El PC en esta etapa: “Los resultados son auspiciosos y de una mayor incidencia”

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El historiador Rolando Álvarez, estudioso de la colectividad de la hoz y el martillo, afirmó que “la tesis que tenía el Partido Comunista de tener incidencia en el sistema político ante el agotamiento de la estrategia más testimonial, es una tesis que tiene logros y resultados efectivos”. Y hoy, afirmó, “está a jugado a concho por el éxito del Gobierno de Gabriel Boric”. Pero no descartó costos para la organización, como bajar la incidencia en el movimiento social. Además, señaló que el anticomunismo está latente, así como “el derecho a veto que tiene la derecha” y que lleva a “imponer que hay sectores que pueden participar en la política y otros sectores que no tienen derecho a participar”.

Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 14/10/2022. Acaba de salir un libro tuyo titulado “Del ‘viraje’ al gobierno de ‘nuevo tipo’” sobre el Partido Comunista. Ahí se analiza, se estudia y se opina sobre el PC en las últimas décadas, su comportamiento político y estratégico, en lo que se incluye el relacionamiento con la ex Concertación, dinámicas o crisis internas y el trabajo en el mundo social. Vino la alianza en torno de la Nueva Mayoría, ahí el PC volvió a ser parte de un Gobierno y ahora está en el conglomerado Apruebo Dignidad, junto a una fuerza que irrumpió en años recientes, el Frente Amplio, y vuelve a tener protagonismo en un Gobierno. ¿Cómo ves al PC en estos pasos recientes, en estas alianzas?

Mira, lo que estudié en ese libro es la historia más reciente del Partido Comunista (PC) y cuando una la mira en períodos más prolongados de tiempo, desde sus orígenes, el fenómeno y característica política que vive hoy el país y la izquierda chilena, se asimila un poco a lo que ha sido la dinámica del PC de una historia larga de participación en alianzas y frentes políticos amplios con la izquierda y la centroizquierda.

Lo que tuvimos en la historia un poco más reciente, en la década de los noventa, es un Partido Comunista que de alguna manera rompió esa tradición histórica de una tendencia de alianza con el centro político, y hoy estamos en una etapa en que se recuperó esa característica que tenía el PC. Hacia el 2010, se aproximó a lo que era en ese entonces la Concertación, que hoy podemos llamar centroizquierda, y se configuró la Nueva Mayoría, que fue efímera, y ahora se reconfiguró esa política de alianzas. En una mirada de más larga duración, creo que es propio de la dinámica histórica del Partido Comunista la búsqueda de alianzas con fuerzas que van más allá de la izquierda.

En tu libro queda planteado lo que es o podría ser la fuerza de incidencia del PC, la búsqueda de esa incidencia. ¿Crees que el PC ha logrado una incidencia gravitante en el escenario político chileno?

Mirándolo históricamente, si pensamos desde mediados de la década de los años ochenta, de cuando se termina de configurar la salida pactada de la dictadura y el fracaso de la política de la Rebelión Popular -porque no hubo capacidad de derrocar a la dictadura-, hasta principios del 2010, fue un período donde el partido logró subsistir políticamente, logró sortear crisis internas, crisis globales, de paradigmas. Se mantuvo como organización pero no tuvo una gran incidencia en el sistema político, aunque sí mantuvo incidencia en el mundo social, el mundo sindical, estudiantil. Eso no le daba réditos electorales, ni incidencia política en el sistema. Eso empieza a cambiar a mediados de la década del siglo XXI y si hoy miramos cuál ha sido el rendimiento político de esa estrategia de mayor acercamiento a fuerzas de centro o centro izquierda, claramente ha sido la participación en dos gobiernos, el crecimiento electoral, y el aumento de la capacidad política, de influir.

