A lo largo de los años, evolucionó más allá del rol tradicional de canal de noticias. Se convirtió en espacio cultural, crónica comprometida y tribuna de los excluidos, con el lema insigne “Nuestro norte es el sur”.El desafío no es menor. En palabras de la presidenta del canal, Patricia Villegas, teleSUR debe “firmar un contrato con la esperanza”, no como fórmula de evasión, sino como acto político frente al bombardeo apocalíptico de otros medios.
Patricia Villegas, presidenta de Telesur, habla sobre las nuevas formas de hacer periodismo de izquierda. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Claudia Fonseca Sosa. “Cubadebate”. La Habana. 24/7/2025. En una era mediática dominada por corporaciones globales que imponen agendas y narrativas unilaterales, teleSUR celebra en 2025 dos décadas de existencia como referente informativo del Sur Global. Fundada el 24 de julio de 2005, esta multiplataforma se propuso desde el inicio “colocar a América Latina, el Caribe y los pueblos del Sur en el centro de la construcción de sentido del mundo contemporáneo”.
A lo largo de los años, teleSUR evolucionó más allá del rol tradicional de canal de noticias. Se convirtió en espacio cultural, crónica comprometida y tribuna de los excluidos, con el lema insigne “Nuestro norte es el sur”.
“La historia hubiera exigido la existencia de una herramienta como esta”, afirmó el ministro de Cultura venezolano, Ernesto Villegas Poljak, durante una reciente edición especial del programa Mesa Redonda. En ese mismo espacio, Patricia Villegas Marín, presidenta de teleSUR desde 2011, enfatizó que “todo está por hacer, a pesar de todo cuanto se ha hecho”, reconociendo los retos que implica sostener una mirada crítica en un entorno digitalizado, marcado por la inteligencia artificial y la ‘dictadura del algoritmo’”.
Nacimiento en resistencia
El proyecto televisivo nació como respuesta al “golpe comunicacional” que acompañó al fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002. Bajo jurisdicción del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información de Venezuela, teleSUR arrancó sus transmisiones tres años más tarde, con respaldo de los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Uruguay, Bolivia y Argentina.
La presidenta de la multiplataforma ha insistido en que “no se debe olvidar de dónde venimos y quiénes somos”, aludiendo a los valores fundacionales del canal: soberanía comunicacional, integración de los pueblos y solidaridad activa.
Y es que teleSUR fue cronista y protagonista de grandes hitos regionales: el golpe contra Manuel Zelaya en Honduras en 2009, las despedidas de Fidel Castro y Hugo Chávez, la emergencia del Papa Francisco, las luchas feministas y los movimientos estudiantiles. Su enfoque privilegió siempre el sentir popular sobre la lectura elitista de los acontecimientos.
Según Villegas, “nuestra señal recibió ataques de toda índole y tocó resistir como lo ha hecho la Revolución cubana en todos estos años”.
Actualmente, el desafío no es menor. En palabras de la presidenta del canal, teleSUR debe “firmar un contrato con la esperanza”, no como fórmula de evasión, sino como acto político frente al bombardeo apocalíptico de otros medios. Para Villegas, ese contrato se nutre del trabajo colaborativo con plataformas comunitarias, construyendo agendas desde abajo, “cara a cara con el pueblo”.
Hablan los protagonistas
En exclusiva para Cubadebate,el periodista cubano Rolando Segura, presentador e integrante del equipo fundacional de teleSUR, nos cuenta:
“Nacimos justo en el cruce entre la era analógica y la digital, cuando comenzaban a aparecer las grandes plataformas que han puesto en jaque al periodismo. Entonces a escala regional, apenas algunas pantallas corporativas dominaban el relato sobre nuestra región.
“Y fue Honduras, 2008, uno de los primeros hechos donde teleSUR logró al menos fisurar la narrativa dominante del momento. Cuando otros hablaban de una ‘supuesta sucesión presidencial’, las cámaras de teleSUR mostraban las calles de Tegucigalpa tomadas por los militares, mientras otra cámara registraba el portón vulnerado de la casa de Zelaya, y su habitación violentada.
“Pero incluso desde antes ya teleSUR defendía su derecho a nombrar la verdad con todas sus letras. Cuando el gobierno uribista se negaba a reconocer un conflicto interno en Colombia, nuestros corresponsales describían la situación en ese país con su verdadero nombre.
