Frente a vetos y cuestionamientos a Nicolás Cataldo, Galo Eidelstein y Karol Cariola, el secretario general del Partido Comunista declaró que su colectividad “alcanzó un nivel de inserción en la lucha social y política, que lo dota de plenas capacidades para competir y aportar en todos los espacios de disputa política y de poder”. El dirigente apuntó que “la derecha, y una franja política que no son abiertamente de derecha”, quieren “cuestionar todo lo que sea el papel de las y los comunistas en las tareas de Gobierno y de Estado”. Sobre el proceso para una nueva Constitución que está en curso, Carmona hizo ver que “lo que fue la derrota en el plebiscito pasado, nos pone en una situación más cuesta arriba en instalar los temas más transformadores”, pero que hay temas claves que permanecen como el Estado democrático y social de derechos, la paridad, el nuevo modelo de desarrollo, la descentralización del país y la participación activa de toda la ciudadanía. Agregó que la conversación entre partidos y en el Congreso no debe “inhibir la convocatoria de cabildos, de espacios de debates respecto de los contenidos, de participación ciudadana a nivel de todos los territorios y lugares que tiene la sociedad civil organizada, como Juntas de Vecinos, sindicatos, centros culturales, organizaciones estudiantiles”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 12/10/2022. El secretario general del Partido Comunista (PC), Lautaro Carmona, abordó en entrevista los vetos y cuestionamientos que se están produciendo en contra de autoridades y representantes comunistas en el Gobierno y el Parlamento, y echó un mirada al diálogo entre partidos y en el Congreso en torno del nuevo proceso constituyente, en temas como los bordes, los contenidos y el carácter de la instancia que deberá redactar otra propuesta constitucional.
Sobre versiones en cuanto a un posible Congreso del PC y elección de sus autoridades, el dirigente dijo que eso será abordado en un próximo Pleno del Comité Central de su organización y se mostró confiado en cómo la colectividad asuma la discusión de su política, su programa y su conducción
El senador Luciano Cruz Coke, de Evopoli, afirmó hace poco que el plebiscito de entrada del 2021 ya no tiene vigencia, después del resultado del plebiscito de 2022 que rechazó la nueva Constitución. Lo decía en el sentido de que no es mandato que la nueva Constitución la redacte un órgano elegido democráticamente en su totalidad. Ese es un argumento que se le está escuchando a gente de la derecha.
No confundiría el abuso que hace la derecha de la actual situación para correr el cerco lo más posible en beneficio propio, lo que incluye los llamados bordes para llenarlos de sus contenidos. Es impresentable, y sería riesgoso para la derecha, imaginar que el resultado del plebiscito del 4 de septiembre está vinculado a la idea de que una nueva Constitución colapsó, concluyó y ya no es tema. Por ese camino, están cometiendo un error muy grande, por la vía de interpretar, interesadamente, lo que se supone que hay detrás del 4 de septiembre.
Lo que está instalado, hasta donde tengo información, es un acuerdo de quienes están en la mesa de trabajo en cuanto a que habrá un cuerpo electo cien por ciento para elaborar el nuevo texto constitucional. El debate estaría en la cantidad de componentes…
Pero Cruz Coke planteó lo del carácter constituyente del Congreso, como que ahí puede quedar alojada la redacción del nuevo texto constitucional.
Eso es cuando se aplica la vía de reformas a la Constitución. No respecto a la propuesta de una nueva Constitución.
De lo que yo estoy informado es que habrá un cuerpo electo, algunos están buscando la variante de que sea mixto, que una parte sea definida por el Congreso. Pero bueno, el acuerdo que habría es que ese cuerpo sea paritario, electo, y el debate estará en qué tamaño tendrá, si son 50, 100 o 155 los integrantes.
Hay una inquietud de que con esto de los bordes, al final todo termine en simple y concretamente un ajuste a la actual Constitución.
Frente a eso hay un tema que no hay que cansarse en reivindicarlo, de que lo sustantivo para que haya una nueva Constitución y no sea sólo una reforma a la vigente, es que se termine con el Estado subsidiario y se avance a la instalación de un Estado democrático, social y de derechos en beneficio de toda la sociedad.
La derecha junta eso, habla de Estado social de derechos y subsidiario.
Sí, pero lo que se sabe de las actuales negociaciones, es que la precisión que se hace es que si la salud, la educación, la vivienda, la previsión, son derechos ante los cuales el Estado debe jugar un papel muy activo en atender y resolver, eso no sea contradictorio con espacios opcionales privados. Nos parece que si está resuelto lo de fondo, lo otro como opcionalidad para quien tenga los recursos económicos, es factible.
