¿Qué está pasando con el PC?

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En los últimos meses no hubo semana que no estuviera la presencia del Partido Comunista y sus dirigentes en los medios de comunicación, en el debate político y las noticias en temas legislativos, sociales, gubernamentales y de política exterior. Nadie podría desconocer las controversias y tensiones que pudieron vivir esta semana y otras anteriores dirigentes y militantes comunistas en diversos cargos, pero la enorme duda es que si son realmente “sus días más complejos” o si presenta “signos de desgaste”. En definitiva, el PC y sus actores están en el epicentro de acontecimientos políticos en distintos ámbitos y eso tiene impactos, costos y logros.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 19/4/2024. Como suele ocurrir con los partidos políticos que gravitan de manera importante en el escenario político nacional, surgen y resurgen especulaciones, al tiempo que se pone más atención a sus dinámicas, episodios y planteamientos.

En el juego político-comunicacional no hay colectividad política que no esté a merced de la prensa, más si es incidente, de los análisis de columnistas y declaraciones de personeros políticos o académicos, y eso arrastra de paso a sus dirigentes, a sus “figuras”. En muchas ocasiones dejando en el subterráneo informativo episodios propios de las colectividades políticas.

En los últimos meses prácticamente no hubo semana que no estuviera la presencia del Partido Comunista (PC) y sus dirigentes (algunas/nos autoridades de Gobierno, municipales, legisladores, dirigentes sindicales y sociales) en los medios de comunicación, en el debate político y las noticias en temas legislativos, sociales, gubernamentales y de política exterior.

Sin duda que esta semana, por ejemplo, tuvo notoriedad política/comunicacional la elección de la diputada del PC, Karol Cariola, como presidenta de la Cámara Baja, y el escándalo por la decisión de la fiscal Giovanna Herrera de impedir que el alcalde Daniel Jadue (PC), pudiera viajar a un encuentro en Caracas.

Claro que unos días antes de esos episodios, el PC vivió dos momentos importantes sino cruciales para sus batallas políticas, su funcionamiento interno y de instalación en el escenario político/electoral.

Dio inicio formal a su XXVII Congreso Nacional que, entre otras cosas, ajustará su programa estratégico, definirá su línea política y dará paso a la elección de su nueva directiva nacional, incluyendo los cargos de presidente/ta y secretaria/rio general de la colectividad.

Y presentó una lista de 40 candidatas y candidatos a alcaldes en todo el territorio nacional, muchas y muchos con posibilidad amplia de electividad, lo que podría aumentar el número de comunas en manos comunistas, que en la actualidad son seis. En el Partido Comunista alistan decenas de postulaciones a concejalas/les en todo Chile, lo que influiría en un aumento de la votación nacional del partido de la hoz y el martillo.

Esos dos hechos son calificados como fundamentales dentro del Partido Comunista, más allá de situaciones contingentes que incluyen a algunos de sus dirigentes.

En un marco donde desde el PC se reivindica ser, de acuerdo a datos del Servicio Electoral, el partido más grande de Chile con más de 45 mil militantes, tener una bancada de 12 legisladores, dos senadores, dos ministras y un ministro y subsecretarios en carteras importantes como Fuerzas Armadas y Justicia.

Además, las y los comunistas tienen posiciones de dirección en la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), la Anef (Agrupación Nacional de Empleados Fiscales), la FECH (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), en varios colegios profesionales, sindicatos nacionales, colectivos culturales, organizaciones sociales y territoriales.

No es menor que haya menciones a al menos tres integrantes de la colectividad como posibles candidatas o candidatos a la presidencia.

Son antecedentes que entran en juego en medio de reiteradas denuncias de un “anticomunismo visceral” que existe en sectores políticos y de la sociedad chilena, de acuerdo a una declaración del Presidente Gabriel Boric, quien agregó que “no conozco otro partido que reciba tantos ataques ad hominem y mentiras”.

En todo caso, junto a eso, el mandatario sostuvo que “no tengo ninguna duda del compromiso democrático y social del PC chileno”.

Como sea, es claro que el Partido Comunista está más expuesto al escrutinio de la información, el análisis, los cuestionamientos, lo que incluye especulaciones y recreaciones sobre su realidad, junto a hechos constatables.

