¿Qué escuchó Jeannette Jara en su gira por regiones?

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Durante semanas la candidata presidencial de “Unidad Por Chile” estuvo en las zonas sur, norte, y centro del país, visitando más de una decena de regiones y alrededor de quince ciudades. Sostuvo encuentro con vecinas y vecinos, representaciones comunales y sociales, y pudo dialogar con miles de personas. Hubo actos, reuniones y encuentros. Fue parte de su gira “Soluciones para Chile”. Allí aparecieron las principales preocupaciones y demandas de chilenas y chilenos a lo largo del país: mejorar la infraestructura en salud, tener centros oncológicos, contar con médicos especialistas, construir viviendas sociales y terminar con los campamentos, combatir el narcotráfico y la delincuencia como prioridad, mejorar el acceso a la educación técnica y universitaria, avanzar en descentralización y economías comunitarias, mejorar el transporte, construir hospitales y universidades, proteger el agua, entre otras. De todo ello surgió un “Resumen de los encuentros” de lo que se presenta en ElSiglo.cl una síntesis que no sólo permite palpar lo que podría proponer Jeannette Jara como políticas públicas para las regiones, sino que conocer qué piensan, qué proponen y qué plantean chilenas y chilenos a lo largo de todo el territorio nacional.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 10/2025. Hace algo más de un mes, Jeannette Jara y su equipo de comando tomaron una decisión. Dejar de lado debates en espacios de gremios empresariales y lugares algo elitistas, e irse al encuentro con vecinas y vecinos de las regiones. Tomar el pulso al territorio nacional.

Se inició así una gira que abarcó una decena de regiones, alrededor de quince ciudades y muchas comunas del sur, norte y centro del país. La candidata presidencial estuvo escuchando y dialogando con miles de personas, muchas no militantes de los diez partidos que la apoyan.

Ella escuchó mucho, tuvo un aterrizaje sobre realidades y demandas de comunas de todo el país, rompió cierto centralismo y todo lo que pasó en esa gira quedó plasmado en capítulos del documento “Soluciones para Chile”, como un resumen de los encuentros de Jeannette Jara en varias comunas del país. El objetivo fue reunir “diversas voces de la sociedad para compartir experiencias, preocupaciones y propuestas que contribuyan al futuro del país”.

Probablemente, en lo global, no hubo grandes sorpresas respecto a las realidades y reivindicaciones que plantearon vecinas y vecinos, representantes sociales y ciudadanas y ciudadanos. Se repitió el tener mejor acceso a la salud y, por ejemplo, más hospitales, mejores Cesfam y médicos especialistas que escasean en regiones; solucionar el déficit de viviendas y mejorar los barrios; mejorar la seguridad, sobre todo comunal, y avanzar en la prevención, y contar con más carabineros; hacer realidad la descentralización y que las regiones y sus comunas tengan más presupuesto y capacidad de gestión; que se garantice probidad en los servicios públicos y se combata la corrupción, teniendo presente varios casos graves registrados en regiones; control en cuanto a la migración; construir hospitales y universidades, mejorar el transporte y la conectividad.

En el documento “Soluciones Para Chile”, Jeannette Jara sostuvo que “nos reunimos para escucharnos y conversar sobre lo que vivimos día a día. Este encuentro fue un espacio abierto donde vecinas y vecinos, dirigentes sociales, trabajadores, emprendedores y jóvenes compartieron con franqueza sus preocupaciones, sueños y propuestas”. Estableció que los encuentros no fueron preparados con algún formato y que los discursos no fueron formales.

Arica

En el documento de la gira por regiones se indicó que en los diálogos con ariqueñas y ariqueños “se expresó la sensación de vivir en un lugar con menos oportunidades que otras regiones. La distancia con Santiago, los problemas de conectividad y las carencias en servicios básicos alimentan la percepción de abandono. Así, la construcción de la identidad con la ciudad convive con el anhelo de mayor presencia estatal y de un desarrollo que llegue efectivamente a las familias”.

