General director Ricardo Yáñez, ¿mirando hacia la puerta de salida?

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Se reanimó la posibilidad de que renuncie al cargo por estar formalizado por omisión de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio. Claro que si se considera su posición de   defender la actuación represiva de Carabineros en 2019, su negativa a colaborar con la justicia, su acusación de que la Fiscalía lo persigue, su aceptación del respaldo que le dieron políticos de derecha, y la postura de La Moneda a esperar lo que pase con la formalización, parece claro que Yáñez no tiene la menor intención de renunciar. Como sea, el ministro de Justicia y DDHH, Luis Cordero, afirmó que “esperaría que el director general evaluara su renuncia” dada la formalización y la necesidad de que el alto mando esté legitimado y concentrado en el combate a la delincuencia. “Es impresentable que el director de Carabineros se encuentre en calidad de imputado”, afirmó la legisladora del PC, Nathalie Castillo. La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, dijo que “ha llegado el momento que el Presidente evalúe y señale qué es lo mejor en un contexto de grave situación de inseguridad”. En tanto la derecha y la ultraderecha se aferran a la defensa del jefe de Carabineros, señal no menor.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 18/3/2024. Se reanimó la posibilidad de que el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, renuncie al cargo debido a que será formalizado por incumplimiento de deberes institucionales de acuerdo a una investigación de Fiscalía.

“Yo esperaría que el director general evaluara su renuncia antes de ser formalizado” dijo el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, e indicó que lo que dice relación con el caso del jefe de la policía uniformada “es un acto de responsabilidad de la autoridad que está involucrada en tomar una decisión”.

En estos días, varias y varios legisladores del oficialismo, volvieron a plantear que el general director debería renunciar a su cargo “por responsabilidad institucional”, “para proteger a la institución” y porque “no es sano que estando formalizado siga al frente de Carabineros”.

Ricardo Yáñez será formalizado en mayo próximo por responsabilidad en el delito de omisión de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio de ciudadanas y ciudadanos durante la revuelta social de 2019. Ocurre que el oficial a esa fecha era el jefe de la Dirección de Orden y Seguridad (Dioscar) que, entre otras cosas, lo tenía al mando de las Fuerzas Especiales de Carabineros, la entidad acusada de una sistemática y extendida represión contra manifestantes. Durante la revuelta social hubo 34 muertos, 460 personas con amputaciones oculares, dos oficiales fueron procesados por dejar ciegas a dos personas, se registraron más de 2 mil heridos, hubo 8.827 denuncias por violaciones a derechos humanos y civiles y más de 2 mil querellas por apremios y abusos de policías y militares.

Yáñez nunca asumió ninguna responsabilidad por esos sucesos, se negó a declarar y colaborar con la Fiscalía y, como se señaló desde la investigación, optó siempre por la omisión ante esos apremios ilegítimos ejercidos por carabineros. Una situación muy delicada.

Es así que ahora el general director de Carabineros, contrario a lo que debiera ocurrir con alguien en ese cargo, está metido en una controversia política, ética e institucional.

Cuando desde la justicia se confirmó que el general director de la policía uniformada sería formalizado el mes de mayo próximo, la oficina del uniformado se convirtió en un espacio de expresiones políticas, recibiendo a dirigentes y legisladores de la derecha que llegaron a darle un mediático y político apoyo frente a una decisión judicial, algo calificado de inverosímil e inadecuado. Pero el general Yáñez sonrío ante las cámaras rodeado de personajes políticos de la oposición.

Por cierto, a esas muestras de apoyo político se sumaron segmentos del oficialismo, principalmente dirigentes y legisladores del Partido Socialista.

Sin embargo, hubo y hay muchas voces que apuntan a otra realidad y dimensión en este caso. Sobre todo después que al ser formalizado, por otro tipo de causas y delitos, el director general de la Policía de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz, decidió renunciar, dar un paso al costado.