El papel protagónico de partidos y el Parlamento, los bordes, un rol determinante de expertos, la forma en que finalmente quede el órgano que redactará el texto, ¿no puede llevar a que se reste representatividad del mundo social y que la Constitución no sea de alta intensidad progresista, no sea realmente transformadora?
Diría que hacerse cargo de lo que fue la derrota electoral con rasgos políticos en el plebiscito pasado, nos pone en una situación más cuesta arriba en lo que es instalar los temas más avanzados, más transformadores, que como sector político queremos impulsar. Sin embargo, que haya nueva Constitución, que sea paritaria, que se instale la idea de Estado democrático y social de derechos, que se instale un sistema realmente democrático, que se termine con el Estado subsidiario, y que permita otras cosas como una verdadera descentralización del país, que permita la participación más activa de toda la ciudadanía, va a cumplir con claves en una idea de sociedad, con un nuevo modelo de desarrollo, con un centro en la calidad de vida de las y los habitantes del país. Cuánto más se podrá avanzar, estará dado por las correlaciones de fuerzas, por el debate que cursa en el Congreso. Tengo la confianza que esas ideas que te mencionaba, quedaron instaladas y creo que la mayoría del país se dispone a aceptarlas.
El proceso constituyente anterior estuvo marcado por la movilización ciudadana y social, por la revuelta del 2019, el proceso actual está marcado por los partidos y el Parlamento, ¿no crees que está quedando fuera el mundo social?
No creo que exista una contradicción a priori entre un mecanismo representativo y un mecanismo participativo. No creo que lo que venga, incluido lo del órgano que redactará la Constitución, vaya a inhibir la convocatoria de cabildos, de espacios de debates respecto de los contenidos, de participación ciudadana a nivel de todos los territorios y lugares que tiene la sociedad civil organizada, como Juntas de Vecinos, sindicatos, centros culturales, organizaciones estudiantiles. Si alguien pretende que no sea así, sería ir en contra de un sentimiento de mayoría y en contra de la realidad. Espero que seamos capaces, que tengamos la fuerza, para que se dé la participación. Está la tarea de quiénes se van a elegir para ese organismo que hará la redacción, y qué correlación habrá ahí. Y esperamos que la correlación sea favorable a los cambios, a las transformaciones estructurales, que respondan a la expectativa no cumplida.
¿Estás optimista por el proceso que está en curso?
Mi optimismo se afirma en dos cosas. Una, la justeza de la propuesta política, porque creo que a Chile le hace falta, a la sociedad chilena le hace falta, una nueva Constitución. Luego, la mirada autocrítica como fuerza política, para discurrir todos los mecanismos que permitan hace una eficaz contribución a conquistar una correlación de fuerzas para las transformaciones, por la vía de llegar a más y más personas. Si vamos a hacer lo mismo que hicimos antes, está escrito cuál será al resultado.
Vetos y cuestionamientos a autoridades comunistas
Cuando se nombró a Nicolás Cataldo como subsecretario de Interior, fue vetado por la derecha y segmentos políticos socialdemócratas, democristianos, entre otros. Esos mismos sectores quieren impedir que la diputada Karol Cariola sea presidenta de la Cámara Baja. Por un trámite institucional y planes de la subsecretaría de las Fuerzas Armadas, están cuestionando a Galo Eidelstein, diciendo que el Partido Comunista quiere intervenir las FFAA. En esos y otros casos, más que ir a los atributos o desempeños, se veta porque son personas que militan en el Partido Comunista. ¿Cómo ves que a autoridades del Estado, a parlamentarios, a representantes políticos, se les vete por la condición de ser comunistas?
Hay un peso muy fuerte, sobre todo en la derecha, y en una franja política que no son abiertamente de derecha, en cuanto a cuestionar todo lo que sea el papel de las y los comunistas en las tareas de Gobierno y de Estado. Eso es una expresión, primero que nada, de un fuerte anticomunismo que está latente, y van a recurrir a eso pensando que desgasta, debilita y afecta un proyecto determinado. En esta coyuntura, el proyecto y el programa del actual Gobierno.
En el caso del subsecretario de FFAA, Galo Eidelstein, no hay nada que esté fuera de la legalidad, todo lo que ha hecho, específicamente sobre planes de estudio en los militares, es legal, no hay nada de lo que él está haciendo, que no le toca hacer a un subsecretario del Ministerio de Defensa, cualquiera sea la militancia que tenga. Por tanto, los ataques que se hacen son por su condición de militante comunista.
