Más de 140 de ellas y ellos se reunieron con el mandatario cubano en el Palacio de la Revolución. 53 pertenecientes a la Franja de Gaza. “Nosotros los vamos a cuidar, y vamos a hacer todo lo posible para que se gradúen como médicos” les dijo Miguel Díaz-Canel. El Presidente cubano evocó a los estudiantes palestinos que compartieron un aula universitaria junto con él; se preguntó cómo estarán, qué estarán haciendo en estas horas. El embajador palestino en la isla declaró que “Cuba está con nosotros porque tiene mucha fuerza”.
Alina Perera Robbio. La Habana. 11/2023. La tarde de este viernes, desde el Palacio de la Revolución, fue desgarradora: se produjo un encuentro entre la máxima dirección del país y 144 jóvenes palestinos que estudian Medicina en la Mayor de las Antillas. A ellos, que compartieron testimonios inolvidables, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, les ratificó el apoyo total y la condena enérgica al genocidio que comete Israel.
Vergüenza de humanidad, promontorios que se desprenden dentro del alma, campanas que deben sonar por la especie toda. No alcanzan las lágrimas, y mucho menos las palabras para aliviar el dolor ante lo que vive el pueblo palestino que está siendo barrido en un acto de exterminio perpetrado por Israel.
Por tal razón el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dio sentidas gracias desde el Palacio de la Revolución, al grupo de estudiantes palestinos que viven en la isla y que en la tarde de este viernes compartieron el dolor que los embarga.
Acompañado del primer ministro, Manuel Marrero Cruz; del secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales Ojeda; del ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla -los tres, miembros del Buró Político del partido Comunista de Cuba-; así como de otros dirigentes de la Revolución; el jefe de Estado felicitó a sus especiales interlocutores en el Día Internacional del Estudiante.
Ante el dignatario, estaban presentes 144 palestinos que estudian Medicina en la Mayor de las Antillas; de ellos, 53 pertenecientes a la Franja de Gaza. Desde el grupo de los jóvenes comenzaron a emerger los testimonios estremecedores. Alguien contó que el joven médico formado en Cuba, aquel que el pueblo cubano pudo ver en el Noticiero de la Televisión hablando desde Gaza y que dijo que “morir por la Patria es vivir”, está vivo y dando la batalla por sus compatriotas.
Todos los estudiantes que hablaron en el Palacio de la Revolución lo hicieron en un español admirable. El primero en hacerlo alertó que en los medios de comunicación del mundo se habla de conflicto, de guerra, de enfrentamientos, pero lo que se está produciendo, dijo, es algo que va más allá de luchar contra 2,2 millones de palestinos. De lo que se trata es de una contienda contra la Humanidad misma.
La única manera posible de que el pueblo palestino disfrute de su libertad, en estos momentos, está en que se multipliquen por millones las protestas en el mundo contra la barbarie que se produce ante los ojos de todos, dijo el joven, quien además compartió su certeza de que los palestinos no nacieron para ser vencidos y que la llama de la lucha nunca se apagará.
Todas las intervenciones conmovían. A los jóvenes les temblaban en las manos las hojas con sus notas; algunos hablaban desde el lamento puro, desde la angustia; uno hizo una pausa larga, de silencio adolorido, y se disculpó. El Salón Portocarrero parecía quedar atrapado, por instantes, en una lágrima gigantesca.
Una muchacha llamada María alzó su voz rajada. A sus 22 años ya ha sido testigo de cuatro guerras en su país. Ella, como sus otros compañeros, agradeció por el acto solidario en el Palacio de la Revolución -acto que se suma a otros muchos acontecidos a lo largo del país caribeño-. Quiso expresarse desde su “corazón afligido”. Habló muy duro, como dura es la realidad que contaba: “En Gaza, dijo, las madres llevan a sus hijos dos veces: una en sus vientres, y luego en sus mortajas”.
María contó que su madre le ha pedido que siga con sus estudios, que no se rinda, que la Medicina es el trabajo más noble del mundo. “Levanta tu nombre y el de Palestina”, le ha dicho la madre a la joven.
Desde el río hasta el mar, afirmó ella, Palestina será libre. Y siguieron haciendo uso del derecho a la palabra los que tienen alma de médicos: Mohammed Ahmed Zannoun, quien lleva nueve meses en Cuba, narró que él y sus amigos no pueden dejar pasar el día sin hablar con sus familias. Y lanzó una frase esclarecedora y de nobleza: “¿Qué quieren los palestinos de la vida?: necesitamos vivir en una patria libre, sin guerra, nada más”.
