Como suele ocurrir con ese órgano calificado muchas veces como “conservador”, se aprobó un Tratado promovido por empresas trasnacionales y en Chile por la derecha política y económica. El polémico y repudiado TPP-11 fue apoyado en la Cámara Alta por 27 votos, 10 en contra y 1 abstención. El conglomerado Apruebo Dignidad (Partido Comunista, Frente Amplio y Federación Regionalista Verde Social) votó en contra de manera unida. No se escucharon los argumentos de unas 200 organizaciones sociales y sindicales del país.
Equipo “El Siglo”. Valparaíso. 11/10/2022. Se esperaba. El Senado, calificado muchas veces como “conservador”, le dio la espalda al mundo social y sindical del país, y votó a favor del Acuerdo Transpacífico, conocido como TPP-11, promovido por empresas trasnacionales y en Chile por la derecha política y económica.
El polémico y repudiado TPP-11 fue apoyado en la Cámara Alta por 27 votos, 10 en contra y 1 abstención. Los votos a favor fueron de la derecha y de senadores del conglomerado Socialismo Democrático. El conglomerado Apruebo Dignidad (Partido Comunista, Frente Amplio y Federación Regionalista Verde Social) votó en contra de manera unida.
De Socialismo Democrático votaron a favor del TPP-11, Ricardo Lagos Weber (Partido por la Democracia), Pedro Araya (independiente PPD), Jorge Soria (PPD), José Miguel Insulza (Partido Socialista). Se sumaron a ellos y a la derecha, Ximena Rincón y Matías Walker, ambos de la Democracia Cristiana). En contra, sufragaron Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste, de la DC, y los legisladores Alfonso de Urresti y Fidel Espinoza del PS. El senador Jaime Quintana (PPD) se abstuvo.
El senador Daniel Núñez (PC), uno de los principales cuestionadores del Tratado, dijo que la Cámara Alta no dio “al Gobierno el tiempo para que terminara la estrategia negociadora”, refiriéndose a la búsqueda de side letters (acuerdo laterales) con los otros países firmantes.
El Presidente Gabriel Boric decidió no usar la facultad que tiene el Ejecutivo, señalada en el artículo 132 del reglamento Senado, de poder retirar un proyecto determinado.
En la sala del Senado estuvieron la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la ministra de la Secretaría General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte.
Planteamientos anteriores de organizaciones sociales y sindicales
Organizaciones sociales y sindicales habían exigido al Gobierno que no se firmara el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, TPP-11, promovido sobre todo por trasnacionales comerciales y financieras, y que sería votado en el Senado, respaldado fundamentalmente por los partidos de la derecha y algunos legisladores de la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia y el Partido Socialista.
Representantes de la Confederación de Trabajadores Metalúrgicos (Contramet), acompañados por el diputado Boris Barrera, del Partido Comunista, hicieron entrega de una carta al mandatario donde, al igual que otras representaciones sociales y políticas, le piden que recurra al Artículo 132 del Senado, algo dentro de las normas democráticas del país.
En la misiva, la Contramet exhortó al Presidente Boric a “que utilice su facultad del Ejecutivo, señalada en el artículo 132 del reglamento Senado de la República, de retirar el proyecto de la discusión legislativa”.
Además, le plantearon que “no firme y retire a nuestro país de este Tratado de Libre Comercio TPP 11 y que se respete el programa que se comprometió ante el pueblo de Chile que no incluía la firma de este tratado”. Eso va inclusive en la línea que han planteado personeros políticos del oficialismo y representantes de la sociedad civil, en cuanto a que hay un compromiso de campaña de someter a consulta ciudadana los tratados internacionales.
El presidente de Industrial Chile, Horacio Fuentes, expresó que la aprobación del TPP-11 “es bastante peligroso porque hipoteca el desarrollo de nuestro país, concede la soberanía y nos condena a seguir con el modelo neoliberal que es extractivista y rentista”. El dirigente indicó que “debemos apuntar a un nuevo modelo de desarrollo, por eso le decimos al Presidente Boric que retire este proyecto porque hipoteca nuestro desarrollo en los próximos 40 años”.