La declaración del ministro de Justicia y Derechos Humanos volvió a poner sobre la mesa consideraciones institucionales que apuntarían a que lo mejor para la institución de Carabineros y la sanidad institucional en momentos que la agenda de seguridad copa el escenario nacional, sería la renuncia de Yáñez.

El jefe de la bancada parlamentaria de la Democracia Cristiana, Eric Aedo, sostuvo que “es muy grave que estén formalizados el general director de Carabineros y el director general de la PDI. Y si el director de la Policía de Investigaciones tiene que dar un paso al costado, creo que también el general Yánez debe dejar su cargo. Si vamos a enfrentar el crimen organizado, el narcotráfico, a la delincuencia, necesitamos que los mandos de nuestras instituciones de orden y seguridad tengan el pleno respaldo y confianza de la ciudadanía y del gobierno y de todas las instituciones”.

El presidente del Partido por la Democracia, senador Jaime Quintana, expresó que “no veo razón para aplicar un criterio distinto (del de Muñoz) con el general Yáñez. El Gobierno ha fijado un criterio que pone por delante a las instituciones policiales y eso es lo que debe primar”.

“Es impresentable que el director de Carabineros se encuentre en calidad de imputado. Hemos escuchado clara y tajantemente desde el Gobierno que nadie está por sobre la ley, en consecuencia, es de esperar que Yáñez renuncie siguiendo el criterio del exdirector de la PDI”, afirmó la legisladora del Partido Comunista, Nathalie Castillo.

El diputado de Acción Humanista, Tomás Hirsch, declaró que “es imposible, es impensable tener a los directores de las policías en una situación en la cual son formalizados o están a punto de ser formalizados. Lo dijimos desde el primer momento en relación al general director de Carabineros y también lo dijimos en relación al director de la PDI. Este ya presentó la renuncia y uno esperaría que el general director de Carabineros haga lo mismo”.

Gobierno: Esperar al “punto de inflexión”, lo que ocurra con la formalización

Dentro del oficialismo y también desde otros ámbitos, se considera que el Gobierno podría tomar alguna decisión respecto a la situación del jefe de Carabineros, lo que está dentro de las atribuciones del Ejecutivo.

Se esgrime que tener al general director en carpeta para ser formalizado, estar en esa situación porque la Fiscalía determinó omisión de su deber ante violaciones a los derechos humanos, tener un historial de negarse a colaborar con las indagaciones, y vivir esta circunstancia en medio de requerimientos para la buena marcha del combate a la delincuencia, el crimen organizado y el narcotráfico, constituye un marco que hace viable y procedente la renuncia del jefe policial.

Matías Ramírez, legislador del Partido Comunista, indicó que “la pronta formalización del general Yáñez por responsabilidad de mando en la revuelta popular…requiere de una posición clara del Gobierno”. Argumentó que “en estos casos, sin discutir la presunción de inocencia ( ) se pone en cuestionamiento el funcionamiento de las instituciones…”

En tanto, la presidenta del Partido Socialista y senadora, Paulina Vodanovic, dijo que “ha llegado el momento que el Presidente (Gabriel Boric) evalúe y señale qué es lo mejor en un contexto de grave situación de inseguridad y donde tenemos que tener a todas las policías enfocadas en la resolución de este grave problema que tenemos”.

Un factor que incide, es que dentro de la administración del Presidente Boric hay quienes piensan que el caso de Yáñez es distinto al de Muñoz (también se piensa eso en esferas del oficialismo y la oposición) y que es mejor esperar a ver qué pasa con la formalización de mayo del jefe de la policía uniformada.

Aunque también hay opiniones en cuanto a que es insostenible una situación de este tipo tratándose del máximo jefe de Carabineros en momentos que se requiere total concentración y fluidez en el combate a los hechos delictivos de todo tipo que cruzan al país.

Claro que la ministra vocera, Camila Vallejo, precisó la mirada que hay desde La Moneda, declarando que “es importante insistir en algo que hemos dicho, tanto el propio ministro Cordero como el resto de las autoridades de Gobierno en esta materia: es que las formalizaciones son un punto de inflexión y por lo tanto, de manera responsable consideramos que en ese momento tenemos que tomar decisiones, dado que frente a cualquier cuestionamiento, lo importante es resguardar a las instituciones y no a una persona en particular”.