Se sucedían las voces para resaltar que mientras otros gobiernos se hacen de la vista gorda, Cuba, fiel a sus principios, brinda todo su apoyo a la causa palestina. Y una verdad enorme afloró también en el recinto: Un territorio no puede ser arrasado ni un pueblo exterminado hasta el último habitante, porque siempre habrá un combatiente en pie.
Al final de cada intervención se escuchaba un “Patria o muerte”, y un “hasta la victoria siempre”. En algún momento, una metáfora inundó el recinto: el sueño más profundo de un palestino es dormir en su tierra natal y taparse con las estrellas de su propio cielo. Una bella imagen marcó el intercambio: a los dirigentes de la Revolución cubana los estudiantes colocaron sobre sus hombros la bella prenda textil que simboliza al pueblo palestino; esa misma pieza, en blanco y negro, que Fidel también mostró sobre su uniforme alguna vez.
Cifras desgarradoras compartió en el encuentro el embajador de Palestina en Cuba, Akram Samhan: en Gaza, según cierres estadísticos de la tarde de este jueves, ya suman 11.470 los fallecidos; de ellos, 4.710 son niños. Y ascienden a 29 mil los heridos. Todos los hospitales de la zona norte de la Franja de Gaza están sin funcionar; más de 200 trabajadores de la salud han muerto; los desplazados ascienden a 1,6 millones; y más del 53 por ciento de las viviendas han sido destruidas, parcial o totalmente.
“Cuba está con nosotros porque tiene mucha fuerza”, dijo el diplomático, quien reconoció el prestigio del país caribeño en todos los foros internacionales.
Hacia el final de una jornada llena de estremecimientos, el Presidente Díaz-Canel habló sobre el dolor que embarga; y destacó la plena confianza en que el pueblo palestino, más temprano que tarde, será libre.
El dignatario habló de las motivaciones del encuentro: extender un abrazo solidario, un abrazo de hermanos. Ustedes, dijo a los estudiantes, son los hermanos de nuestros hijos. Palestina, afirmó, siempre podrá contar con Cuba.
Díaz-Canel evocó a los estudiantes palestinos que compartieron un aula universitaria junto con él; se preguntó cómo estarán, qué estarán haciendo en estas horas; y recordó al Che Guevara y su convicción de que al imperialismo no se le puede dar ni un tantico, pues es esa fuerza hegemónica la que maniobra y es cómplice de toda la barbarie de estos días.
“Nada puede justificar esa barbarie y por eso hay que condenarla constantemente”, enfatizó el jefe de Estado, quien subrayó el dato terrible de que las dos terceras partes de las víctimas son mujeres y niños, porque los ejecutores de ese holocausto, dijo, se han ensañado con el presente de Palestina, y quieren borrar el futuro de Palestina.
El mandatario dijo a los jóvenes: “Nosotros los vamos a cuidar, y vamos a hacer todo lo posible para que ustedes se gradúen como médicos, como especialistas, porque son el futuro de Palestina, y haremos todo lo posible por acompañarlos en el tránsito exitoso de sus carreras”.
“Para nosotros, expresó en otro momento, era importante tener hoy este encuentro con estudiantes palestinos. Nosotros los cubanos aprendimos a defender la causa palestina a partir de la visión internacionalista y humanista del líder histórico de nuestra Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que siempre fue un amigo de Palestina”.
Y declaró: “Ante ustedes queremos hoy, queridos estudiantes palestinos, reiterar la posición de principios de Cuba, favorable a una solución amplia, justa y duradera para el conflicto israelí-palestino, sobre la base de la creación de dos Estados, que permita al pueblo palestino ejercer el derecho a la libre determinación, y a disponer de un Estado independiente y soberano, en las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén oriental como su capital, y que garantice el derecho al retorno de los refugiados. Por eso vamos a luchar junto a ustedes de manera fehaciente, firme, y de manera enérgica”.
Díaz-Canel hizo hincapié: “No estaremos entre los indiferentes. Condenamos en los términos más enérgicos el genocidio de Israel. Ustedes estudian en Cuba representando a Palestina, y nosotros estaremos con ustedes para que cumplan esos sueños y en el futuro puedan apoyar más a su país. Como dijera Fidel, es tiempo de poner fin a la filosofía del despojo, para que muera por falta de incentivos la filosofía de la guerra”.
Con becas del gobierno cubano, futuros médicos dicen querer volver a su país tras culminar sus estudios
“Resumen Latinoamericano”. La Habana. 2022. Cuba celebró junto a la comunidad palestina el 75 aniversario de la Nakba. La fecha recuerda el momento en que el pueblo palestino fue expulsado a la fuerza de sus tierras como consecuencia de la creación del Estado de Israel. El evento político y cultural se llevó a cabo en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde actualmente estudian más de 100 palestinos.
