Lautaro Carmona, secretario general del PC, destacó que “al segundo día de la partida del Gobierno, un equipo significativo del gabinete, encabezado por la ministra del Interior, se desplazó al territorio de La Araucanía, para abordar el tema de las demandas, de los reclamos, de las comunidades del pueblo mapuche”. Frente al episodio vivido por Izkia Siches, con disparos al aire y barricada en su trayecto a Temucuicui, el dirigente sostuvo que “las acciones se deben y se pueden perfeccionar para mantener la perseverancia en un propósito tan noble” como buscar el diálogo.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 18/03/2022. Con todos los episodios que hubo, ¿cómo vio la primera semana del Gobierno de Apruebo Dignidad?
En la suma y la resta, para que nadie imagine que hay una mirada sin sentido crítico, la primera semana advierte la implementación de un programa de Gobierno, que es coherente con los compromisos contraídos en campaña y recogidos de demandas legítimas del movimiento popular. Tengo, en general, un juicio de valor positivo de esta primera semana.
Lo que toca es seguir sintonizando con la mirada y la recepción que se tiene donde más importa, que son los movimientos sociales y sectores populares, que cifran legítimas expectativas sobre políticas públicas que vayan en respuesta a sus necesidades y demandas. No hay que perder de vista, desde el inicio, al movimiento poblacional, el movimiento sindical, los pensionados con la reforma previsional más allá de si hay retiros o no (de fondos de las AFP), el movimiento estudiantil y la juventud que ya comenzaron a movilizarse por distintos temas. Eso está despertando los primeros días del Gobierno de Gabriel Boric y creo que es más allá de ciertos episodios ocurridos en la semana.
Pero hubo sucesos como lo ocurrido en La Araucanía en la visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, que tuvieron impacto en este inicio.
Distingo tres cosas. La primera, y más importante, que al segundo día de la partida del Gobierno, un equipo significativo del gabinete, encabezado por la ministra del Interior, se desplazó al territorio de La Araucanía, para abordar el tema de las demandas, de los reclamos, de las comunidades del pueblo mapuche, incluyendo las más sensibles, como todo lo vinculado a Temucuicui con toda la significación que tiene. Lo segundo, es que el contenido puesto en esa agenda, con exposición pública, es que las demandas del pueblo mapuche están en la prioridad de la acción del Gobierno. Cuando digo eso, no digo que hay un altísimo grado de coincidencia entre las políticas de Gobierno y las comunidades, porque sería una opinión invasiva, sino que el Gobierno dio señal clara, directa, cuando un equipo de ministras y ministros, encabezados por el ministerio más importante, fue a la zona y fue a dialogar. Lo tercero, es que hay un sector vinculado a la derecha que tiene intereses económicos que son parte de las políticas invasivas a la cosmovisión y a los derechos del pueblo mapuche, que va a tener una lectura que lesione y busque descalificar a la lucha de nuestros pueblos originarios y sacará conclusiones a la medida de lo que le interese, que es mantener la conflictividad, legitimar el correr el cerco en contra de los derechos de los pueblos originarios.
Lo otro, que se planteó como controversia entre las partes, las diligencias, las acciones, se deben y se pueden perfeccionar para mantener la perseverancia en un propósito tan noble como este de buscar el diálogo. Entiendo que eso es así, cuando la ministra Siches planteó que nada iba a desmotivar mantener la iniciativa en La Araucanía. Lo que queda, es que se marcó una coherencia entre haber ubicado con sensibilidad y empatía, entre las primeras acciones políticas, acoger las demandas del pueblo mapuche y con diligencias para comenzar a abordar diferentes temas.
Usted mencionó el tema y la importancia del movimiento social, los temas que tienen que ver con demandas y necesidades de sectores populares. En eso está lo que haga el Gobierno, las labores en el Parlamento. Pero qué ocurre con los partidos, particularmente con el Partido Comunista. ¿Habrá un seguimiento férreo a lo que diga y haga el Gobierno, lo que pase en el Parlamento, o se tendrá una voz más autónoma, más diferenciada?
Creo que la política de los partidos, que debe estar vinculada a una concepción determinada, tiene todas las dimensiones de la actuación política. La dimensión de las tareas institucionales, formales, ya sea a nivel Ejecutivo o Legislativo, en el plano del poder local, pero también, y eso el Partido Comunista lo subraya, no es posible que políticas de transformación estructural de fondo, se puedan llevar adelante sin el concurso activo del movimiento popular organizado.
En ese sentido, valoro un par de cosas expresadas por el Presidente Boric. La primera, que la reiteró en su primer discurso en la Plaza de la Constitución, es que hay que escuchar, hay que poner real oído a cuáles son las formulaciones que vienen de los protagonistas más importantes de este proceso de transformación. Lo segundo, que lo dijo en campaña y lo ha reiterado, es que no ve una contradicción, como la hubo en el Gobierno de la Nueva Mayoría, entre tener un pie en la calle -para signar al movimiento social- o en las tareas institucionales de Gobierno o en La Moneda. No hay contradicción. Es más, en obligatorio relacionar correctamente la vinculación con el movimiento social organizado, con las tareas institucionales.
Desde esa perspectiva, nuestra condición de partido de izquierda, sin que sea una exclusividad excluyente de otros partidos, de un partido de las y los trabajadores, comprometido con las causas de promoción del avance de las condiciones de vida, estamos en una tarea a la cual no podemos renunciar, además que está vinculada al éxito del avance del proceso, que es enriquecer nuestra presencia y nuestra contribución en el movimiento social y especialmente en el movimiento sindical.