Se indicaron como problemas prioritarios la presencia del narcotráfico, el crimen organizado y los delitos asociados a la migración irregular, las largas listas de espera, la falta de especialistas y la necesidad urgente de contar con un centro oncológico en la región; la proliferación de campamentos, de familias viviendo en condiciones precarias y del alto; falta de empleos estables y bien remunerados; la violencia contra mujeres y trata de personas, despoblamiento del altiplano por falta de apoyo.

De allí se señalaron objetivos como reforzar el control en pasos fronterizos, enfrentar con decisión el crimen organizado y recuperar la tranquilidad de los barrios; construir un centro oncológico en la región, poder contar con especialistas y reducir las listas de espera, fortalecer la atención primaria en cada comuna; avanzar en planes habitacionales; apoyar a las Pymes, promover emprendimientos locales y ofrecer empleos estables con salarios justos; impulsar que las y los jóvenes puedan quedarse en Arica; impulso al turismo internacional y desarrollo cultural y fomento a la agricultura y producción local; expulsión de migrantes irregulares que delinquen.

Valparaíso.

En el documento de la candidatura de Jara se sostuvo que “hablar de Valparaíso es hablar de una ciudad marcada por contrastes: orgullo y fragilidad, patrimonio y transformación, comunidad y desafíos cotidianos”.

Se dijo que “el puerto es identificado no sólo como infraestructura económica, sino también como espacio de memoria colectiva, migración, historia sindical y apertura cultural. Ser una ‘ciudad-puerto’ es visto como un arraigo identitario que articula lo local con lo global: una ventana de Chile hacia el mundo”. En esa línea, se planteó que igual hay “una percepción de vulnerabilidad que requiere atención y resguardo” del patrimonio de Valparaíso.

Se apuntó que “Valparaíso también se describe como una ciudad de solidaridad organizada. Las experiencias compartidas ante catástrofes -como incendios, derrumbes y terremotos- han fortalecido la cultura del apoyo mutuo y la acción colectiva. Esta resiliencia social se expresa en la vida cotidiana: desde clubes deportivos y juntas de vecinos, hasta redes informales de ayuda”.

Por cierto, “entre las preocupaciones más recurrentes aparecen temas como la seguridad frente a incendios, la falta de acceso a servicios de salud, la desconexión del transporte público intercomunal y la necesidad de espacios públicos seguros y bien cuidados”.

Punta Arenas

“En Punta Arenas nos reunimos para escucharnos y conversar sobre lo que vivimos día a día en la región más austral del país. Este encuentro fue un espacio abierto donde vecinas y vecinos, dirigentes sociales, trabajadoras y trabajadores, jóvenes y adultos mayores compartieron con franqueza sus preocupaciones, sus anhelos y sus propuestas. No fue un acto formal ni un trámite simbólico, sino una conversación real, hecha desde la experiencia de habitar esta ciudad única del sur del mundo” expresó Jeannette Jara.

Se dijo que “Punta Arenas tiene una identidad marcada por la fuerza de su gente, por la riqueza de su cultura y por el vínculo profundo con la naturaleza que la rodea. Pero al mismo tiempo, en el diálogo aparecieron con claridad las preocupaciones que definen la vida cotidiana para el habitante de la zona: la inseguridad, la falta de especialistas en salud, la dificultad de acceder a viviendas dignas, los problemas de conectividad y el alto costo de vida que impone la distancia”.

En los diálogos con la aspirante a La Moneda se plantearon problemas como la inseguridad como una preocupación transversal, el aumento de la delincuencia, la presencia de drogas y situaciones de violencia en espacios públicos y escolares; la falta de especialistas, la necesidad de un centro oncológico y de mayor apoyo a la salud mental, las largas listas de espera y las carencias en infraestructura refuerzan la percepción de que Punta Arenas no cuenta con un sistema de atención a la altura de sus necesidades; el déficit habitacional, tomas sin solución y falta de planificación urbana; falta de trabajos estables, bajos salarios, un costo de vida en la región que no se corresponde con los ingresos disponibles; falta de oportunidades para la formación técnica y universitaria, hay que salir de la región para hacer estudios; problemas derivados del aislamiento, la conectividad con el resto del país es percibida como insuficiente.

