En el plebiscito del domingo hay algo más sobre la mesa que la aprobación o no de la controvertida propuesta constitucional. Hay mucho “capital político” en riesgo, junto a la posibilidad de potencialidades. Lo que pueden ganar o perder los Republicanos, Chile Vamos, el PC y el PS, el Frente Amplio y La Moneda.
Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 15/12/2023. Nadie debe estar tranquilo en La Moneda, ni en las oficinas de Republicanos, de Chile Vamos, el Frente Amplio, los partidos Comunista y Socialista, la Democracia Cristiana, entre otros colectivos políticos.
Y es que está de miedo lo que traiga el resultado del plebiscito de este domingo. Porque todo indica que está mucho en juego, más allá de la aprobación o no de la controvertida propuesta constitucional.
Los porcentajes del domingo pueden traer debacles, tragedias, complicaciones, debilitamientos, pero también potenciaciones, reforzamientos, consolidaciones, oxigenaciones, posicionamientos.
Está claro que junto con definirse si la gente quiere o no quiere este texto constitucional -claramente conservador, privatizador, religioso, mercantilista, retrógrado-, se dibujará un escenario tan preciso como cruento respecto a las correlaciones de fuerzas de los distintos actores políticos, los fortalecimientos o debilitamientos eventuales del oficialismo o la oposición, el pie en que quedará el Gobierno y el Presidente, las posibilidades de importantes reformas y avances en contrapunto de las opciones de un reforzamiento de la oposición y sus acciones obstruccionistas y agresivas.
La oposición, entre sobarse las manos y la incertidumbre de una derrota
Si este domingo gana el A Favor, se repetirá un triunfo estratégico de la extrema derecha, representada en el Partido Republicano, sumada la derecha tradicional, expresada en Chile Vamos. Un éxito que se sumaría al último plebiscito, donde el Rechazo ganó con un 60%, y a la elección de consejeros constitucionales donde la ultraderecha obtuvo la mayoría del Consejo Constitucional (Republicanos con más del 30% de los votos). Será un alto logro del relato ultraconservador. Se afianzará la hegemonía de la oposición en el escenario político y, específicamente, en el Congreso. Quedará establecido que el camino resuelto por las chilenas y los chilenos va por el que pavimenta la oposición junto a grandes empresarios, medios de prensa hegemónicos, poderes fácticos, y la cultura neoliberal. Quizá hasta se diga que hay algo del “efecto Milei”.
Ese resultado pondría a la oposición en un buen sitio para la elección municipal y de Gobernadores. Se intensificarían las agresivas ofensivas contra el Gobierno, se pedirá cambio de gabinete y se golpeará la figura presidencial. Habrá un reforzamiento orgánico de Republicanos y de los partidos de Chile Vamos, más allá de disputas para atribuirse el triunfo.
Claro, si se produce una derrota del A favor, mucho de lo anterior no podrá concretarse, aunque la posición en que queden Republicanos y Chile Vamos dependerá del margen de votación entre ambas opciones. No sería lo mismo perder por menos o por más de diez puntos. Como sea, es muy probable que la oposición no se aleje del torpedeo al Gobierno, el freno a reformas, cuestionamientos a Gabriel Boric, exigencia de cambios de gabinete (podría concretar la acusación constitucional en contra del ministro Carlos Montes), aprovechamiento de su mayoría en el Congreso, y reivindicación de su relato.
Será esperable que intensifique en tono duro y ofensivo la agenda basada en seguridad pública, Caso Convenios, indultos, afectaciones a las Isapres, críticas a la política económica y relevar los “errores no forzados” desde el Gobierno y el oficialismo.
Una derrota de la propuesta constitucional traerá tensiones intra-sector para la oposición, con la agudización de la disputa entre los partidos de Chile Vamos (UDI, RN, Evópoli), los Republicanos y otros pequeños colectivos de la extrema derecha. Eso podría expresarse, entre otros puntos, en las decisiones de cara a las elecciones del 2024 y los trazados para la elección presidencial del 2025. Se estima que un triunfo de A favor, ayuda a la postulación de José Antonio Kast, y una derrota, un mejor posicionamiento de Evelyn Matthei.