A la conmemoración asistieron el embajador de Palestina en Cuba, Akram Samhan, el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), Fernando González, y varias autoridades del Partido Comunista de Cuba y de la Federación Universitaria de Estudiantes.
En entrevista con Brasil de Fato, el embajador palestino señaló que “actualmente tenemos más de 250 palestinos estudiando medicina en Cuba. Todos ellos tienen becas del gobierno cubano. Viven y estudian aquí como cualquier cubano”. Y agrega que “el vivir en la isla hace que los estudiantes defiendan la causa cubana, que sienten que es su causa, así como los cubanos sienten nuestra causa y la de todos los pueblos del mundo”.
La patria es la humanidad
Murid Abu Khater comenzó a trabajar de niño durante las vacaciones escolares. Su último trabajo fue en una tienda donde vendía zapatos, pero también fue albañil y vendedor ambulante. Después de graduarse de la escuela secundaria, comenzó un curso de enfermería en su asentamiento en Gaza. Desde niño quiso estudiar medicina, pero su familia no tenía dinero para pagar la universidad. Hace seis años, Murid Abu Khater llegó a La Habana para estudiar medicina sin hablar una palabra de español.
“Llegué a Cuba más tarde de lo planeado porque no podía salir de Gaza porque la frontera estaba cerrada. Así que no pude participar en los primeros cursos de español. Pero los profesores y mis compañeros de Colombia me ayudaron”, dijo Murid Abu Khater a Brasil de Fato .
“No hay turismo en Gaza y la ocupación israelí no permite que los palestinos visiten otros lugares. Por lo tanto, nunca había estado con personas de otros países. Cuando llegué aquí, el cambio fue enorme, en la ELAM había personas de 90 diferentes países”, recuerda.
Abu Khater dice que se siente muy cercano al resto de la comunidad palestina de la isla. Además de estudiar y participar en actividades relacionadas con las luchas palestinas, comparten actividades sociales como cualquier joven estudiante. Se ríe cuando le preguntan si aprendió a bailar como los cubanos. Di que no, pero inténtalo.
“Al principio, cuando surgió la oportunidad de ir a Cuba, mi familia estaba un poco asustada. Pensaron que podía ser peligroso”, dice Abu Khater, reflexionando: “Muchas veces no conoces América Latina por fuera. Cuando piensas en ella, es narcotráfico y mafias y cosas así. Pero luego mi familia se dio cuenta de que en Cuba no era así”.
Esos seis años en la isla no solo le permitieron a Abu Khater aprender medicina y español, sino también conocer la realidad cubana a diario. Es notoria la desinformación que existe sobre los dos países.
“Creo que algo parecido entre Cuba y Palestina es la dificultad de la vida cotidiana. Allí tenemos un bloqueo total: control económico y territorial. Y aquí también hay un bloqueo económico. Eso hace que la situación económica, podemos decir, sea similar. la diferencia es la seguridad, aquí nadie te puede tirar una bomba cuando vas caminando a comprar pan o vas a una fiesta, una actividad o lo que sea, aquí se vive muy seguro, pero allá no sabes cuándo vas a morir. No sabes cuándo te pueden tirar una bomba, no sabes cuándo vas a dormir si vas a despertar con vida”.
Solidaridad cubana con la causa palestina
La colaboración de Cuba con el pueblo palestino comenzó oficialmente a principios de la década de 1970, ganando notoriedad después de la conferencia del Movimiento de Países No Alineados en 1973. En ese momento, Cuba rompió relaciones con el Estado de Israel, entregando la entonces embajada israelí en La Habana al movimiento de resistencia palestina, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
“En los primeros años de la revolución cubana, el Che Guevara visitó Gaza, ya partir de ese momento comenzaron a crecer los lazos entre nuestros pueblos y nuestras luchas”, dice Akram Samhan.
“En esos años, el presidente egipcio (Gamal Abdel) Nasser era una fuerte presencia del nacionalismo antiimperialista árabe. Che viajó a la región para establecer los vínculos que luego formarían el Movimiento de Países No Alineados. En este viaje, Che visitó los campamentos. de Gaza y fue el propio pueblo palestino, que sentía gran simpatía por la revolución cubana, quien le pidió que le transmitiera a Fidel (Castro) la justa causa de nuestro pueblo”.
