Panelistas “estables”

Compartir

Resulta al menos curioso -si no enojoso- el regreso a la pantalla chica de personajes como los ex ministros Karla Rubilar, Mario Desbordes, Jaime Bellolio; los ex subsecretarios Máximo Pavéz, Katherine Martorell y Paula Daza, hasta los mismísimos ex candidatos presidenciales Sebastián Sichel e Ignacio Briones. Todos, conspicuos representantes del Gobierno de Sebastián Piñera de triste recordación para el pueblo chileno.

José Luis Córdova. Periodista. 03/11/2022. Resulta al menos curioso -si no enojoso- el regreso a la pantalla chica de personajes como los ex ministros Karla Rubilar, Mario Desbordes, Jaime Bellolio; los ex subsecretarios Máximo Pavéz, Katherine Martorell y Paula Daza, hasta los mismísimos ex candidatos presidenciales Sebastián Sichel e Ignacio Briones. Todos, conspicuos representantes del Gobierno de Sebastián Piñera de triste recordación para el pueblo chileno.

¿De qué se trata para que los canales comerciales (incluido el único medio audiovisual “público”) resuciten a estas ex autoridades superadas por la historia? Simplemente para confrontarlas con los actuales personeros de Gobierno. Rubilar ¿experta en desarrollo social?, ¿el ex carabinero Desbordes en seguridad?, ¿Bellolio en gobernanza?

No les basta con la presencia como panelistas “permanentes” del senador Iván Moreira, los alcaldes Evelyn Mathei, Rodolfo Carter y Germán Codina, a los que se han sumado animadores y conductores “opinólogos”  que ya no ocultan su animadversión al actual Gobierno como José Luis Repenning y Monserrat Álvarez mientras que personajes como José Antonio Neme, Rodrigo Sepúlveda, Fernando Paulsen y Julio César Rodríguez se sacaron la máscara de “progresistas” para afiliarse a las huestes opositoras.

Como si todo esto fuera poco, han vuelto a la televisión personajes “ochenteros” y “noventeros” como Ivette Vergara, Eli de Caso, Amaro Gómez-Pablos, Karen Doggenweiler, Cecilia Bolocco. Faltaría reponer en cámara a César Antonio Santis, Paulina Nin, Bernardo de la Maza y Raquel Argandoña, y ¿por qué no a Claudio Sánchez, Pablo Honorato o Julio López Blanco?

Entre los pocos “rostros” que conservan cierta ecuanimidad están los lectores de noticias Ramón Ulloa en Canal 13, Juan Manuel Astorga en el Mega, Julia Vial y Eduardo de la Iglesia en La Red, Rafael Cavada y Karina Álvarez en CHV, Matilde Burgos y Fresia Soltoff en CNN, mientras que otros como Iván Núñez, Mónica Rincón, Constanza Santa María y Matías del Río se permiten juicios destemplados contra el Gobierno desde una supuesta cátedra de ética superior.

En TVN no superan la crisis del matinal y continúan sacrificando a Rafael Venegas y Nathalie Catalán en desigual competencia con duplas consolidas como Neme-Doggenweiler (Mega), Rodríguez-Álvarez (CHV) y Repenning-Vargas (Canal 13).

Asimismo, algunos programas “nuevos” intentan volver a la farándula en los espacios de “conversación” donde también son invitados políticos como “panelistas” (¿?). Ahí se lucen los diputados Diego Schalper, Álvaro Carter y Camila Flores. Es decir, la flor y nata de la oposición más reaccionaria.

Curiosamente el Canal TV+ golpeó la cátedra al suspender abruptamente el programa “Me Late” con Daniel “Huevo” Fuenzalida, presumiblemente por darle tribuna a la ex esposa del “rostro” Iván Núñez acusado de “papito corazón”, por limitarse a cancelar la matrícula  de sus hijos con la pensión alimenticia que no alcanzaría para otros costos cotidianos en una casa con cuatro niños.

Mientras, los senadores Ximena Rincón y Matías Walker tienen aún más pantalla desde que se abrieron de la DC, así como Juan Ignacio Latorre después de una polémica entrevista para El Mercurio que -una vez más- dicta la pauta a los canales de televisión. En el caso de la diputada Karol Cariola, todo el mundo comenta que no logrará ser electa presidenta de la Cámara en ausencia ante el desconocimiento de un acuerdo administrativo, pero ella no es materia de interlocución ni de entrevistas, solo hay espacio para atacarla y denigrarla por jugársela en la opción Apruebo.

Las encuestas parecerían determinar la “popularidad” (¿o pertinencia?) para invitar a ciertos ministros o parlamentarios opositores u oficialistas a la tele. En este caso no se trata de noticias en el sentido técnico  del término, sino de mera oportunidad y sensacionalismo para ofrecerles cámara. Todavía hay diputados y senadores que sólo son conocidos en sus distritos y circunscripciones. Pero los “panelistas estables” hacen nata.