Participaron gerentes de empresas Indura (vinculada a consorcio Air Products & Chemicals de EU) y Linde (de origen alemán con sede en Reino Unido). La trampa de los directivos afectó a hospitales del servicio público en plena pandemia del Covid-19. “Nos hacemos responsables de nuestro desempeño, de manera individual y colectiva”, indica un consorcio, pero no han emitido declaración alguna a la afectación provocada en el país. Indura y Linde pueden seguir operando en el país sin dificultad alguna, inclusive monopolizando el mercado con sus fijaciones de precios. Ni el Estado ni la ciudadanía pueden hacer algo. Tampoco los gremios empresariales locales.
“El Siglo”. Santiago. 8/5/2024. Gerentes de las empresas Indura y Linde se coludieron para cobrarle más caro a hospitales del servicio público durante la pandemia del Covid-19.
Indura es una empresa multinacional chilena filial de la compañía estadounidense Air Products & Chemicals. Linde es una trasnacional de origen alemán con sede principal en el Reino Unido. Ninguna de ellas ha emito algún comunicado dando alguna explicación a la opinión pública chilena.
Los gerentes involucrados en el delito de colusión y que diseñaron la trampa a hospitales públicos, además de una empresa minera y quizá a otras instituciones, son Marcelo Torres Bruce de Indura, y Sergio Novelli Da Silva, de Linde.
El negociado llevó a que, por ejemplo, en plena pandemia del Covid-19, con dificultades para atender a pacientes de todas las edades, la mayoría de sectores pobres, el Hospital Félix Bulnes tuviera que pagar un 41% más de precio en gases medicinales.
Torres y Novelli (no se descarta que hayan participado otros directivos de ambos consorcios) se reunieron un par de veces en cafés del barrio alto de Santiago y ahí planificaron la colusión. De acuerdo a versiones de la investigación y de prensa, ambos hicieron “un acuerdo de caballeros”, concordaron un “pacto de no agresión” y avanzaron en tratativas ilegales en función de “un acuerdo de paz y amor”.
El negociado ilegal se inició en noviembre de 2019 y la mala práctica continuó hasta el 2021. Todo para generar ganancias millonarias para Indura y Linde.
Ambos consorcios se autoasignaron cuotas de mercado y zonas donde no habría competencia entre ellos, como se comprobaría. La idea base era que donde operaba una empresa, no operaba la otra, descartando que hospitales y otras empresas pudieran pagar menos por los productos, como gases medicinales, y garantizando sobreprecios altos.
El diputado Vlado Mirosovic indicó que se trató de una “colusión inhumana” y enfatizó: “Otro caso de colusión en nuestro país, pero aún peor (porque) se habría afectado en pandemia a los hospitales públicos. Es inaceptable”.
Hay que recordar que en Chile, en los últimos años, se registraron colusiones de grandes empresas del pollo, del papel sanitario y de farmacias, entre otras, provocando un daño a la ciudadanía que difícilmente fue reparado. Se suman situaciones como los sobrepagos cobrados por las Isapres y que ahora se niegan a asumir según resolución de la Corte Suprema.
Hospital tuvo que pagar un 41% más
En abril pasado, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ingresó ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) una denuncia por colusión en el mercado de gases industriales, medicinales y especiales, cometida por Indura y Linde. Los gerentes de ambos consorcios de origen extranjero, con filiales en Chile, se coludieron para garantizar compras con sobreprecios, lo que incluyó cobrarles más a hospitales públicos.
Se supo, por ejemplo, que en medio de la pandemia del Covid-19, el Hospital Félix Bulnes tuvo que efectuar una licitación “para el suministro de oxígeno y otros gases”, con un presupuesto de 250 millones de pesos y dependía del precio ofertado por oxígeno líquido y tanques de oxígeno gaseoso. Linde ofreció el oxígeno líquido en 149 pesos el metro cúbico e Indura en 210 pesos. El hospital optó por Linde, pero los ejecutivos de esa empresa “se bajaron” de la licitación. Eso, porque los llamó Marcelo Torres, gerente de Indura, para recordarles “el acuerdo” que tenían. De tal manera que el “Félix Bulnes” terminó pagando un 41% más por el oxígeno.
