La ultraderecha se coordina internacionalmente

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El neofascismo está en guerra contra la democracia y contra los pueblos. Solo la máxima unidad y coordinación internacional de la izquierda antifascista y anticapitalista mundial podrá frenarlo.

Fran J. Pérez Esteban(*). “Mundo Obrero”. Madrid. 10/6/2024. La ultraderecha crece en todas partes, es un peligro mundial y se está coordinando internacionalmente. En los años 30 del siglo pasado destruyeron la democracia. Tiene raíces lejanas, pero fue durante la crisis capitalista de 2008 que salió de la marginalidad política e inició su resurgimiento en Europa. Después llegó Trump al poder en EE.UU. y Bolsonaro en Brasil. Ambos salieron de la presidencia, pero si en las presidenciales de noviembre de 2024 en EE.UU. Trump recuperara el poder, la ultraderecha mundial sería dirigida y promovida otra vez desde el corazón del imperio, por alguien que además planificó un golpe de Estado y promovió el asalto al Capitolio en su propio país.

Durante la actual crisis económica y ecosocial del modelo neoliberal, una parte del capitalismo internacional llegó a la conclusión de que la democracia liberal es un estorbo para su ambición de poder y decidieron apostar por modelos autoritarios, populistas y ultranacionalistas, que impidieran revoluciones populares e incluso proyectos socialdemócratas. Definitivamente no están dispuestos a aceptar los límites de la democracia liberal, ni la redistribución de la riqueza, ni el derecho a la igualdad, ni van a colaborar en el freno del deterioro del planeta. Su proyecto es incompatible con la democracia y los derechos humanos.

Con Trump al frente del gobierno USA, la coordinación del proyecto de la ultraderecha internacional fue dirigido por el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon. Ejecutivo de medios y ex banquero de inversiones, su pensamiento ultrarreaccionario se expone en el sitio web Breitbart News, desde donde se difunde una ideología de odio, racista, xenófoba y misógina. Esa web fue acusada de promoción de grupos de supremacía blanca, neonazis, y de difusión de bulos, noticias falsas y teorías conspirativas. Ahora en EE.UU. hay cientos de páginas web como Breitbart News extendiendo el veneno neofascista y racista en la sociedad norteamericana, donde tienen una enorme base social.

El neofascismo crece en la UE

¿Y en la Unión Europea? Pues la situación también es muy preocupante. Han crecido las organizaciones fachas, sus fundaciones y sus medios de comunicación. Electoralmente, han seguido un crecimiento progresivo durante los últimos 15 años, pero en las elecciones del próximo 9 de junio esperan dar un gran salto adelante, y así lo anuncian las encuestas. La novedad es que por primera vez podrían estar en la posición de ser bisagra con el Partido Popular Europeo (PPE) como en su día fueron decisivos los liberales, de quienes llegó a depender la derecha.

La reciente negativa del PPE en la Eurocámara a firmar una declaración pactada con socialdemócratas, liberales, verdes e izquierda unitaria contra la “normalización” de la ultraderecha y cualquier tipo de pactos con estos partidos, a raíz del ataque fascista contra el eurodiputado alemán Matthías Ecke, quien tuvo que ser hospitalizado tras una brutal paliza, expresa claramente que el PPE y su líder, Ursula von der Leyen, están abiertos a formalizar pactos y alianzas con la extrema derecha por primera vez, si fuera necesario. La oleada de agresiones ultras a políticos empieza a recordarnos la de los años treinta, con cada vez más polarización y violencia en casi todos los países.

Steve Bannon fue el responsable de organizar en Bruselas cursos de formación política permanente para la promoción de partidos y gobiernos neofascistas en toda Europa. Esos cursos los impulsa ahora en España la Fundación Disenso, dirigida por Martín Frías, un tipo que hizo carrera en FAES y creó la red Floridablanca. Bannon, auténtico cerebro y organizador, ha asesorado a muchos partidos de ultraderecha europeos, y a algunos de América Latina.

¿Quién es Steve Bannon?

Fue también Steve Bannon quien le adjudicó a VOX el papel de impulsar la ultraderecha en América Latina, y por ello, Abascal presentó en México en 2021 el Foro y la Carta de Madrid, con el objetivo de “hacer frente al comunismo en la Iberosfera”. Según esa Carta, el comunismo internacional está amparado por el Foro de Sao Paulo, creado en 1990 por Lula y Fidel Castro, y hay que combatirlo, al igual que al Grupo de Puebla, donde se dan cita académicos, juristas y políticos progresistas de ambos lados del Atlántico.

José María Aznar, más ultra todavía que Esperanza Aguirre (que asistió al acto de Vistalegre y ha escrito un libro a favor de la unión entre PP y VOX), también creó hace años junto al fundador de la Universidad privada Europea de Madrid, Julio Fidalgo,  el Instituto Atlántico de Gobierno (IADG), centro de formación para líderes de la derecha española y latinoamericana, incorporando al accionariado del Instituto a importantes empresarios latinoamericanos. Se dedica a formar “líderes” que luego serán los dirigentes ultraliberales del mañana.