De allí que se acercaron respuestas posibles como fortalecer la prevención en seguridad, mejorar la presencia de las policías, recuperar los espacios públicos para la convivencia, contar con más especialistas en la región, avanzar en un centro oncológico, dar prioridad a la salud, mejorar la atención primaria y reducir las listas de espera; avanzar en planes concretos para construir más viviendas sociales y resolver la situación de las tomas; generar en la región empleos estables con salarios justos, fomentar cooperativas; fortalecer la educación pública y técnica, ampliar la oferta universitaria; ver la forma de mejorar la conectividad y rebajar costos de transporte.

Alto Hospicio

En el relato sobre Alto Hospicio, la candidata indicó que “es una comuna joven, que se ha ido levantando con esfuerzo, solidaridad y organización”.

Y enfatizó: “Ese es el orgullo que transmitieron sus habitantes: la capacidad de crecer desde abajo, de sostenerse con ayuda mutua y de proyectar un futuro para las nuevas generaciones. Pero junto a ese orgullo también manifestaron con claridad la otra cara: las dificultades que marcan la vida diaria, como la falta de viviendas dignas, la expansión de campamentos, la inseguridad en los barrios, la escasez de empleos estables y las carencias en salud, educación y transporte”.

En el documento de “Soluciones para Chile” se destacaron características y realidades de esta comuna nortina como la solidaridad, expresada en el recuerdo de vecinas y vecinos de que “en los momentos más duros, la comuna se sostuvo gracias a la cooperación entre familias y barrios”. Vecinas y vecinos que comparten lo poco que tienen, se organizan para enfrentar necesidades o acompañan a quienes más lo necesitan. Alto Hospicio pasó de ser un asentamiento con muchas precariedades a convertirse en una comuna viva, con barrios, escuelas, ferias y espacios que hoy la identifican. La comunidad siente que ha logrado forjar una identidad propia. que “han levantado la comuna con sus manos”, indica el documento. Hay una diversidad cultural que caracteriza a Alto Hospicio, personas venidas de distintas regiones del país y de otros países conviven en la misma comuna, lo que trae consigo desafíos de integración.

Se señaló que “en los testimonios también apareció con fuerza la capacidad de sobreponerse. Alto Hospicio es descrito como un lugar que ‘se las ingenia’ para salir adelante, incluso cuando las condiciones no son fáciles”. Se habló de la expansión de campamentos, de la falta de servicios y de empleos, de la inseguridad, problemas en educación, salud, desarrollo de los jóvenes, aumento del narcotráfico, la violencia en los barrios, alto costo de los arriendos, falta de médicos especialistas, listas de espera muy largas, percepción de que los servicios disponibles no son suficientes, falta de espacios de recreación, de formación técnica y de empleos estables hace que muchos jóvenes enfrenten un futuro incierto. Se mencionaron situaciones como escasez de áreas verdes y de lugares seguros de encuentro.

En los encuentros con la candidata presidenciales surgieron propuestas y objetivos. Enfrentar el narcotráfico y la violencia que golpea los barrios; se pidió mayor control, más presencia de las instituciones y medidas de prevención comunitaria. Se habló de construir más viviendas sociales y de asegurar condiciones seguras y dignas para las familias que hoy viven en hacinamiento o con temor frente a incendios. Desde la comunidad se planteó la necesidad de ampliar la infraestructura de salud y asegurar una atención rápida y de calidad. Se pidió invertir en espacios deportivos, culturales y de recreación, junto con programas de formación técnica y empleos que ofrezcan futuro a los jóvenes. Otra propuesta repetida fue habilitar más plazas, parques y áreas verdes.