El balance entre esos dos períodos, de 1986 hasta la primera década del siglo XXI, y de ahí hacia acá, es que los resultados son auspiciosos y hablan de una mayor incidencia del Partido Comunista en el sistema político. Es una de las cosas particulares que tiene respecto a la izquierda chilena y de América Latina, ya que tiene presencia en el mundo social, en el mundo político, en el mundo parlamentario, a nivel del Estado, lo que lo diferencia de otros partidos comunistas que no han logrado tener esa capacidad.

Diría que la tesis que tenía el Partido Comunista del Gobierno de “nuevo tipo”, de tener incidencia en el sistema político ante el agotamiento de la estrategia más testimonial del período anterior, es una tesis que tiene ciertos logros y resultados efectivos.

En esos procesos que describes, surgen críticas desde la izquierda, y se habla del peligro de que el Partido Comunista se aleje de contenidos programáticos de izquierda.

Claro, de hecho lo que yo relato en el libro “Del ‘viraje’ al gobierno de ‘nuevo tipo’”, es que esa discusión se dio en el PC en la primera década del siglo XXI, fue muy fuerte, y relato las disidencias por la izquierda que se abrieron. Pero se recuperó gente que pensaba que el Partido Comunista había abandonado su tradición y hubo gente que vuelve a la organización. Ahora, el balance que dejó, por ejemplo, el Gobierno de la Nueva Mayoría, fue agridulce, fue un Gobierno donde el PC había apostado a que se iban a hacer cambios estructurales y claramente es probable que ese Gobierno pase a ser conocido como el quinto Gobierno de la Concertación, no logró hacer los cambios que se dijeron ni cambiar la cultura política concertacionista.

Los riesgos de ser un partido político incidente en el sistema político, creo que el Partido Comunista los asumió. Si quieres ser incidente tienes que correr los riesgos de esa política, y uno de los riesgos, al abandonar el discurso testimonial, es que te acusen de ser reformista, no ser todo lo revolucionario que se espera, que es una crítica bastante común desde la izquierda. Mi impresión es que el PC decidió correr los riesgos hace rato, y hoy está a jugado a concho por el éxito del Gobierno de Gabriel Boric.

En este camino, de lo que tú has estudiado e investigado, ¿cómo ves el relacionamiento con el mundo social? Porque se incide en el sistema político, se tiene ministras y ministros, autoridades, pero está el tema de la incidencia en el movimiento social.

En el período que el Partido Comunista se mantuvo más bien fuera del sistema institucional, o lo mantuvieron fuera de la institucionalidad parlamentaria, fue fuerte en el movimiento social, en el movimiento sindical, en el estudiantil y el mundo territorial. Al hacer esta transición hacia posiciones de, por ejemplo, aliarse con el centro, significó pagar costos. El Partido Comunista hace rato que no tiene presidencias importantes en el movimiento estudiantil, en el movimiento sindical, se ha debilitado en eso. Está en el mundo social, existe ahí el PC, pero no es todo lo fuerte que se quisiera. Creo que ha sido parte de un problema, eso de tener un pie en la calle y otro en el Gobierno, recordando esa frase de la ministra Camila Vallejo. Bueno, eso siempre ha sido como la cuadratura del círculo más que algo sinérgico.

Es tangible que siguen existiendo desde el mundo político, mediático, empresarial y desde otros espacios y niveles, posturas anticomunistas, de agresión y reticencia hacia quienes son comunistas, se les cuestiona sólo por el hecho de su militancia…

El anticomunismo tiene una larga data en la historia de Chile, data del siglo XIX, tiene distintas características, se expresa claramente en el mundo conservador, también en sectores incluso de izquierda. La reticencia anticomunista tiene variadas expresiones, variadas fórmulas. La versión que hemos visto ahora último es algo más global, pensemos lo que pasa en Brasil con (Jair) Bolsonaro. Hay reticencia y combate a las posiciones más de izquierda  simbolizadas en el Partido Comunista, y los episodios que hemos visto estos días y que tú mencionas, tiene que ver con el anticomunismo y las concepciones que tiene la derecha respecto a la política. Son los límites de la democracia chilena que se expresan en estos vetos que se hacen a un dirigente o una autoridad de tal o cual característica en ciertos espacios de poder. Veía la nota el pasado fin de semana del escándalo de la derecha con el subsecretario Galo Eidelstein y eso va en la misma línea, de que se quiere imponer que hay sectores que pueden participar en la política y otros sectores que están vetados, que no tienen derecho a participar, sólo por su adscripción ideológica, lo cual claramente va en contra del sistema democrático y las concepciones democráticas. ¿Por qué unos tienen derecho a incidir y otros no? El derecho a veto que tiene la derecha todavía está presente, y claramente después del resultado del plebiscito del 4 de septiembre, claramente la derecha se sintió empoderada para seguir implementando los vetos.

