Otra vez. Escandaloso fraude en el Ejército

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Una vez más, un comandante en jefe de la institución es el responsable de graves actos de corrupción. Comprometidos más de 6 mil millones de pesos, que en su mayoría se manejaron en efectivo, gracias a los criticados “gastos reservados”. Se financió a la familia del dictador Augusto Pinochet. Hubo regalos a periodistas y por bodas de oficiales, y se dieron “mesadas” a ex jefes de la entidad castrense. Oscar Izurieta está en prisión preventiva por “malversación de caudales públicos y falsedad de documento militar”.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 16/02/2022. Con recursos fiscales se continuó financiando a la familia del dictador Augusto Pinochet, se dieron regalos a periodistas, se compraron obsequios por matrimonios, se asignaron “mesadas” a ex comandantes en jefe del Ejército, y se mantenía en efectivo de billetes millones de pesos en una caja fuerte y un maletín del jefe de la institución.

Así se usó durante años el dinero para “gastos reservados” asignado al Ejército, entre otras irregularidades. Salido todo a la luz en un reportaje de los periodistas Leslie Ayala y Juan Manuel Ojeda del diario La Tercera. Y que tiene en prisión preventiva al ex comandante en jefe de Ejército, Oscar Izurieta, procesado por la magistrada Romy Rutherford, por usos indebidos de dineros fiscales. Hasta ahora, formalmente, Izurieta está procesado y arrestado por “malversación de caudales públicos y falsedad de documento militar”.

Hay que recordar que desde el periodo pos dictatorial, cuatro de los seis jefes del Ejército han sido procesados judicialmente por delitos financieros, malversación de fondos, uso indebido de “gastos reservados”, con miles de millones de costos para el erario nacional, además de situaciones por violaciones a los derechos humanos. Un verdadero mal record a nivel regional.

Plata para los Pinochet Hiriart

En la investigación de la jueza Rutherford, se pudo establecer que el general Oscar Izurieta instruyó y ejecutó el que se le entregaran dineros del Ejército, pertenecientes al Fisco, al dictador Augusto Pinochet y la familia Pinochet-Hiriart.

Se supo ahora que la Comandancia Guarnición del Ejército de la Región Metropolitana, “se encargaban de mantener todo el sistema de escolta, de salud y de apoyo de la gente que custodiaba y atendía al general Pinochet”.

Izurieta indicó en su comparecencia que “parte de los recursos de gastos reservados iban al general Pinochet y su familia, puesto que gastaba mucha plata, porque era una persona que mucha gente hubiese querido que muriera antes de su muerte natural”, justificando, sobre todo, la asignación de escoltas. Pero a Pinochet le pagaron personal médico, mozos, entre otros servicios personalizados.

De acuerdo al reportaje de La Tercera, “a veces la señora del general Pinochet (Hiriart) lo llamaba solicitando alguna ayuda económica y reconoce que le entregaba los recursos o se los enviaba con alguien, un hecho que se dio quizá en dos ocasiones en que le entregó un millón de peso cada vez”, le comentó Izurieta a Rutherford.

También en estas operaciones de apoyo financiero y logístico al dictador, participó el ex secretario general del Ejército, Andrés Avendaño, quien relató que se pagaron “placas, arreglos y trabajos de la placa funeraria, todo relacionado con la muerte del general Pinochet, pese a que finalmente no se ocupó”.

A raíz de estas noticias, se volvió a instalar la sospecha de que el Ejército jamás terminó de pasarle dineros a la familia Pinochet-Hiriart, y de acuerdo a fuentes cercanas al mundo castrense, esto fue tomado dentro de la institución, en la familia militar y en entornos de ex militares cercanos al dictador, como un acto de lealtad.

Regalos a los periodistas

En la investigación, se constató que el ex comandante en jefe del Ejército y la institución a través de oficiales y el Departamento de Comunicaciones de la entidad, estimó gastos para hacer regalos a periodistas, columnistas, editores y directores de distintos medios de comunicación. Se les pagaban almuerzos, cenas, “paper”, y se les hacían invitaciones privadas y no relacionadas directamente con el reporteo o investigación periodística.

Según el reporte de los periodistas Leslie Ayala y Juan Manuel, los dineros de “gastos reservados” para usar con la prensa, se canalizaban a través del secretario general de la institución, “porque era importantísimo para el Ejército que el secretario general se relacionara muy bien con los editores generales de los distintos medios de comunicación, que se anticipara a cualquier columna relativa al Ejército, que se relacionara con los medios de comunicación, con los editores y periodistas, a veces influir en una columna, armar una red de información que no pudiera perjudicar al Ejército”. De esta repartición dependía el Departamento de Comunicaciones.

