Dice que sí hay que inquietarse ante el posicionamiento de esos sectores “porque es un fenómeno mundial con repercusiones específicas en cada país” y “con apoyo popular”. Ante la posibilidad de que haya un logro electoral como el de Kast en la primera vuelta presidencial afirma que eso “puede volver a pasar”. Indica que los sectores progresistas le deben disputar a los ultraconservadores “las contradicciones secundarias”, como migración y seguridad pública y advierte que “hay una percepción en nuestro mundo que no ve la correlación de fuerzas real”. Plantea que “hay que disputarles la hegemonía cultural y política”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 18/11/2022. ¿Hay que inquietarse, hay que poner atención en lo que está pasando en Chile y en el mundo con la extrema derecha?
Sí, porque es un fenómeno mundial con repercusiones específicas en cada país. Lo que pasa es que a la derecha más tradicional le surgió, producto de las contradicciones de la globalización, de fenómenos internacionales como la migración, una derecha más a la derecha, más extrema, en Chile lo vimos con el Partido Republicano. Vimos el triunfo de Giorgia Meloni en Italia, quien es hija del Movimiento Social Italiano, que es heredero directo del fascismo de (Benito) Mussolini, si te vas a Alemania, a la derecha de la Democracia Cristiana surgió Alternativa para Alemania, que es de tendencia nacionalista conservadora; si te vas a Francia, tienes el Frente Nacional de (Marine) Le Pen, la hija y el padre (Jean-Marie Le Pen), y en España, a la derecha tradicional, que era el Partido Popular, se le apareció el grupo Vox, de ultraderecha. En América Latina basta mirar a Jair Bolsonaro en Brasil, y otros grupos como los republicanos en Chile. Entonces, es un hecho que a la derecha tradicional en el mundo, le surgió, a su derecha, una alternativa que es más rígida, por definirla de alguna manera.
En el caso de los republicanos en Chile, su trilogía de origen es “Dios, Patria, Familia y Libertad”. En Brasil, el golpe militar de 1964 se hizo en base a esos mismos conceptos. Meloni, en Italia, repite el mismo concepto. Estamos en presencia del surgimiento, con apoyo popular, de una derecha que reivindica el nacionalismo extremo, la no pluralidad en las creencias, lo anti migrantes, a los grupos evangélicos, la intolerancia. Los evangélicos fueron voto duro de Bolsonaro, y en Chile, en aquellas comunas de presencia evangélica sobre el promedio, básicamente en la zona de Arauco, aunque parezca increíble, la izquierda dejó de ser la primera fuerza y se volcó hacia el mundo evangélico. En Renovación Nacional, por ejemplo, hay diputas y diputados que provienen de ese mundo, y entre los legisladores y dirigentes republicanos hay representantes de los evangélicos.
Se dice que la derecha y sobre todo la extrema derecha, están leyendo bien el malestar social, el enojo social, y lo están capitalizando.
Mira, en el plebiscito de salida, que fue crucial, se voy a mencionar los resultados de las dos comunas que son las antípodas en la Región Metropolitana, Vitacura -que es la comuna más rica de Chile- y Lo Espejo, que es la comuna más pobre de Santiago. Que en Vitacura la derecha gane con el 86%, es completamente normal, pero que en Lo Espejo el Rechazo (a la nueva Constitución) gane, muestra la debilidad nuestra, y la llegada que tiene la derecha. Que la mayoría de las y los electores de la comuna más vulnerable de Santiago, capten el mensaje de la derecha y voten con la derecha, más que una virtud de la derecha, es una autocrítica profunda hacia nosotros. Volviendo a tu pregunta, sí, están leyendo lo que pasa.
Pero más allá de lo político, de lo electoral, aparece como el triunfo de una cultura, de ciertos valores, de formas de ver la vida…
Así es, en los triunfos ideológicos más que lo orgánico, apelando a (Antonio) Gramsci, son las hegemonías culturales. Mira, y en esto tiene que ver lo que pasa con la derecha. En ese momento del plebiscito, se conjugaron tres cosas de manera increíble. Una derecha que atacó desde el día uno a la propuesta de la Convención Constitucional, que tenía del plebiscito de entrada el 22% por cierto, pero el poder que tenían se demostró durante el proceso; a esa derecha le ayudaron los maximalismos de la Convención, mira lo paradójico, en consecuencia la derecha se alimentó del “avanzar sin tranzar” de una parte de la Convención; y cierro con una falla nuestra impresionante, que es que los partidos que estamos en el Gobierno, estábamos separados en la Convención. Suma las tres cosas y te da el resultado.
A eso agrégale lo que señalabas, lo de cierta cultura, y que lo vi en mi contacto en sectores populares, donde el tema de la vivienda, que iban a quitar una vivienda, penetró con todo, el tema de Carabineros penetró con todo, el tema de la plurinacionalidad penetró con todo. Eso ayuda a la derecha.
