Taiwán como una provincia de China no tiene estatuto de independencia

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Declaración de la Embajada de la República Popular China en Chile. “Desde hace más de 50 años, el Gobierno de Chile ha mantenido invariable en el tiempo el principio de una sola China. El año pasado, durante la visita de Estado del presidente Gabriel Boric a China, ambos países publicaron una Declaración Conjunta, en la que la parte chilena reiteró su firme adhesión al principio de una sola China, su apoyo a la reunificación pacífica de China, y su rechazo categórico a la independencia de Taiwán en cualquiera de sus formas”.

Santiago. 27/9/2024. Recientemente, el encargado de asuntos internacionales de Taiwán, Lin Chia-Lung, publicó un artículo en unos medios chilenos en nombre del “ministro de Asuntos Exteriores de la República de China”, en el que tergiversó descaradamente la resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el principio de una sola China, y afirmó erróneamente que “el sistema de las Naciones Unidas necesita incluir a Taiwán” y que “China continental está amenazando la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”. Se trata de otro acto despreciable de los líderes de Taiwán que desafía abiertamente la autoridad de las Naciones Unidas y el principio de una sola China, con el objetivo de dividir China y perseguir la “independencia de Taiwán”. La Embajada de la República Popular China en Chile hace la siguiente declaración:

Primero, solo hay una China en el mundo, el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno legítimo que representa a toda China y Taiwán forma parte inalienable del territorio chino. Esto no solo es un hecho irrefutable, sino que también es una norma de las relaciones internacionales ampliamente reconocida y un consenso universal de la comunidad internacional. Sobre la base del principio de una sola China, 183 países, incluido Chile, han establecido y desarrollado relaciones diplomáticas con China.

En 1971, el 26° período de sesiones de la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 2758, que decide: “restituir a la República Popular China todos sus derechos y reconocer a los representantes de su Gobierno como únicos representantes legítimos de China en las Naciones Unidas, así como expulsar inmediatamente a los representantes de Chiang Kai-shek del puesto que ocupan ilegalmente en las Naciones Unidas y en todos los organismos con ellas relacionados”.

Esta resolución deja claro que el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno legítimo que representa a toda China, incluyendo Taiwán, en la ONU; establece claramente que Taiwán no es un país, sino que forma parte del territorio chino, y define el estatus de Taiwán como entidad no soberana. La resolución no solo ha solventado por completo en sentido político, legal y procesal, la cuestión de la representación de toda China, incluido Taiwán, en las Naciones Unidas; sino que también especifica que solo hay un escaño de China en las Naciones Unidas, y que nunca ha habido una cuestión de “dos Chinas” o “una China, un Taiwán”.

Desde la adopción de la resolución, la ONU y sus agencias especializadas han observado el principio de una sola China en lo que respecta a la cuestión de Taiwán. En todos los documentos oficiales de la ONU se hace referencia a Taiwán como “Taiwán, provincia de China”. El dictamen jurídico oficial de la Oficina de Asuntos jurídicos de la Secretaría de las Naciones Unidas afirma claramente que “Taiwán, como provincia de China, no tiene estatuto de independencia” y que “las autoridades de Taiwán no gozan de ninguna forma de estatuto gubernamental”.

Las Naciones Unidas son una organización intergubernamental de Estados soberanos. Taiwán, como una provincia de China, no tiene base, razón o derecho para unirse a la ONU o a sus agencias pertinentes. Esto está estipulado en la Carta de la ONU y es un principio que todos los Estados miembros han de seguir, así como una obligación que deberían cumplir. La participación de la región de Taiwán en las actividades de las organizaciones internacionales debe y solo puede manejarse de acuerdo con el principio de una sola China. En otras palabras, si Taiwán puede o no participar en las organizaciones internacionales, así como en cuál y de qué manera, depende sólo del gobierno chino.

Segundo, ambos lados del estrecho de Taiwán pertenecen a una sola China y la soberanía estatal y la integridad territorial de China nunca se han dividido y no se permiten dividir, lo que es el verdadero status quo y la base para lograr la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Pero lo predicado por las autoridades de Taiwán y las fuerzas externas con las que conspiran es un “status quo” en el que los secesionistas regionales ocupan ilegalmente la isla y donde China sigue dividida, situación que no permitirán los patriotas de ambos lados del estrecho. Los separatistas por la “independencia de Taiwán”, quienes se coluden con fuerzas externas para buscar la secesión de la isla y recurren a medios sin escrúpulos para dividir el país, son los principales culpables de socavar el “status quo” en el estrecho de Taiwán y la causa fundamental de la tensión en la zona. El hecho de que algunas fuerzas externas interfieren en los asuntos internos de China, realizan ventas de armas y ayudan a la isla a expandir su “espacio internacional” bajo el pretexto de la “paz”, es un verdadero intento de socavar la paz y la estabilidad en el estrecho.

Tercero, China y Chile son socios estratégicos integrales, y Chile fue el primer país de América del Sur en establecer relaciones diplomáticas con China. Desde hace más de 50 años, el Gobierno de Chile ha mantenido invariable en el tiempo el principio de una sola China. El año pasado, durante la visita de Estado del presidente Gabriel Boric a China, ambos países publicaron una Declaración Conjunta, en la que la parte chilena reiteró su firme adhesión al principio de una sola China, su apoyo a la reunificación pacífica de China, y su rechazo categórico a la independencia de Taiwán en cualquiera de sus formas.

La Embajada de China en Chile respeta la libertad de prensa, pero hay que señalar que la libertad de expresión no implica que uno puede hacer comentarios, publicar o reproducir contenidos erróneos que no corresponden a los hechos de manera irresponsable, o que tienen una obvia intención de engañar al público. Es una obligación de los medios de comunicación asumir la responsabilidad del contenido de sus publicaciones. El hecho de que algunos medios chilenos publicaron el artículo del llamado “ministro de Relaciones Exteriores de la República de China”, quien no es reconocido por la comunidad internacional y tiene que engañar por todas partes, viola las normas básicas de las relaciones internacionales y es contrario a la política exterior del Estado de Chile de una sola China. Esperamos y tenemos confianza en que los medios chilenos podrán mantener su seriedad y profesionalismo en los reportajes relacionados con China, y no se convertirán en un micrófono de informaciones erróneas o afirmaciones falsas, con el fin de crear un ambiente favorable para el desarrollo de las relaciones entre China y Chile.

También estamos convencidos de que todos los sectores de Chile seguirán, como siempre, el principio de una sola China, un compromiso inscrito en el tratado del establecimiento de las relaciones diplomáticas y no se dejarán usar por las fuerzas de la “independencia de Taiwán”. Estamos dispuestos a trabajar con Chile para defender la base política de las relaciones bilaterales, salvaguardar conjuntamente el sistema internacional centrado en la ONU y el orden internacional basado en el derecho internacional, con miras a promover nuevos avances de la asociación estratégica integral entre ambos países.