Gobierno: a mitad de camino

Compartir

Un sello, las dificultades en materializar las reformas tributaria y de pensiones, con el factor del obstruccionismo permanente de la oposición. Los logros en medidas sociales, no potenciadas del todo. El tema de seguridad cruzando la gestión y las acciones concretas que se han adoptado…poco mencionadas. Los nada misteriosos objetivos que habría para la administración del Presidente Gabriel Boric en los 24 meses que siguen.

“El Siglo”. Santiago. 11/3/2024. El Gobierno de Gabriel Boric, respaldado por diez partidos de los conglomerados Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, llega a dos años de gestión, con otros dos años por delante, marcado por un difícil escenario para las reformas estructurales que se planteó, y al mismo tiempo pudiendo mostrar logros que tienen, sobre todo, carácter social.

Ejemplo elocuente de dificultades es que no han avanzado las reformas de pensiones ni la tributaria. Pero ahí se aparece un factor que, objetivamente, ha marcado a la administración del Presidente Boric. Son materias en que la oposición, representada en Chile Vamos y Republicanos, junto a otros segmentos políticos, ha votado en contra en el Congreso, aprovechando mayorías legislativas, incluido el apelar a rechazar siquiera la idea de legislar.

En lo positivo, este Gobierno pudo consagrar medidas que no parecen menores (y quizá poco potenciadas) como el copago cero en salud, fijar en 500 mil pesos el salario mínimo, consagrar las 40 horas laborales semanales, el royalty minero que deja recursos al país y gran número de regiones y comunas, aumento de beneficiados de la PGU, iniciativa de la billetera electrónica para subsidio en alimentos, promoción de la ley de reparación integral a familias víctimas de femicidio, reducción en 32% en los tiempo de lista de espera para cirugías en el sector Salud, y de un 22% en la espera de consultas con especialistas, duplicación del llamado Bono Marzo, aumento en un 20% el Subsidio Único Familiar, aproximación al 30% en el cumplimiento de la meta de construcción de 260 mil viviendas, desarrollo del Plan Buen Vivir y mejora en la seguridad en regiones del sur del país, aspiración a crear más de 100 mil empleos formales este año, destinación de 210 mil millones de pesos a la Atención Primaria de Salud, los Cesfam y los consultorios, entre otras acciones.

El marco que se ha señalado en el que se mueve esta administración no sólo está establecido por el reiterado enunciado de “la correlación de fuerzas” que favorece en muchos ámbitos a la derecha, sino también por el bajo crecimiento, la inflación, una suerte de congelación de salarios, aumento del empleo informal, dificultades en regiones y extensión de problemas como las filas de espera en el sistema de salud, problemas diversos en educación, atención de damnificados de los recientes incendios forestales y también a familias damnificadas en desastres naturales de hace unos años, resolución de los endeudados por el CAE y aumento de familias chilenas que no pueden pagar sus deudas.

De ahí que para los dos años que vienen sectores del oficialismo insisten en dar respuestas administrativas y tomar medidas desde el Ejecutivo, haciendo uso de presupuestos fiscales, para ir en apoyo de sectores vulnerables y de sectores de la ciudadanía que requieren ayudas para atender necesidades básicas, en una situación que, como lo dijo el propio Presidente Boric, tiene a cientos de miles de familias sin poder terminar el mes.

Frente a lo que ha sido la gestión y lo que vendría, la vocera de Gobierno, Camila Vallejo, indicó que “hay que decir que hay muchas cosas que han ido mejorando desde el año que asumimos y cómo asumimos el país hasta la fecha. Y nos queda mucho por delante, obviamente”.

Hay planteamientos como los del presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, en cuanto a que “los énfasis deben estar en todo lo que vaya en dirección de garantizar con éxito y cobertura amplia, derechos que tiene la población. Derechos vinculados a seguridad pública, previsión, seguridad social, salud y educación pública, vivienda, trabajo, salarios dignos. Eso tiene que ver con la cotidianidad de la vida y ahí están las expectativas de la gente respecto a un Gobierno progresista como este. El Gobierno debe atender situaciones derivadas de una economía complicada, de creación de empleos, de salarios, de seguridad en los territorios. En eso insisto en la necesidad de avanzar en el pacto fiscal y lo que se pueda en lo previsional”.

