Puntos de tensión en torno a los 50 años de la asonada civil-militar

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El golpe de la felonía, la cobardía y la traición. Surgen posturas de evocación del real impacto del suceso, de rescate de la memoria, otras negacionistas y relativizadoras, y unas con un tácito afán de acotar los alcances de la efeméride.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 7/2023. Como se podía esperar, y más allá de retóricas y complacencias, la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que derrocó al Gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende el martes 11 de septiembre de 1973 -que en las primeras 24 horas dejó alrededor de un centenar de muertos, decenas de heridos y por los menos 3 mil detenidos-, generó puntos de tensión entre posturas de evocación del real impacto del suceso, de rescate de la memoria, otras negacionistas y relativizadoras, y unas con un tácito afán de acotar los alcances de la efeméride.

Las declaraciones del expresidente Sebastián Piñera cuestionando la calidad de demócrata de Allende, la declaración de la secretaria general de la UDI (Unión Demócrata Independiente), Marcela Hoffman, afirmando que son “bastantes equiparables” el Gobierno de la Unidad Popular (UP) y el régimen militar, el delegado presidencial para la conmemoración de los 50 años, Patricio Fernández, apuntando a discutir “razones o motivaciones para el Golpe de Estado”, la vocerías “explicando” la asonada golpista, las reivindicaciones del golpe y del dictador Augusto Pinochet desde el Partido Republicano, y grupos de exuniformados, dan cuenta del clima que se vive en torno de este suceso que marcó dramáticamente la historia del país.

Junto a lo anterior, desde ámbitos de los derechos humanos y legislativos surgieron, en el marco de los 50 años, demandas y propuestas como cerrar el penal de Punta Peuco donde están exmilitares condenados por violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, avanzar con el plan de búsqueda de restos de detenidos desaparecidos, establecer nuevos Sitios de Memoria, aprobar una legislación para sancionar del negacionismo, y reiterar que las Fuerzas Armadas y Carabineros deben entregar información sobre ejecuciones y desapariciones de miles de chilenas y chilenos. La diputada y expresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, sentenció que al recordar el golpe de Estado “no sólo se trata de conciertos o memoriales, sino también de hechos concretos”.

En esa línea, en el mundo de la izquierda, del movimiento social y de los derechos humanos (DDHH) hay inquietud por el tono retórico y ambivalente, poco preciso, con que se están abordando algunas actividades y contenidos de la conmemoración del cincuentenario del derrocamiento de Allende. Se ha planteado que no hay mucha claridad del sello que tendrán los eventos que vienen y se percibe cierto atraso en la agenda. Y se apunta a establecer de manera nítida “el carácter criminal, anticonstitucional, antidemocrático, sangriento y traicionero del golpe de Estado”.

En entrevista al diario La Tercera, Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), indicó que “hay muchas cosas que no nos parecen de cómo el Gobierno está tratando la conmemoración de los 50 años; de lo que pasó, las violaciones a los derechos humanos, los daños que quedaron en los familiares exiliados y prisioneros políticos. Más aún cuando hoy existen más de 900 detenidos desaparecidos y ejecutados sin entrega de cuerpo”. Refirió que en un encuentro para conocer el despliegue de actividades oficiales, “Patricio Fernández nos presentó una diapositiva con una idea que para nosotros fue un poco dura y burlesca. Ellos buscaban hacer del aniversario un día festivo, casi un festival o un show”. Recalcó que “buscamos que esta sea una fecha donde se muestre y se hable de lo que fue el golpe civil-militar”.

Como sea, el Gobierno avanzó en establecer nuevos Sitios de Memoria, hubo un compromiso en encarar las miradas negacionistas, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio instaló la plataforma 50.cl con contenidos y agendas respecto a los 50 años, se instaló la idea de que “Democracia es memoria y futuro”, se sabe que habrá ceremonias y actos en septiembre y que están invitados desde el extranjero personalidades y artistas, entre ellos los presidentes de México y Colombia, Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro, respectivamente. A eso se suman diversidad de foros, exposiciones, charlas y publicaciones, convocadas y desarrolladas por la Fundación Salvador Allende, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Sitios de Memoria, Comité Nacional de Iniciativas Populares 50 años, embajadas, colectivos culturales, partidos políticos, la Central Unitaria de Trabajadores, las municipalidades de Santiago y Recoleta y organizaciones sociales y territoriales. El 11 de septiembre se convocará a la tradicional marcha de recuerdo del golpe militar y homenaje a las víctimas de la represión y se estaría organizando un acto político-cultural masivo. 