El diputado Boris Barrera señaló que el jefe del Ejecutivo “puede retirar el proyecto del Senado. Hay precedentes y están todas las condiciones para hacerlo. Basta tener voluntad política y el convencimiento de cumplir con el programa de gobierno, el que no contempla este acuerdo”.
El jueves recién pasado, fue el turno de Movimiento No+AFP. También le planteó al mandatario que haga uso del Artículo 132 y frene un proyecto que sería nocivo para los trabajadores y pensionados del país.
No+AFP también envío una misiva a Gabriel Boric donde se indicó que el Tratado “coloca en serias dificultades a nuestro país en caso de que, soberanamente, quisiera llevar adelante materias tan importantes como el cambio estructural del actual sistema privado de pensiones”.
Se planteó que “conocido que en materia de resolución de conflictos entre grandes corporaciones y los estados, se termina favoreciendo a las empresas, cuestión que, en el marco del proceso constitucional afectará a la nueva Carta Magna, al quedar como irrelevante lo que en materia económica y social ésta suscriba, pues, claramente se hipoteca la soberanía del país”.
Desde el Movimiento No+AFP se insistió ante el Presidente en que “que haga uso de sus facultades presidenciales y retire este tratado del Congreso, y abra un debate público serio respecto de su aprobación para que la ciudadanía conozca en detalle los alcances del TPP-11”.
Con anterioridad, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, se mostró contraria a la firma del TPP-11 y desde la multisindical se señaló que “desde la mirada de los derechos laborales adquiridos, el TPP-11 los restringe, obstaculiza y los limita severamente”.
Se dijo que “podemos asegurar que con este tratado se corre el riesgo de perder derechos fundamentales como el contrato de trabajo, las indemnizaciones, el salario mínimo, vacaciones, pre y pos natal, Ley de amamantamiento y jubilación, entre otros. Además, fomenta el paralelismo sindical, no considera la igualdad salarial entre mujeres y hombres y termina con el derecho a huelga”.
A finales del mes pasado, la Plataforma Chile Mejor sin TLC, envío una misiva al Presidente Boric donde se apela a que el mandatario haga uso del Artículo 132 del Reglamento del Senado, para que no se someta a votación dicho acuerdo.
Según esa organización, ese es “el único camino que puede Ud. transitar en medio de la furiosa embestida de la derecha y los grupos económicos. Ese camino le permitiría conservar apoyo y respeto en su base social de jóvenes, ecologistas, feministas, trabajadores y antifascistas, entre otros, así como en la coalición Apruebo Dignidad y su programa. Todos ellos lo llevaron a la Presidencia. El retiro inmediato del Proyecto CPTPP del Senado, haciendo uso de la facultad presidencial conferida por el Artículo 132 del Reglamento del Senado, es la vía ineludible que señalamos, para no actuar como un cómplice pasivo de un Senado que mayoritariamente legisla a espaldas de las demandas populares y en favor de los grandes grupos económicos”.
A mitad de este año, 159 organizaciones nacionales, socioambientales o territoriales, feministas, campesinas, de la salud, redes de abastecimiento y mercados locales e individualidades, suscribieron, de Arica a Aysén, una declaración llamando a rechazar el TPP-11 por serias y negativas consecuencias para la producción nacional, la soberanía, el desarrollo propio y la vulnerabilidad del Estado chileno.
Se advirtió que “no es posible asegurar garantías para la inversión, sin garantías para el pleno ejercicio de los derechos económicos y sociales de nuestros pueblos, muchos de ellos vulnerados por este tipo de tratados”.
En un documento emitido en junio de este año, las 159 agrupaciones manifestaron: “Las organizaciones aquí firmantes nos declaramos en estado de alerta, movilización y rechazo a la ratificación y firma de nuevos tratados de libre comercio que no traen empleos decentes ni beneficios sino más destrucción y zonas en sacrificio. En cada territorio irán surgiendo iniciativas que desde abajo y entre todes, sabrán levantar en resistencia nuestros derechos, la esperanza, la semilla, la salud, el futuro de los que vienen tras nosotras y nosotros. No habrá garantías para la inversión sin garantías para el pleno ejercicio de los derechos económicos y sociales de nuestros pueblos. Sólo habrá dignidad y construcción solidaria de la alternativa que merecemos como pueblos”.