Triunfo legislativo del Partido por la Libertad que plantea que esa nación se salga de la Unión Europea, cerrar las fronteras ante los migrantes y activar la deportación inmediata de ilegales, frenar la presencia musulmana y el “cese inmediato” de la ayuda al desarrollo. Las similitudes con el ultraderechista argentino Javier Milei.
Agencias. La Haya. 23/11/2023. El Partido por la Libertad (PVV), de extrema derecha, antislámico, antimigrantes, neoliberal al extremo, las elecciones legislativas de Países Bajos, de este miércoles, lo que se interpreta como un sismo político que se sentiría mucho más allá de las fronteras del país, sobre todo después del triunfo presidencial del ultraderechista argentino, Javier Milei.
El PVV obtendría 35 escaños en el Parlamento, ganando cómodamente las elecciones. La coalición de izquierda-ecologista liderada por Frans Timmermans es la segunda con 25 escaños (+8 respecto a 2021), mientras que el Partido Popular por la Libertad y la Democracia, de centro-derecha (VVD) del primer ministro saliente Mark Rutte, obtuvo 24 escaños (-10).
Geert Wilders, líder de los ultraderechistas, dijo que “los neerlandeses esperan que el pueblo pueda recuperar su país y que vigilemos que el tsunami de solicitantes de asilo e inmigración se reduzca”.
Si se confirma en los resultados finales, la victoria de Wilders supondrá un brusco giro a la derecha. El PVV prometió un referéndum sobre la permanencia de Países Bajos en la Unión Europea.
Los dirigentes y legisladores ultraderechistas buscan el cierre de fronteras ante los migrantes, la deportación de inmigrantes ilegales, frenar la presencia musulmana y combatir duramente el crimen.
Geert Wilders y su melena oxigenada forman parte del paisaje político neerlandés desde hace décadas, en el que construyó su carrera sobre una cruzada contra lo que él llama una “invasión islámica” de Occidente.
Ni sus encontronazos con la justicia neerlandesa, que le declaró culpable de insultar a los marroquíes -a quienes llamó “escoria”-, ni los duros cuestionamientos desde sectores progresistas respecto a sus declaraciones racistas y violentas, lo detuvieron y logró el triunfo de la extrema derecha. Hay similitudes con el perfil de Milei en Argentina. “No me arrepiento de haber luchado por la libertad”, declaró Wilders a la agencia AFP en una entrevista en vísperas de las elecciones de 2021, palabras similares a las usadas por el electo jefe del Ejecutivo en Argentina. Incluso, al igual que Milei, antes de las elecciones legislativas, Wilders buscó recientemente pulir su imagen, suavizando algunas de sus posiciones más sensibles.
Ul manifiesto del PVV conservó, sin embargo, su característico tono xenófobo. “Los solicitantes de asilo disfrutan de deliciosos buffets gratuitos en los cruceros, mientras que las familias neerlandesas tienen que recortar sus compras”, rezaba el documento.
Las medidas antinmigración propuestas incluyen el restablecimiento de los controles fronterizos neerlandeses, la detención y deportación de los inmigrantes ilegales, la devolución de los solicitantes de asilo sirios y la reintroducción de permisos de trabajo para los trabajadores intracomunitarios.
En cuanto al Islam, el manifiesto del PVV dice que “Países Bajos no es un país islámico. Ni escuelas islámicas, ni Coranes, ni mezquitas” y propone prohibir el uso del velo en los edificios gubernamentales.
En política exterior, aboga por “Países Bajos primero”, lo que incluye cerrar su oficina de representación en Ramala y estrechar lazos con Israel, en particular trasladando su embajada a Jerusalén.
Un “referéndum vinculante” sobre un “Nexit” -la salida de Países Bajos de la UE- también figura en el programa, así como un “cese inmediato” de la ayuda al desarrollo. Esta ha sido la sexta elección de Wilders, que estuvo a punto de dar la sorpresa en varias ocasiones.
Los medios neerlandeses reaccionaron con asombro ante la victoria del PVV, calificada de “monstruosa” por la radiodifusora pública NOS.
“Nadie lo esperaba, ni siquiera el propio ganador”, afirma el diario Trouw. Para el diario NRC se trata de una “revuelta populista de derecha” que sacudirá la política neerlandesa “hasta sus cimientos”.