El llamado a conmemorar los 50 años del golpe de Estado y recordar la voz de Allende

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Personalidades diversas y organizaciones de todo tipo convocaron a adultos mayores, testigos y sobrevivientes de la historia, a las trabajadoras y trabajadores, a las mujeres y a la juventud chilena, a participar en actividades de rescate de memoria en torno de ese suceso y de reivindicación del legado del Presidente Salvador Allende y el programa de la Unidad Popular. El llamado se hizo en una actividad en el monumento a Allende frente al Palacio de La Moneda, convocada por el Comité Iniciativa Popular Conmemoración a 50 años del golpe de Estado.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 30/01/2023. El pasado 29 de enero se hizo un llamado al pueblo chileno a conmemorar los 50 años del golpe de Estado que derrocó al Gobierno constitucional de la Unidad Popular, y recordar la voz del Presidente Salvador Allende.

La convocatoria a adultos mayores, trabajadores, estudiantes, mujeres, pobladores, jóvenes, campesinos e indígenas, a partidos políticos, centro culturales, universidades, organizaciones sindicales y sociales, se hizo en una actividad efectuada el pasado domingo en el monumento a Allende frente al Palacio de La Moneda, lugar bombardeado y atacado por los militares la mañana del martes 11 de septiembre, día en que valientemente el Presidente Salvador Allende entregó su vida a la causa del pueblo chileno.

La actividad fue organizada y convocada por el Comité Iniciativa Popular Conmemoración a 50 años del golpe de Estado y se exhortó a crear cientos de comités a lo largo del país, en territorios, centros culturales y vecinales, espacios académicos, sindicatos y organizaciones de todo tipo.

La idea es conmemorar de manera informada el golpe de Estado y dar a conocer el pensamiento de Allende que, se dijo, mantiene vigencia social, política y ética. Se llamó a desarrollar desde ahora diversas actividades, en todo Chile y en todo espacio, dando a conocer la experiencia y el programa de la Unidad Popular, el pensamiento de Salvador Allende y toda la información en torno de lo que fue el golpe de Estado cívico-militar.

En la actividad, entre muchísimas personalidades y representantes del mundo social, cultural, municipal y político, estaban la senadora Isabel Allende, hija del Presidente Allende; el ex candidato presidencial Jorge Arrate, el secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, la actriz Malucha Pinto, el Premio Nacional de Arquitectura, Miguel Lawner, el académico Tomás Moulian, la presidenta de las Juventudes Comunistas, Daniela Serrano, Juan Carlo Concha, ministro de Salud del Gobierno Popular, Rocío Alorda, presidenta del Colegio de Periodistas, Gabi Rivera, presidente de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, junto a legisladores, concejales y concejalas, académicos, dirigentes de la CUT y la ANEF, de la Izquierda Cristiana y el Partido Radical, representantes de la Sociedad de Escritores de Chile, de la Brigada Ramona Parra, de la Brigada Memoria Popular, de la Metropolitana de Pobladores, entre otras y otros.

En la ocasión estuvo la participación artística de Francisco Villa junto a Camila Chascona.

Texto leído en la actividad, por la actriz Malucha Pinto y el arquitecto Miguel Lawner.

“La historia en nuestra”

Hoy aquí, a los pies del monumento al Presidente Salvador Allende Gossens y frente al palacio de La Moneda, símbolo de la República, nos reunimos para formular un llamado a los adultos mayores, testigos y sobrevivientes de la historia; a las trabajadoras y trabajadores, forjadores de nuestra riqueza diaria, a las mujeres y a la juventud chilena, constructora del presente y del futuro. A todas y a todos ellos, se dirige este llamado.

Hace cincuenta años, el palacio de gobierno, La Moneda, ardió en llamas, ametrallado por manos viles, bombardeado por aire y desde tierra, gracias a la acción de militares que traicionaron su juramento, conjurando la sedición en esa mañana del 11 de septiembre de 1973.