Rancagua

La candidata presidencial expresó que “en Rancagua nos reunimos para escucharnos sin apuro, con la convicción de que cada palabra tiene valor cuando nace de la experiencia diaria. Fue un espacio abierto donde vecinas y vecinos compartieron con franqueza sus preocupaciones, anhelos y propuestas, desde la experiencia de quienes día a día sostienen sus barrios, sus trabajos y sus familias”.

Indicó: “Pero no solo se abrió un ambiente de conversación: la multitudinaria instancia albergó las reflexiones individuales de personas de distintos rincones de la ciudad. Adultos Mayores que llegaron con sus clubes, estudiantes que hablaron de sus sueños, comerciantes que relataron sus esfuerzos y un sin número de vecinos y vecinas que incluso hicieron fila para poder contar sus historias de vida. Cada testimonio fue una pieza de un mosaico común que refleja la identidad y la fuerza de esta comunidad”.

Se hizo ver que “el campo y la minería no son solo actividades económicas para sus ciudadanos: son parte del ADN rancagüino. En las respuestas se revela con fuerza el orgullo por pertenecer a una zona que alimenta al país y que al mismo tiempo sostiene su desarrollo con la minería. Dentro de las voces participantes se recordó que este esfuerzo ha marcado a generaciones, mostrando cómo la vida familiar y laboral formaron un cruce en la construcción de la identidad local”. En el encuentro se hizo ver la importancia de la vida en comunidad, el valor de los barrios, la vida tranquila y las redes de apoyo. Se valoró la labor de clubes de adultos mayores y las juntas de vecinos.

En todo caso, como en otros lugares del país, se hizo ver la sensación de que las oportunidades son insuficientes y que los servicios básicos no alcanzan el nivel que la ciudad merece. “Ese orgullo agrícola-minero se cruza con la frustración frente a la inseguridad, la congestión en el transporte y la falta de inversión en salud y vivienda”. La lista de espera en Salud y la falta de médico especialistas apareció como problema. “Muchas personas expresaron preocupación por la falta de empleos estables y bien remunerados. La sensación es que la riqueza que se produce en la región no siempre se refleja en oportunidades laborales para su gente. Para los habitantes, la falta de diversificación económica genera incertidumbre, sobre todo para quienes no trabajan directamente en esos sectores” se indicó en el documento. Y no se dejó pasar el asunto de la contaminación del agua, el mal uso del agua potable, todo eso vinculado al sector industrial de la región.

En esa línea se sostuvo la necesidad de más oportunidades para jóvenes, de servicios públicos de calidad y de un desarrollo que se note en la vida diaria. También garantizar seguridad y tranquilidad en cada barrio, fortalecer el sistema de Salud en la zona, planes habitacionales más amplios, que permitan a jóvenes y familias acceder a un hogar seguro y estable y contar con más vivienda social. Se planteó “fomentar Pymes, cooperativas y nuevas actividades productivas que complementen a la agricultura y la minería. Se habló de trabajo digno, con salarios justos, que permita a las familias proyectarse sin depender exclusivamente de los vaivenes de los grandes sectores económicos”. Hubo insistencia en mejorar el transporte y la conectividad y buscar manera de resguardar el agua y su uso; se mencionó el generar “políticas ambientales que enfrentan la contaminación y aseguren un entorno sano”.

Jeannette Jara expresó: “En este diálogo no solo aparecieron problemas, también se expresaron anhelos: caminar con tranquilidad por los barrios, contar con una salud que atienda con dignidad y sin esperas interminables, tener una vivienda estable y segura, y que los jóvenes puedan proyectar su vida en la misma ciudad donde nacieron. Son anhelos sencillos y profundos a la vez, que reflejan la fuerza de una comunidad que quiere vivir mejor sin perder lo que la hace única”.

Puerto Montt

“En este diálogo no solo aparecieron problemas, también se expresaron anhelos: caminar con tranquilidad por los barrios, contar con una salud que atienda con dignidad y sin esperas interminables, tener una vivienda estable y segura, y que los jóvenes puedan proyectar su vida en la misma ciudad donde nacieron. Son anhelos sencillos y profundos a la vez, que reflejan la fuerza de una comunidad que quiere vivir mejor sin perder lo que la hace única”, señaló Jeannette Jara en cuanto a su visita a Puerto Montt.

