Los gobiernos lamentablemente no van a transformar la realidad sin nosotros organizados en la calle, ahí está lo importante”: Manuela D’avila, quien participó junto a otras y otros académicos y representantes latinoamericanos.
Carolina Tejada. “Semanario Voz”. Ciudad de México. 06/2022. Durante los días 5 y 6 de junio de 2022, se desarrollaron dos Asambleas de Clacso: la Asamblea Extraordinaria que tenía como objetivo revisar los estatutos y la Asamblea Ordinaria que se hace cada tres años y en donde se discutieron las perspectivas a nivel regional y mundial y se fijaron los grandes lineamientos para el trabajo de los años venideros.
Y, durante los días 7 al 10 de junio se llevó a cabo la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, en la capital del país. En esta ciudad, con cerca de 23 millones de habitantes, Clacso cuenta con 101 Centros miembros que participaron de la jornada académica más importante del continente.
Un evento cargado de agenda
Con el caluroso recibimiento de la UNAM, uno de los campus más grandes del continente, la 9ª edición de #CLACSO2022, el más importante evento académico y político de las ciencias sociales y las humanidades a nivel mundial, contó con una amplia participación de estudiantes de diversos países, así como de docentes, investigadores y activistas sociales del mundo.
Su agenda contó con el desarrollo de paneles abiertos y especiales con invitados/as internacionales y de conferencias y diálogos magistrales con destacadas participaciones académicas y figuras del campo político, intelectual y social, además de talleres de formación y mesas. Además de la feria internacional del libro de ciencias sociales y humanidades y un ciclo internacional de cine, entre otros eventos especiales en donde el eje articulador, fue: las tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe.
En la apertura del magno evento, la directora general de Clacso Karina Batthyány, expresó: “Esta conferencia se da un contexto muy particular de Nuestramérica y del mundo. De las muchas formas de nombrarnos a las y los aquí presentes, quiero hacerlo hoy con las palabras cultivadas por José Martí: Nuestramérica -un continente dueño de una inmensa biodiversidad, habitado por culturas vibrantes y hermanado por pueblos solidarios- está hoy marcado profundamente por la sombra de la crisis pandémica y las incertidumbres de las reconfiguraciones pospandémicas”. Enfatizando en que estamos ante una desigualdad sin precedentes en la historia de la humanidad, más aún, luego de la pandemia.
Enfatizó en que las raíces de la desigualdad son de larga data, y “en nuestro continente esas desigualdades se han asentado y reproducido a partir de la exaltación del racismo, la desigualdad de género y el colonialismo, especialmente dirigido contra los pueblos indígenas y afrodescendientes, las mujeres y disidencias, las infancias y las juventudes. La desigualdad también impacta en la ciencia pública, que ha sufrido recortes y ataques en varios países de la región, especialmente hacia las ciencias sociales y las humanidades críticas”.
Y llamó a reflexionar sobre el papel que juega la academia y el pensamiento crítico, analizando los retos que les obliga a revisar y construir agendas de temas prioritarios organizados en torno a un programa de reflexión crítica y acciones estratégicas, con amplia participación de los sectores sociales.
“Un programa basado en el abordaje inter, trans y multidisciplinario desde la diversidad de las ciencias sociales y humanas, pero también desde la interacción con otras ciencias y otros saberes. Esto requiere ampliar los horizontes de las propuestas educativas, de la investigación social, así como reinventar y consolidar espacios de encuentros académicos, intelectuales, políticos y sociales más allá de los tradicionales, todo lo cual implica la reivindicación de las ciencias sociales en su potencial crítico y transformador”.
La UNAM, durante toda la Clacso, acogió en cada una de sus facultades, a las cuales, dado los más de dos millones de hectáreas con las que cuenta, había que llegar en su mayoría por medio del sistema de transporte interno que tiene la universidad. Miles de personas se vieron recorriendo cada uno de los lugares más emblemáticos; biblioteca central, el Centro Cultural Universitario, etc., y asistiendo a los espacios académicos; foros, paneles, mesas de interés.
Los debates de las intervenciones
Dentro de los espacios de interés estaban los relacionados con los temas de género, ambientales y raciales, la comunicación y las crisis sistémicas y económicas en el mundo, entre otros.