En 1974, el líder histórico de la OLP, Yasser Arafat, fue invitado por primera vez a participar en la Asamblea General de la ONU, donde pronunció su famoso discurso que finalizó exhortando a la ONU a “no dejar que se me caiga la rama de olivo de la mano”. Luego de esa conferencia, visitó Cuba por primera vez, invitado por Fidel Castro.
“Durante esta visita se reforzó el apoyo fundamental que hasta ahora ha brindado Cuba al pueblo palestino. Este apoyo se basó principalmente en la oportunidad de formar a nuestros jóvenes en diferentes carreras universitarias. Cuba siempre nos ha apoyado brindando educación y salud a nuestra gente”, dice Akram Samhan.
Que no se me caiga la rama de olivo de la mano
Desde 2012, la ONU ha reconocido a Palestina como un estado observador no miembro de las Naciones Unidas. Sin embargo, este año, por primera vez, la ONU conmemoró oficialmente la fecha de la Nakba. El evento fue decidido en noviembre pasado por la Asamblea General de la ONU en una resolución que obtuvo más de 90 votos a favor.
Durante la conmemoración, la oficial de asuntos políticos de la ONU, Rosemary DiCaprio, dijo que “la cuestión palestina está íntimamente ligada a la historia y la Carta de las Naciones Unidas”. Hizo hincapié en que “los palestinos merecen una vida de justicia y dignidad y la realización de su derecho a la autodeterminación y la independencia”.
En 1948, la ONU, en respuesta al desplazamiento forzado de los palestinos de sus tierras, aprobó la Resolución 194, que establecía que “a los refugiados que deseen regresar a sus hogares se les debe permitir hacerlo lo antes posible y vivir en paz con sus vecinos”. También indicó que “se debe indemnizar por los daños y perjuicios a todos aquellos que no deseen regresar a sus tierras”.
En 1967, después de la Guerra de los Seis Días, la Resolución 242 de la ONU estipulaba que Israel debía retirar su ejército de los territorios recientemente ocupados por la guerra y reconocer la soberanía y la independencia política de cada estado de la región.
En 1980, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 478, que establece que las Naciones Unidas “censuran en los términos más enérgicos” el intento del Parlamento israelí de proclamar la ciudad de Jerusalén “íntegra y unificada”, que no reconocería el reclamo palestino de parte de la ciudad.
El desacato sistemático de estas resoluciones, y de muchas otras a lo largo de los años que han actualizado estas determinaciones del derecho internacional, provocó que la ocupación de Palestina generara la crisis de refugiados más generalizada que enfrenta el mundo en la actualidad.
“¿Por qué no nos protegen? ¿No somos humanos?”, preguntó el presidente palestino, Mahmoud Abbas, a la ONU en su discurso conmemorativo de la Nakba. “Ofrézcannos protección internacional, estamos bajo ataque, implementen una, solo una de las resoluciones aprobadas por la ONU, cualquiera que quieran, elijan una”, agregó Abbas al plenario.
Enseñamos la vida señor
“Quiero terminar mis estudios y volver a mi país. Volver a la Franja de Gaza. Porque allí necesitan ayuda de todos lados, ayuda de sus hijos. Hay mucha gente allí que necesita ayuda”, dice Murid Abu Khater con una convicción inquebrantable en su voz.
Su respuesta no es diferente a la de otros palestinos que han venido a Cuba a estudiar. La idea de regresar a Palestina para ayudar a su pueblo surge en cada conversación que tienen los jóvenes palestinos cuando hablan de su futuro.
Abu Khater no ha regresado a Palestina en seis años. “Solo tengo dos meses de vacaciones y las fronteras suelen estar cerradas o simplemente no nos dejan pasar. Palestina no tiene su propio aeropuerto y las fronteras están controladas por el ejército israelí”.
Cuando se le pregunta qué extraña de su país y qué recomendaría a un extranjero que visita Palestina, Abu Khater sonríe: “También me gustaría visitar mi país, ver Palestina. Soy de la Franja de Gaza y nunca tuve la oportunidad de visitar otras partes, como Jerusalén. Los lugares hermosos son donde está la ocupación israelí. La Franja de Gaza también es muy hermosa, pero la guerra no dejó nada atrás…solo casas destruidas. Me gustaría ver Palestina”.
“¿Qué es Cuba para los palestinos? Cuba es como una segunda madre, que nos cuida, nos enseña, nos alimenta. Cuba es un país pobre, todos sabemos que Cuba es un país pobre. Pero comparten lo que tienen, tienen poco, pero comparten lo que tienen. La Revolución Cubana les hizo compartir todo lo que tienen con el resto del pueblo que está revolucionando, luchando contra el imperialismo”, dice Murid Abu Khater.