Se estaría pavimentando el camino a la derecha para presidir la Cámara Baja

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El PDG insiste en que el oficialismo respalde a uno de los suyos para estar al frente de la testera legislativa, lo que implicaría no cumplir el compromiso de bancadas parlamentarias de apoyar una candidatura del PC. Se está instalando que los comunistas, por segunda vez, cedan lo que les corresponde por compromisos adquiridos. Desde el PDG exigen el respaldo o de lo contrario no votarán por el oficialismo, lo que pondría a la oposición en la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. 1/4/2024. La situación es enredada y tensa en el campo oficialista y algunos de sus posibles aliados en la Cámara de Diputadas y Diputados.

Había un compromiso tomado en 2022, de que en este año -ahora sí- la correspondería al Partido Comunista (PC) presentar candidatura a la presidencia de la Cámara Baja. Esto, después de que el PC cediera en esa ocasión la oportunidad que le tocaba por el “acuerdo administrativo” en el oficialismo y otras bancadas legislativas, en aras de impedir que la derecha se quedara dirigiendo la testera legislativa. Ahí hubo “una palabra de honor” de todos los partidos, un compromiso de las colectividades, para que este 2024 la candidatura del oficialismo saliera del PC.

Sin embargo, ahora se le pide al PC que, por segunda vez, ceda lo que le corresponde. Principalmente desde el Partido de la Gente (PDG) que quiere esa candidatura. Desde el PDG sostienen que el “acuerdo administrativo” tomado al inicio de este período legislativo indica que en esta ocasión debía su bancada ocupar la presidencia de la Cámara, pero omiten el compromiso del 2022 con el PC. Los legisladores del PDG ahora plantean que no respetarán ese compromiso y, además, amenazan con restar sus votos al oficialismo si no se hace lo que exigen.

El problema es que si ese partido no cumple el acuerdo y es respaldado por otros legisladores en eso, nadie podría obligar a bancadas o parlamentarios del bloque oficialista a votar por la o el postulante del PDG. En ambos casos, sería darle la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados a la derecha.

El PC, nuevamente, es colocado en una situación complicada. Se le quiere pedir por segunda vez que acceda a que no se respete un compromiso contraído por todas las bancadas, “de manera voluntaria” como se ha dicho, y ceda lo que le corresponde según lo acordado. Ninguna bancada parlamentaria ha pasado por eso. Sería un golpe duro que dejaría en una posición más que incómoda al Partido Comunista. De ahí que sus legisladores y su directiva insistan en que se “debe respetar la palabra contraída” y que no aceptarán que se les imponga “otro veto” y dejarlos, una vez más, sin la oportunidad de presidir la Cámara Baja. De paso, obligándolos a votar por el PDG. El peor de los mundos impuestos.

Esta semana continuarán las conversaciones para desatar este nudo. La votación de la presidencia de la Cámara es el 15 de abril. Hasta el momento, la mayoría de legisladores del oficialismo están apoyando la postulación de la bancada comunista, pero algunos han dado señales de no cumplir el acuerdo. Esa postura se suma a lo declarado por la derecha en cuanto a que “haremos lo imposible para que un comunista no presida la Cámara de Diputadas y Diputados”.

En este cuadro, queda claro que lo que suceda en la elección de la presidencia de la Cámara Baja, tendrá un efecto político relevante al interior del oficialismo y sus alianzas.