Inolvidable la Mistral

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“Después de muchos años, cuando yo sea un montoncito de polvo callado, jugad conmigo, con la tierra de mi corazón y de mis huesos…”

Redacción Cultural. “Granma”. La Habana. 01/2022. “Después de muchos años, cuando yo sea un montoncito de polvo callado, jugad conmigo, con la tierra de mi corazón y de mis huesos. (…) Mejor quiero ser el polvo con que jugáis en los caminos del campo. Oprimidme: he sido vuestra; deshacedme, porque os hice; pisadme, porque no os di toda la verdad y toda la belleza. O, simplemente, cantad y corred sobre mí, para besaros los pies amados. (…) Y cuando hagáis conmigo cualquier imagen, rompedla a cada instante, que a cada instante me rompieron los niños de amor y de dolor”.

Así escribió henchida de ternura a los niños la poetisa chilena Lucila de María Godoy, conocida como Gabriela Mistral, primera mujer de Iberoamérica en conquistar el Premio Nobel de Literatura (1945). Cuando se cumplieron 65 años de su fallecimiento, varias instituciones cubanas recordaron la valía de su obra, refirió Prensa Latina.

En su cuenta de Twitter Casa de las Américas publicó un fragmento del poema Vine de oscura patria: “Vine de oscura patria y claro dueño / sin saberlo o, sabiendo vagamente, / sin escoger ni valle ni faena / y vine ciega y ciega voy y vengo”. El Instituto Cubano del Libro rememoró el legado de “maestra rural, educadora y ganadora del galardón más importante de la literatura universal”.

Por su parte, el Consejo Nacional de Artes Escénicas la evocó compartiendo cuatro de sus cuadernos que le valieron numerosos reconocimientos a nivel internacional: Desolación (1922), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954).

La nombrada poeta de la maternidad y de la tierra chilena y latinoamericana, modelo feminista de una primera generación poética aún viva, sobresalió por su labor política como cónsul en varias ciudades de Europa y de América, recorrió el mundo con su poesía y fue mentora de otros brillantes escritores como Octavio Paz y Pablo Neruda.