La derecha chilena se ha quedado sola en el mundo defendiendo a un criminal, corrupto y asesino y a su golpe de Estado atroz. Este cincuentenario deja a la derecha chilena, anclada a un pasado atroz. Este cincuentenario deja establecido como verdad histórica que hubo un complot sedicioso para desestabilizar al Gobierno de Allende.
Jorge Baradit. Escritor. 20/9/2023. Al final, la gran conclusión que me deja este cincuentenario es el fin de un espejismo. Esa idea instalada por la derecha de que hay dos puntos de vista viables sobre el golpe de 1973.
La verdad es que desde todo el planeta han llegado mensajes de gobiernos de izquierda y derecha, de autoridades de todo tipo, personalidades del mundo del arte, la cultura y la política, incluido el secretario general de las Naciones Unidas, que CONDENAN el golpe militar y los horrores que vinieron luego como soluciones INACEPTABLES.
No hubo un solo mensaje de nadie en el sentido opuesto. Hasta el Ejército, a través de su excomandante en jefe, ha salido a decir que Pinochet no es un buen ejemplo de cómo deberían obrar las Fuerzas Armadas. Incluso la Armada, cerebro del golpe, declaró un “Nunca más” en plena isla Dawson, campo de concentración para autoridades de la UP.
Es decir, la derecha chilena se ha quedado sola en el mundo defendiendo a un criminal, corrupto y asesino y a su golpe de Estado atroz. Están solos y aislados de un mundo moderno que vio con horror al Ejército chileno aplastar a sus propios compatriotas.
Sobre todo cuando, hasta hoy, no han podido entregar NINGUNA evidencia que compruebe que las razones para ejecutar ese acto de violencia suprema -bombardear y ametrallar a su propio país- existen.
Ninguna prueba sobre la supuesta existencia de 20.000 guerrilleros cubanos, un arsenal capaz de iniciar una guerra civil, de los planes de instalar una dictadura marxista y todos esos cuentos que armaron para asustarse y disparar primero. NINGUNA prueba.
En cambio, la evidencia sobre el complot del empresariado chileno aliado con los militares y el gobierno de USA es abrumadora. Empresarios chilenos reunidos con Nixon y la CIA para planificar la desestabilización económica del país y un golpe militar ANTES de que Allende asumiera, destruyen todo el relato que han contado estos años: que la ineptitud de Allende habría llevado al caos y que se habían visto obligados a actuar.
Este cincuentenario deja establecido como verdad histórica (es decir, avalada por pruebas de todo tipo) que hubo un complot sedicioso para desestabilizar al Gobierno de Allende con la ayuda del Gobierno más poderoso del mundo y provocar las condiciones que “justificaran” un golpe de Estado.
Además, por todo lo anterior, deja establecido que la reacción de la derecha con esa magnitud de violencia, la persecución y exterminio de personas durante DIECISIETE años o la persecución, tortura y exilio de decenas de miles de chilenos, no tenía NINGUNA justificación.
Este cincuentenario también deja establecido como verdad histórica, avalada por fallos judiciales basados en evidencia, que el golpe y las ejecuciones desatadas y fuera de toda mínima legalidad fueron reales. Que las torturas atroces a hombres, mujeres y niños fueron reales. Que el quiebre de familias y grupos completos producto del exilio fueron reales. Y que, como dijimos antes, no tuvieron su correlato en alguna mínima razón que no fuera el EXTERMINIO de una forma de ver el mundo que a la derecha y a los militares simplemente no les gustaba. Una solución final a la búsqueda de modificar la sociedad feudal chilena de parte de sus trabajadores, al riesgo de perder su poder total, disfrazado de patriotismo -porque “ellos son Chile”.
Este cincuentenario deja a la derecha chilena, anclada a un pasado atroz. Ellos, que siempre gritaron que debíamos mirar al futuro y avanzar dejando las viejas heridas del pasado, han resultado los más atrincherados en el Chile añejo donde la DINA y Pinochet les resolvían todos sus problemas con los trabajadores y el riesgo de no poder hacer lo que les viniera en gana.
Hoy, que este cincuentenario ha puesto las cosas en su lugar, el Presidente de la República por fin ha dicho lo que la verdad histórica y judicial avala con evidencia: nada hay que justifique el brutal golpe de Estado, la horrorosa dictadura y que Pinochet fue un traidor, un asesino, cobarde y corrupto. Tras 50 años, esta es la historia respaldada por evidencia, documentos y fallos judiciales que vale, el resto, panfletos ultranacionalistas trasnochados y sin respaldo alguno.
Viva Chile,
Viva el pueblo,
Vivan los trabajadores.