“Hay un concierto en la derecha por tratar de destruir al Gobierno”: Jorge Arrate

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El excandidato presidencial y académico sostuvo que ese camino la oposición lo está llevando a través de un “proverbial anticomunismo, y el odio hacia la izquierda joven representada en los partidos del Frente Amplio”. Y aseveró que “quien tenga la idea de que la derecha va a moderarse, está equivocado”. En entrevista planteó que hay que negociar con la oposición la reforma de pensiones y de salud “porque son cuestiones que tienen que ver con necesidades urgentes de la gente”, pero advirtió no caer “en la trampa de negociar todo con la derecha, y negociar y negociar”. El también exministro de Estado apuntó a que, apoyando al Gobierno de Gabriel Boric estos dos años, igual la izquierda y el progresismo debe poner una mirada a mediano y largo plazo y enfatizó que “los que nos falta es recuperar la relación con el mundo social, esa es la gran tarea”. Enfatizó: “A este Gobierno yo lo apoyo, lo respaldo, pero no quiero que chupe, absorba, toda la energía de la izquierda, que sea una aspiradora que se lleva toda la energía y todo el talento. Porque hay desafíos para adelante, más allá de dos años”. Se mostró optimista respecto a las elecciones municipales, “se va a demostrar que la fuerza de la izquierda es grande, vamos a recuperar niveles electorales”, expresó.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 2/2/2024. Jorge Arrate es asiduo visitante del café “Bolonia”, en Ñuñoa, y suele pedir un café cortado doble. El lugar es grato, rodeado de librerías, con un viento que cruza el patio y atenúa el calor. Al comenzar la entrevista, el diálogo va por algo muy alejado de la coyuntura y, quizá, de lo que se conversa hoy en el mundo de la izquierda y el progresismo.

El excandidato presidencial y exministro de Estado comenta que está leyendo, entre otros textos, al filósofo alemán comunista Ernst Bloch, específicamente su libro “El principio de la esperanza”. Y explica: “La razón por la que he retomado su lectura es porque es el filósofo de la utopía. Él formula lo que se denomina el principio esperanza, y para decirlo concretamente, Bloch dice que la esperanza es una fuerza, una fuerza social, transformadora, porque la esperanza es lo que no es todavía. Entonces, el hecho de que nosotros seamos capaces de imaginar eso que no es todavía, es importante. Es muy interesante, sobre todo para esta época”.

Bloch es un autor del siglo pasado. No muy conocido en Chile, pero un aporte a la teoría de las izquierdas. ¿Leerlo a él no es anticuado, hablando de épocas? Como leer a Vladimir Ilich Lenin (se acaban de cumplir 100 años de su muerte), a Karl Marx a Antonio Gramsci, o a José Carlos Mariátegui o Luis Emilio Recabarren. “Lo que ocurre es que hay una formación básica para alguien de izquierda o alguien que busque asumir procesos de transformación” explica Arrate.

Y argumenta: “Hay que conocer a los clásicos, es una necesidad. No digo que ser un especialista, pero hay que conocerlos. Yo mismo, hace poco, me inscribí en un curso sobre el capitalismo y sus economías, que lo hizo José Miguel Ahumada, un joven economista, profesor de la Universidad de Chile, que fue subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores en este Gobierno. Refresqué conocimiento, fue muy interesante y su clase sobre Marx y otros grandes economistas que no eran socialistas fue muy importante”.

El también académico y autor de varios libros reafirma: “Hay que conocer. Si uno quiere asomarse al futuro, tiene que saber qué fue la Revolución de Octubre en Rusia, hay que saber de la Revolución Mexicana que la tienen dejada de lado, pero fue la primera revolución campesina del siglo XX. Hay que saber quién fue Lenin, qué pensaba, qué escribió. Yo he sido un crítico del marxismo-leninismo como lo formuló (José) Stalin, ese concepto que surgió en la época de Stalin, no de Lenin. También hay que leer a Gramsci, y a Bloch, a varios otros latinoamericanos. Más actualmente a (Álvaro) García Linera, que me parece un pensador latinoamericano muy interesante”.

¿Y hoy en Chile, en la izquierda, en el mundo transformador, en qué nivel estamos de producción intelectual, de teoría política? ¿Es deficitaria o está en buen nivel?