Oscar Izurieta hizo ver, según él, que esa acción era muy importante para la seguridad del Ejército, que era muy importante para la seguridad interior y exterior del país. El oficial expresó que la imagen era importante y que cuando se deteriora la imagen del Ejército baja notoriamente la credibilidad de la institución y hay que anticiparse a eso.

Según lo que se desprende del interrogatorio al ex comandante en jefe, con ese objetivo había que pagar almuerzos con los periodistas, pagar regalos para entregarlos a estos y otros detalles chicos también para ellos. Izurieta expuso que, “además de los pagos por gestiones que se hacían con los periodistas y conseguir que saliera o no cierta información pública, se hacían otros gastos menores”.

El ex general explicó ante la jueza que el secretario general del Ejército tenía la función de “relacionarse con todo aquel que pudiera perjudicar o beneficiar al Ejército”. Tenía que estar al tanto de “aquellos círculos que muchas veces lograban afectar a la institución” y reconoció “lobby con editores y periodistas”.

En la nota periodística se indicó que “de hecho, el excomandante en jefe testificó que él dio la orden de que era necesario anticipar escenarios ‘con los medios de prensa, con los periodistas, con medios políticos, con organismos de ecología, organismos que andan buscando cómo perjudicar a las Fuerzas Armadas’. El objetivo de anticiparse era para evitar el daño: ‘La forma de anticiparse son las cosas que se hacen permanentemente, a veces generando una amistad, a veces comprando algo, a veces convenciendo, hablar con el editor de los medios de prensa y comunicación, hablar con el periodista”.

En definitiva, la interferencia directa de altos mandos del Ejército en líneas editoriales e informativas de los medios de prensa, sobre todo lo de alto alcance, que son de corte conservador y privado-empresarial.

Otro de los usos de “gastos reservados”, fue para comprar regalos para bodas de oficiales del Ejército. Incluso, según la averiguación judicial, quienes se casaban están catalogados en niveles A, B y C, y según eso se había el gasto. El antiguo jefe de la institución castrense, explicó que “no había Capitán que se casara que no enviara un parte de matrimonio” y que él hizo un sistema de regalos clasificados con las letras A, B y C, según la persona que se casaba o quien enviaba la invitación.

La cifras y otras irregularidades

Se pudo comprobar que Oscar Izurieta disponía de millones de pesos que tenía en efectivo y que guardaba en una caja fuerte de su oficina o que llevaba en un maletín o bolsillos de sus ropas. En el proceso confesó que recibía entre 70 a 72 millones en gastos reservados en un sobre con dinero en efectivo. “Todo ese dinero nunca se lo depositó en su cuenta corriente ni en su tarjeta de crédito”, sostuvo la jueza Romy Rutherford.

La magistrada abrió la investigación y luego ordenó la prisión preventiva del ex comandante en jefe, por el mal uso de fondos asignados a la institución “por un monto total $6.374.996.162 actualizados a la fecha y que corresponden al periodo entre marzo de 2006 y marzo de 2010”.

Toda la indagación, testimonios, información y conclusiones está en un documento de 68 páginas con los relatos de Izurieta y otros oficiales, y en escrito, de 755 páginas, que llevó a Rutherford a imputar en Oscar Izurieta su presunta autoría en delitos reiterados de malversación de caudales públicos y de falsedad de documento militar.

En esos textos, se establece que el ex jefe del Ejército “admitió haber usado recursos provenientes de gastos reservados para fines distintos de los permitidos por ley”, y que estaban destinados a la Comandancia en Jefe del Ejército.

Sobre los 70 a 72 millones de pesos que recibía, el ex general confirmó que lo dejaba en las cajas de fondos de su oficina y de su casa, y los iba gastando en cuestiones que, como se indicó, no estaban autorizadas. También solía llevarlos en un maletín y cuando debía transportar cantidades de 4 o 3 millones de pesos, los llevaba en los bolsillos de su pantalón o camisa del uniforme.

Izurieta confirmó lo que se sabía de otros procesos judiciales contra ex comandantes en jefe del Ejército; que ellos, ya retirados, recibían “una mesada” para gastos personales. En su caso, confirmó que el Ejército le daba 800 mil pesos mensuales desde el 2010 hasta el 2017, pero especificó que había renunciado a esa prerrogativa. Confesó que durante sus cuatro años al mando del Ejército asignó la suma de 400.000 pesos a los excomandantes en jefe Ricardo Izurieta Caffarena y Juan Emilio Cheyre. Los antiguos jefes de las Fuerzas Armadas tienen jubilaciones arriba de los 3 millones de pesos.

El ex comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta, está detenido en el Batallón de la Policía Militar en la comuna de Peñalolén, donde recibe trato de alto oficial, en una dependencia cómoda y aislada, recibiendo sus comidas y atenciones, donde oficiales, suboficiales y conscriptos actúan como subordinados de él…pese a estar preso por defraudar al Fisco y cometer actos graves de corrupción con afectación al país.