Vientos de guerra soplados por la OTAN

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Todo indica que la paz está lejos de ser alcanzada en Europa mientras Estados Unidos continúe incitando el enfrentamiento militar contra Rusia.

Nelson Carrasco Bravo. Analista. Santiago. 3/7/2024. El Gobierno de Chile equivoca su política internacional alineándose con la guerra y los neo-fascismos europeos. El Presidente Gabriel Boric fue electo en 2021 para frenar el avance de las ideas de odio, sin embargo, su posición en la mal llamada “Cumbre Mundial por la Paz” fue la misma que hubiese tenido José Antonio Kast. Boric se alineó con los principales promotores de la escalada bélica como lo son Meloni, Biden y el propio Zelenskyy.

Regando el pastizal con pólvora

No hacía falta reunirse en Suiza para hacer aquella pantomima de “cumbre pro paz”, bastaba con otra reunión en las oficinas de la OTAN para entregar a Ucrania el préstamo de 46 mil millones de euros y así aumentar la cantidad de civiles inocentes muertos.

Parece ser al final, que para algunos ser progresista no reviste una diferencia política de envergadura. A la hora de hablar de paz, la inconsecuencia se enseñorea.

Chejov decía “si en el primer acto tienes colgado un fusil en la pared, en el último acto se debe usar”. El armamento está en manos de la OTAN y la Unión Europea (UE), quienes hacen su negocio con la guerra. Todo indica que la paz está lejos de ser alcanzada en Europa mientras Estados Unidos continúe incitando el enfrentamiento militar contra Rusia.

Los grandes triunfadores de las últimas elecciones de la UE, sin duda son los soberanistas. Comicios que se dieron en un clima social que no quiere más guerras ni en Europa ni en Palestina.

Por su parte, los globalistas derrotados Alemania, Francia, España e Italia (por nombrar a los principales) están liderados por fuerzas que se posicionan de la vereda opuesta a la paz. En Berlín, el primer ministro Scholtz ha sostenido que es una obligación moral ayudar militar y económicamente a Ucrania. En París, los fuertes cuestionamientos del envío de tropas obligaron el anticipo de elecciones a Macron. Las fuerzas democráticas y progresistas en Madrid cuestionan fuertemente a Pedro Sánchez por destinar mil millones de euros para la continuidad de la guerra. Esto abrió una grieta importante al interior del Gobierno e incluso dentro del mismo PSOE.

Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, médica de profesión, es una de las autoridades más belicistas de Europa. Una profesional preparada para conservar la vida es una de las portavoces de la muerte.

Jens Stoltenberg, secretario de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ha sostenido en declaraciones al periódico británico Telegraph: “La OTAN sopesa desplegar más armas nucleares. Ha anunciado consultas para sacar estas armas y ponerlas en espera ante la creciente amenaza de Rusia y China”. Esto originó una respuesta inmediata de Rusia. El Kremlin advirtió que el anuncio de Stoltenberg supone “una escalada” del conflicto, quien al día siguiente tuvo que desdecirse y rectificar que la OTAN no planeaba aumentar su arsenal, pero si modernizarlo.

Un documento que dice más por las ausencias que tiene

Sólo 80 de los 92 países asistentes firmaron el “acuerdo” 12 gobiernos tomaron la decisión política de restarse tras ver lo que es: otra bravata belicista de la Otan.

Las economías emergentes que se agrupan en el Brics, con China a la cabeza, no asistieron al cónclave otanista. Tampoco lo hicieron países latinoamericanos con mayor claridad política, como los son Colombia y México, liderados por mandatarios que hacen gala de consecuencia ideológica a favor del multilateralismo, de la paz y la hermandad entre los pueblos.

Para cerrar este cuadro del despropósito total, Zelensky, exige a los firmantes del acuerdo tener el mismo trato con Israel. Así, sin más.

Mientras se termina este artículo, la ONU sostiene que Israel estaría violando las leyes de la guerra con el uso de bombas pesadas contra Gaza en Palestina. Al mismo tiempo, el Ejército de Israel dice haber aprobado un plan de ataque contra Líbano ante la escalada con Hezbolá. Un alto diplomático de la administración de Biden se reúne en estos instantes con líderes israelíes mientras aumentan tensiones con el grupo armado. Amos Hochstein fue enviado a negociar en representación de  Washington, existe temor de que este conflicto bélico pueda profundizar y desencadenar una guerra paralela a la que ocurre en Gaza. Sin embargo, el enviado no tiene agenda para reunirse con representantes de Hezbolá. Esto ocurre mientras Putin y su par norcoreano firman un acuerdo de ayuda recíproca.

La política internacional chilena sigue capturada por burguesía financiera

Para los grandes consorcios de la industria de la información en Chile, lo óptimo es que la política internacional se mantenga tal cual, sin cambios. Dicen las editoriales de El Mercurio y La Tercera que esa “materia de Estado” no es para darse “gustitos personales”.

La pregunta que surge de esto es, ¿por qué razón sería positivo que Chile siga manteniendo la directriz política diseñada por el Departamento de Estado norteamericano en 1987?  Las “razones de Estado”, no son más que la defensa de los intereses económicos de la burguesía financiera criolla clientelizada por Estados Unidos.

El concurso de Chile en la intrascendente Cumbre sobre la Paz en Ucrania pone a nuestro país de un lado peligroso de la historia.

La firma de ese acuerdo nos recuerda una de las noches más negras de la historia política de Chile: El pacto espurio entre gallos y medianoche del 15-N en el ex Congreso Nacional, que se hace de espaldas a los intereses de los pueblos.