El violento allanamiento a la Embajada de México en Ecuador y la afirmación del Presidente Daniel Noboa de que “algunos gobiernos utilizan sus embajadas como una fachada para un refugiado político, pero en realidad es para la impunidad”. La ultraderechista empresaria de origen mexicano que estuvo detrás del operativo contra la sede diplomática, abogada de financistas procesados por corrupción. La decisión del Presidente Javier Milei de construir base militar estadounidense en territorio argentino, comprar aviones de guerra a Dinamarca, pedir ser socio de la OTAN, y autorizar que su Ministra de Seguridad sostuviera reuniones de trabajo con altos funcionarios de la CIA, el FBI y el Departamento de Seguridad de EU. Después de lo cual -al mismo tiempo que un funcionario del Departamento de Estado y un senador estadounidense de la ultraderecha- la funcionaria afirmara que en Chile hay células de Hezbolla. Desarrollo de planes en una línea articuladora de la ultraderecha en contra de gobiernos y fuerzas progresistas y de izquierda.
Regina Reyes. Periodista. “El Siglo”. Ciudad de México.19/4/2024. Allanar violentamente la Embajada de México en Ecuador, acusar al Gobierno chileno de aceptar el funcionamiento en territorio chileno de células de Hezbollah, reforzar vínculos con agencias como la CIA y el FBI y la OTAN, algunas de las operaciones conspirativas, políticas y comunicacionales implementadas desde los equipos de los presidentes de Ecuador, Daniel Noboa, y de Argentina, Javier Milei, que se inscriben en otras acciones de la ultraderecha regional y mundial.
Es la continuidad de tácticas de administraciones de ultraderecha para golpear a gobiernos progresistas, desconocer el derecho internacional, reforzar agendas duras en materia de seguridad pública y calar con “populismo judicial” en sectores de la población en sus países o a nivel regional.
Para algunos analistas, se trata de “una articulación de la ultraderecha a nivel internacional” con acciones violentas, belicistas y autoritarias y que se producen en un marco mundial con situaciones como el apoyo de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) al Gobierno ultraconservador de Ucrania en la guerra contra Rusia, los ataques de Israel a Palestina y operaciones como el bombardeo al Consulado de Irán en Siria, las iniciativas de corte militar del Gobierno de Argentina, las duras acciones antimigrantes de gobiernos ultraconservadores y operaciones como las de la derecha en México que, ante el inminente triunfo en las elecciones presidenciales de la candidata del oficialismo, buscan crear resquicios técnicos para declarar inválidos los comicios.
La operación para allanar violentamente una sede diplomática y no hacer caso a la repulsa internacional
Uno de los casos que da cuenta de los formatos de la ultraderecha, fue la decisión del Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, de ordenar el ataque y allanamiento violento de la Embajada de México en ese país, para sacar violenta e ilegalmente al exvicepresidente, Jorge Glas, quien se encontraba en calidad de asilado político en esa sede diplomática.
Un contingente de élite de la Policía Nacional de Ecuador, al mando de varios oficiales, irrumpió agresivamente en la embajada mexicana con fusiles de asalto, armas cortas, implementos de entrada forzada, bastones para golpizas, llevando los atacantes uniformes de combate y equipos de radio para comunicaciones.
Saltaron muros, destruyeron portones y puertas, coparon áreas de la sede mexicana, en lo que se considera la violación flagrante del territorio de otro país. La Embajada de México, en su interior, fue invadida por policías ecuatorianos. Personal diplomático fue golpeado, insultado, agredido y maniatado, y con empujones, golpes y técnicas violentas fue sacado de una oficina el exvicepresidente Glas.
Los informes indican que la orden la dio el Presidente Noboa, conocido empresario ecuatoriano de posturas ultraconservadoras. Antes del allanamiento al territorio mexicano, el mandatario había ordenado la expulsión del país de la embajadora de México en Ecuador, Raquel Serur Smeke. También desde la administración de Noboa se había atacado al Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y se le había sindicado como un enemigo del Gobierno ecuatoriano. Estaba en marcha una operación contra México y la administración de López Obrador.