Dentro del Palacio, el Presidente hace esfuerzos por enfrentar el alzamiento. Se dirige por radio a todos los chilenos y chilenas y confirma el golpe en marcha. 

El Presidente y un puñado de sus funcionarios y colaboradores procuran detener el alzamiento criminal.

El Presidente y sus leales asesores resisten el bombardeo incesante a La Moneda.

El Presidente emite su último mensaje, que quedará grabado para siempre en el alma de millones y millones de chilenas y chilenos y ciudadanos de todo el mundo.

El Presidente ofrece su vida en medio de un Palacio entero en llamas. El Presidente ha muerto en la Moneda, y ha muerto también en cada casa que escuchó por radio el metal tranquilo de su voz, y murió junto a todos los que cayeron ese día y durante los días siguientes.

Allende murió a lo largo de los 17 años de la dictadura. Desapareció junto con las compañeras y compañeros desaparecidos. Recibió las balas junto a cada compañero y compañero ejecutado. Estuvo prisionero y fue torturado.

Allende despertó una mañana y se unió a cada una de las protestas. Participó en cada huelga de hambre, en cada encuentro y en cada reunión clandestina. Estuvo junto a nuestros artistas, cantó con ellos y pintó los muros de la ciudad.

Y Allende está nuevamente con nosotros. Porque su legado, la vigencia de su pensamiento y el proyecto del Gobierno Popular, mantienen hoy todo su sentido y toda su coherencia.

Al cumplirse 50 años del Golpe de Estado, llamamos a que desde ahora y hasta septiembre, a lo largo y ancho de nuestro país, a conmemorar esta fecha histórica, dolorosa pero significativa y necesaria para la construcción del futuro.

Este llamado es también un imperativo de memoria. Recordaremos a las y los ejecutados. A las y los desaparecidos; repetiremos sus nombres una y otra vez y responderemos ¡presente! Nos acompañarán sus rostros a todas partes. Recordaremos las gestas del pueblo chileno para poner fin al horror y a la miseria y que, gracias a su creatividad y tenacidad, logró poner fin a la dictadura y recuperar la democracia.

Es el momento de recordar el valor y la vigencia del Programa de la Unidad Popular; las primeras 40 Medidas y la propuesta constitucional para un Estado Democrático y Soberano.

Es hora de poner al centro la unidad y la democracia. Es la fórmula que nos otorgará la esperanza; que avistará un futuro mejor en un mundo depredado por el neoliberalismo, saqueado por un medio ambiente agonizante y por el hambre que empuja a la migración.

Llegó la hora de mirar a los ojos a nuestras niñas y a nuestros niños y decirles con certeza que un mundo mejor aún es posible. Sí, porque tenemos sueños y tenemos un porvenir.

Allende lo afirmó en su discurso ante las Naciones Unidas: “Es nuestra confianza en nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de que estos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!”

Llamamos a crear comités de iniciativa popular y que en cada barrio, sindicato, universidad y centros culturales, no pasen por alto esta fecha histórica y que la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado que truncó el proceso de transformaciones sociales y democráticas, encabezadas por nuestro compañero Presidente, esté presente en cada rincón de Chile. 

Sí, este llamado es para ti. Para todas y todos. Este llamado está teñido de azul, de rojo y de blanco; resplandece como el cobre y tiene casco de minero; tiene sabor a maqui y a quinua; es silencioso como el puma; ruge como el mar; tiene redes de pescador; está labrado por manos campesinas; es un poema y un lienzo pintado; es como un aula con niñas, niños y maestros; tiene la altura de los Andes; es inmenso como el desierto; tiene el vuelo del cóndor; viste delantal como el médico y el panadero; es noble como el huemul; es valiente y se enamora como la juventud; llega a todos los rincones del país, como el viejo ferrocarril; es sabio como nuestros viejos; se encumbra como volantín; está hecho de greda; tiene la curiosidad del científico; es antiguo como una araucaria y tiene voz de esperanza.

Sí, qué duda cabe: tiene la voz de Allende que nos convoca y nos recuerda: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”