“La propuesta de Constitución no debe ser gatoparda, debe traducirse en mejoras para las personas”

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Alexis Cortés, quien formará parte de la Comisión Experta en representación del Partido Comunista, en entrevista indicó que la nueva Carta Magna debe transformarse en un pacto social, que habilite los cambios y permita el ejercicio de la política. De lo contrario, afirmó que hay posibilidades de “fracasar de nuevo”. Manifestó que hay que conmemorar los 50 años del golpe de Estado, dándonos la oportunidad de redactar una Constitución democrática en democracia. Y aseguró que con este nuevo proceso “la tarea de derrotar la Constitución de Pinochet sigue vigente”.

Daniela Pizarro Amaya. Periodista. 03/02/2023. Hace una semana se conocieron los nombres que formarán parte de la Comisión de Expertos que fueron ratificados por el Senado y la Cámara de Diputados, los cuales fueron acordados por los partidos políticos para delinear la primera propuesta de nueva Constitución dos punto cero, “que servirá de base para la discusión y redacción del nuevo texto constitucional, al estilo de una idea matriz del mismo”, según reza el acuerdo transversal por una nueva Constitución.

En representación del Partido Comunista (PC) estará Alexis Cortés Morales, quien es militante comunista, es sociólogo, Doctor en Sociología de la Universidad del Estado Río de Janeiro. Es profesor y director del Magíster en Sociología de la Universidad Alberto Hurtado y fue presidente del Colegio de Sociólogos y Sociólogas de Chile. Además en 2022 fue el ganador de la XI versión del Premio Iberoamericano de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México con su artículo “Los Touraine Boys y el movimiento social imposible de pobladores”, un análisis que da luces de la marginación de los pobladores durante la transición a la democracia.

Alexis creció en la Población La Victoria y es nieto de Víctor Hugo Morales Mazuela, militante comunista, detenido desaparecido en el año 1976.  Con el peso de su propia historia y la de su familia hoy se apresta para formar parte de este nuevo proceso constituyente, que surge tras la estrepitosa derrota del Apruebo el 4 de septiembre y tras varias horas de reuniones entre partidos políticos que lograron alcanzar el acuerdo transversal que mantiene viva la necesidad de superar la Constitución de la dictadura.

En entrevista con ElSiglo.cl el sociólogo abordó las críticas y las perspectivas que abre el acuerdo. Señaló como fundamental que el pacto político se transforme en un pacto social. Y entregó el protagonismo a los 50 convencionales que serán electos por voto popular. Resaltó la importancia de la participación social y aseguró que los pueblos originarios deben participar de las instancias. También manifestó que si esta nueva Carta Magna logra habilitar la política podrá devolverle a los proyectos políticos la capacidad de canalizar los anhelos de la sociedad. 

La nueva convención abrirá sus puertas el 6 de marzo en la sede del Congreso Nacional en Santiago.

¿Cómo asumes esta tarea?

Con mucha responsabilidad, es un orgullo que la bancada del Partido Comunista me haya propuesto para cumplir con este rol relevante, de acuerdo al diseño que se estableció en el acuerdo. Estoy consciente que no es el diseño que las fuerzas transformadoras aspiraban y que por lo tanto las condiciones no son tan favorables, como en el proceso anterior para que las fuerzas de cambio logren todo lo que se propongan. Lo hago también con la convicción que desde la sociología -ya que habrá una gran cantidad de abogados y constitucionalistas- mi experiencia como investigador y académico enfocado en los movimientos sociales, en la relación de saber y poder, pueda ser un aporte para enriquecer el debate.

Entre las fuerzas transformadoras hay bastante crítica a este proceso e incluso hay algunos que no creen en la posibilidad de que haya reales cambios ¿Cómo enfrentas esas miradas? 

La tarea de derrotar la Constitución de (Augusto) Pinochet sigue vigente y abierta con este proceso. Chile merece una Constitución redactada en democracia y más cuando este año se cumplen 50 años del golpe de Estado, creo que no podemos conmemorar esa fecha sin darnos la oportunidad de redactar una Constitución democrática hecha en democracia. Me parece que las críticas que se han hecho son legítimas y muchas las comparto, porque aquí hay un diseño que ha puesto en el centro la preponderancia del poder constituido respecto de un poder constituyente, se han puesto ciertos tutelajes, que en cierto punto desconfían de la expresión popular y de lo que podría haber sido nuevamente un proceso centrado en la representatividad de quienes sean electos para ello. Creo que por un lado debemos dejar que sea el propio resultado el que hable y por otra parte estos bordes, que buscan constreñir un poco, tiene cosas fundamentales como el estado democrático de derechos. También esto va a pasar por los roles y las ponderaciones de los distintos procesos, nuestro rol es poner en función la deliberación política, o sea, nuestro debate debe estar en función de lo que hagan después quienes serán electos, por tanto el protagonismo tiene que estar en los 50 electos/as y no en la comisión de expertos. Y la  última palabra la tendrá el soberano en el plebiscito y en las instancias de participación. Porque si bien una Constitución es un acuerdo político sino se transforma en un pacto social tenemos amplias posibilidades de fracasar de nuevo.