A la derecha le duele que una cantidad de representantes y militantes del Partido Comunista tengan no sólo vocación para ejercer una tarea pública, sino preparación para hacerlo y hacerlo bien. Van a buscar ir contra todas y todos ellos, meter una cuña, van a buscar el cuestionar el papel de las y los comunistas, incluso con cantos de sirena para ver si alguno de otro sector puede sacar ventaja de la situación, van a tratar de cuestionar a las autoridades que son comunistas.
Sin embargo, lo que he escuchado es una valoración, un respaldo de validación de parte de autoridades de Gobierno y de otros sectores, respecto a la gestión que están haciendo las y los compañeros en tareas de Gobierno, en el Parlamento y otros espacios.
¿Les hace falta comprender o acostumbrarse a que las y los comunistas van a estar en el Parlamento, en el Gobierno, en el Estado?
Tienen que mirar la realidad. Más allá de sus gustos, quien determina estas situaciones es, primero, la soberanía del pueblo expresada en elecciones y en un proyecto de Gobierno donde los comunistas jugamos un papel muy activo. Segundo, tenemos expresión en el Parlamento por el voto de la gente y esperamos tener una presencia mucho mayor en el futuro, también a nivel del poder local. Nosotros representamos voluntad ciudadana y asumimos tareas en el Parlamento y en el Gobierno con muchas capacidades, hay un respaldo de soberanía ciudadana a las y los comunistas. Con todo eso choca esta actitud autoritaria y descalificadora de la derecha.
Tuvieron candidatura presidencial con posibilidades y se menciona un par de nombres que pudieran convertirse en candidaturas presidenciales comunistas representando a amplios sectores políticos y sociales. No se descarta que el 2025 haya una o un candidato presidencial comunista.
El Partido Comunista alcanzó un nivel de inserción en la lucha social y política, con el reconocimiento de un sector importante de la izquierda y del pueblo, que lo dota de plenas capacidades para competir y aportar en todos los espacios de disputa política y de espacios de poder. Eso incluye jefatura del Estado, hasta municipios. El PC va a recurrir a ese derecho, a esa posibilidad, en beneficio siempre del pueblo, en potenciar más los derechos sociales, en beneficio del ejercicio democrático, y una mejor situación del conjunto de la sociedad.
Decisiones en la interna del PC
Se informó en algún momento que el Congreso del Partido Comunista para abordar temas políticos, programáticos y elección de sus autoridades podría ser a finales de este año o inicios del otro. Pero hay versiones de que se podría postergar.
Bueno, no es un debate menor y cuyo titular es el Comité Central. Tenemos un Pleno, este fin de semana, que deberá pronunciarse. Es un tema que el Comité Central lo tiene pendiente y que lógicamente tendrá pronunciamiento colectivo. Eso es lo primero.
Lo que sí ha ocurrido es que la proyección de debate está vinculada a la proyección de desarrollo de la lucha democrática en el país, donde una de las cuestiones no menores lo constituía la posibilidad de triunfo del Apruebo en el plebiscito del 4 de septiembre y eso, dado el resultado, posterga una tarea en el horizonte, y que es el desafío y prolongación del debate acerca de la conducción del partido, y que eso sigue pendiente. No tengo una gran preocupación que no sea que el Comité Central debe asumir el tema y pronunciarse para despejar no solo inquietudes, sino despejar los espacios para los planes de acciones que todas y todos los militantes tienen que hacer en los comunales, regionales y a nivel nacional, y tengan un plan político para este tiempo. Es distinto un plan político con Congreso mediante.
En los medios de prensa y en ámbitos políticos como que se genera una ansiedad respecto a posibles cambios o no en la directiva del Partido Comunista.
El Congreso tiene en su agenda la política, el programa y la conducción. La conducción es colectiva y es en función de las dos cosas anteriores, de una política y de un programa. No se ve en la contingencia que haya que hacer un cambio en la política. Luego, hecha la síntesis, después de evaluar la política y el programa, colectivamente el partido tiene la sabiduría de encontrar el colectivo que mejor contribuya a llevar adelante esas ideas políticas aprobadas en un Congreso. Tengo tranquilidad y optimismo histórico respecto a la sabiduría partidaria, en donde todas y todos estamos en la voluntad de ser contribuyentes.