Hace unos meses, en declaraciones a ElSiglo.cl, el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, dijo que “el pueblo debe ser el protagonista de la conmemoración de los 50 años del golpe, se deben incentivar actividades en los barrios, en los territorios, de las organizaciones populares, debe convocarse al pueblo y que haya muchos actos, encuentros y, bueno, participación en marchas y manifestaciones que se convoquen. El pueblo es el que debe movilizarse para conmemorar la fecha del golpe de Estado”.

La encrucijada de los militares y carabineros

Los ejecutores del golpe de Estado de 19873 fueron los altos mandos de las Fuerzas Armadas (FFAA) y Carabineros, quienes lideraron el bombardeo a La Moneda y la ocupación represiva de zonas populares, cerraron el Congreso y clausuraron medios de prensa, sindicatos y organizaciones sociales, tomaron presos a ministros, legisladores, periodistas, dirigentes sociales y políticos y a miles de ciudadanos, e iniciaron la instalación de una dictadura, lo que incluyó crear dos organismos represivos y criminales y tomar prisioneros y asesinar a generales, almirantes y oficiales que mantuvieron la doctrina institucional y no se plegaron al golpe.

A los 50 años todo indica que las FFAA y Carabineros esperan que la fecha pase lo más rápido posible. Las versiones extraoficiales aparecidas en medios de prensa apuntan a que los actuales jefes castrenses están entre inquietos y molestos por actividades de conmemoración, como declarar Sitios de Memoria recintos militares o el buque La Esmeralda, volver a exigirles que entreguen información sobre violaciones a los derechos humanos, observar el posible cierre de Punta Peuco donde cumplen condena exuniformados y que se vuelva a traer a la palestra el papel de las instituciones militares y policiales en el golpe militar. Esto estaría generando tensiones con el Ministerio de Defensa y La Moneda y está generando comunicados y acciones de asociaciones y grupos de antiguos miembros de las FFAA y Carabineros y de “la familia militar”.

En todo caso hay contrastes, como la colaboración prestada por el Ejército y la Fuerza Aérea (FACH) y especialmente por la Armada para la visita de expresos políticos y familiares al campo de concentración de Isla Dawson, y la afirmación del comandante en jefe de esa institución, Juan Andrés de la Maza de que “nunca más, que estos hechos no ocurran nunca más”. Así también, se habría producido una apertura o consentimiento respecto a algunos Sitios de Memoria en recintos militares y gestos en cuanto a no enaltecer episodios o protagonistas castrenses en relación “al pronunciamiento militar”.

De la Maza es el único jefe militar -hasta ahora- que ha sido más explícito respecto a los 50 años del golpe. En entrevista al diario El Mercurio sostuvo que “no hay que quedarse anclados en el pasado. Veamos esto como idea de futuro. Acá los que estamos somos gente que prácticamente no vivimos ese episodio” y planteó “ir cerrando, de a poco, el capítulo, en la medida en que se pueda, entendiendo lo que vivieron algunas personas”…

La extrema derecha y la derecha contra Allende y justificando el golpe

Desde ámbitos del Partido Republicano, “la familiar militar”, asociaciones de militares y carabineros en retiro, de las colectividades de la derecha tradicional, de medios de prensa afines a esos sectores y que en su momento respaldaron el derrocamiento del Presidente Allende, de académicos y analistas conservadores y centros de estudio ligados a la derecha, se está desarrollando una línea de acción e instalación de un relato apuntando a cuestionar al Gobierno de la UP, desacreditar a Allende, “explicar” y justificar el golpe de Estado, relativizar los hechos sangrientos y de violaciones a los derechos humanos, reivindicar “el pronunciamiento militar” y más que analizar y hacer memoria del golpe de Estado, poner a todo el mundo a cuestionar y revisar el período de la Unidad Popular.  Lo anterior, con una gran dosis de negacionismo y sostener que recordar lo ocurrido es “volver sobre el odio”, “la división de los chilenos” y que lo mejor “es cerrar este capítulo”.