Enfatizó que “evidentemente que la formalización es un punto de inflexión y esto además es independiente de que el Presidente de la República tiene siempre la atribución constante que hace de sus autoridades, determinar si sigue o no sigue en el cargo”.

Camila Vallejo remarcó que “en la medida que las autoridades, en este caso de las policías, sigan al mando, es porque el Presidente de la República ha decidido mantenerlos en el mando hasta que decida lo contrario. Esa decisión es a la que ustedes le puede decir si es que hay un respaldo o no a la labor en particular”.

La derecha continúa defendiendo al general Yáñez

Un síntoma a considerar en la situación del general director de la policía uniformada es que la derecha y la ultraderecha lo apoyan fervientemente y, de paso, encuentran otro motivo para irse con todo contra el Gobierno.

Un elemento presente en todo esto es que para la oposición no hubo violaciones a los derechos humanos el 2019, menos sistemáticas, y defienden el actuar de la policía uniformada “frente a una violencia irracional”. Por lo tanto, que se formalice a Yáñez por omisión de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio, es algo que rechaza la derecha y la ultraderecha.

Además, en el arco opositor se apunta que el episodio de Sergio Muñoz, jefe de la PDI, no tiene absolutamente nada que ver con lo que sucede con Ricardo Yáñez.

En esa línea, la ultraconservadora legisladora Camila Flores, colocó en su cuenta X que “la causa del general Yáñez nada tiene que ver con lo del ex Director de la PDI Sergio Muñoz. A la ultraizquierda solo le faltaba una excusa para sacarlo”. También en redes sociales, el presidente de la Unión  Demócrata Independiente (UDI), senador Javier Macaya, sostuvo que “el gobierno juega irresponsablemente con la institución que tiene a su cargo el mayor problema de Chile, la seguridad”. Ximena Rincón, senadora del grupo Demócratas,  sentenció que “en el caso de la PDI hay un hecho personal y en el caso del director general de Carabineros tiene que ver con si es responsable o no por no haber hecho o no haber estado encima de las decisiones que se tomaron”. El diputado de la UDI, Juan Antonio Coloma, expresó que “el propio Gobierno ha tomado postura en este tema. Acepta la renuncia (de Muñoz), pero no así del general director de Carabineros y es porque son causas distintas” y no dejó de señalar que “hemos visto una persecución por parte de la fiscal hacia la institución” policial, por investigar al jefe de la institución.

¿Y Yáñez?

Hasta este día el general director no había vuelto a emitir declaraciones sobre su formalización y menos sobre su actuación en los hechos represivos y de apremios ilegítimos en 2019. Tampoco se sabe de llamados desde La Moneda para hablar de su situación. Pero no hay duda de que en privado, y en su equipo más cercano, que incluye al abogado que lo defiende, Ricardo Yáñez debe estar observando toda la controversia política en torno de su caso.

Si se considera su disposición a defender la actuación represiva de Carabineros en 2019, su negativa a colaborar con la justicia, su acusación de que la Fiscalía lo persigue a él y a su institución, su aceptación del respaldo que le dieron políticos de derecha recibiéndoles y posando junto a ellos, y la postura de La Moneda a esperar lo que pase con la formalización, parece claro que Yáñez no tiene la menor intención de renunciar.

En definitiva, el jefe de Carabineros permanece impávido ante la crisis política que está desencadenando su caso, no le importa los efectos que su caso tenga sobre el Gobierno y se encuentra cómodo con el apoyo de la oposición y segmentos del oficialismo.

Pero también es cierto que no se sabe qué se estará pensando en La Moneda estos días, qué nuevos factores entraron en juego, entre ellos, la exigencia de que el alto mando policial está legitimado y concentrado en el combate a la delincuencia, y qué podrá ocurrir a nivel del Congreso.

Mientras tanto, la ciudadanía observado el espectáculo.