Las autoridades mexicanas habían analizado el expediente del exvicepresidente Jorge Glas, y de acuerdo a la Convención de Viena y el derecho internacional al asilo, le había concedido la calidad de asilado en la embajada en Quito. Pero desde el inicio, Daniel Noboa trazó una estrategia para desacreditar y violar el uso de ese derecho, estableciendo que Glas era “un delincuente”. Así las cosas, en un comunicado oficial, el Gobierno ecuatoriano quiso explicar que “ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político” y que Glas “ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes”. Se dijo que México había “abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática”. Se enfatizó que “Ecuador es un país soberano y no vamos a permitir que ningún delincuente quede en la impunidad”.
Esa es una línea seguida por gobiernos de derecha y ultraderecha, en el sentido de establecer que pueden estar por encima del derecho internacional y los convenios internacionales y diplomáticos, e imponer que sus decisiones son soberanas independientemente de las condiciones que establezca el derecho internacional o, en este caso, la inviolabilidad diplomática y el derecho a asilo.
En ese diseño, el representante de Ecuador en una reunión de la OEA (Organización de Estados Americanos) para tratar el asunto, Alejandro Dávalos, justificó que el otorgamiento de asilo que le dio México a Jorge Glas “socava y desnaturaliza la figura del asilo diplomático…al concederlo a un condenado prófugo de la justicia ecuatoriana”.
Prácticamente todos los gobiernos latinoamericanos, europeos, Estados Unidos y de naciones asiáticas y africanas condenaron la acción violenta de Ecuador, que se sintetizó en la respuesta a Dávalos que dio la embajadora de Panamá ante la OEA, María Roquebert, al decir que “es inaceptable justificar acciones que atentan contra los principios básicos” que rigen las relaciones internacionales.
Pero la crítica internacional al Gobierno ecuatoriano por violar el derecho internacional y la Convención de Viena, así como el derecho de asilo, no hicieron mella en el Presidente Daniel Noboa. “No me arrepiento de nada” declaró soberbio. Haciendose el gracioso y sin entrar en el fondo del delicado tema, sonrisa irónica de por medio, dijo que invitada al Presidente de México “a comer ceviche o tal vez unos tacos y poder conversar”. En una línea argumental de la ultraderecha en el campo mundial, Noboa replicó que “algunos gobiernos utilizan sus embajadas como una fachada para un refugiado político, pero en realidad es para la impunidad”. Y reivindicó “nuestra justicia” por encima del derecho internacional, un argumento repetido por personeros ultraconservadores en varios países.
Todo esto, por cierto, había ocurrido antes en Ecuador, teniendo como protagonista a otro mandatario ultraconservador: Guillermo Lasso. La exministra del Gobierno de Rafael Correa, María de los Ángeles Duarte, perseguida política, ingresó a la Embajada de Argentina, ese país le otorgó el asilo, pero Lasso quería arrestarla, le negó el salvoconducto y se sabía de un plan de la policía ecuatoriana para ingresar a la sede diplomática y tomar presa a Duarte. Ante eso, las autoridades argentinas planificaron una salida reservada de la exministra, frustrando la operación de las autoridades ecuatorianas. Hubo una crisis diplomática argentino-ecuatoriana.
La mano de la empresaria y ultraderechista Mónica Palencia
Hubo una mujer que operó directamente para el asalto a la Embajada de México en Ecuador. Se trata de la empresaria y política de ultraderecha, Mónica Palencia, quien entre otras de sus actividades operó como defensora de empresarios acusados de corrupción. Actualmente ejerce en el Gobierno de su amigo Daniel Noboa como ministra de Gobierno y Encargada de Interior. Ella es de origen mexicano y el 2023, extrañamente cuando Noboa la quiso nombrar ministra, se le otorgó la nacionalidad ecuatoriana.
En Ecuador ha realizado labores académicas pero sobre todo empresariales. Fue gerenta general de Construfinsa S.A. y presidenta-gerenta general de Tramconsul S.A. Pero lo más destaco de su desempeño, fue defender a empresarios y grupos financieros frente a acusaciones de corrupción e irregularidades.
Por ejemplo, defendió al financista ecuatoriano Jorge Ortega, presidente ejecutivo de la inmobiliaria Terrabienes, que terminó condenado a diez años de prisión por estafa masiva, producto de la acusación de 770 familias contra Terrabienes por no entregar viviendas sobre las cuales se habían pagado adelantos. Provocó la pérdida de más de 7 millones de dólares y la actual ministra de Interior fue su abogada. Mónica Palencia también defendió a Xavier Neira y Oriana Rumbea, formalmente procesados por “falsedad de información” y actos irregulares en torno del Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol), en donde estuvieron involucrados mil millones de dólares.