“No tengo por qué pedir perdón por la obra del Gobierno militar” expresó en una entrevista el jefe de la ultraderecha, José Antonio Kast. La presidenta de Evolución Política (Evópoli), Gloria Hutt, planteó que “nos gustaría mucho más que esta conmemoración de los 50 años fuera un punto de encuentro y una instancia para cerrar heridas y divisiones”. El expresidente Sebastián Piñera aseveró que la asonada golpista fue producto de “un largo proceso de deterioro de nuestra democracia” en el Gobierno de la UP y disparó: “El gobierno de Allende no respetó los principios de la democracia”. El dirigente Republicano, Luis Silva, destacó el carácter de “estadista” de Pinochet. La dirigenta de la UDI, María José Hoffman, indicó que “las barbaridades” de la dictadura “son bastante equiparables” a las del Gobierno de la UP. “No es deseable que ni en Chile ni en cualquier parte del mundo se vuelva a presentar un gobierno que, por la vía de la violencia política, social y económica, obligue a toda una nación a someterse a la dictadura marxista, como se intentó hacer entre 1970 y 1973”, se dijo en un comunicado de la Asociación Gremial de Oficiales de la Armada en Retiro (Asofar).

A lo anterior se sumarían eventos -todo indica que serían privados-, encuentros y difusión de mensajes por redes sociales, desde asociaciones de uniformados en retiro, la Fundación Pinochet, el Partido Republicano, grupos de militantes de la UDI, entre otros, para recordar “la gesta patriótica” de 1973, reivindicar “el pronunciamiento militar” y la figura de Pinochet y otros jefes militares. Se sabe que en días cercanos al 11 de septiembre, la derecha y la ultraderecha, medios de prensa y analistas afines, lanzarán una fuerte campaña de cuestionamiento al Gobierno de la UP y a Salvador Allende, dejando en un segundo plano u omitiendo lo relacionado con el golpe de Estado y sus consecuencias.

“Ponerle freno al negacionismo”

En todo este marco, la ministra vocera de La  Moneda, Camila Vallejo, estableció que de cara a los 50 años del golpe de Estado, “lo importante es que podamos hacer un ejercicio de memoria, memoria en torno a los hechos que ocurrieron y lo imposible de negar las violaciones a los derechos humanos, los crímenes que se cometieron por parte de la dictadura, que fueron brutales y que están constatados en sendos informes de derechos humanos, nacionales e internacionales”. 

Frente a las posturas negacionistas y relativizadoras de los sucesos de 1973 y durante el régimen dictatorial, la ministra, en declaraciones a Radio Nuevo Mundo, apuntó que “es tan importante ponerle freno al negacionismo, porque el negacionismo implica el tratar de hacer un borrón de los brutales hechos acontecidos en nuestro país durante el golpe de Estado y la dictadura, sino también relativizar la importancia de defender nuestra democracia, nuestras instituciones y los derechos humanos de las personas”.

En tanto, el diputado del Partido Socialista, Daniel Manouchehri, dijo en Radio Universidad de Chile que “esperamos que con esta conmemoración algunos recapaciten en sus posiciones y entiendan que en esto no pueden existir dobles lecturas. No me imagino a la sociedad alemana hablando de las cosas buenas que hizo o las luces que tuvo Hitler, eso sería una locura. Cuando hay gente que plantea las cosas buenas que pudo tener Pinochet es una falta de respecto a la memoria nacional”.

En un mensaje al cumplirse 111 años del PC, Guillermo Teillier dijo que “a 50 años del golpe civil-militar, es fundamental terminar con el manto de impunidad que se ha generado por la falta de justicia, por los pactos de silencio y que se fortalece con el negacionismo miserable que hemos visto en estos días. Es por ello que debemos  poner suma  importancia a las actividades de conmemoración del trágico golpe de Estado que sacudió a Chile de norte a sur y que sometió a tantas familias al genocidio y el dolor que significó para nuestro pueblo”.