El oficialismo, de la frustración a la agenda de reformas estructurales

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Quedó claro que se da vuelta la página después del rechazo de proyectos de quinto retiro desde las AFP y ahora el camino estratégico apunta a reformas estructurales en pensiones y tributación, y en iniciativas como el aumento en el salario mínimo. “Como Gobierno pensamos que es necesario pasar a los temas de fondo” enfatizó el Presidente Gabriel Boric. Se volvió a recalcar la necesidad de un apoyo de las bancadas parlamentarias del oficialismo para sacar adelante las iniciativas.

Equipo “El Siglo”. Santiago. Valparaíso. 20/04/2022. El desenvolvimiento de una agenda encaminada a consagrar la reforma tributaria y la previsional, y avanzar hacia iniciativas como un aumento importante del salario mínimo, fue el camino hallado por el Gobierno ante “la frustración” del rechazo en el Parlamento de su proyecto de quinto retiro acotado desde los fondos de las AFP, y frente al también fracaso de la propuesta de un grupo de legisladores por un quinto retiro amplio.

Desde la medianoche del pasado lunes, en circuitos del Gobierno se comenzó a establecer que la ruta a seguir es el impulso de “las reformas estructurales” sobre todo en cuanto al salario mínimo, pensiones y tributación, en contrapunto al escenario del rechazo a las iniciativas de los retiros previsionales. Una respuesta de agenda legislativa, política y comunicacional.

El Presidente Gabriel Boric manifestó que “como Gobierno pensamos que es necesario pasar a los temas de fondo, en particular, a la reforma previsional…Se debe terminar con la pretensión de que a través de los ahorros personales de los chilenos, se puede resolver crisis o desigualdades estructurales”.

Las vocera de La Moneda, Camila Vallejo, enfatizó que “queremos ser recordados por empujar reformas estructurales en nuestro país, es lo que comprometimos y, por lo tanto, nuestro principal esfuerzo tiene que estar centrado en eso”.

El martes, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson, después de reunirse con senadores del oficialismo, habló de la necesidad de lograr “avances concretos en materia previsional, en cómo vamos a generar una reforma estructural del sistema de pensiones y seguridad social”.

Mario Marcel, ministro de Hacienda, expuso que “lo más importante para nosotros es concentrarnos en nuestra agenda de reforma de largo plazo así como en las negociaciones que están en curso particularmente en torno al ingreso mínimo”. Agregó que “ya hemos dedicado suficiente tiempo y energía al tema de los retiros. Es el momento de que nos concentremos en reformas estructurales”.

Queda claro, a unas 48 horas de lo ocurrido en el Parlamento, que al interior de La Moneda, y en varios ministerios como Hacienda y Trabajo, se instaló la idea de dar vuelta la página, ver la manera de sortear la derrota de la iniciativa de retiro y encarar con una opción propositiva los cuestionamientos a lo que pudieron ser deficitarios manejos en la búsqueda de votos para la iniciativa que naufragó el lunes.

De acuerdo a fuentes de Gobierno, más que potenciar un debate sobre lo que ocurrió y por qué ocurrió, polemizar si fue o no una derrota, y las faltas de respaldos de parlamentarios oficialistas, la idea que se reforzó entre la noche del lunes y la mañana del martes fue colocar en agenda y con énfasis, el asunto de las reformas estructurales a impulsar.

Ya a mitad de semana, queda claro que el énfasis desde La Moneda y el conjunto del Gobierno, así como de las fuerzas políticas y parlamentarias del oficialismo, estará en relevar la necesidad de avanzar hacia cambios de fondo con efecto social y económico.

Y desde esa posición, apuntar que ese es el camino para enfrentar las demandas y necesidades del grueso de la población, no solo afectada precisamente por falencias sociales y económicas estructurales, sino agobiada por factores como la notoria y negativa alza de precios en alimentos y productos básicos.