Néstor García Canclini, comentó en uno de los paneles, la importancia de los grupos de trabajo que desde la Clacso se han formado para investigar los consumos culturales y las interacciones que, desde diversos públicos, especialmente la juventud, tiene con los diversos contenidos en redes y medios.
En los tipos de relaciones de poder, se refirió a unas nuevas que han surgido en los últimos años y que están controladas por grandes corporaciones mediáticas. “Se volvió evidente el despojo de nuestros actos y la transferencia de nuestras decisiones como sujetos a sistemas opacos de algoritmos controladas por pocas corporaciones. En esa situación estamos ahora. ¿A qué llamamos algoritmos? a una articulación lógica de datos automatizados que construyen relaciones de poder. Un tipo de relaciones de poder muy diferente a la que antes caracterizábamos desde la economía política, incluso desde los estudios comunicacionales. Diseñan nuevas formas de actuar y desempeñar roles”.
En otra de las intervenciones, pero ya en la mesa de racismos y resistencias, las participantes, entre las que se encontraban Rita Segato, Mara Viveros Vigoya y Rosa Campoalegre, también se abrió un interesante debate. En este espacio Segato, expresó que el racismo “enferma al blanco; porque le impide gozar de las relaciones en un mundo diverso”.
Y que: “Es muy importante darse cuenta que quienes jugamos en el ‘equipo de los blancos’ en América Latina, cuando vamos a París o a España, somos sudacas. Y eso es algo que no a todos les gusta reconocer, incluso a los académicos. Y reconocer esa verdad es absolutamente fundamental, porque implica reconocer la colonialidad y la conquistualidad en la que vivimos”.
Por su parte, la colombiana Mara Viveros Vigoya, sostuvo: “El racismo es la exacerbación de las desigualdades sociales (…) Hoy, en América Latina, el racismo se volvió objeto de atención en el ámbito público como una problemática relevante. Es necesario hablar de racismo en términos políticos, por supuesto dando cuenta de las variaciones locales. Hoy, tenemos un giro antirracista en la región”.
En las mesas de debate sobre el análisis de la crisis económica, no dudaron en reflexionar en que, el régimen político norteamericano está en una profunda crisis en medio de una acentuada pérdida de la hegemonía a nivel mundial. Y que, el único país en el que se pudo producir vacunas, a pesas del ahogo económico, mientras parte del continente miraba para otro lado, con excepción del Alba, fue Cuba, lo cual, para los expertos académicos, representa un avance en desarrollo y ciencia y resistencia.
Los procesos de resistencia en la sociedad, son experiencias que para Xabier Arrizabaleta expresan, que “no hay recetas, aquel congreso siniestro del año 35, de los vencederos del etapismo quedó en el basurero de la historia. No hay recetas, pero conciliaciones elementales, hay salida individual, tenemos que organizarnos para defender las reivindicaciones elementales de la mayoría que son empleo, sanidad, educación, sin ninguna condición o arreglo. ‘¿Hasta dónde’, ¡hasta el final!”
Un cierre con contundencia
Los eventos que iban cerrando la gran jornada académica, entre los que participaron, por un lado, Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Bolivia; Alicia Bárcena, ex Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, por un lado y por otro lado, Boaventura De Sousa Santos y Manuela D’avila, política brasileña, periodista de Brasil, entre otros, llenaron la carpa central de las islas.
En el panel Desafíos de la Democracia en América Latina y el Caribe: encrucijadas y amenazas, en el que participó Manuela D’avila, militante comunista del Brasil, no vaciló en comentar que “las movilizaciones tienen un sentido de transformación, hablan de nuestra sociedad. Y creo que en eso hemos tenido algunas mejoras y tenemos que saber que no podemos dejar la calle a la extrema derecha cuando estamos en los gobiernos. Yo soy periodista y he hecho ciencias sociales en la universidad, no soy física, pero he aprendido que no existe un espacio así, el espacio que este vacío se llena y se va a llenar, no podemos ganar los gobiernos y olvidar la perspectiva de por qué lo ganamos o de las dificultades para ganarlo y eso se hace con lucha en la calle”.
Y culminó argumentando: “Los gobiernos lamentablemente no van a transformar la realidad sin nosotros organizados en la calle, ahí está lo importante. Viva nuestra lucha”. Al final del evento el público arengó “Fuera Bolsonaro” y “Petro Presidente”. El magno evento culmino con un concierto de Silvio Rodríguez en el zócalo, plaza pública de eventos de la ciudad.