Oficialismo: otra derrota estratégica o una oxigenación alentadora
Si gana En Contra, será un éxito estratégico para las fuerzas progresistas, de izquierda y la socialdemocracia. Habrá una oxigenación para el oficialismo. Vendrá un respiro en medio de una coyuntura complicada. Los dos conglomerados oficialistas quedarán mejor posicionados. Los comicios municipales y de gobernadores se verán con buenas perspectivas. Se podrá producir un reordenamiento general y transversal del oficialismo, que no debería incluir el triunfalismo. Habrá una condición para persistir en la reivindicación de un programa de transformaciones, de defensa de derechos sociales y ciudadanos, de modificaciones en la economía, de alentar profundización de la democracia y de detener avances de la extrema derecha.
Como alguien afirmó, puede venir un alentador “segundo tiempo” para los partidos de Apruebo Dignidad (PC, Frente Amplio, Acción Humanista, Federación Regionalista Verde) y Socialismo Democrático (PS, PPD, PR, PL) y que permita ajustar una táctica para encarar temas que están sobre la mesa como las reformas, combate a la delincuencia, mejor atención en salud, apoyos a sectores sociales pobres, reafirmación de derechos, etcétera. También se podría avanzar en una recomposición de fuerzas y rearticulación de contenidos.
En cambio, si En Contra pierde, estará frente a una tercera y crucial derrota estratégica (contando el pasado plebiscito y los comicios de consejeros constitucionales), lo que pondrá a las fuerzas de izquierda, socialdemócratas y progresistas en una mayor posición de repliegue, debilitamiento e incapacidad de asumir posturas hegemónicas y realmente incidentes en la agenda (por ejemplo, del Congreso). Será un golpe inmenso que incluso podría dejar al oficialismo con baja capacidad de respuesta.
Fracasar esta vez, seguramente repercutirá en la situación de alianzas y abrirá una brecha mayor entre Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, se agudizarán sus polémicas y habrá que ver si se salva el acuerdo para enfrentar las elecciones municipales.
El Gobierno a la expectativa
Como dijo un senador del oficialismo, guste o no, se reconozca públicamente o no, el resultado del plebiscito impactará en el Gobierno. Es obvio que si gana A favor, con Republicanos y Chile Vamos detrás, será un golpe para La Moneda. Si, en cambio, vence En Contra, será un respiro y un empuje para la administración del Presidente Gabriel Boric.
La prescindencia del Gobierno respecto a este proceso constitucional y la toma de posición frente a la propuesta constitucional, es algo que se cumplió a cabalidad. Las autoridades de Gobierno, comenzando por el mandatario, guardaron silencio, salvo referencias tácitas a defender los derechos de las mujeres y derechos sociales de la gente.
Si gana A Favor, a las pocas semanas el Presidente Boric tendrá que estar firmando una Constitución que lleva el ADN de la extrema derecha, de los ultraconservadores y los ultraneoliberales. En su administración comenzaría la implementación de contenidos constitucionales que van a contrapelo de las posiciones programáticas del oficialismo.
Con el triunfo de los sectores conservadores vendrá una ofensiva exigiendo cambio de gabinete, se alentaría la idea de la acusación constitucional al Presidente de la República, hasta algunos plantearían adelantar las elecciones presidencial y parlamentaria, se hará todo por desechar de una vez la reforma de pensiones y el pacto fiscal que promueve La Moneda. Parece claro que el Gobierno quedaría en una situación de debilidad, con peligro de caer en una parálisis, y donde se puede prever más “fuego amigo”. Habría un enorme cuestionamiento al programa de Boric y se plantearía su reformulación y cambios importantes.
Si vence En Contra, el Gobierno y particularmente el Presidente Boric, quedarán en una positiva posición, será un respiro y un aliento para continuar con las reformas y otras medidas, podrá administrar situaciones como un posible cambio de gabinete o retoma en su agenda, habrá un reforzamiento de La Moneda y podrá entrar en mejor posición a los dos años que le quedan.
Con la materialización de En Contra, el Gobierno se podrá mostrar de mejor ánimo, más optimista, fortalecer sus dos coaliciones, reposicionar la reforma de pensiones, el pacto fiscal, las medidas de ayuda social, los planes contra el crimen organizado y el narcotráfico y reivindicar sus posturas programáticas de avanzar en transformaciones y profundizaciones democratizadoras.
Como sea, no habría blindaje capaz de evitar el impacto en La Moneda del resultado del plebiscito del 17/12.