En entrevista, el Premio Nacional de Literatura contó que “desde hace años he venido trabajando en una obra que tiene que ver con un sueño, no con los sueños, sino con un sueño en particular” y abordó los días en que fue mencionado para obtener el Premio Nobel de Literatura. “Es tonto obsesionarse por cosas que no dependen en absoluto de uno”, precisó. Apuntó que la propuesta constitucional actual “es absoluta, totalmente deplorable” y que llegar a cierto acuerdo “no sería más que una suma de parches fundados en el desánimo, en la desilusión, en la claudicación…”, aunque anotó: “Pero nuestro deber es la esperanza, apretar los dientes y cruzar”. El poeta, también galardonado con los premios Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, habló de la era digital, los nuevos formatos y la poesía.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 10/10/2023. ¿Qué le pareció el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura al noruego Jon Fosse?
Hay obras que se perciben incluso antes de leerlas y es lo que me pasó con Jon Fosse. Lo había leído poco, me apronto a remediarlo, pero a veces bastan dos o tres detalles para que te des cuenta de inmediato de la magnitud de lo que se habla cuando se habla de él. Sucede con las grandes obras. Es un gran premio.
Se publicó en un momento que usted podría ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura. ¿Se enteró? ¿Cómo lo tomó?
Sí, lo supe, pero como cosas, créame, que se saben entre otras cosas. No me sorprendió y a la vez sí, claro. Pensé que mi madre se habría sentido orgullosa de verme entre los posibles, pero se había muerto hace dos meses, y luego me la imaginé rabiando contra el noruego. Se me vinieron en mente cosas como esas, algunas tristes, otras divertidas.
¿Usted ha pensado en el Nobel de Literatura, cómo asume esto de recibir premios, de ser galardonado?
Es tonto obsesionarse por cosas que no dependen en absoluto de uno. Sin embargo, me es difícil imaginar a un autor al que se le va la vida en lo que escribe que no haya pensado alguna vez en el Nobel. En la noche en que se fallaba vimos con mi mujer la serie que seguimos y después me dormí como un niñito. Cuando desperté eran las nueve y media de la mañana y sentí alivio: qué bien, me dije, será un día más.
“Aferrados a ese hilo infinitamente delgado de lo que aún llamamos arte”
Estamos hablando de escritores, poetas, dramaturgos, usted conoce bien lo que pasa en América Latina, en Europa. Se dice que en la era digital la gente lee menos, se llama a usar las redes sociales como algo más eficaz, a leer libros en los computadores…¿Cómo asimila este desarrollo, este cambio tecnológico, digital, de las plataformas, con la literatura, con el instar a leer, con la cultura?
Es un cambio de era, todas las ideas en que descansábamos: una cierta noción de la historia, del tiempo, del yo, se están disolviendo en un mar que se lo traga todo. Frente a esto lo que cuenta no es la resistencia, son transformaciones irreversibles, sino las proposiciones. En esas proposiciones está en juego todo. Aferrados a ese hilo infinitamente delgado de lo que aún llamamos arte, se alzan las nuevas propuestas y la poesía, la pobre, tímida poesía, esa artesanía casi invisible de argumentos, tramas, oscuridades y luces, jugará contra todo y una vez más, su papel de imaginar un mundo nuevo.
¿Con los tiempos contemporáneos, cambian o deben cambiar los desafíos de un escritor, los formatos, cómo se viven los nuevos tiempos tan vertiginosos?
La única fidelidad que tiene que mantener un artista, un creador, es a su arte. Y toda creación artística es la creación de todos. Ser fiel a tu arte es ser fiel a lo más íntimo de ti, a ese punto central, insobornable, que no se transa ni sucumbe, porque en ese punto es el punto central está en juego la subsistencia de la humanidad entera. Los formatos son distintos y de hecho son hoy infinitos, pero la poesía es anterior a todos los formatos, es anterior a la invención de la escritura, es anterior a la invención del libro, es anterior al Internet, es anterior a la Inteligencia Artificial y sólo se extinguirá cuando el último ser se extinga.
¿En qué está trabajando ahora, en qué proyectos anda?
Desde hace años he venido trabajando en una obra que tiene que ver con un sueño, no con los sueños, sino con un sueño en particular. Si he trabajado con mi vida, debo trabajar también con mi fin.
“Es absoluta, totalmente deplorable”
Quisiera llevarlo a un tema coyuntural pero que tiene una trascendencia estratégica para nuestra sociedad. ¿Qué opinión tiene de este proceso constitucional, responde a esta sociedad chilena, a este tiempo, a la libertad, a los derechos?
Es absoluta, totalmente deplorable. Entiendo que se deba buscar hasta el último segundo un acuerdo transversal, pero sabemos que de lograrse ese acuerdo, no sería más que una suma de parches fundados en el desánimo, en la desilusión, en la claudicación y no en el entusiasmo ni menos en la esperanza, y una Constitución sin esperanzas, es una Constitución muerta. Y la muerte engendra muertes. Pero nuestro deber es la esperanza, apretar los dientes y cruzar, ojalá abrazados, la noche, tenemos experiencia en esto, porque vendrán nuevos días. Nuestro deber es la esperanza, esa es nuestra militancia. La poesía es exactamente eso, es la esperanza de lo que no tiene esperanza.
Considerando la propuesta que fue rechazada y esta, ¿cómo han tratado los nuevos textos constitucionales a la cultura?
“¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”. Es la frase que el general fascista, Millán Astray, lanzó frente a Unamuno el 12 de octubre de 1936 en la Universidad de Salamanca. Esa ha sido siempre la consigna del fascismo, su signo, su marca. En esa frase lo han dicho todo.