Una reforma con justicia y equidad tributaria

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El mejoramiento de la calidad de vida pasa también por otorgar mayores herramientas a los gobiernos regionales, por lo que también un objetivo de la reforma será potenciar la descentralización, impactando en materia de redistribución y duplicando los ingresos de gobiernos locales.

Makarena Arias Vargas(*). Atacama. 01/08/2022. Las frustraciones sufridas por lograr llegar a fin de mes, frente a la displicencia de las autoridades que llamaron a madrugar para encontrar una tarifa más bajas, empujó a un levantamiento popular que movilizó a grandes sectores de Chile por las calles, con el fin de buscar una nueva forma de vida más equitativa. Es nuestro compromiso responder a este clamor y combatir los abusos latentes.

Para superar aquellas frustraciones, debemos asegurar un nuevo pacto social que brinde mayor protección y avance a un uso eficiente de los recursos, que permita tomar medidas en la mejora de la calidad de vida, con énfasis en los sectores más afectados los últimos años como lo son los emprendimientos de micro, pequeñas y medianas empresas. Para esto el desafío en materia tributaria no es nuevo y es fundamental.

Con un proceso inédito de participación que convocó a diálogos ciudadanos y mesas técnicas, nuestro Gobierno presentó una reforma tributaria que busca recaudar un 4,1% del PIB, implementada en un plazo de cuatro años. Esta reforma apunta a un Chile más justo y desarrollado, donde no existirá alza de impuesto al 97% sino que solo al 3% que concentra la riqueza.

Entre alguno de los objetivos presentes está financiar responsablemente las transformaciones estructurales que se han demandado por muchos años. Aquí cabe la ampliación de garantías en educación, salud, pensiones y también la diversificación productiva del país con enfoque de género y sustentabilidad.

El mejoramiento de la calidad de vida pasa también por otorgar mayores herramientas a los gobiernos regionales, por lo que también un objetivo de la reforma será potenciar la descentralización, impactando en materia de redistribución y duplicando los ingresos de gobiernos locales.

Para lo anterior, es importante hacernos cargo de la evasión y la elusión fiscal que ha traído como consecuencia, dejar de percibir entre el 2013 al 2018 un 7,7 y 8,2 puntos del PIB, según datos del SII, para lo cual esta reforma plantea más herramientas para combatir estas prácticas.

Respecto a los emprendimientos fundamentalmente afectados, en esta potente reforma existe un especial enfoque en fomentar a las pymes. Habrá un incentivo a las nuevas empresas y a las que se formalicen, estableciendo un nuevo régimen que les permitirá tener un IVA especial en los primeros 12 meses, partiendo por una exención del 100% y bajando escalonadamente hasta regularizarse al segundo año, dando un plazo importante de incentivo para más oportunidades de consolidarse. También se plantea un incentivo a la investigación y al desarrollo, especial para las empresas que inviertan en mejorar su producción.

La reforma plantea equidad y justicia tributaria para un buen vivir de todas y todos. El desarrollo de nuestro país pasa por mayor inversión en investigación y desarrollo, protección de las empresas de menor tamaño y por un modelo de garantías en materia de derechos sociales.

Disminuir la brutal desigualdad es una tarea de primer orden y con esta medida se avanza en establecer equidad tributaria y protección a todas y todos.

Contra los abusos y la desigualdad, avanzamos con convicción por un Chile que crece en perspectivas de derechos sociales con más dignidad y equidad.

(*)Makarena Arias Vargas. Seremi de Economía, Fomento y Turismo de la Región de Atacama. Secretaria general de las Juventudes Comunistas.