“Y no solo se trata de si se rompe o no el cerco mediático, o si tan solo se logra fisurar. De lo que se trata es que siempre exista una mirada otra, desde la sensibilidad nuestroamericana para contar el mundo.
“En tantas oportunidades, frente a terremotos, tsunamis, huracanes, guerras, teleSUR aprendió que no bastaba con llegar a reportar sobre las imágenes más crudas de la tragedia y luego largarse cuando el ciclo de noticias expiraba en las lógicas de los medios corporativos. Lo mismo Haití, Japón, Cuba o Libia teleSUR permaneció para más allá del punto de agotamiento de titulares, para poner en perspectiva los acontecimientos, su antes, su después”, dice Segura.
El periodista asegura hoy el multimedio enfrenta importantes desafíos. “No es solo la desinformación, está en tela de juicio la credibilidad del periodismo a nivel global, en momentos de cambios sustanciales en las formas de producir y distribuir la información, y en los hábitos de visualización y consumo de medios, en particular las noticias”.
Al respecto, argumenta: “Expertos hablan no solo del fin de la comunicación de masas, sino también de un periodismo agonizante, al descentralizarse tanto el acceso a la información, como su producción y distribución.
“Nosotros, los tradicionales emisores (periodistas) que antes teníamos control cuasi absoluto para contar, ahora enfrentamos el reto de asumir nuevas competencias y funciones ante una audiencia que se cuenta así misma de manera activa, creativa y productiva en una multitud de pantallas móviles más allá de la de la televisión.
“Cualquier persona ahora está en capacidad de informar, entrando en desuso, aquella idea de hacerlo con el rigor y la responsabilidad, aceptados y compartidos en los códigos deontológicos del periodismo.
“Este contexto lo hemos intentado enfrentar con formación, capacitación, reflexión, ensayo error, para tener criterios compartidos sobre cómo transitar del cómo hacer periodismo televisivo, a la producción de contenidos digitales con los códigos y lenguajes de cada red social y a crear nuevos flujos y perfiles de trabajo por cada plataforma.
“Todo esto sin sucumbir ante los algoritmos que viralizan primordialmente las emociones negativas, sin alimentar las fábricas de ira y polarización, y apostando a que la audiencia a salga de sus burbujas de filtro, a ver y escuchar no solo las ideas afines, sino otras que la interpelen”.
De acuerdo con Segura, “somos conscientes también de que en teleSUR, no podemos construir nuestra casa en territorios ajenos, propiedad de las grandes tecnológicas que no solo se apropian de tus contenidos, sino que te bloquean ya sea a viva voz alertándote de supuestas violaciones a las ‘normas de la comunidad’ o simplemente te banean en la sombra restándote visibilidad.
“Youtube nos ha cancelado sin mayor explicación varias de nuestras cuentas, la primera con más de dos millones de seguidores. Por eso teleSUR enfoca sus mayores esfuerzos en la calidad y pertinencia de sus contenidos, y en la construcción de comunidades de interés con nuestras audiencias”.
“Cuando nace teleSUR, los relatos de la realidad de nuestro continente los hegemonizaba a escala regional apenas una sola pantalla. Pero teleSUR no quería ser una pantalla más, ni menor a otras. Tampoco parecerse, ni ser contrario o antípoda de nada. Se centró en comenzar de cero un proyecto de construcción colectiva entre profesionales de todo el continente”, recuerda el periodista.
Y relata: “En la primera reunión de corresponsables en Caracas, tuvimos intensas discusiones sobre formas y contenidos, códigos visuales, los tiempos de nuestras historias. Veníamos de experiencias y formas de hacer periodismo muy diversas. Unos procedían de la formación en comunicación, otros del periodismo corporativo o de escuelas más centradas en la sociología del periodismo. Pronto comprendimos que teleSUR no tenía realmente antecedentes en el campo del periodismo televisivo como ojo de todo un continente.
“Eran más las preguntas que las respuestas, sobre el tiempo que deberían tener nuestros reportes, la duración de nuestras notas, cómo estructurar los relatos, qué imágenes privilegiar para abrir, cuáles para cerrar. Poco a poco se hizo el camino al andar.
“Apostamos por apropiarnos de las herramientas de la comunicación audiovisual, y concentrarnos sobre todo en los contenidos de nuestras historias.
“Aprendimos a no soltar ninguna historia, por más tentaciones o cortinas de humo que invitara a pasar la página, para montarse en el próximo titular impuesto por agencias que entregan textos listos para publicar.