La frustración

Aunque al hablar de frustración, Giorgio Jackson lo hizo en referencia a la gente que quedaría afectada por el rechazo al proyecto del Ejecutivo para un quinto retiro acotado desde las AFP, quedó claro que esa calificación podía correr para el Gobierno y los partidos políticos oficialistas que en el Congreso se habían cuadrado con la iniciativa del Ejecutivo.

Tratándose de un asunto estratégico de la administración de Gabriel Boric y las fuerzas que lo respaldan, por la significación social y el impacto político de la iniciativa de retiro, no es para nada menor que un grupo de legisladores de Apruebo Dignidad y de Socialismo Democrático no hayan respaldado el proyecto del Gobierno.

No era una iniciativa menor o secundaria y se jugaba mucho políticamente el Ejecutivo y los dos conglomerados que forman parte del Gobierno. De ahí surgieron críticas a los ministros Jackson y Marcel por no haber conseguido el respaldo total de sus parlamentarios y se deslizó el efecto negativo de una ausente jefa del gabinete ministerial, Izkia Siches, que estuvo ausente de las gestiones en torno de este vital trámite legislativo, como si la sombra de sus errores no forzados la siguiera.

El ministro Secretario General de la Presidencia, conocido el desenlace del proyecto gubernamental, sostuvo que “se rechazó un proyecto que nosotros presentamos recogiendo las demandas que nos plantearon los propios parlamentarios. Muchas de ellas que tenían que ver con el tema de pensiones de alimentos, deudas por temas de salud, por temas hipotecarios”. Trasladándose directamente al plano político, Jackson indicó: “Todavía no logro entender las razones, sino tratar de propinarle una derrota al gobierno”.

Enfatizó que “esto al final más que una derrota al Gobierno, que no tenía esto dentro de sus planes (quinto retiro), es una frustración de expectativas de la ciudadanía”.

Respecto a cuestionamientos respecto a cómo él y el ministro Marcel se movieron para buscar respaldos al proyecto del Gobierno, Giorgio Jackson indicó que “nosotros tomamos en consideración las críticas, no tengo ningún problema en que, si hay que hacer los procesos de mejor forma, tomar las críticas que se hagan, porque lo que hay por delante es un desafío muy grande que no admite que los egos se sobrepongan”.

Añadió que “tenemos que ser capaces de buscar los puntos comunes que hay entre quienes quizás estamos en objetivos políticos distintos, con gente independiente o coaliciones políticas distintas. Hay que hacer los esfuerzos, porque si no a la ciudadanía no le podemos dar la respuesta de que no nos pudimos poner de acuerdo”.

Esto es fundamental para lo que viene, porque se requerirá el apoyo prácticamente total de parlamentarios del oficialismo a las reformas estructurales, donde el Gobierno y los dos conglomerados que lo respaldan se juegan el cumplimiento del programa y el destino vital en asuntos como pensiones, tributación y salario mínimo.

Extraoficialmente se supo que en bancadas parlamentarias del Partido Comunista, el Partido Socialista, la Federación Regionalista Verde Social, el Partido por la Democracia, Partido Radical y Acción Humanista, más algunos independientes vinculados al oficialismo, se iba a analizar los votos díscolos que hubo y que contribuyeron al traspié del Gobierno.

El tema que se plantea ahora es que si, en un Parlamento con una correlación de fuerzas tan estrecha, se podrá tener la seguridad de votos de todas y todos los diputados y senadores oficialistas para las iniciativas legislativas de la administración de Gabriel Boric.

En ese marco, Camila Vallejo insistió en que “en el Congreso el Gobierno y el oficialismo no tienen mayoría, por eso hay que redoblar los esfuerzos no solo para tener y mantener apoyo ciudadano en las grandes reformas que hemos prometido, sino también para contar con el apoyo de quienes han dicho estar disponibles a colaborar”.

En La Moneda no desprecian ni descartan apoyos que puedan provenir de la Democracia Cristiana, el Partido de la Gente e independientes a iniciativas de reformas que se presenten durante los próximos meses. Inclusive algunos proyectos podrían contar con votos de legisladores de la derecha.