¿Crees que el Partido Republicano y la extrema derecha van a crecer, que esos sectores lleguen a tener un buen resultado electoral?
Voy más atrás. Hace un año, el Partido Republicano hegemonizó al conjunto de la derecha tradicional. (José Antonio) Kast pasó a segunda vuelta, y los liberales de derecha, Evópoli, votaron por él, los liberales de Renovación Nacional votaron por él, ellos querían que Kast fuera Presidente de Chile. No es que uno diga, mira lo que viene. Es que ya pasó, ya lo vivimos.
¿Ya pasó ese peligro, esa posibilidad?
No, para nada. Eso puede volver a pasar. Mira, en Chile hay cuatro derechas. Una en torno a los partidos tradicionales, Renovación Nacional y la UDI (Unión Demócrata Independiente) y se le agrega Evópoli, más bien como arroz graneado. Por cierto, en ese corazón están RN y la UDI que son muy poderosos, se nos olvida que RN es el partido más grande en Chile en votos, y que la UDI es el segundo más grande en votos, y entre los dos tienen 48 diputados. A esa derecha, le surgió una segunda derecha: los republicanos. Pero creo que ha surgido una tercera derecha, el Partido de la Gente; porque más allá de que ellos se definan que no son de izquierda ni de derecha, sabemos que cuando gente así dice que no es de ningún lado, que es anti partido y que es anti político, es gente que es de derecha. A esas tres derechas, agrega una cuarta derecha que es muy potente en Chile, que es la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y su brazo ideológico que es el Instituto Libertad y Desarrollo. Hay una percepción en nuestro mundo que no ve la correlación de fuerzas real. Por lo demás, la derecha, y la extrema derecha si quieres, tuvo a mitad de septiembre de 1973, el 21% de los votos, después de la dictadura, en la primera elección pos Pinochet, llegaron casi al 38% de los votos y de ahí no han bajado.
¿No hay una quinta derecha con Amarillos y el Partido de los Demócratas?
No, es que esos muchachos se auto sitúan en la centroizquierda, o el centro, algunos de ellos son claramente de derecha desde el punto de vista económico, son completamente neoliberales, lo demostraron en los últimos 25 años. Si tú te fijas, entre ellos, en la campaña del Rechazo, los rostros más conocidos eran los emblemas de los autocomplacientes en la Concertación, que fue nuestra contradicción. A partir del año ’97, cuando ganamos la elección parlamentaria con el 50,05%, y perdimos más de un millón de votos del mundo popular, surgieron los flagelantes, ahí surgimos. Eso fue ratificado después, si (Ricardo) Lagos le ganó a (Joaquín) Lavín por un voto por mesa, y lo digo una vez más, Lagos fue Presidente de Chile en segunda vuelta, porque tuvo los votos del Partido Comunista.
¿Pero en el avance del ultraconservadurismo, tiene que ver con que en la sociedad chilena están instaladas cuestiones como el individualismo, el racismo, el conservadurismo, lo personal en la búsqueda de logros, la apatía social, la enajenación?
Obvio que tiene que ver con todo eso. Cuando tiene una sociedad que pasó de lógica de la solidaridad, a la lógica de la subsidiariedad en lo estructural y el individualismo en lo particular, eso va acompañado de opciones políticas. El mejor ejemplo, “Con mi plata NO”. Y mira, el Gobierno le dice a esa gente, ya, quédese con su plata, por la reforma previsional. El 6% patronal, y sus pensiones van a subir un 12%; pase esa plata al seguro social, y sus pensiones subirán al 37%. Sin embargo la gente dice no, es que es mi plata. Prefiero que me suba al 12 y no al 37, porque es mi plata. A ese nivel de absurdo, y ahí estamos.
Desde el Partido Comunista se sostiene que hay una evidente campaña anticomunista, que andas vetos por muchos lugares, ¿cómo ves el rol en eso de la ultraderecha y la derecha?
Pero es que eso no es ninguna novedad. Es la historia de Chile. Vimos varias traiciones en que los dejaron fuera, la Ley Maldita, la dictadura en que los ejecutaron y desaparecieron, todo con respaldo de la derecha, entonces pedirle a la derecha y a la ultraderecha que no sean anticomunistas, es como decir que no existe la Cordillera de Los Andes. Hay que partir de esa realidad y enfrentarlo. Yo creo que la única respuesta posible, o la mejor, desde el Partido Comunista, es hacer el trabajo que está haciendo. Vamos por parte, el Partido Comunista es el partido más grande de la coalición de Gobierno, tiene una buena representación parlamentaria, tiene base social. Lo único que yo critico, es que echo de menos en la coyuntura actual la sabiduría que tuvo el PC durante el Gobierno de la Unidad Popular, que se expresaba en las murallas de Santiago en una consigna, avanzar consolidando, que contrastaba con la muralla de enfrente, la de avanzar sin transar. En la correlación de fuerzas de Chile, la única posibilidad de avanzar es consolidando, es de a poco.