En los encuentros en esta comuna, se habló de la esperanza de tener tranquilidad en los barrios, tener salud digna, tener vivienda estable y segura, que los jóvenes puedan proyectar su vida en la misma ciudad donde nacieron. En el documento de “Soluciones para Chile” se indicó, en cuanto a Puerto Montt, que “la lluvia, a veces vista como obstáculo ( ) fue mencionada como parte del carácter propio de la ciudad: un clima que define el ritmo de la vida y que moldea el modo de habitar. Este entorno, junto con el paisaje, es motivo de orgullo y forma parte de lo que las y los habitantes transmiten como identidad”. Se hizo mención a la cultura local, el turismo, la vida comunitaria, el sentido de pertenencia, el forjar el desarrollo de la comuna.

Se apreció coincidencia con los problemas y demandas de otras comunas: inseguridad en los barrios, falta de especialistas en salud, dificultad para acceder a viviendas dignas, un transporte público que no responde a las necesidades. Por eso se señalaron necesidades como tener una comuna más segura, que haya bienestar para las familias, mejorar la iluminación y espacios públicos, contar con Postas Rurales, contar con más y mejores viviendas, mejorar los salarios, entre otros asuntos.

Una conclusión de la candidata presidencial, fue que “desde Puerto Montt aparecieron propuestas concretas -más viviendas, salud con especialistas, transporte accesible, empleos dignos y seguridad en los barrios-, junto con anhelos compartidos: vivir con justicia, igualdad, dignidad, paz, comunidad y esperanza en el futuro. Son valores que reflejan la convicción de que el progreso cobra sentido cuando mejora la vida de las familias y fortalece los lazos que las unen”.

Antofagasta

“Antofagasta es una ciudad clave para Chile: sostiene buena parte de la economía nacional, al igual que Calama, pero también enfrenta desigualdades y dificultades que se sienten con fuerza en la vida cotidiana. Escuchar lo que su gente vive y propone es reconocer tanto ese aporte como los desafíos pendientes” expresó Jeannette Jara.

En la caracterización de esta comuna se hizo ver que “es una ciudad clave para Chile: sostiene buena parte de la economía nacional, al igual que Calama, pero también enfrenta desigualdades y dificultades que se sienten con fuerza en la vida cotidiana”. También que “Antofagasta se ve a sí misma como el corazón minero del país y como un puerto de importancia estratégica. Ese rol genera, según las intervenciones de los vecinos y vecinas, identidad y sentido de pertenencia, pero también la percepción de que gran parte de la riqueza producida en la zona se va sin traducirse en beneficios concretos para la comunidad”. A eso se agregó que “la ciudad se reconoce como un espacio diverso y multicultural. Personas de distintas regiones de Chile y de otros países conviven en Antofagasta, lo que aporta dinamismo, cultura y nuevas formas de vida. Al mismo tiempo, esta diversidad genera el desafío de fortalecer la integración y la cohesión comunitaria para que todos se sientan parte de una misma ciudad”.

En el diálogo con la candidata presidencial se plantearon problemas. Desigualdad que se evidencia en toda la comuna, falta de espacios públicos cuidados y segregación entre sectores. “Una ciudad que muestra las consecuencias de un desarrollo que no siempre llega a las familias. En conjunto, estos problemas dibujan una paradoja similar a la expresada en el primer apartado: una ciudad que aporta gran parte de la riqueza del país, pero donde muchas necesidades básicas siguen pendientes. Antofagasta se reconoce como motor económico, pero la vida diaria de sus habitantes refleja desigualdades que marcan con fuerza el sentido común de la comunidad”.

