Es evidente que los sistemas políticos institucionales están, a escala mundial, muy al debe en cuanto a seguridades para la existencia de una prensa diversa, equilibrada, de calidad y que contribuya al desarrollo de los pueblos y garantizar la libertad de prensa.
“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 3/5/2023. Como ocurre cada 3 de mayo, con la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, se recuerdan principios y normas sobre el ejercicio del periodismo que, en lo general, se violan y no se respetan.
Las cifras de periodistas asesinados, agredidos y amenazados en todo el mundo continúan siendo dramáticas. Los desequilibrios en los sistemas de medios, con déficit en diversidad, son importantes. El uso de “noticias falsas”, “terrorismo medial”, desinformación y hegemonismos comunicacionales unidireccionales, es algo alarmante.
Los Estados, en muchas naciones, suelen quedarse en la retórica y no avanzar hacia acciones efectivas en materia de prensa, sobre todo en cuanto a garantizar diversidad y pluralidad, protección y seguridad de periodistas y comunicadores, ejercicio de un periodismo ético y de calidad. A ello se agrega que en muchos países los Estados entregan millonarios subsidios financieros a la prensa empresarial, trasnacional y conservadora, relegando a la prensa alternativa, social y comunitaria.
Es evidente que los sistemas políticos institucionales están, a escala mundial, muy al debe en cuanto a seguridades para la existencia de una prensa diversa, equilibrada, de calidad y que contribuya al desarrollo de los pueblos y garantizar la libertad de prensa.
Es más, una inmensa cantidad de gobiernos hacen caso omiso a las recomendaciones y principios establecidos por Naciones Unidas y la Unesco y por organismos regionales. Este día debería servir para que las autoridades y gobiernos dieran a conocer acciones eficaces más que retórica.