“Comprendimos la diferencia entre poner la cámara en tarimas o tribunas o recorrer las calles juntos a los sujetos en lucha, para mostrar esas realidades que hasta ahora eran visibilizadas como exóticas o folclor”, dice el periodista.
Una plataforma en expansión
A pesar de las sanciones y los ciberataques, teleSUR continúa operando con sedes en Caracas y La Habana. Su señal en alta definición y su versión en inglés han ampliado el alcance. Actualmente, la multiplataforma tiene presencia activa en redes sociales, medios web y chats conversacionales como Whatsapp y Telegram.
Al respecto, Rolando Segura explica a Cubadebate: “Más de 10 años nos ha costado recorrer el camino de la verdadera transformación digital. Nacimos como un canal de televisión y somos hoy un multimedio informativo con disímiles pantallas. Pero cuando hablo de transformación es pensar todo el proceso de búsqueda, procesamiento, y distribución de las noticias con las lógicas, códigos y formatos de cada plataforma”.
“teleSUR nació también con la convicción de que la visibilidad era poder, que unas voces y unos rostros se privilegiaban y otros se presentaban como subalternas. Por eso desde un inicio, el empeño de que todos los sectores y comunidades del Sur Global tuvieran en las pantallas de Telesur, un espejo donde mirarse, donde disfrutar alegrías y enfrentar tristezas compartidas.
“Nuestro primer Manual de Redacción y Estilo, nos daba pautas claras sobre como incorporar en los relatos, siempre a diferentes actores y voces, no reiterando la misma idea, sino participando de los acontecimientos desde diferentes ángulos. Los sujetos del Sur Global, representados no como víctimas, sino como sujetos activos, empoderados para la transformación de su propia realidad.
“Este enfoque no ha cambiado, es más consistente frente a un modelo de propiedad de los medios en grandes conglomerados y al poder concentrado en los gigantes tecnológicos, que imponen narrativas dominantes de control social para reforzar desigualdades sociales, económicas, culturales y de género.
“teleSUR hoy es una multiplataforma que habla español, que habla inglés, que habla portugués”, dijo. “Cuando teleSUR comenzó a transmitir también desde el Caribe Oriental, yo recuerdo que llegamos a un hotel donde todos los televisores trasmitían la señal de los canales de su antigua corona. Tres meses después regresamos a impulsar nuestra señal, y todas las pantallas de aquel lobby tenían la señal de teleSUR en inglés. Los lugareños nos decían que se reconocían en aquellas imágenes, porque los mostrábamos más parecidos a ellos, a sus costumbres, y no como en las postales maquilladas de la publicidad. Para teleSUR, el Caribe Oriental, anglófono, no está habitado por otros exóticos”, relata el periodista.
El valor de los que somos
En sus 20 años de trayectoria, teleSUR ha cumplido con su misión de romper el cerco mediático al posicionarse como voz crítica y alternativa frente a las grandes corporaciones informativas, visibilizando luchas populares y procesos sociales desde una perspectiva latinoamericana y solidaria. Su identidad como medio del Sur Global se refleja en una práctica periodística comprometida, que combina causas emancipadoras con rigurosidad profesional.
Coberturas emblemáticas -como el golpe en Honduras, Ayotzinapa o el legado de Fidel y Chávez- han marcado su impacto en la conciencia colectiva regional y reconfigurado percepciones internacionales sobre América Latina.
Ante el reto digital y la desinformación, la multiplataforma apuesta por redes colaborativas, innovación tecnológica y cercanía con audiencias diversas, sin renunciar a sus principios fundacionales. Para adaptarse al futuro, deberá fortalecer su modelo multiformato, diversificar voces y consolidar estrategias frente al algoritmo y la fragmentación informativa.
En la próxima década, aspira a dejar una huella de esperanza, resistencia y articulación del pensamiento crítico global, siendo referente para otros medios contrahegemónicos. Su ADN, como señala Patricia Villegas, radica en una comunicación que defiende humanidad, diversidad y dignidad: es la mirada del Sur sobre un mundo en disputa.
En la Mesa Redonda, el periodista Ignacio Ramonet resumió el aporte de teleSUR como “una lectura diferente del mundo”: la mirada del Sur sobre los conflictos, esperanzas y desafíos del presente. Y frente a las tentaciones de reconocimiento vacío, Villegas concluyó: “Vamos a perder mucho más que no tener likes, si se relativiza el valor de lo que somos”.