Puntos de Cultura Comunitaria en Chile.
Patricia Requena Gilabert(*). Santiago. 17/4/2024. ¡Buenas nuevas para las culturas del país!
Hace un año nace el Programa Puntos de Cultura Comunitaria en nuestro país, implementado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; este brinda apoyo estatal a los colectivos que realizan trabajo cultural en las poblaciones, tanto económico como en facilitar redes de intercambio y su permanencia en el tiempo.
Es un momento trascendente para el trabajo y el desarrollo sociocultural en el país, ya que por primera vez en la historia de la acción gubernamental en lo cultural, se apoya a procesos territoriales sin mediar concursos, como es en la mayoría de los programas estatales de este ámbito. En el Programa, la organización debe entregar sus antecedentes y su Plan de Trabajo, con los que se acreditan como Punto de Cultura Comunitaria. Si esto se logra, la organización recibe los recursos.
Para definir a quienes se les entregan recursos se priorizan organizaciones de lugares con menores posibilidades de acceso a recursos, marginados socialmente, con formas de trabajar participativas y con una trayectoria de trabajo de larga data.
Hoy ya existen 295 “Puntos de Cultura Comunitaria” presentes en todas las regiones del país, número que aumentara año a año.
¿Qué es “cultura comunitaria”?
Las Culturas constituyen un ámbito muy amplio que contempla desde las distintas formas de vida, las comunicaciones sociales, las expresiones artísticas, los patrimonios, etc. Las culturas que específicamente son desarrolladas en los territorios, poblaciones, pueblos y villorrios, encontramos una gran riqueza de grupos expresándose, desarrollando procesos con sentido colectivo, educativos y festivos; aquellas constituyen las culturas comunitarias. Por nombrar solo algunas expresiones, tenemos a las murgas, radios comunitarias, colectivos artísticos, colectivos de pueblos originarios, muralistas, y un largo etc.
Hasta ahora este amplio mundo cultural ha sido poco y nada reconocido en nuestros países, pero aquello está cambiando. Hoy cobran presencia, y este programa es señal de aquello. Es necesario destacar que esto es producto no solo de la voluntad gubernamental sino del esfuerzo que muchas organizaciones de base, hemos realizado porque así ocurriera.
Orígenes de la iniciativa “Punto de Cultura Comunitaria”
En Brasil, durante el primer Gobierno de Lula da Silva (2003), fueron creados los Puntos de Cultura. Ellos fueron parte de las estrategias necesarias para realizar transformaciones sociales y culturales en medio del agudo deterioro de la convivencia, de la pobreza, de exclusiones sociales, racismo y el estigma. Como ha dicho su principal promotor Celio Turino, (sociólogo e historiador brasileño), los Puntos trabaja hasta hoy, por recuperar los sentidos colectivos en las comunidades, pero desde ellas mismas, “desde abajo”. Importante es el punto del apoyo a largo plazo que este programa realiza, ya que los cambios sociales y culturales son paulatinos y requieren reconocimiento y soporte permanente.
Los Puntos de Cultura en Brasil son hoy más de 4.000, y como el “modelo” ha demostrado logros importantes, se ha extendido a 6 países de Latinoamérica.
La importancia del cómo.
Ya habiendo entregado recursos a 295 Puntos de Cultura en nuestro país, la atención estará ahora en los logros que se produzcan en las personas y sus territorios. El Programa impulsa cambios difíciles de provocar en la vida colectiva de las personas como la inclusión social y cultural, la recuperación de los espacios públicos, la generación de redes comunitarias de cuidados de niños y jóvenes, y cohesión social y por ello los logros dependerán solo de la forma con la que trabaje la organización.
Estas no son expectativas ingenuas ya que hemos comprobado los logros si se dan cuando las organizaciones trabajan desde las personas, con procesos integradores donde las personas se dignifican.
Como actores de la sociedad civil, creemos que en este trabajo hay dos aspectos significativos en la el camino de los cambios deseados y ellos son:
- El protagonismo de las personas en los procesos. Ello implica que el trabajo debe ser definido por un amplio colectivo de personas, no por un grupo pequeño; así la acción desarrollada, identificara a los vecinos, y asumirán compromisos sintiendo que realmente fueron escuchados.
- La potencialidad de las personas como punto de partida. Es fundamental trabajar desde los saberes e intereses de la comunidad, no desde lo que le falta (sus carencias) ya que asi las personas se autoafirmaran y se sentirán confiadas para asumir desafíos como colectividad. .
Movimiento de Cultura Viva Comunitaria, organización aliada.
Hace 2 décadas, variadas organizaciones culturales del continente acuerdan trabajar por visibilizar las culturas barriales populares en tanto fueron ellas quienes lideraban, sobre todo en tiempos de dictaduras, tanto cambios culturales como sociales. Nació así la Red Latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria, conformada hoy por redes de 17 países, a la que la Red Chilena pertenecemos. Como parte de ella, doy cuenta de nuestra satisfacción por el logro que significa este Programa para el bienestar de las personas de los barrios y comunidades del país.
(*)Patricia Requena Gilabert. Activista y animadora sociocultural.