Es deficitaria. La derecha ha tomado una ventaja en el debate ideológico. Los intelectuales de derecha, los columnistas de derecha, está escribiendo habitualmente, oportunamente, y escriben sobre ideología. (Axel) Kaiser es pura ideología, (Daniel) Mansuy hizo la operación intelectual que hizo sobre Salvador Allende, y en los medios de derecha los publican mucho, junto a otros. Nosotros tenemos pocos medios de comunicación para hacerles frente, pero los que tenemos los aprovechamos poco. Se requiere que la gente que tiene la capacidad intelectual y conocimiento, trabaje sobre esto de publicar, de abordar temas ideológicamente.

¿No hay una debilidad intelectual en las direcciones de los partidos de izquierda, progresistas, socialdemócratas?

Lo que pasa Hugo es que la política se ha hecho más presentista y las direcciones de los partidos se configuran -no me refiero a nadie en particular y a algunas y algunos los excluiría de esto- más por lo que son las habilidades de la política del “medio juego”, como en el ajedrez, donde existe el gran constructor de combinaciones. El problema es que eso no basta. La política está muy abocada a lo que ocurre en el presente inmediato y está debilitada, en eso incluyo a la izquierda, la mirada de futuro en la medida en que no hemos reelaborado un proyecto para el futuro. Eso aunque intuitivamente, emocionalmente, con elementos racionales, compartimos una idea de futuro, un futuro más justo. Pero, ¿cómo ese proyecto, ahora, se relaciona con lo que es en la actualidad la sociedad chilena y se expresa hacia adelante? Ahí estamos en deuda.

“Este país es mucho más estable de lo que fue durante el Gobierno de Piñera”

Considerando esos elementos y los análisis que se hacen, más allá de cuestiones  contingentes, ¿cómo caracterizarías la situación presente del país? ¿Incertidumbre, confusión, estabilidad, de funcionamiento, avances?

Depende. Puede depender con qué se compara o qué factores consideras. Escucho que este Gobierno va muy mal, pero este Gobierno comparado con el de (Sebastián) Piñera, es de una tremenda estabilidad y funcionamiento. Con Piñera estuvimos a punto de que el país se fuera por una pendiente. Mira, incluso considerando todo el gran problema de seguridad, de narcotráfico, de crimen organizado, los hechos que han ocurrido, este país es mucho más estable de lo que fue durante el Gobierno de Piñera. Otra comparación es con lo que pensábamos que iba a ocurrir, y ahí estamos en deuda, quizá porque no supimos apreciar de inmediato el nivel de dificultades que íbamos a tener. Por ejemplo, perdimos el Congreso en las elecciones, fue algo muy duro, pero no lo vimos con claridad, en parte porque en ese año nos volcamos a ganar la segunda vuelta presidencial después de haber perdido en la primera vuelta. Siguen existiendo carencias sociales muy fuertes y a pesar de que hay avances, están por debajo de lo que hemos procurado, de lo que el Gobierno ha querido. Considerando que la derecha rechaza todo en el Congreso. Imagínate que ahora continuamente rechazan la idea de legislar una reforma, es decir, ni siquiera discutirla. La derecha ha votado en contra de los proyectos relacionados con carencias sociales y soluciones sociales, se ha centrado en el orden interno, en la represión, en la delincuencia, pero cierta delincuencia. La derecha se preocupa de los que roban celulares, de los portonazos, de los que asesinan, y todos debemos preocuparnos de eso, pero la derecha no refuerza medidas contra la delincuencia financiera, no quiere levantar el secreto bancario y eso ayuda al narco y al crimen organizado. Hay que meterse en la ruta del dinero del narco y la derecha no quiere aprobar modificaciones como lo de eliminar el secreto bancario de manera rápida y efectiva.

“Quieren destruir a Crispi, quisieron destruir a Jackson, están tratando de destruir a Cataldo, a Irací”

¿Hay un obstruccionismo muy fuerte de la derecha?

