El cuadro político de hoy, no es el cuadro político del momento en que integrante del equipo de Jeannette Vega se contactó con Héctor Llaitul, el dirigente de la CAM. Pero todo indica que se evalúa como una equivocada estrategia la seguida por la ex ministra, y el Presidente Boric apeló a “ser cuidadosos del fondo y también de la forma”, particularmente en la realidad de La Araucanía.
Hugo Guzmán. Periodista. 25/08/2022. Es obvio que el cuadro político contingente actual gravitó de manera determinante en la renuncia obligada de la ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega.
Que no es el mismo cuadro que existía cuando desde su equipo ministerial se contactó al dirigente de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, en mayo pasado.
Se podría inducir que en la estrategia de la ahora ex ministra estaba el contactar con todos aquellos representantes/interlocutores de comunidades y organizaciones mapuches. Ello pudo incluir a la CAM y en particular a Llaitul.
Desde marzo, cuando se inició el actual Gobierno, existía la opción de abrir canales con todos, inclusive con aquellos que estaban en la protesta/acción violenta, con la idea de persuadir. Hasta la ministra del Interior, Izkia Siches, hizo un viaje a un punto conflictivo con tal de intentar dialogar y no pudo.
Siempre, desde esa fecha, y desde antes, la derecha política y gremial, definía como “terroristas”, “extremistas” y “violentistas” a varias agrupaciones indígenas con las que se quería abrir canales de contacto. Eso influyó antes e influye ahora.
Precisamente, Natalia Piergentili, presidenta del Partido por la Democracia (PPD), dijo a la prensa que la “única intención (de la ahora ex ministra de Desarrollo Social) fue cumplir el mandato del Ejecutivo en cuanto a dialogar con todos los actores, en momentos en que el planteamiento del Gobierno era que no se podían enjuiciar las ideas”.
La timonel del PPD explicó que “es muy importante señalar que (el) foco estuvo en tratar de dialogar con el espectro más amplio posible de actores para contribuir al desarrollo y la paz en La Araucanía”. Y enfatizó que “es importante señalar que el intento de comunicación que se intentó hacer con el señor Llaitul fue bastante antes que él tuviese algún compromiso judicial y hoy la situación es distinta, toda vez que está siendo imputado”.
La intención (y la filtración) que acarreó el problema
La filtración del audio de una integrante del equipo de la ex ministra Vega, en mayo pasado, (filtración que habría provenido de la PDI al Portal Ex – Ante…y toda filtración tiene un objetivo), que habló brevemente con Llaitul, indica que se trató de un contacto para ver la posibilidad “de tener una conversación” con él. No hay evidencia (a menos que surja en estos días) de que el diálogo se haya concretado.
La iniciativa podría haber estado en la estrategia del Gobierno o específicamente de la antigua ministra de Desarrollo Social. Todo apunta a que fue una decisión de Jeannette Vega. Y podría interpretarse como un error no forzado o un inadecuado paso político ante la CAM y Llaitul.
Las y los funcionarios de un gabinete ministerial suelen estar en una línea límite a la hora de efectuar gestiones delicadas sobre todo en el marco de conflictos de mediana o alta intensidad. Se corren riesgos y se pagan costos. Pero se pueden obtener éxitos.
Se parte de la base que siempre existe la intención de tomar iniciativas que generen positivo efecto político y que, como en este caso, pudiesen contribuir a destrabar problemas.
Claro que la revisión de datos y declaraciones apuntan a que la CAM y Llaitul nunca estuvieron realmente en ese camino. Pese a llamadas como la de la funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social.
Frente a eso, el diputado de Acción Humanista, Tomás Hirsch, declaró que la decisión de aceptar este día la renuncia de la ex ministra, “obedece a la intención permanente que ha tenido el Presidente (Gabriel Boric) de tener total transparencia en lo que está desarrollando el Gobierno y no haya ninguna situación que se pudiera prestar a algún tipo de interpretaciones”.
Añadió: “Es importante que quede claro con esta acción que el Gobierno está totalmente comprometido con la mantención y el establecimiento del Estado de Derecho, con el rechazo al uso de la violencia en cualquiera de sus formas, comprendiendo, valorando, las demandas legítimas e históricas del pueblo mapuche, pero rechazando el uso de la violencia en relación a esto o cualquier otro conflicto”.
En medio de la detención de Llaitul
El asunto es que se conoce la filtración de ese contacto entre la funcionaria de Desarrollo Social, a unas 24 horas de que Héctor Llaitul fue detenido y dejado en prisión preventiva acusado de infracción a la Ley de Seguridad del Estado, usurpación, atentado contra la autoridad y robo de madera.
Se suma a las acusaciones de legisladores de derecha, personeros de empresas forestales, dirigentes de gremios empresariales, de que Llaitul es “violentista” y “terrorista” y que debe recibir altas sanciones penales.
Desde distintos sectores se advierte que el dirigente de la CAM llamó a realizar sabotajes, acciones armadas, quema de maquinarias e inmuebles, recuperación de madera, y uso de armas y municiones. Inclusive desde esa organización se criticó al Gobierno de Gabriel Boric y a partidos de izquierda por posiciones ante la realidad en La Araucanía.
Todo eso sitúa como inaceptable que la ahora ex ministra Vega, hubiese querido hablar con el dirigente mapuche y una funcionaria de su equipo lo haya contactado.
El encuadre del Presidente Boric
En ese contexto, refiriéndose a la renuncia obligada de la ministra Jeannette Vega, Gabriel Boric apuntó que “he tomado la decisión de aceptar la renuncia de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, porque quiero que sepan que como Presidente de la República debemos ser cuidadosos del fondo y también de la forma y que los que hechos que hemos conocido hacen que corresponda hacer valer la responsabilidad política de la ministra y por eso, reitero, he aceptado su renuncia”.
En clara referencia a Llaitul y a la CAM, el mandatario sostuvo “tengo la convicción de que en esta materia, las señales que demos y la señales que dé yo en particular, deben ser claras: sí al diálogo, no a la violencia”.
Refiriéndose al dirigente del grupo mapuche, el Presidente declaró que “el señor Llaitul ha reiterado de manera pública su nula disposición y de la organización que lidera de abandonar la vía violenta y, por lo tanto, como corresponde a todo ciudadano debe responder a la justicia y eso es lo que está sucediendo”.
En definitiva, quedó implícito que la evaluación y análisis del mandatario -y seguramente de las y los ministros del Comité Político- fue que el contacto con Llaitul desde la oficina de la ex ministra Vega fue inapropiado, al menos en las consideraciones y condiciones actuales.
Se estaría evaluando hoy como una mala estrategia y un error político haber intentado ese contacto. Y no quedaba más que la renuncia, más considerando lo que representa hoy Héctor Llaitul.