En esa línea, en el encuentro en Antofagasta se habló de un royalty o de mecanismos de redistribución que permitan financiar hospitales, escuelas, viviendas y obras locales; se propuso garantizar el abastecimiento de agua para las familias; redistribuir mejor el recurso entre la minería y la población; hubo un fuerte llamado a cuidar el medio ambiente: enfrentar la contaminación, reducir el polvo en suspensión y proteger el mar y el desierto; en materia de seguridad pública se planteó recuperar plazas, calles y barrios para la convivencia, con más iluminación, actividades culturales y deportivas, y apoyo a la organización comunitaria; se propuso la construcción de un nuevo hospital, la contratación de más especialistas y la reducción de listas de espera.

Como en otras comunas, se insistió en tener empleos decentes con buenos sueldos, que haya oportunidades para los jóvenes, mejorar la infraestructura escolar, invertir en formación ligada a sectores estratégicos de la región.

Curicó

La candidata presidencial expuso que “en Curicó nos reunimos para escucharnos y conversar sobre lo que vivimos en el día a día. Este encuentro fue un espacio abierto donde vecinas y vecinos, dirigentes sociales, trabajadoras y trabajadores, jóvenes y adultos mayores compartieron sus preocupaciones, sus anhelos y sus propuestas. No fue un acto formal ni un trámite simbólico, sino una conversación real, hecha desde la experiencia de vivir en esta ciudad del Maule”.

En el documento dando cuenta del encuentro en esta comuna, se mencionó “el trabajo y la agricultura como sello local. Curicó se reconoce como una ciudad trabajadora. La agricultura y las actividades ligadas al campo son parte esencial de su identidad, y muchas familias se sienten orgullosas de ser parte de una ciudad que aporta alimentos y riqueza al país”.

Se hizo ver el valor que tiene la familia, la cultura y la vida comunitaria, tener una ciudad tranquila, con sentido de cercanía, donde se aspira a contar con justicia, igualdad, seguridad, bienestar, prosperidad y oportunidades.

Como en otras ciudades, se apuntaron a fenómenos negativos como la inseguridad, el narcotráfico, la falta de oportunidades laborales estables y las carencias en salud y vivienda, la delincuencia en barrios, la violencia escolar y la violencia intrafamiliar; la falta de especialistas médicos, específicamente en oncología, pediatría y salud mental. Importante ausencia de viviendas y surgimiento de campamentos, inseguridad laboral, trabajos precarios, malos salarios, y “la estacionalidad y la migración de mano de obra marcan la vida laboral de la comuna, y generan la sensación de que el esfuerzo no siempre se traduce en seguridad económica”. Sequía prolongada, crisis hídrica, peligro de grandes incendios.

Vecinas y vecinos de Curicó, reunidos con Jara plantearon necesidades y demandas como construir un hospital de alta complejidad, reducir las listas de espera, asegurar especialistas en oncología, pediatría y salud mental, y fortalecer la red de Postas Rurales. Ampliar la gratuidad en la educación técnica y universitaria, implementar becas con retorno regional y fortalecer la enseñanza pública. Apoyar a las Pymes, fomentar cooperativas, diversificar la economía más allá de lo estacional y garantizar un salario mínimo adaptado al costo de vida regional. Construcción de más viviendas, subsidios de arriendo, planificación urbana que incluya áreas verdes, transporte y servicios básicos. Garantizar el acceso equitativo al agua, regular el uso intensivo por la agroindustria, proteger los ecosistemas, reforestar y fomentar energías limpias. Surgió con fuerza la idea de descentralizar los recursos. Se propuso más presupuesto para la región, polos tecnológicos y apoyo específico al mundo rural.

Coyhaique

En el texto emanado de la gira por Chile, se expuso que “en las palabras de vecinas y vecinos, Coyhaique aparece como una ciudad marcada profundamente por su entorno único. No se trata solo de un paisaje, sino de una forma de vida que está atravesada por la presencia constante de montañas, ríos y bosques. Vivir en la Patagonia implica convivir a diario con la naturaleza, verla como parte de la identidad y como el marco en el que se desarrolla la vida comunitaria. Para muchas personas, este contacto directo es motivo de orgullo y un rasgo que distingue a Coyhaique frente a otras ciudades del país”.

