La analista electoral y fundadora de Latinobarómetro y Mori, aseveró que al final de cuentas, “la gente no espera ningún cambio” y enfatizó que “la expectativa de cambio se disipó” en el país. En todo caso, apuntó a que en el plebiscito de diciembre “el En Contra ganará por más de lo que ganó el Rechazo en el plebiscito anterior”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 24/11/2023. De cara al plebiscito del 17 de diciembre, con la opción A Favor o En Contra de la propuesta de nueva Constitución, ¿en efecto gana el En Contra o hay dudas?
A menos que pase lo que pasó en Argentina con (Javier) Milei, donde ningún encuestador pudo medir la realidad, excepto uno al que nadie le creyó, evidentemente en diciembre gana el En Contra. Si le creemos a las encuestas, el En Contra ganará por más de lo que ganó el Rechazo en el plebiscito anterior. Hay dos escenarios. Uno que dice: hago caso omiso de las encuestas, y puedo suponer que pasará cualquier cosa. Otro que dice que el En Contra lleva una ventaja muy difícil de remontar y ganará. En todo caso, no creo que estemos ante una elección de empate como se veía hace dos meses atrás, donde había la posibilidad de una elección empate porque se veía mucho menos gente manifestándose En Contra. Pero el En Contra se ha ido consolidando y aumentado y para decir algo prudente, se ve una mayoría holgada.
Uno de los efectos más perversos de todo lo que está pasando es que la franja es completamente inútil, incluso creo que puede funcionar al revés. La franja deja de informar, y se produce confusión, los argumentos que se dan en ambos lados son casi iguales. Cuando los argumentos son similares, se tiene que pensar que en alguna parte hay un error, hay algo que no funciona. No son idénticos, pero son similares.
¿Y la campaña En Contra?
Esa campaña se está haciendo por sí sola. Por ejemplo, están apareciendo personeros de centro o de derecha que están En Contra. Apareció hace poco una declaración de Enrique Correa de que está En Contra y varios de ese perfil. Eduardo Frei apareció anunciando que votará A Favor, pero vimos a la gente diciendo, “que pena que se pasó para el otro lado”, entonces hay claridad respecto a la opción. Ahora, en general, la gente que está En Contra no es porque conozca los contenidos de la nueva Constitución, sino que la gente está en contra de lo que está pasando. Esto no es un en contra del Gobierno, o algo por ese camino, es un en contra de la política, en contra del estado de situación que se vive, en contra del hecho de que no se encuentran soluciones a los problemas de la gente.
Sin embargo, hay comentarios de que el voto en el plebiscito podría estar definido por un rechazo al Gobierno.
Eso no ha prendido, eso no prendió. El Presidente (Gabriel Boric) se ha mantenido espectacularmente lejos de esto, no sólo por ir a la Antártica, y también la agenda se ha mantenido lejos de este proceso. Sin embargo, vemos el Caso Hermosilla, que contribuye mucho al clima de En Contra, está el Caso Convenios, los casos de corrupción en municipalidades, que inmiscuye mucho a la derecha. El Caso Hermosilla termina minando a los privados, al empresariado, que están A Favor.
Para la elección de consejeras y consejeros constitucionales el porcentaje de votos nulos y blancos fue de alrededor del 20%, ¿eso se puede repetir en este plebiscito y cómo incidiría cualitativamente?
Creo que el voto nulo en esa elección no sólo se debió a un rechazo a esas candidaturas o ese proceso, sino también al hecho de que fue una elección con muy bajo nivel de información que tenía la masa que suele no votar y que se encontró con unas papeletas llenas de nombres que desconocía. Una parte del voto nulo y blanco se debió a eso, a la falta de información y candidatos desconocidos. En este caso, de este plebiscito, no creo que haya una participación mayor a la vez anterior, habrá alrededor de un 20% de gente que no participará. Ahora, el padrón electoral está sucio, efectivamente tenemos 15 millones de personas que estarían listas para ir a votar, pero no creo que sea así. Una auditoría al padrón electoral nos daría un padrón con error. No se han tomado medidas de política pública para corregir eso y tenemos uno de los padrones electorales más atrasado, este padrón tiene 33 años. Por lo tanto, creo que van a votar los mismos de siempre, que son alrededor de 13 millones de chilenos y chilenas.
Ahora, mira, hay algo que es bueno decirlo y tenerlo en cuenta. Antes que se instalara el voto voluntario, hace tiempo, yo votaba en La Pintana, y la gente, donde yo votaba, decidía su voto en la cola de votación. Era una cola larga, de demora, pero era un espacio amigable, todo se conversaba, había comentarios entre todos, todos se conocían o uno conocía gente ahí. Se fijaban o comentaba cómo votaba la comadre, el compadre, la familia, el nieto, el amigo y se tomaba mucha la decisión en base a eso. En este tiempo, debido al cambio del voto voluntario, se alejó al ciudadano de esa comunidad de voto que había antes, sobre todo en lo local. No sabemos si esa cultura de decidir en la cola se volverá a reinstalar, y que uno comente y comparta con la gente en lo local. Creo que la gente está más sola hoy para decidir su voto.