No sólo eso. Representó en litigios judiciales al propio Presidente Noboa en sus negocios empresariales y situaciones fiscales y con la justicia.
Las informaciones apuntan a que ella dio luz verde a la Policía Nacional para que ingresara en la Embajada de México para secuestrar al exvicepresidente Jorge Glas, y siguió de cerca todo el operativo, conectada con oficiales del alto mando policial. Además, se encargó de mantener informado al Presidente Noboa.
Lo cierto es que desde febrero de este año la ministra de Gobierno venía planeando la manera de apresar a Glas, conversando con su equipo y jefes policiales. Reconoció en una sesión del Congreso ecuatoriano que había solicitado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador que pidiera al Gobierno de México la entrega del exvicepresidente y que autorizara el ingreso de personal policial a la sede diplomática mexicana. Como eso no prosperó, comenzó a diseñar el plan de allanamiento violento a la Embajada de México en Quito.
En las redes sociales en México, Mónica Palencia, por su origen mexicano, recibió duras críticas. “Se le tiene que juzgar por traición”; “Por algo se hizo ecuatoriana, como mexicana le quedaba muy grande el país; “El mejor ejemplo de: el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano; “Juicio por traición a la patria, ¡todo el peso de la ley!”; “Que lo quiten la nacionalidad mexicana, gentes así no merecen la nacionalidad mexicana”.
Argentina: base militar en la Tierra del Fuego, socia de la OTAN, compra de aviones de guerra, reuniones con la CIA y el FBI.
Si alguien dio muestras del formato de actuación de gobiernos de ultraderecha en el campo internacional, militar y de seguridad, fue Javier “El loco” Milei, jefe del Ejecutivo en Argentina.
En cosa de quince días, se reunió con Laura Richardson, generala y jefa del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos (EU), anunció la instalación de una base militar conjunta con EU en territorio argentino, concretó la compra a Dinamarca de aviones de combate F-16, autorizó que su gabinete de seguridad sostuviera una reunión con el embajador de Israel en Buenos Aires pare recibir consejos diplomáticos, y validó la gira de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a Estados Unidos, para sostener reuniones con altos funcionarios del FBI (Buró Federal de Investigaciones), Departamento de Seguridad Nacional (DSN) y la CIA (Central Americana de Inteligencia).
Milei estuvo con Richardson en una base naval en Ushuaia y en la zona austral de Argentina, vestido con tenida militar, dijo que “Occidente corre riesgo” y que hay “una afinidad natural” con Estados Unidos, en el objetivo de “la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada”. Indicó que se reforzará la colaboración militar y de seguridad con Estados Unidos y Occidente y anunció la construcción de una base militar estadounidense-argentina en Tierra del Fuego, cerca de la Antártica.
Una señal de las pretensiones de los gobiernos argentino y estadounidense la dio el embajador de EU en Argentina, Marc Stanley, al señalar que “me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”. Esto, sin entregar antecedentes precisos sobre eso, y con las reiteradas aclaraciones de China de que sus instalaciones en territorio argentino no tienen finalidades militares o de seguridad, sino que científicas, y donde la mayoría de quienes trabajan allí son profesionales argentinos.
A la semana, el Gobierno de Milei solicitó ser “socio global” de la OTAN y dar un paso de integración militar con Occidente, específicamente estrechando lazos militares con Estados Unidos y países de Europa. En esa línea, concretó la compra de aviones de guerra F-16 a Dinamarca y puso en marcha otros planes de vínculos castrenses y de seguridad con EU y Europa. Hubo una reunión privada del ministro de Defensa de Argentina, Luis Petri, con el secretario general adjunto de OTAN, Mircea Geoana. Petri declaró la intención de continuar “trabajando en recuperar vínculos que permitan modernizar y capacitar a nuestras fuerzas al estándar de la OTAN”.