Se indicó que “la belleza de la Patagonia aparece como el primer rasgo compartido. La gente valora el aire limpio, el agua pura y la tranquilidad de vivir en contacto directo con el entorno. Esa conexión con la naturaleza es parte de la identidad de Coyhaique y se menciona como uno de sus mayores tesoros”. Se destacó la vida más calmada en comparación con las grandes ciudades, se valoró la posibilidad de conocerse entre vecinos, de mantener relaciones cercanas y de cultivar un sentido de comunidad que fortalezca los vínculos sociales. Se constató el sentido de pertenencia, de ser parte de la Patagonia. Igualmente se ver que “Coyhaique es un lugar hermoso para vivir, pero donde la vida cotidiana enfrenta dificultades que pesan con fuerza”.

Se señalaron problemas y dificultades como falta de especialistas médicos y las listas de espera en Salud; muchas familias relataron que deben viajar largas distancias para recibir atención médica adecuada, lo que implica costos económicos y desgaste emocional; Coyhaique trae consigo un fuerte aislamiento y en ese sentido se señaló el problema de los altos costos de los traslados aéreos y la precariedad de los caminos terrestres. Se habló de familias viviendo en condiciones precarias, en hacinamiento. Hay pocas alternativas de empleo, se planteó dependencia del Estado y pocas oportunidades de emprendimiento y diversificación.

En los diálogos se plantearon cuestiones como contar con un hospital moderno, con especialistas disponibles y listas de espera más cortas. Construcción de viviendas sociales, con soluciones adaptadas a la realidad local, del clima. Se planteó evitar que los habitantes de esta zona vivan aislados, mejorar los caminos, ampliar la conectividad aérea y reducir los altos costos de traslado. Apoyar los emprendimientos locales y la innovación regional. Proteger los bosques, cuidar el agua, prevenir los incendios y resguardar un entorno, como parte de la identidad de Coyhaique.

Jeannette Jara expuso que “la lejanía es parte de lo que define a Coyhaique. Esa distancia con el centro del país a veces se siente como aislamiento cuando faltan servicios y oportunidades, pero también como una fuerza que ha forjado resiliencia, comunidad y orgullo. Vivir aquí significa enfrentar dificultades, pero también demostrar que desde los lugares más apartados nacen visiones claras de justicia, dignidad y futuro. En la conversación también aparecieron anhelos que se repitieron con fuerza: contar con una salud accesible, que las familias tengan un hogar digno, que los jóvenes encuentren oportunidades sin tener que irse, y que la naturaleza se proteja como parte del futuro común”.

Mejillones

“En Mejillones vivimos la fuerza del norte grande de Chile: un lugar donde el mar y el desierto se encuentran, y donde la vida cotidiana se percibe atravesada tanto por el trabajo duro como por la esperanza de un desarrollo más justo. En este encuentro ciudadano, las y los vecinos se reunieron sin grandes discursos ni formalidades, solo con la voluntad de escucharse y reconocerse en sus historias compartidas”, expresó la aspirante a La Moneda.

En el diálogo, las y los habitantes hicieron especial referencia a las caletas en esta zona. “Se habló de ellas como lugares donde se vive la tradición y donde se conserva la memoria de generaciones que han hecho del mar su vida. Para algunos, representan belleza y tranquilidad; para otros, también vulnerabilidad, porque sienten que estos espacios requieren más apoyo y cuidado para seguir siendo parte del corazón de la comuna”. También se mencionó que Mejillones mueve al país con su puerto, sus industrias y su gente esforzada.

“La contaminación fue un tema recurrente, nombrado no sólo como un problema ambiental, sino como algo que toca la vida cotidiana de las familias. Enfermedades graves y preocupación por las generaciones futuras aparecieron en la conversación”. Y se hizo referencia a que los habitantes de esta comuna tienen derecho a ser parte de la conversación nacional sobre desarrollo, medio ambiente y justicia territorial.