El anticomunismo es un fenómeno que existió en el pasado, que existe hoy y que seguirá existiendo en el futuro y hay que enfrentarlo manteniendo las convicciones y mostrando certezas democráticas.

Te llevo a un hecho anecdótico, las palabras de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei sobre el subsecretario Nicolás Cataldo, que dijo que era muy agradable, y se sostuvo que esa es la idea, de tender puentes entre todos los sectores.

Lo veo como algo bastante corriente que les pasa a las militantes y los militantes del Partido Comunista, que los ven con un estereotipo, que son ortodoxos, incapaces de dialogar, antidemocráticos, come guaguas, en fin. Entonces cuando en esos sectores anticomunistas o que tienen esos estereotipos, les toca trabajar con una o un comunista, se dan cuenta que es una persona de carne y hueso, que puede tener las mismas debilidades o fortalezas de cualquier persona, y seguramente las habilidades blandas de Nicolás Cataldo asombraron los prejuicios de la señora Matthei. Hubo una lectura política con la cual no estoy de acuerdo, que poco menos que el Gobierno está en una postura de concesión a la derecha, o que el Partido Comunista está planteando el fin de la lucha de clases como leí en algunos Twitter de algunos colegas, lo que me parece una exageración. Yo pienso en la idea de que sí es posible en las políticas de Estado trabajar con los comunistas, veo el vaso medio lleno y no medio vacío, lo veo como una muestra de lo que le ha pasado a mucha gente.

Recuerdo en la década de los noventa, cuando Rodrigo Rocco era presidente de la FECH (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), una época de mucho anticomunismo, ese estereotipo de los comunistas estaba muy acentuado, el comunismo chileno para unos estaba en extinción, y él hablaba de corrido, tenía buenas ideas, era simpático y decían, “este es un comunista atípico”. O sea, los comunistas no podían ser así, no podían ser buena onda, no podían tener buenas ideas, tener capacidad de entenderse con otra gente.

Están muy bien evaluadas las dos ministras que son del Partido Comunista, Camila Vallejo y Jeannette Jara, varios subsecretarios, otras y otros funcionarios, hay liderazgos comunistas en el país, estuvo la experiencia de Daniel Jadue. ¿Tú crees que podrá volver a haber candidatura presidencial comunista dentro de tres años?

Yo creo que la experiencia de Daniel Jadue como candidato presidencial claramente demuestra que puede haber un candidato o una candidata comunista a la presidencia. Daniel sacó como 700 mil votos, tuvo una enorme cantidad de votación en la primaria, y la colectividad sacará los aprendizajes, lo positivo y lo negativo, de la candidatura de Daniel. El Partido Comunista demuestra que tiene liderazgos políticos y sociales que son importantes para el país, yo no descarto nada. Esto de que haya un veto sólo por ser militante comunista, hay que superarlo, demostrar con hechos la capacidad de acción, de implementar políticas, de hablarle al país, de cumplir en el aparato público. Camila Vallejo y Jeannette Jara han sido destacadas en este Gobierno, ambas con mucho aplomo, enfrentando las situaciones. No descarto una candidatura presidencial comunista, creo que es posible y rompería estos vetos y estos candados que se ponen. Hay un camino que lo abrió Daniel Jadue con bastante éxito diría yo, y hay militantes que están posicionadas y posicionados.