En su viaje a EU, Javier Milei recibió el galardón de Embajador Internacional de la Luz, otorgado por la comunidad israelí en Estados Unidos, en gratitud por el apoyo y amistad del mandatario argentino con Israel y el combate a Hamás. Esto en el camino de fortalecer las relaciones del mandatario argentino con Israel, después de su vista a ese país y de la presencia del embajador israelí en Buenos Aires en una reunión del gabinete de seguridad de Argentina.
En ese marco, a pocos días de los encuentros de Milei con personeros israelíes en Miami y de Patricia Bullrich con funcionarios de la CIA y el FBI, la ministra de Seguridad se permitió afirmar que en Chile operarían células de Hezbollah. Bullrich declaró que “se ha visto presencia en Iquique, en el norte de Chile, el año pasado en San Pablo, Brasil, y hace unas pocas semanas en Perú y el año pasado se detuvieron a dos personas de Hezbollah en San Pablo”.
Añadió que Argentina “está en una zona donde hay una presencia activa de ( ) fuerzas que son aliadas a Irán, que son del Hezbollah que está en la triple frontera de Paraguay, Brasil y Argentina”.
Luego, Mark Wells, subsecretario adjunto para América Latina y el Caribe en el Departamento de Estado, declaró que “estamos muy preocupados por las operaciones de Hezbollah en Chile especialmente y en toda la región”.
Se sumó el senador ultraconservador de EU, Marco Rubio, quien escribió en su cuenta X que “Chile es un gran país, pero lamentablemente actualmente tiene un presidente anti-Israel/pro-Hamas y empresas de Hizbulá que operan en sus zonas de libre comercio”. Había dicho que “hay razones para preocuparse de que no están haciendo lo suficiente para acabar con estas redes financieras (de Hezbolla) desde el lado chileno”. El senador, conocido por sus posturas anticomunistas, de agresión a Cuba y apoyo a acciones terroristas de grupos de ultraderecha, indicó que “Chile se ha abstenido de designar a Hezbollah como organización terrorista. ¿Creemos que están haciendo lo suficiente para reprimir las operaciones de Hezbollah en el país?”.
Ante esta situación, el subsecretario de Interior de Chile, Manuel Monsalve, declaró que “de manera bastante casual durante los últimos días, senadores estadounidenses y la ministra del Interior argentina han reflotado temas en materia de organizaciones terroristas, de manera muy casual y coincidente, incluso pareciera que muy articulada”.
Temas de articulación de la ultraderecha a nivel mundial
Lo planteado por Manuel Monsalve es algo sostenido por analistas y que está en la retina de gobiernos progresistas y sectores políticos democráticos y de izquierda. Que en todas estas tramas hay una articulación de sectores de ultraderecha a nivel regional e internacional.
Según documentos, declaraciones y acciones de gobiernos, partidos y centros académicos ultraconservadores y de derecha, hay temáticas como la seguridad pública, el combate al terrorismo, reforzamientos militares, avance en coordinaciones en ámbitos militares y policiales, transgresión de normativas diplomáticas e internacionales, apoyos a gobiernos como los de Estados Unidos, Israel y de corte ultraderechista, que tienden a ser punto de encuentro y coordinación a nivel internacional.
También se busca confrontar al comunismo y el populismo, a los gobiernos de izquierda, “la ideología de género” y el feminismo, los derechos de migrantes. Muchos de los grupos ultraconservadores promueven tesis neofascistas, nacionalistas y racistas.
La operación realizada por el Gobierno de Daniel Noboa contra México y las acciones concretadas por la administración de Javier “El loco” Milei se inscribirían en eso, sobre todo considerando que, por ejemplo, gobiernos ultraderechistas como el de Nayib Bukele de El Salvador, han apoyado a Noboa y Milei.
En la semana que termina se realizó en Bruselas, Bélgica, el encuentro del Consevadurismo Nacional, de fuerzas de ultraderecha de Europa y otras latitudes. Ahí llegaron cristianos fundamentalistas, ultranacionalistas, antimigrantes, ultraderechistas, supremacistas blancos, oponentes a Palestina y sus organizaciones, y hay grupos que operan apoyando las políticas de Israel, acciones de gobiernos ultraconservadores y los planes de gobiernos y fuerzas de derecha contra administraciones progresistas, democráticas y de izquierda, acusándolas de apoyar a grupos terroristas, tener vínculos con Irán o Rusia, y no atender con mano dura los temas de seguridad pública y delincuencia.