Hay un concierto de los medios de prensa de derecha, de los políticos de derecha, un concierto en la derecha por tratar de destruir al Gobierno sobre la base de dos elementos. Uno, el proverbial anticomunismo, y el segundo, es el odio hacia la izquierda joven representada en buena medida, no totalmente, en los partidos del Frente Amplio. A eso le han dado estos años. Han tratado de destruir al Presidente Gabriel Boric, hasta usan a unas monjas que culpan al Presidente de la delincuencia y las colocan en portada. Han tratado de destruir a varios representantes de esa izquierda joven, quieren destruir a (Miguel) Crispi, quisieron destruir a (Giorgio) Jackson, están tratando de destruir a (Nicolás) Cataldo, a Irací Hassler, y así sucesivamente, porque ligerito van a agarrar a Camila Vallejo y ya están encima de Carolina Tohá. Quieren destruir todo lo que pretende hacer o hace este Gobierno. Si quisieron imponer la idea de no legislar la reforma de pensiones, evitaron la reforma tributaria, golpean todo.

Pero se argumentan desprolijidades, falta de experiencia, no consultar, los errores no forzados, los casos de corrupción, que es una generación que llegó antes de tiempo al Gobierno, que es arrogante…

Puede haber de todo eso, es cierto. Pero mira, todos los jóvenes son arrogantes, yo a los 31 años fui jefe de Codelco, y por dos meses fui Ministro de Minería, y me miro y veo que había en mí cierta arrogancia. La arrogancia es joven. No veo por qué a la Patrulla Juvenil de Piñera, de Andrés Allamand, de Alberto Espina, de Evelyn Matthei la exceptúan de estas características, cuando eran arrogantes y cometían errores. Los viejos cometemos muchos errores, todos cometemos errores, atribuirles eso a los jóvenes me parece absurdo. Los jóvenes hacen un aporte a la política, ponen frescura, ponen ideas nuevas y si no las ponen deberían esforzarse por ponerlas, ellos son un empuje. La derecha ha tratado de ir liquidando figuras sistemáticamente, te lo mencionaba en la respuesta anterior. Van tratando de demoler a esos cuadros jóvenes, ese es el objetivo. Y disculpa que te lo diga, a eso contribuyen en este tiempo sectores del Partido Socialista que han permitido, a lo menos, en un silencio cómplice o adhesión pública, que se insulte, que se denoste, se ataque a personeros jóvenes, a dirigentes jóvenes.

Pasó con la carta de un grupo de militantes socialistas descalificando a la alcaldesa de Santiago.

A eso me refiero. Porque todos tienen derecho a levantar candidatos, en este caso en Santiago, pero descalificaron y atacaron a Irací, que es una de las representantes de estos cuadros jóvenes que hay ahora. Todos pueden proponer candidaturas, podemos ir a primarias, pero ahora se ha hecho de la peor manera, denostando, descalificando a una alcaldesa aliada. Todo eso destruye confianzas.

El fuego amigo le ha hecho daño a este Gobierno y a las coaliciones de Gobierno.

Sin duda. Ojalá que no existiera, pero existe. Puede haber diferencias, pero no puede llevar a lanzarse obuses para demolerse o demoler a personas.

“Hay que denunciar las cosas que la derecha impide, que la derecha sabotea”

El Gobierno está a la mitad del mandato. ¿Dónde debería, en general, colocar prioridades estos dos años que le quedan?

Van a ser dos años muy difíciles. No creo que la derecha vaya a modificar su conducta, sobre todo cuando son dos años electorales, con elección de alcaldes, gobernadores, parlamentarios y presidenciales. Quien tenga la idea de que la derecha va a moderarse, está equivocado. Lo que pase, depende mucho de nosotros. Porque si no salimos a denunciar a la derecha, a decir claramente los obstáculos que pone al avance de políticas sociales, a cómo ataca avances que benefician a la gente, es la breva pelada en la boca para ellos. Mira, yo fui ministro en gobiernos de la Concertación, no teníamos mayoría y debíamos negociar, que luego se transformó en virtud, cuando la democracia es para resolver diferencias, no para resolver acuerdos. Cuando era Ministro del Trabajo tuvimos un proyecto de avance de derechos laborales, fue aprobado en la Cámara de Diputados donde teníamos mayoría, llegó al Senado, estuvimos negociando un año y medio, se hicieron concesiones y la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) nos criticó, y la derecha, por un voto, rechazó la idea de legislar, evitó siquiera discutir el proyecto. Eso sigue pasando, Entonces, no caigamos en la trampa de negociar todo con la derecha, y negociar y negociar. Entiendo, por ejemplo, que en materias como pensiones o salud existe la necesidad de negociar, y negociar mucho, porque son cuestiones que tienen que ver con necesidades urgentes de la gente. Se verá qué se puede lograr. Pero hay otras materias, por ejemplo en cuanto al litio, en que hay que tener una política radical de defensa de los intereses del pueblo y del país. Hay que enfrentar ciertas situaciones, armar el debate con firmeza y llevar ese debate a la ciudadanía. Hay que denunciar las cosas que la derecha impide, que la derecha sabotea, y denunciar a quién ayuda con esas posiciones. Hay áreas donde tenemos fuerza, donde podemos generar fuerza, generar opinión pública, y eso no puede difuminarse en eternas negociaciones con la derecha, den conversaciones de pasillo con la derecha. Hay que perfilar las diferencias que existen, lo otro es una gelatina.

