de los malestares que hay sobre los desórdenes. Es una dificultad que experimentamos en Chile como izquierda. Cuando hay una ultraderecha que pone en tensión valores básicos de los componentes democráticos, hay una posición defensiva que dificulta enfrentar una ofensiva conservadora y autoritaria que estamos viviendo. Como está en cuestión el problema del orden, hay que plantear qué tipo de orden, y nos desafía como izquierda el profundizar un planteamiento ideológico y estratégico sobre qué orden social, de otro carácter y justo, proponerle a Chile. Esa es la clave para enfrentar dilemas tan contingentes como la seguridad, derechos sociales, transformaciones. Está la demanda por la estabilidad y tener orden y certezas desde la población.

¿Falta nitidez en la propuesta desde la izquierda?

Falta esa perspectiva más estratégica que permita que el planteamiento de la izquierda no dependa de los planteamientos o la cancha que nos establece la ultraderecha, sino que permita plantear ideas claras a la ciudadanía. Establecer que somos una fuerza que busca establecer un orden social justo y que no es inestabilidad e incertezas. Decir que los caminos que nos han llevado a las precariedades en materia laboral, seguridad, derechos sociales, son los que hay que revisar y tengamos la capacidad de decir que hay otros caminos por donde sí podemos salir de esas precariedades. Tiene que ver con clarificar un planteamiento estratégico y volver a invitar a la sociedad a una visión de sociedad que encarna la izquierda. Por eso creo que es un momento profundamente ideológico, porque estamos enfrentando de otro lado otra visión de sociedad, más autoritaria, que incluso tiene metida a la derecha en un debate de volver a las cuestiones más clásicas del liberalismo, como lo “libertario” de (Javier) Milei o más neoconservador de otros sectores.

Partido Frente Amplio: “Fuerza de masas”

Está en marcha la conformación del Partido Frente Amplio, se habla mucho de quién será la presidenta o el presidente, cómo se estructurará, los trámites en el Servicio Electoral, pero ¿cómo va en el terreno de los ejes del ideario, de las tesis programáticas?

Parte del debate de unificación de varias fuerzas ha significado clarificar algunas respuestas como sobre qué tipo de instrumento de izquierda construimos. Lo primero es que hay una definición más o menos transversal en el Frente Amplio de que tiene la pretensión de ser una fuerza de izquierda capaz de plantearse con fuerza de masas, y por eso también plantearse cómo avanzar en ciertas transformaciones con el apoyo de la mayoría de la sociedad, y eso tiene ciertas dificultades. Volver a resituar problemas de la emancipación social. Es fundamental para el Frente Amplio conectar en el sentido de cómo se estructuran hoy las contradicciones más generales como capital-vida, capital-trabajo, en ese sentido hemos hablado de una izquierda anclada en la realidad. Por otro lado, temas como el feminismo que los logra poner como tema de toda la sociedad, y en eso una preocupación por colocar el sistema de cuidados muy al centro, porque no podemos hablar de igualdad si no hablamos de la estructura laboral y que las mujeres tengan mejores condiciones. Cómo actualizar los planteamientos emancipatorios de la izquierda en virtud de los problemas que experimentamos como sociedad, como que hay jóvenes que no ven futuro, y dilemas más materiales que tienen que ver con el tiempo, el trabajo, el salario, la igualdad. Eso es un desafío para el Frente Amplio y qué significa ser hoy fuerza de izquierda de masas. Lo otro tiene que ver con lograr hacer la síntesis de las distintas expresiones e identidades partidarias que vienen como originarias, eso es un proceso. Todas las personas que han militado en una fuerza política saben que en un partido se construye cultura, cercanía, formas de hacer política, y eso es un desafío también. Eso incluye hacer una crítica al papel que tenemos los partidos en ser expresiones de la sociedad, en eso está la autocrítica respecto del sistema político y que lo encarnan profundamente los partidos políticos.

Precisamente te iba a preguntar tu opinión de la reforma política que se está planteando, con énfasis en la fragmentación en el Poder Legislativo y otros ámbitos, los porcentajes para representatividad.