La presidenta de Nodo XXI, Camila Miranda, indicó en una columna en el diario La Tercera que, como sea, este “ha sido un Gobierno de avances en medio del desafío por normalizar el país con un Estado que hace tiempo requiere de ajustes y con un sistema político deficiente”.

“La seguridad ha sido nuestro centro de atención”

Nadie parece discutir que la seguridad pública cruzó estos dos años y cruzará los que vienen. Se instalan cuestionamientos a la gestión gubernamental y se sostiene, sobre todo desde la oposición y analistas y medios de prensa afines, que las colectividades de izquierda que respaldan al Gobierno “tienen complejos” en combatir la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado.

Pero en los hechos se muestran antecedentes que indican avances, pese a que hay cifras y sucesos que hablan de delitos de alta connotación social, de “nuevos delitos” no conocidos y extendidos en el país hace unos años. Claro que a la hora del balance, toca mirar lo materializado por el Gobierno en estos años.

Hace un tiempo, la ministra del Interior, Carolina Tohá, estableció que “la seguridad ha sido nuestro centro de atención durante todo el año, una prioridad que ha marcado la agenda de Gobierno en muchas dimensiones: en la gestión, en el trabajo legislativo y la asignación de recursos”.

Para el presupuesto de este año se aumentó en casi un 6% el gasto en seguridad pública, se despacharon casi medio centenar de proyectos legislativos sobre la materia, la migración irregular presentó una disminución de más del 20%, hubo baja de 56% en ingresos ilegales por pasos no habilitados, van decenas de acciones para recuperación de espacios públicos (incluida la destrucción de narcomausoleos), se continúan desarrollando iniciativas como Calles sin Violencia y Más Seguridad, Más Comunidad a lo largo de todas las comunas del país, hubo una baja en alrededor de 40% de las “encerronas”, se materializó la adquisición de alrededor de mil vehículos policiales, y se impulsa la creación del Ministerio de Seguridad Pública.

Hay cuestionamientos en materias como la reforma de las policías, la legislación sobre Reglas del Uso de la Fuerza por entidades policiales y militares, la aplicación de los Estados de Excepción, la llamada “militarización” de las ciudades, mientras la derecha y la ultraderecha insisten en las medidas represivas y de “mano dura”.

Factores tangenciales

En las menciones a los dos años que lleva este Gobierno se aparecen algunos factores que gravitan en el ambiente y que no son menores sobre todo desde el punto de vista comunicacional y de política dura.

La baja aprobación del Presidente Gabriel Boric en los sondeos, el Caso Fundaciones de irregularidades de funcionarios públicos de esta administración, las discrepancias evidentes entre partidos de las coaliciones de Gobierno en temas no menores, las controversias en política internacional, las menciones a inexperiencia de quienes están hoy en el Gobierno y su “fracaso en la idea de representar moralmente otra política”, cambios en los relatos y discursos del mandatario y otros voceros respecto a variedad de temas, alejamiento del proceso institucional del movimiento social.

Varios de esos factores se aparecen, por lo demás, con cierta fuerza para los dos años que vienen, agregando el ríspido clima electoral que se espera para este y el próximo año.

También, cualquier revisión de los dos últimos años, no puede dejar pasar el efecto que tuvieron en la administración de Gabriel Boric, los dos procesos constitucionales fallidos, llenos de tensiones, pugnas y reales diferenciaciones en la sociedad chilena que tuvieron no sólo un impacto político, sino que cultural, emocional, sociológico, anímico y comunicacional.

La oposición agresiva

Otro factor presente es la postura de la derecha y la ultraderecha que ante dificultades, reformas, coyunturas y situaciones específicas ocurridas en estos dos años, mantuvo (y al parecer mantendrá) una clara decisión de obstrucción y golpeteo al Gobierno.