La fuerza que alcanzó el bolsonarismo en Brasil, la repostulación presidencial de Donald Trump, el avance de la ultraderecha en Europa, ¿alienta a la ultraderecha en Chile?
Por supuesto. Porque se hacen cargo de conectar con una parte de la población, independiente de la contradicción principal, que es la económica y social, a partir de las contradicciones secundarias. Te pongo un ejemplo, la migración. Desde el punto de vista del ideal, bienvenido “el asilo contra la opresión”. En Chile hace diez años eran 200 mil migrantes, y hoy son un millón y medio. La derecha capta eso y se pone del lado del chileno que es abusado o delinquido por el migrante ilegal. Te voy a colocar otro ejemplo. Tú sabes que los partidos políticos tenemos un 6% de confianza de la gente, estamos en el último lugar, y la derecha se hace cargo de Carabineros de Chile, de defenderlos, en el que hay un 73% de confianza. Cuando fui subsecretario regional, cuando fui ministro, recorrí dos tercios de las comunas del país, y te puedo decir que mientras más pobres, más aislados, el alcalde, los concejales, las juntas de vecinos, me pedían más carabineros.
¿Captan el malestar con la delincuencia, con la violencia, con el alza de precios?
Si pues, eso ya es obvio. Lo captan y lo usan. La clave para nosotros es entender, por ejemplo, que el orden público y la seguridad es de las políticas más progresistas que hay. ¿Sabes por qué? Porque los sectores de altos ingresos se cuidan solos, los municipios de Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea, tienen una dotación de funcionarios de seguridad que triplica a Carabineros, ¿y qué pasa en Lo Espejo, San Ramón y San Joaquín? Para la gente en los sectores medios, sectores vulnerables, lo importante es salir y llegar de sus casas tranquilos. Efectivamente el origen de la delincuencia está en una estructura social completamente injusta, pero mientras combates el fondo, tienes que combatir el aquí y el ahora. De repente nos perdemos, nos vamos al fondo, que es algo que se soluciona en 40 años más, y no enfrentamos el tema hoy día. Eso lo capta la derecha. Le hemos regalado a la derecha el tema del orden público que es algo fundamental para la gente.
¿Qué deben hacer los sectores democráticos, progresistas, de izquierda, para detener el avance de la extrema derecha?
Hay que disputarles la hegemonía cultural y política. Colocar el acento en la contradicción principal, económica y social, po rque ahí la derecha está liquidada, ahí la derecha no tiene vuelta. Un ejemplo: la derecha pide más plata para sectores vulnerables, para seguridad, pero rechaza incluso la idea de legislar la reforma tributaria, que es para captar más recursos, no rechaza un artículo u otro, sino que la idea de legislar, que es decir no a todo. Pero nos están ganando en las otras contradicciones, como migración, delincuencia, orden.
¿Este posicionamiento de ultraderecha, está asociado a lo que fue la irrupción del movimiento social, la revuelta popular del 2019, la nueva Constitución? En ficción, capaz que sin estallido social nunca habría surgido el Partido Republicano.
Son las contradicciones de la historia. En la medida que avanzan las fuerzas del cambio, las fuerzas conservadoras se ven amenazadas y se rearticulan. Eso es más viejo que el hilo negro. Por eso, tenemos que disputarles, sin prejuicios, sin complejos, las contradicciones secundarias. En la situación actual, creo que eso está en la migración y la seguridad ciudadana.
Mirando lo actual y lo que vendrán. ¿En Chile existe la posibilidad de que tengamos un Gobierno como el de Bolsonaro, que llegue Kast a La Moneda, que podamos tener nuestro Trump propio?
Bueno, si no reforzamos un buen programa de Gobierno, considerando que no es posible abarcarlo todo, podemos tener problemas. Avanzar con la reforma tributaria, la reforma de pensiones, las 40 horas de jornada laboral, la titularidad sindical, avanzar en salud, en atender problemas sociales derivados de las alzas de precios, esos son nuestros caballos de batalla. No regalarle a la derecha ni el crecimiento económico, ni el orden público. Debemos estar en esos temas, y con mucha fuerza.
Mira, además, ya están apareciendo preguntas en encuestas, públicas y privadas, sobre una eventual nueva Convención Constitucional, y hay una pregunta sobre por quién votaría. Resulta que en el primer lugar está el Partido de la Gente, con alrededor del 15%; en segunda lugar, Chile Vamos con un 13%; tercer lugar los republicanos, 9%; cuarto lugar los independientes, quinto lugar los Amarillos, sexto lugar Apruebo Dignidad con un 7% y último lugar Socialismo Democrático.