En este contexto, en esta semana, por ejemplo, aparecieron titulares de prensa como “El PC vive sus días más complejos durante este gobierno” o que “El PC muestra signos de desgaste con controversias de Jadue”, que se sumó a la reiteración de  alusiones a “las pugnas internas” e “intrageneracionales”.

Nadie podría desconocer las controversias y tensiones que pudieron vivir esta semana y otras anteriores dirigentes y militantes comunistas en diversos cargos, pero la enorme duda es que si son realmente “sus días más complejos” o si presenta “signos de desgaste”. Con los antecedentes, datos y logros que se manejan, pareciera que no.

Porque se ve a involucrados, como la diputada Karol Cariola, el alcalde Daniel Jadue, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, la alcadesa Irací Hassler, saliendo en tonos de ofensiva comunicacional, fijando puntos políticos, y siendo parte de debates de intensidad política. No se observa un repliegue, un desgaste, un distanciamiento o diseño defensivo. Eso independiente de las críticas, desacuerdos u observaciones que pueda haber a sus desempeños.

En definitiva, el PC y sus actores están en el epicentro de acontecimientos políticos en distintos ámbitos y eso tiene impactos, costos y logros.

Carne a devorar por la prensa, como ocurre siempre con los partidos, es el tema de las elecciones de los máximos dirigentes, más cuando hay señales de roces y competencias internas. El PC no podía ser una excepción.

Se recurren, como es habitual por lo demás, a fuentes no identificables que serían cercanas o parte de la directiva comunista para aproximar una realidad respecto al tema “de la sucesión” o elección en el PC, partiendo del hecho concreto que se debe producir a fin de este año, entre otras cosas, porque la colectividad está obligada por plazos de la Ley de Partidos Políticos.

Un punto es que siempre se ha cuestionado un “mecanismo monolítico” dentro del PC, sin embargo, ahora que aparece la posibilidad de una elección abierta con varias opciones, se habla de “desorden dentro del Partido Comunista”.

Lo vivido hace unos meses cuando Lautaro Carmona asumió como presidente de la organización, tras el fallecimiento en agosto del año pasado de Guillermo Teillier, y hubo que elegir a un nuevo o una nueva secretaria general, mostró una realidad, aunque la directiva del PC nunca la explicitara formalmente.

En la Comisión Política de la organización hubo una votación entre Bárbara Figueroa y Karol Cariola para ser propuestas como secretaria general a un Pleno del Comité Central, y luego allí también se produjo una votación donde por mayoría resultó electa Figueroa. Seguro fueron pocas o muchas las razones de esas votaciones, pero lo concreto es que se produjeron y eso dirimió una situación interna al parecer sin más trauma. Pero se quiso instalar o se instaló un tono de disputa en los medios más que de valoración del procedimiento interno.

Ahora para finales de año se adelanta, todo extraoficialmente por cierto, que existen distintas opciones para ocupar los cargos dentro del Partido Comunista, habría aspiraciones diversas para asumir responsabilidades, en un proceso normal dentro de una colectividad política. Como sea, todo se resolverá en una elección universal, con el criterio un militante un voto, en un proceso establecido y monitoreado por el Servicio Electoral. De esa elección saldrá el Comité Central, que es la instancia que elige a la Comisión Política y luego  los dos cargos llamados unipersonales, presidente/ta y secretario/ria general.

“Todo lo demás es música” se podría decir, ante comentarios y especulaciones de quiénes corren o cómo corren en esa elección, con caracterizaciones generacionales o políticas. Lo que se acentúa desde la colectividad, es que hay muchas y muchos candidatos a la directiva nacional y que todo se resolverá democrática y participativamente en la organización.

En todo caso, respecto a este partido que tiene más de 110 años de existencia, suele omitirse algo que los conocedores de su historia, su trayectoria y su vida interna consideran vital y determinante. La base militante. Allí es donde se encontraría “una unidad férrea” en torno del desarrollo de la organización y que estaría por encima de situaciones coyunturales o episodios específicos e individuales.

Se comenta que las y los militantes comunistas suelen estar en tareas territoriales, sectoriales, sociales, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles, poblacionales, de propaganda. Son las bases que se movilizarán para las elecciones municipales, que están participando en el Congreso del PC, que votarán para elegir su directiva y que están articuladas para situaciones como fue el Paro Nacional Activo del 11 de abril pasado.