El quórum para aprobar articulados será de tres quintos, habrá 12 expertos de la derecha, 10 de la oposición y 2 de la DC. ¿Cómo visualizas esas negociaciones? 

No hay ninguna fuerza que tenga capacidad de imponerse, o sea, necesariamente se tendrá que buscar acuerdos transversales. En ese sentido hay que resguardar que la propuesta no sea una Constitución gatoparda y que solo modifique algunos aspectos de la vigente, sino que efectivamente sea una Constitución que supere la lógica subsidiaria plasmadas en la actual. Deberíamos buscar que la propuesta de Constitución habilite el cambio, habilite la política, porque la actual Constitución le teme a la expresión de la mayoría, por eso niega los cambios y no permite a la política canalizar la expresión de las mayorías en distintos ámbitos de la vida, entonces hace que la política pierda la capacidad de interpretar los anhelos de la sociedad y se distancia a punto crítico como pasa ahora. El mejor modo de revertirlo es que la Constitución permita el desarrollo de la política y acentúe los rasgos democráticos, es decir, que los distintos proyectos políticos puedan movilizar sus propuestas en caso que tengan las mayorías. Esa capacidad para habilitar el cambio y la política deben estar en el centro de las discusión. Creo que hay un piso de cosas que deben estar y que la propuesta anterior recoge como los derechos sociales clásicos, pero también los derechos digitales, medioambientales, que la gente los acepta. Creo que el rechazo terminó siendo mucho más por una percepción negativa del proceso que por los contenidos mismos, excepto algunos puntos que fueron más cuestionados. Pero los derechos de género, de medioambiente, la crisis climática y las medidas anticorrupción, son temas que  pueden avanzar.

Los sectores conservadores a diferencia de la experiencia de la convención estarán más representados, pero además tienen el poder de los medios de comunicación, como lo vimos en el proceso anterior. ¿Crees que hay riesgo de un torpedeo si es que se logra alcanzar la correlación de fuerzas favorables para transformar la lógica de la Constitución del 80?

Creo que los dos grandes riesgos que tiene este nuevo proceso, es por un lado la desafección de quienes apoyaron con mucho compromiso el Apruebo y que por razones legítimas desconfían del actual proceso y no creen que llegue a buen puerto. Por otro lado está la indiferencia de una parte importante de la sociedad, que es sobre todo este sector que en el último plebiscito fue obligado a votar y que siempre se ha sentido más distante del debate político. Ellos probablemente puedan alimentar un nuevo rechazo, porque claro que habrá fuerzas que apostarán por ello. La propuesta de Constitución debe demostrar en los hechos que es una Constitución que habilitará cambios y que permitirá el ejercicio de la política y por otro lado ser una Constitución que puede traducirse en mejoras para la vida cotidiana de las personas, por eso es importante debatir sobre el trabajo con los estándares internacionales porque atraviesa a la sociedad completa. El desafío no es fácil, porque a pesar del equilibrio de fuerzas es convertir el pacto político en un pacto social, o sea que reconozcan herramientas para cambiar sus vidas y la asuman como propia.

La participación social nuevamente será fundamental entonces

Si. Para eso fueron mandatadas la Universidad de Chile y Católica, quienes deberán recopilar las actividades, seminarios, etc, donde participen y organicen los movimientos sociales, municipios, entre otros, y se realizarán especialmente en el mes de junio. Por eso la idea es que ya se convoquen para que puedan incidir en el proceso, habrá además iniciativas populares de norma, esto es fundamental y debemos potenciarlo, porque esto permitirá que el debate no se encapsule y quede remitido en expertos o convencionales. 

¿Qué te pareció la nominación de Hernán Larraín y que tan cierto es que será el primer presidente de la Comisión?

Lo que dice el reglamento es que la persona con más edad será quien preside la primera sesión, azarosamente es él, pero solo presidirá la primera sesión donde precisamente se elegirá la mesa, entonces la polémica se acaba cuando se escojan los nuevos nombres. Y respecto a los comisionados no me corresponde a mí hablar de ellos, porque cada partido colocó su gente, pero claro que tengo conciencia de dónde vengo y de mi trayectoria familiar, pero mi atención está puesta en hacer la mejor Constitución posible para el país. 

¿Cómo será la participación de los pueblos originarios en este proceso?

Hay dos mecanismos, uno que además de las 50 personas electas puedan haber candidaturas indígenas que van a votar de acuerdo al padrón de la Conadi y dependiendo de la proporción de votos se podrán ir sumando escaños indígenas. Al mismo tiempo los partidos en sus listas pueden presentar candidaturas de pueblos indígenas, que podría ser la manera más eficaz, porque de la otra manera es más complejo que puedan llegar a estar todas las expresiones de pueblos originarios. Ellos deben estar representados sin duda.