En el caso de este plebiscito, como la alternativa es sumamente simple, A Favor o En Contra, la gente va a elegir más fácilmente En Contra, porque hoy está rechazando el mundo y la realidad como es. Puede haber un voto de último minuto, de gente que llega a la urna sin tener idea, sin haber podido conversarlo con alguien, y que dada la realidad diga, no, mejor yo rechazo, y vota En Contra. Esa actitud es más plausible, más probable, que decir estoy A Favor, porque no sabe a favor de qué está, pero sí puede decir que está en contra de cómo están las cosas. El rechazar hoy tiene una ventaja en el negativismo, con esto de la violencia, de los migrantes, del costo de la vida, y toda esa gente vota En Contra, incluso sin anular.
En lo especulativo se dice que en el plebiscito puede incidir la preocupación por la delincuencia, el alza en el costo de la vida, hasta el triunfo de Javier Milei en Argentina.
Mira, el efecto Milei es algo que acaban de inventar, y significaría que este país está colapsado, y este país está muy lejos de estar colapsado. No creo en eso. El tema de la seguridad es muy grave, pero hay que considerar que si uno aísla las comunas donde se suceden mayoritariamente los delitos, se encuentra con que el 70% de los delitos se encuentra en la Región Metropolitana, son como 20 o 25 comunas. La expansión y peligrosidad de la delincuencia no está en muchas comunas populares y de regiones, de comunas más aisladas y lejanas del centro. No creo que el clima de inseguridad que se denuncia en cuatro manzanas de Santiago, sea el mismo clima que se tiene en el resto del país. Ahora, lo de migrantes, ¿van a votar A Favor porque creen que la nueva Constitución les va a solucionar el problema de los migrantes? Creo que eso es muy difícil de instalar porque la gente sabe que el problema de la frontera es una papa caliente y no de llegar y solucionar. Hace 20 años que se está hablando mal de los migrantes, eso no es ninguna novedad. No creo que eso pueda mover la aguja.
¿Y cómo mover esa aguja?
Lo que mueve la aguja es que la persona que va a votar crea que su futuro inmediato va a cambiar algo dependiendo de la forma en cómo vota. Considerando que la inmensa mayoría de los chilenos está absolutamente convencida que vote a favor o vote en contra, la aguja del país no se mueve para ningún lado y la gente quedará igual. Eso no favorece el A Favor, favorece el En Contra.
Otra cosa que es bueno mencionar. Milei lo que hizo con toda su vociferación fue decir, esos señores, los políticos, están dentro de la jaula y yo estoy fuera de la jaula, “la casta” está dentro de la jaula y yo estoy fuera. En estos momentos no tenemos ningún político chileno que se sitúe afuera del muro. Hay algunos alcaldes que han intentado hacerlo, fue el camino de Daniel Jadue cuando corrió como candidato presidencial, haciendo cosas que los otros no habían hecho nunca, las farmacias populares, etcétera. Los chilenos tienen doctorado en elecciones, no les venden cualquier pomada, y esta pomada de la nueva Constitución es muy difícil de vender.
¿Cómo cree que quedará el estado de situación de la ciudadanía después del 17 de diciembre, sobre todo previendo que no se aprueba esta propuesta de texto y queda la actual Constitución?
Mira, el 70% de la gente no está preocupada de lo que pase en el plebiscito, ni con esta Constitución. Al 70% no le interesa la política, hay un 30% que está híper politizado y dividido en dos bandos muy enconados unos contra otros. Por lo tanto, hay que hablar de dos efectos. Un efecto sobre la elite, que será devastador para la derecha, porque la derecha se apropió del 60% de la elección anterior, diciendo “este voto es nuestro”. Si gana el En Contra, la izquierda hará lo mismo, ni tonta ni perezosa. La derecha hizo un trabajo para que este rechazo se vuelva un boomerang en contra de ellos. Se dispersa la idea de que la derecha tiene el sartén por el mango. El día después, al 70% del país le dará lo mismo, porque por último se ve que la Constitución del ’80 hizo funcionar al país estos 30 años y va a seguir, la gente no espera ningún cambio, seguirá funcionando el sistema como es.
El tema es que nadie cree, y ahí podría entrar el fenómeno Milei, que alguien pueda realmente hacer un cambio en Chile. La expectativa de cambio se disipó. Por eso, entre otras cosas, se castiga al Gobierno, no se cree que sea capaz de hacer reales cambios. Pero tampoco se le cree a la derecha que sea capaz de hacer reales cambios. Entonces, como la expectativa de cambios se disipó, la decepción es mayor. Si hasta uno se pregunta si realmente los Republicanos quieren que se apruebe esta nueva Constitución.
Lo que en verdad vendrá después, el día 18 de diciembre, es cómo seguimos, sobre todo ese 30% politizado. ¿Seguimos paralizados, nos sentamos en una mesa a ver cómo se arregla esto, nos quedamos celebrando el porcentaje de votos?, sobre todo habiendo tenido cada bando el 60% de los votos alguna vez. Con dudoso origen, porque en realidad, ¿de quién son esos votos? Una vez son de la derecha y un año después son de la izquierda. Eso es difícil de sostener, y está en los elementos de estos plebiscitos.