En la Izquierda Alternativa debemos ser más conscientes que nadie de que la ultraderecha está más que al alza en la UE, y debemos buscar la máxima unidad y movilizarnos en alerta antifascista, empezando por el voto. Hay que impedir que la ultraderecha consiga imponer en la sociedad y en la agenda política el anticomunismo, la seguridad, el miedo a la inmigración, el combate al feminismo, al colectivo LGTBI, y a la Agenda 2030. Porque lo está logrando. Y eso, a pesar de que en la Eurocámara ha estado dividida en dos bloques con diferencias entre sí, Identidad y Democracia (liderado por Marine Le Pen) y Conservadores y Reformistas Europeos (liderado por Giorgia Meloni). Pero juntos pueden sumar un 25% del Parlamento Europeo, y gobiernan ya en varios países en alianza con las derechas tradicionales.

Cónclave neofascista en Vistalegre

La alerta antifascista funcionó en España el pasado 23J de 2023, se movilizó el voto de izquierdas y logramos mantener un gobierno progresista, que sigue adelante y legislando, sometido, eso sí, a un constante desgaste y acoso. Pero somos casi excepción en la UE, y cuidado, Abascal ha mantenido sus once diputados en Cataluña y acaba de exhibir en Vistalegre (Madrid) un gran apoyo de sus correligionarios: Marine Le Pen (Francia), André Ventura (Portugal), Viktor Orbán (Hungría) y Giorgia Meloni (Italia).

Para atacar al gobierno ha utilizado al peor de todos, el más despreciable y abyecto, Javier Milei, presidente de Argentina. Ultraliberal en lo económico, neofascista en lo político y psicológicamente desquiciado, es el loco que conviene hoy a la oligarquía argentina para recortar derechos de manera autoritaria y salvaje. Es un títere del poder real que lo usa para hacer todo el trabajo sucio, porque ese precisamente es el papel del fascismo. Milei es ese tipo de loco peligroso del que decía Séneca que nunca había que poner en sus manos ni el poder ni la espada. Y Abascal lo ha traído a España como modelo y para seguir insultando y generando un clima de polarización y de odio a la izquierda. Ya generó un conflicto diplomático.

Lo que demuestra claramente la convención o el cónclave neofascista de Vistalegre del pasado 18 de mayo es que la ultraderecha está unida y se ayuda para acumular fuerzas en su conquista del poder. Se está coordinando y va a por todas para imponer modelos autoritarios, nación a nación, pero también en el poder global, mundial, aunque muchos ciudadanos parecen no darse cuenta todavía, como de los tambores de guerra en Europa.

La Trilateral, el Pentágono y Steve Bannon

Los especialistas saben que el verdadero poder político y económico mundial, más allá de las multinacionales, no está en la pantalla del G-20, sino en la Comisión Trilateral, aunque precisamente por eso, los periódicos no escriben mucho sobre ella. En España, solo el diario El País, por su cercanía a la Comisión, publicaba sobre sus reuniones, pero hace años que dejó de hacerlo. En la práctica la Trilateral funciona como una organización semiclandestina. Fundada en Tokio en 1973 por David Rockefeller y Brzezinsky, aglutina a los representantes económicos más poderosos de las tres zonas principales de la economía capitalista: EE.UU., Europa y Asia. Importantes políticos y periodistas de grandes medios la integran también. Se ideó contra la Tricontinental, ese proyecto de lucha y liberación de los pueblos oprimidos del mundo del que formaron parte Ben Barka, Fidel Castro, Ché Guevara o Patrice Lumumba. Pero sobrevivió a la Guerra Fría, y hoy en la Trilateral se está debatiendo sin duda sobre guerras, democracia liberal y neofascismo.

Que el poder militar mundial está en el Pentágono y en las 700 bases militares que EE.UU. tiene en el mundo es algo evidente que nos explicó muy bien el gran político antiimperialista dominicano Juan Boch en su imprescindible libro El pentagonismo, sustituto del imperialismo”. Y hace años también que los llamados “halcones negros del pentágono”, académicos prestigiosos y altos mandos militares, plantearon siendo secretaria de Estado Condolezza Rice, que la dominación imperial mundial no podría hacerse sin acabar con las Naciones Unidas y el derecho internacional, porque representaban importantes límites a los intereses geopolíticos de EE.UU.

El Pentágono fue siempre promotor de dictaduras, golpes de Estado, lawfare y proyectos autoritarios. ¿Acabar con la democracia liberal sería un problema para ellos? ¿Acaso con el genocidio televisado de Gaza no estamos ante un cuestionamiento del derecho internacional y de la ONU?

Leamos a Juan Boch y aprendamos, y conozcamos quién es Steve Bannon y qué piensa, y empezaremos a entender muchas cosas. Ellos sí leyeron a Gramsci y entendieron que para ganar había que buscar la aceptación social, ganar la hegemonía cultural, y están en ello. Por ello hace años que no se ven cabezas rapadas, pero los nazis existen sin simbología nazi, claro.

El neofascismo está en guerra contra la democracia y contra los pueblos. Solo la máxima unidad y coordinación internacional de la izquierda antifascista y anticapitalista mundial podrá frenarlo. La experiencia histórica nos dice que llegó al poder y acabó con la democracia. Solo trajo guerra y destrucción.

(*)Fran J. Pérez Esteban(*) es Responsable de Derechos Humanos y Cooperación de Izquierda Unida de España.