María Corina Machado rechazó el resultado, alegando tener pruebas de un triunfo de González sin mostrarlas. González, secundando a la dirigente de Vente Venezuela, instó a los testigos de mesa a permanecer en los centros de votación para “defender los votos y garantizar la transparencia del proceso”. El Gobierno estadounidense reconoció a Edmundo González como “ganador” de las elecciones. Washington justificó su decisión en la falta de publicación de resultados detallados por la autoridad electoral venezolana. Paralelamente, el Presidente Nicolás Maduro presentó un recurso contencioso electoral ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para aclarar cualquier duda sobre los comicios y contrarrestar las denuncias fabricadas de “fraude”. Gana ventaja y trata de mantenerla frente a un Estados Unidos que busca reeditar el proyecto Guaidó, sin ninguna seguridad de que, esta vez, el plan vaya a funcionar.
“Misión Verdad”. Caracas. 4/8/2024. La tensión política y diplomática entre Estados Unidos y Venezuela ha entrado en una nueva fase después del 28J.
Las acciones de Washington, caracterizadas por una creciente presión geopolítica, buscan debilitar la legitimidad de los resultados de las elecciones del 28 de julio que dieron como ganador al presidente Nicolás Maduro.
¿Qué movimientos han dado ambos jugadores en este punto de la partida? Revisemos.
Violencia post-electoral
Con el 80% de los votos escrutados, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la victoria del Presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales, marcando una diferencia de siete puntos porcentuales sobre su principal contrincante, Edmundo González Urrutia. La publicación de los resultados oficiales se vio retrasada por un hackeo masivo al sistema de datos del organismo electoral, que fue denunciado en ese primer boletín.
María Corina Machado rechazó el resultado, alegando tener pruebas de un triunfo de González sin mostrarlas. González, secundando a la dirigente de Vente Venezuela, instó a los testigos de mesa a permanecer en los centros de votación para “defender los votos y garantizar la transparencia del proceso”. La deslegitimación del proceso electoral derivó en la ejecución de un dispositivo de violencia criminal en el país, con ataques a sedes del CNE y bienes públicos.
Estados Unidos en escena
Minutos después de los comicios, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, emitió un comunicado pidiendo “respetar la voluntad del pueblo venezolano”. Más adelante pidió la “publicación inmediata de datos detallados de las encuestas sobre los resultados de las elecciones venezolanas”.
Tanto el secretario de Estado, Antony Blinken, como el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, respaldaron la medida de presión.
Elevando la apuesta, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, emitió un comunicado basado en el informe del Departamento de Cooperación y Observación Electoral (DECO), instando a Nicolás Maduro a “aceptar su derrota electoral” y sugiriendo la convocatoria de “nuevas elecciones” bajo condiciones diferentes si no se reconocía el resultado.
TSJ y restitución del orden público
El Gobierno venezolano, frente al escenario de desestabilización y golpe, implementó una respuesta estratégica para restablecer el orden público y debilitar la agenda de violencia, basado en la movilización coordinada de todas las fuerzas de seguridad a nivel policial y militar.
Paralelamente, el Presidente Nicolás Maduro presentó un recurso contencioso electoral ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para aclarar cualquier duda sobre los comicios y contrarrestar las denuncias fabricadas de “fraude”. Candidatos y partidos políticos involucrados fueron solicitados por el organismo para cotejar las pruebas y garantizar la transparencia del proceso.
Edmundo declarado “ganador”
El Gobierno estadounidense, a través de Antony Blinken, tras esta acción reconoció a Edmundo González Urrutia como “ganador” de las elecciones. Washington justificó su decisión en la falta de publicación de resultados detallados por la autoridad electoral venezolana, desestimando las denuncias del ataque cibernético y las medidas tomadas por el país para resolver el conflicto por la vía institucional.
Revelación del Acuerdo de Qatar
La publicación del acuerdo firmado en secreto en Qatar el año pasado, revelado por el Presidente Maduro el mismo día de los anuncios estadounidenses, puso en evidencia el incumplimiento de las promesas de la administración Biden. Se devuelve el golpe exponiendo la falta de seriedad de la administración de la Casa Blanca.
El acuerdo comprometía a Estados Unidos a levantar sanciones y restablecer relaciones normales con Venezuela tras la celebración de elecciones presidenciales con la participación de la oposición, pero el país del norte se descantó, con antelación, por la ruta de una nueva operación de cambio de régimen.
Blinken habla con González Urrutia y Machado
En respuesta, en una llamada telefónica con Edmundo González Urrutia y María Corina Machado, Blinken felicitó a González Urrutia por “haber obtenido el mayor número de votos en las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 28 de julio”.
El Secretario también mencionó “los amplios esfuerzos de la oposición para garantizar un recuento transparente de los votos” y “expresó su preocupación por la seguridad y bienestar (de González Urrutia y Machado) tras las elecciones, condenando toda violencia y hostigamiento”.
Maduro configura su ventaja
Frente a esto, el Gobierno venezolano, a través del presidente de la AN y jefe del comando de campaña “Venezuela Nuestra”, Jorge Rodríguez, mostró las pruebas del forjamiento de “actas” divulgadas por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Se firmó un acta en el TSJ para iniciar los pasos del contencioso (sin la asistencia de Edmundo González) y en varias ciudades de Venezuela, el chavismo mostró músculo de movilización frente a una convocatoria opositora que estuvo muy por debajo de las expectativas en Las Mercedes, en el sureste de la capital.
Hasta ahora, el Presidente ha tomado la delantera, desactivando el golpe en el ámbito criminal y territorial, realzando la respuesta institucional en el TSJ y transmitiendo seguridad y confianza en el paulatino regreso a la normalidad en el país.
En resumen, ha construido un timing que ha modificado el tablero político a su favor. Gana ventaja y trata de mantenerla frente a un Estados Unidos que busca reeditar el proyecto Guaidó, sin ninguna seguridad de que, esta vez, el plan vaya a funcionar.