En la escena política se habla mucho del centro político, se llega a decir que ahí está la solución de los problemas. Se habla de la centroizquierda, la centroderecha, aparecieron unos grupos que se reivindican en el centro político. ¿Existe conceptualmente el centro político, es posible esa categoría?

El centro político en Chile durante una larga época fue un pilar fundamental para el sistema. Por eso creo que se puede hablar del centro político. Los gobiernos del Partido Radical fueron de centro. Se podría decir que Pedro Aguirre Cerda fue de centroizquierda, con el Frente Popular, con apoyo de los socialistas, de los comunistas, pero Juan Antonio Ríos no y González Videla para qué vamos a decir, fue un gobierno dictatorial. Creo que la Democracia Cristiana pasó a ocupar el lugar que tuvieron los radicales. El centro político en Chile cumplió un rol. Pero ahora los que hablan del centro, no es lo mismo, o no todo es lo mismo. Veremos cómo les va a esos grupos en las elecciones municipales, hay que esperar. También pasa que desde ese centro hablan de los extremos, llegan a decir que el Frente Amplio es de extrema izquierda, y es para la risa. Ha cambiado el aspecto del centro político.

“Tenemos que poner energía en la recomposición del nudo de política, sociedad y cultura”

¿Y cómo se para la izquierda ante ese sector?

Lo que va surgiendo en Chile con todos los problemas que hay, es una reconstitución de la izquierda, que va siendo más fuerte, creo que en las elecciones municipales se va a demostrar que la fuerza de la izquierda es importante y grande, vamos a recuperar niveles electorales. Los que nos falta es recuperar la relación con el mundo social, esa es la gran tarea de la izquierda. Mi mirada es para adelante, los diez o quince próximos años, ahí debemos colocar la mirada. A este Gobierno yo lo apoyo, lo respaldo, es mi Gobierno, pero no quiero que este Gobierno chupe, absorba, toda la energía de la izquierda, que sea como una aspiradora que se lleva toda la energía y todo el talento. Porque hay desafíos para adelante, más allá de dos años. Tenemos que poner energía en la recomposición del nudo de política, sociedad y cultura, que es la herencia que tenemos de Luis Emilio Recabarren y del movimiento popular que encabezó Salvador Allende.

Sin duda estos han sido años complicados para la izquierda, incluidas varias derrotas políticas, electorales y estratégicas o tácticas. Hablabas del filósofo Bloch, de esa idea de la esperanza por lo que debería venir. En estos tiempos se escucha y se leer cierta desesperanza. ¿Específicamente la izquierda chilena puede concentrarse en la esperanza o aún no?

Pienso que es básico consolidar eso. La idea de la esperanza en cuanto a que somos portadores de una visión de futuro que no es todavía, pero que va a ser. Me parece que, para empezar, hay la humanidad para hacer eso. Por ejemplo, tengo un gran respeto y admiración por lo que ha sido el Partido Comunista, de mantenerse vivo, en movimiento, auscultándose a sí mismo, y conservar a pesar de todas las circunstancias, lazos importantes con núcleos básicos del mundo del trabajo. Y tengo una gran expectativa del Frente Amplio, siento que los jóvenes que hay ahí son un gran capital político, humano, intelectual, de lucha, con las limitaciones que tengan. Hay que asomarse con una capacidad transformadora transversal que recorra la izquierda y sectores de la Democracia Cristiana, jóvenes cristianos. Tengo gran esperanza en la conjunción de esas fuerzas, en la unidad de esa izquierda y la amplitud de mirada de esa izquierda para aliarse con otros sectores de centro. Eso nos dará una buena perspectiva.