HABLEMOS DE LA TELE. CNTV y TVN: Crisis comunicacional

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Se entiende que el CNTV seguirá más preocupado de las infracciones a la ética, la normativa de protección al menor y otros aspectos, sancionando y analizando situaciones puntuales sin abordar temas de fondo en materia comunicacional. Lo mismo puede decirse de TVN, el canal “público” que más denuncias recibe por infracciones al porcentaje legal de programación “cultural”, donde entienden hasta los espacios de gastronomía o turismo como programas “culturales”.

José Luis Córdova. Periodista “El Siglo”. Santiago. 21/3/2023. El Gobierno se atrevió y con envidiable audacia comenzó a subir en la plataforma Youtube un programa televisivo semanal de una hora titulado “Gobierno Informa” mediante el cual está comunicando sus realizaciones, avances y logros que en su mayoría son invisibilizados por los canales de TV, inclusive por el llamado canal “público”. De inmediato arreciaron los ataques en medio de la actual e indesmentible crisis comunicacional que afecta a nuestro país.

No faltaron las críticas por esta iniciativa, calificada de “propagandística” y con recursos fiscales, cuestión que fue avalada oficialmente por la Secretaría General de Gobierno que tiene el deber de informar sobre las actividades de la administración central y también las acciones a nivel regional. Asimismo, está editando unos flayers al estilo de las primeras páginas de un diario con el título de “Buenas noticias para Chile”.

El programa televisivo cuenta con la participación de los periodistas que habitualmente cubren las pautas de La Moneda y otros comunicadores desde regiones que hacen las preguntas a las autoridades, invitadas que responden sobre temas concretos de seguridad, salud, educación, viviendas más allá de la contingencia y los debates políticos.

La iniciativa fue rápidamente estigmatizada como “estilo Maduro”, de AMLO, los Kirchner y otros ejemplos comunicacionales en el exterior, acompañado de duros epítetos, mientras la oposición rechazó la medida y no faltaron las críticas de periodistas como Monserrat Álvarez y Julio César Rodríguez que ven en este espacio una suerte de amenaza a los matinales y programas “políticos”. Pero estos mismos profesionales nada dicen -por ejemplo- cuando tienen que hacer menciones comerciales bizarras en medio de una entrevista o reportajes sobre importantes temas sociales y políticos, lo que les resta seriedad y pierden credibilidad en sus opiniones “personales” emitidas durante la conversación con autoridades.

Mientras, el tradicional formato de espacios de debates como “Tolerancia Cero” en CNN, fichó para esta temporada a la periodista   Carolina Urrejola y al abogado Jorge “Pirincho” Navarrete para acompañar a Fernando Paulsen y los demás panelistas que rotan semana a semana en este programa:  Francisco Javier Covarrubias, Daniel Mansuy, Mónica Rincón y Paula Escobar. “Estado Nacional” y “Mesa Central” no muestran cambios.

En tanto, el Presidente Gabriel Boric designó como reemplazante de la colega Faride Zerán en la presidencia del Consejo Nacional de Televisión al abogado Mauricio Muñoz -sin ninguna experiencia en el periodismo ni la televisión- quien fuera asesor de la expresidenta Bachelet, de varios ministerios y hasta el 1 de abril funge como secretario general de la Corporación Municipal de Salud y Educación en la comuna de San Bernardo (¿?). Es decir, nada que ver con televisión.

Así las cosas, se entiende que el CNTV seguirá más preocupado de las infracciones a la ética, la normativa de protección al menor y otros aspectos, sancionando y analizando situaciones puntuales sin abordar temas de fondo en materia comunicacional. Hacer encuestas, estudios, catastros y dictar sanciones pecuniarias a los distintos canales parece de gran prioridad antes de una política comunicacional activa y creativa en un sistema nacional que deja bastante que desear.

Lo mismo puede decirse de TVN, el canal “público” que más denuncias recibe por infracciones al porcentaje legal de programación “cultural”, donde entienden hasta los espacios de gastronomía o turismo como programas “culturales”. Los matinales también han recibido sanciones por no proteger suficientemente  a menores, descuidar los mensajes y el lenguaje sobre tópicos que deben transmitirse después de las 22 horas, según dicta la normativa vigente.

El desprestigio de la política y de las elites, sin embargo, no parece llegar a las parrillas televisivas donde insisten una y otra vez en el bi-nominalismo político, la exclusión y discriminaciones ante minorías sociales y étnicas, parte del anticomunismo y negacionismo en vísperas de la conmemoración de los 50 años del trágico golpe civil-militar de septiembre de 1973. La crisis comunicacional -que afecta severamente a nuestra televisión- parece estar llegando a tocar fondo sin que se avizoren cambios ni menos soluciones.