Habría que ser bien obtuso para no darse cuenta que la política tiene problemas. Pero una cuestión es constatar ese escenario de problemas de legitimidad y funcionamiento, pero otra es derivar algunos fines a partir de una reforma política. Si nuestra preocupación fundamental es cómo tenemos partidos que permitan que ideas de la sociedad se plasmen y avancen, entonces hay que ver cómo fortalecer los partidos y ver los mecanismos de conformación de los partidos. El problema entonces no es que haya muchos partidos. De hecho hay partidos grandes que tienen problemas de cohesión política y eso genera fragmentación. Por cierto que el debate de sistema político se presta ahora para acomodos, porque sería miope no mirar que hay disputas de hegemonía desde distintos sectores, tanto desde la derecha como desde la izquierda. En la derecha algunas preocupaciones sobre el umbral de representación tienen que ver con fuerzas políticas que se le han ido constituyendo al lado de los partidos más tradicionales y que le generan contradicciones en la conducción política del sector. Lo mismo pasa en distintos sectores de izquierda. Lo importante es que si vamos a dar una discusión en serio del sistema político, es plantear con claridad cuáles son los problemas que vamos a enfrentar y clarificar las intenciones de este debate. Ya hubo declaraciones de grupos empresariales y de la derecha diciendo que estábamos mejor con el sistema binominal y que el problema actual de la política es que no tenemos esas reglas del pasado y que hay expresiones diferentes sobre todo en las izquierdas y que eso produce la fragmentación. Hay problemas del sistema político, pero hay que sincerar las motivaciones para una reforma y luego darse una tarea de precisar los diagnósticos y las respuestas. Porque, por ejemplo, el problema de la fragmentación no es el multipartidismo y entonces quizá el problema no sea de umbral sino que tenga que ver con otros tipos de reglas que haya que abordar.

Carácter y objetivos del oficialismo

Dijeron que el Presidente Gabriel Boric va a terminar siendo socialdemócrata, hay quienes dicen que el Gobierno es socialdemócrata, pero otros insisten en que es un Gobierno de izquierda. Claro, entran los debates del alcance de esas definiciones.

Es que sí, primero está la definición de socialdemocracia porque es un campo de debate. Algunos afirmaban que gobiernos de la Concertación habían sido socialdemócratas y parte de la existencia del Frente Amplio tiene que ver con poner en cuestión eso cuando se profundizaban ámbitos de mercado a propósito de derechos básicos como las pensiones, la educación y la salud. Hay que transparentar de qué se habla cuando se dice que el Gobierno es socialdemócrata o no lo es. Ahora, ponerle o no esa carga al Gobierno de que si terminará siendo socialdemócrata o con una perspectiva de izquierda y socialista, difiere de las condiciones materiales que está enfrentando. Desde luego va a ser un Gobierno que le tocará tratar de constituir ciertas estabilizaciones, pero también creo que no ha renunciado a instalar, con los mecanismos y las herramientas que tiene, espacios de emancipación, como es con las 40 horas semanales, el copago cero en salud, el salario mínimo en 500 mil pesos y otros derechos sociales alcanzados. Hay que hacer un juicio calibrado que tiene que ver con todos los procesos que ha experimentado el Gobierno y precisar qué se va a entender por socialdemocracia o Gobierno de izquierda en este contexto histórico.

Se ha hablado de serios problemas del Gobierno y del oficialismo, y también de serios problemas en la oposición, en la derecha. Esto lleva a algunos análisis que, por ejemplo, indican que no está resuelto el tema electoral en las municipales, las futuras parlamentarias e incluso las presidenciales. ¿Está muy abierto el escenario, cómo ves la disputa política que cruza al país?

Bueno, creo que efectivamente la derecha está enfrentando hace rato un proceso de crisis, no sólo por sus problemas de liderazgo, sino porque es una derecha que no tiene claro el proyecto para el país. Entonces aparecen las voces que tratan de reponer algunos consensos que sostuvieron el pacto que hicieron partes de la derecha durante la dictadura, de valores conservadores hasta una política neoliberal, y que está en discusión en el sector. También enfrentar que la izquierda avance. En términos políticos e ideológicos están en un debate que no logran resolver, sobre todo de cómo se plantean hacia Chile. Hay una UDI (Unión Demócrata Independiente) donde muchos militantes e incluso diputados se pasan al Partido Republicano, ves una Evópoli (Evolución Política) que se parece más a la UDI que a una propuesta de centroderecha. Están en un problema complejo vinculado a qué proyecto plantearle al país y un problema de articulación política porque no hay liderazgo que logre generar una articulación común del sector.

¿Y el Gobierno y el oficialismo?

Creo que hay una dificultad parecida a la de la oposición. Por eso te decía al inicio aquello de que hay un marco general de agotamiento del modelo y que genera muchas tensiones, hay muchas cuestiones en movimiento y no termina de cuajar una salida. Quisiera relevar los esfuerzos que han hecho las fuerzas progresistas por mantenerse coordinadas y unidas a pesar de muchas diferencias, considerando el cuadro país que se enfrenta, con una incorporación de sectores muy autoritarios al sistema político, como el Partido Republicano. Ha habido un esfuerzo de cohesión y articulación. También el desafío Gobierno que ha obligado a tomar ciertas posiciones en algunas materias que genera cohesiones, pero creo que en el fondo en la discusión de proyecto hay una déficit en las fuerzas políticas del Gobierno, y que tiene que ver en cómo articular una visión de sociedad que primero convoque a las mayorías y luego que permita sacarnos de la situación más general de crisis.