Otro caso se produjo con hospitales y servicios de salud de Chiloé, donde todo también salió más caro por la colusión entre los dos consorcios.
En 2019, “Antofagasta Minerals” llamó a licitación por un tanque de nitrógeno líquido en el yacimiento “Centinela”. Indura ofreció 50% menos que Linde y Novelli llamó a Torres para continuar con la colusión, se quedó con el negocio y la minera tuvo que pagar más.
La FNE apuntó a clientes industriales del sector papelero, forestal, construcción, minería, refinería de petróleo y también hospitalario los lastimados por este caso de colusión.
El vicepresidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Eric Aedo, calificó como “escandalosa la corrupción” de estas empresas, más que “en medio de la crisis de salud se hayan coludido”.
¿Sanciones?
El senador Daniel Núñez expresó que es “muy grave que en Chile sigan algunas grandes empresas operando como carteles. Gracias a investigación de la FNE ahora nos enteramos de la colusión que afectó áreas económicas y la salud de las personas. Esperamos máximas sanciones”.
Pero se dificulta que existan “máximas sanciones”.
De acuerdo a la información conocida, la Fiscalía Nacional Económica pidió que Indura pague 31 millones de dólares por el delito y está multando con una alta suma en dólares al ahora exgerente Marcelo Torres. El ejecutivo podría recibir condena carcelaria. Todo está por verse.
Linde y su exgerente Sergio Novelli, no tendrán sanciones porque se apegaron a la ley de delación compensada, entregando información a la Fiscalía. Salen libres de polvo y paja.
Por cierto, Indura y Linde pueden seguir operando en el país sin dificultad alguna, inclusive monopolizando el mercado con sus fijaciones de precios. Ni el Estado ni la ciudadanía pueden hacer algo. Tampoco los gremios empresariales locales.
Rossana Costa, presidenta del Banco Central, sostuvo que “debe esclarecerse con mucha rapidez (lo ocurrido), porque sin duda malas prácticas dañan la credibilidad del mercado”. Enfatizó que “los mercados deben funcionar de forma transparente, tienen que tener reglas claras”.
También hubo críticas a lo sucedido y por la afectación a los mercados, de parte de la Confederación de la Producción y el Comercio y otros gremios y sectores del empresariado.
En todo caso, existe la inquietud si esto es tan sólo un “tema del mercado”, acotándose el efecto social y patrimonial que tienen delitos como la colusión, que es algo más que una mala práctica. Está el tema de los valores en el mundo de las empresas, de la responsabilidad social, del daño a la ciudadanía, la transgresión de las leyes. Porque esta práctica de colusión persiste desde hace varios años en el país por parte de grandes empresas.
Los consorcios coludidos
Indura S.A. formas parte de la trasnacional Air Products & Chemicals, conocida como proveedora mundial de tecnología, equipos para procesos de gas natural y producción de oxígeno, acetileno y nitrógeno.
Está operando en ciudades de Argentina, Perú, Ecuador, México y Colombia, países donde ya, de manera discreta, se está observando el comportamiento de Indura conocido el caso de colusión en Chile.
No se conoce alguna preocupación o declaración de los ejecutivos de Air Products & Chemicals.
Linde es una empresa de origen alemán y su central opera en Reino Unido. A pesar de tener uno o más ejecutivos cometiendo delitos en Chile, el consorcio afirma en su Portal Web comercial que entre sus “valores” están la “seguridad”, “integridad” y “responsabilidad”. Se dice que “nos hacemos responsables de nuestro desempeño, de manera individual y colectiva”, pero desde Linde no se ha dicho nada respecto a su gerente metido en un caso de colusión y el consorcio beneficiándose de negocios sustentados en una trampa diseñada.