Un ejemplo claro de eso es que en el Congreso no ha permitido el avance prácticamente de ninguna iniciativa de contenido social que impulsa el Gobierno, claramente, por ejemplo, protegiendo la industria privada de los monopolios financieros en pensiones (las AFP) y evitando el que se apliquen impuestos a los súper ricos.

En entrevista con ElSiglo.cl, el excandidato presidencial, Jorge Arrate, sostuvo que “hay un concierto de los medios de prensa de derecha, de los políticos de derecha, un concierto en la derecha por tratar de destruir al Gobierno sobre la base de dos elementos. Uno, el proverbial anticomunismo, y el segundo, es el odio hacia la izquierda joven representada en buena medida, no totalmente, en los partidos del Frente Amplio. A eso le han dado estos años. Han tratado de destruir al Presidente Gabriel Boric”.

La diputada del PC, Karol Cariola, planteó, en alusión a la oposición, que “hay un sector político en el Parlamento que ha decidido obstruir el avance de las reformas que benefician a la ciudadanía” y denunció que “cuando la derecha rechaza las reformas, rechaza los avances que van a beneficiar a la ciudadanía, perjudica a las chilenas y a los chilenos, eso hay que decirlo y sin segundas lecturas”.

Es reiterada la afirmación en el oficialismo de que la oposición “le quita la sal y el agua” al Gobierno y que Chile Vamos, el Partido Republicano y otros grupos aliados a ellos, no se abren a consensuar salidas, por ejemplo, a las reformas, y menos a respaldar planes sociales de la actual administración.

Entrevistados por El Mercurio hace unas semanas acerca de las prioridades de este año en el país y la labor legislativa, representantes de la derecha y la ultraderecha en el Congreso coincidieron que es la seguridad y la promoción de inversiones privadas, y ninguno hizo alusión a la reforma de pensiones, al pacto fiscal, a la reforma en salud u otro asunto que tuviera que ver con aspectos sociales.

La derecha acusa “ideologización” en los proyectos del oficialismo, descartando de hecho que sus posiciones sean ideológicas.

Juan José Obach, director ejecutivo del Centro de Estudios Horizontal, escribió en una columna en el diario La Tercera que “el gobierno llega a la mitad, sin quilla ideológica para liderar sus principales desafíos y con un proyecto político que no representa a las mayorías”.

Los 24 meses que vienen

No parecería necesario descubrir el hilo negro para atisbar algunos objetivos que están en el camino que viene para el Gobierno de Gabriel Boric.

Por cierto, la aprobación de una reforma de pensiones que, a estas alturas, “sea lo mejor posible” como han dicho dirigentes del oficialismo, y lograr un pacto fiscal que permita mayor captación de recursos para medidas de corte social.

Desde La Moneda reiteran que la seguridad pública será una prioridad, donde en estos dos años lo que se esperarían sería medidas traducidas en mejora sustanciales en el cuadro delictivo y donde, en la perspectiva del Gobierno, es fundamental recuperar los espacios públicos y darles tranquilidad a los pobladores, los trabajadores y las familias de comunas populares.

Se aparece como un objetivo dar respuestas a las familias afectadas por el alza del costo de la vida, cumplir con la meta de construcción de nuevas viviendas, dar soluciones a los damnificados por los incendios forestales, avanzar en una reforma del sistema de salud, responder a los deudores del CAE, mejorar la gestión en regiones, reforzar los planes sociales.

También incidirá la muy probable continuidad obstruccionista de la oposición, las dificultades económicas, los resultados de las elecciones municipales y de gobernadores, las expresiones del mundo social y el comportamiento político de los partidos y los dirigentes del oficialismo.

Anotando algunos elementos, la ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo en entrevista con La Tercera que, finalmente, “el punto es que este gobierno debe ofrecerle al país -y demostrarle- capacidad de gobernar una situación extremadamente difícil y abrir caminos a los avances sociales. Para eso debe tener la flexibilidad y el pragmatismo de buscar acuerdos”.

En lo contingente, el Gobierno, con el Presidente Boric a la cabeza, inicia este nuevo año de su administración trabajando en los territorios, desplazándose por distintas regiones, dando el vamos a proyectos sociales y abordando temas vinculados a demandas ciudadanas.