La Juventud Popular debe retomar la iniciativa política en las calles

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Adoptar una posición de avanzada es central para hacer propia la iniciativa política. Esto, requiere afinar nuestro quehacer, lo que exige contar con una agenda propia que plantee demandas y urgencias de cara al avance del Programa de Gobierno. Así, es de vital importancia que como JJCC impulsemos junto al Gobierno una agenda política juvenil que dialogue con el momento histórico para concretar, instalar y promover transformaciones significativas en la vida cotidiana de la juventud chilena.

Nicolás Araya Bastías. Secretario General de las Juventudes Comunistas (JJCC). Santiago. 2022. La situación política y económica que se perfila para 2023 es particularmente compleja y requiere de un movimiento social organizado que empuje las transformaciones que Chile necesita. Por ese motivo, el pasado 5 y 6 de noviembre, se realizó el V Pleno del Comité Central de las Juventudes Comunistas, en donde discutimos cómo enfrentar y abordar, desde la juventud, los desafíos que tenemos como país.

Luego de la derrota de la opción Apruebo en el plebiscito, la derecha y el centro político neoliberal se envalentonaron y la posición de nuestro Gobierno quedó mermada a propósito de dicho resultado, por lo que retomar la iniciativa política por parte de los sectores progresistas y de izquierda es fundamental para garantizar el cumplimiento del Programa de Gobierno y la realización de un nuevo proceso constituyente, cuyo avance se encuentra trabado por la derecha. 

Por esta razón, la Jota debe ser capaz de construir fuerza social y política que nos permita impulsar las transformaciones en nuestro país. Debemos fortalecer los movimientos sociales en los centros de trabajo, colegios, universidades y el territorio. Para ello, resulta indispensable generar lazos políticos más allá de Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático. El actual contexto exige que contribuyamos a generar que reaparezca en la escena pública el movimiento social organizado, como una fuerza que rompa con el equilibrio actual, desfavorable para los intereses populares, e impulse las transformaciones democratizadoras.

Somos la juventud política más grande del país. Por ese motivo, el actual momento histórico exige de nuestra organización estar a la altura de los presentes desafíos. Debemos robustecer nuestro vínculo con las masas involucrándonos fuertemente en las demandas vinculadas a seguridad, trabajo, vivienda, salud mental, educación, mujeres y disidencias; además, resulta tremendamente relevante una nueva política de drogas que enfrente el narcotráfico y se haga cargo del consumo problemático. Tales son algunos de los asuntos que como organización encontramos prioritarios a la hora de establecer una agenda para el movimiento juvenil popular.

La situación económica que vive Chile es difícil, más aún para los jóvenes. Por lo que es importante comenzar a exigir una mayor protección laboral a la juventud. Es necesario comenzar a instalar la protección laboral juvenil, fortalecer el subsidio al empleo joven, una mayor oferta de cursos de capacitación para el desarrollo de “emprendimientos”, el reajuste del monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores menores de 18, equiparándolo al salario mínimo y la gratuidad de la TNE para todos los niveles, incluyendo a quienes realizan sus prácticas profesionales y asegurando que se respete en todas las regiones. 

En estos tiempos, es importante construir, organizar y fortalecer el movimiento social para impulsar nuestras demandas en este plano. Debido a lo anterior, constituye un desafío de primer orden aumentar la tasa de sindicalización de las y los jóvenes, sobre todo considerando lo que pasa en los trabajos subcontratados y honorarios que precarizan el trabajo y dificultan la organización de las y los trabajadores.

La Jota ha aumentado su presencia en el ámbito estudiantil luego de un acucioso trabajo de fortalecimiento de tal frente, permitiendo un importante y exitoso crecimiento en espacios de representación. Pero quedan pendientes otros desafíos a trabajar fuertemente, como aumentar nuestra presencia en establecimientos educacionales donde el estudiantado de origen popular tiene un mayor grado de presencia, como las universidades privadas, los centros de formación técnica y los institutos profesionales.

Es importante nuestra marcar nuestra presencia en el territorio. Debemos insertarnos y ser factores de cambio en espacios culturales y deportivos, en los cuales las y los jóvenes están presentes. Además, no solamente es importante involucrarnos en los clubes y espacios culturales, sino también profundizar nuestro vínculo con juntas de vecinos, ollas comunes, comités de seguridad, toda expresión y articulación popular para resistir y empujar las transformaciones estructurales a nivel local y nacional. 

En cuanto a los desafíos políticos que enfrentamos como país, es importante que afinemos nuestra estrategia comunicacional, apostando a una mayor audacia y creatividad, así como también a una profesionalización de nuestros métodos de trabajo que nos permita difundir efectivamente nuestras ideas tanto en la calle como en el ámbito digital.

El actual contexto impone grandes desafíos al movimiento juvenil y popular en su afán por contribuir a la superación del neoliberalismo. Ello exige que nuestro intelectual colectivo se aboque a realizar los ajustes que sean necesarios para desplegarnos certeramente en orden a cumplir tal desafío. Con ese objetivo, como organización, realizaremos nuestra Conferencia Nacional. 

Tenemos una gran oportunidad en esta Conferencia Nacional para precisar los necesarios ajustes tácticos, adecuaciones de nuestro estilo de trabajo, mecanismos para estrechar el vínculo con las masas y acomodamientos de nuestra fuerza propia que permitan retomar la iniciativa política con miras a aportar al avance del Programa de Gobierno y del proceso constituyente.