Los problemas coinciden con los de otras comunas y algunos están más acentuados. La delincuencia, el narcotráfico y el consumo de drogas en los barrios, la percepción de inseguridad asociada a la migración irregular y a la falta de fiscalización. La falta de un hospital, de médicos, la lista de espera, una infraestructura insuficiente en Salud. Déficit habitacional y tomas, muchas familias viviendo en condiciones inadecuadas, insuficiencia de servicios básicos. El planteamiento de que “pese a la riqueza que genera Antofagasta, existe un déficit de vivienda social y altos costos de servicios básicos como el agua y la luz”. Desempleo, desigualdad en salarios, falta de empleo paro Adultos Mayores demanda. La opinión de tener educación de calidad, incluyendo colegios técnicos y la posibilidad de una universidad en la comuna.

Especialmente se mencionó “la contaminación como un problema que trasciende lo comunal. Se habló de las termoeléctricas y las industrias que han convertido a Mejillones y a otras comunas del norte en zonas de sacrificio. Esta situación no se percibe sólo como un tema ambiental, sino como una amenaza directa a la salud y la calidad de vida”.

Entre las demandas se sostuvo que haya pensiones más altas, sueldos justos y condiciones de jubilación dignas; necesidad de un hospital moderno en la comuna, más acceso a especialistas y atención en salud mental; educación gratuita y viviendas dignas; recuperar la tranquilidad en los barrios, incluso ante el tema de la contaminación; el anhelo de cerrar las termoeléctricas a carbón y poner fin a las zonas de sacrificio; vivir en una comuna más justa, limpia y con oportunidades para todos. Un Mejillones con salud, educación, vivienda y trabajo digno, que pueda aportar a un Chile más equitativo desde su propia fuerza y resiliencia.

Chillán

Al hablar de esta comuna, Jeannette Jara expresó: “Para quienes habitan Chillán, hablar de su ciudad es hablar de una ciudad que respira historia y cultura, pero también de un lugar donde la vida rural se mezcla con la urbana en lo cotidiano. Quienes participaron en este encuentro lo hicieron con generosidad: llegaron Adultos Mayores que recuerdan cómo se levantó la ciudad después del terremoto, estudiantes que expresaron sus ganas de construir un futuro aquí, campesinos que compartieron el esfuerzo del campo, y comerciantes que relataron las dificultades de sostener sus negocios”.

En el documento se señaló que “Chillán se reconoce a través de dos pilares que emergieron con fuerza en las voces de vecinas y vecinos: su raíz campesina y su tradición cultural. El campo y la agricultura son parte del orgullo local, una herencia transmitida entre generaciones que define la identidad de la ciudad tanto como sus teatros, sus escuelas artísticas y la memoria de una historia marcada por terremotos y reconstrucciones. La gente habló de una ciudad que es al mismo tiempo rural y urbana, con un carácter propio que la distingue en el sur de Chile”. Se hizo ver que “Chillán es visto como un centro cultural e histórico del sur, con una riqueza patrimonial que alimenta el orgullo de sus habitantes. La memoria de su reconstrucción después de terremotos, su aporte artístico y su carácter formativo aparecen como huellas vivas que le dan un lugar único en el mapa nacional”.

Por cierto que se habló de mejorar la seguridad, recuperando la tranquilidad de los barrios, con mejor iluminación, actividades comunitarias y apoyo a la prevención. La necesidad de mejores condiciones en atención de salud y atender el déficit habitacional. Superar incertidumbres laborales, enfrentar problemas como la temporalidad y ausencia de diversificación laboral. Superar deficiencias en el transporte público, y mejorar la conectividad. La comunidad planteó preocupaciones por la contaminación, la basura acumulada y la gestión del agua.

Calama

La candidata presidencial sostuvo que Calama “es una ciudad que sostiene gran parte de la riqueza del país, y al mismo tiempo refleja con fuerza los desafíos que viven día a día sus habitantes. Escuchar a su gente es reconocer esa dualidad: orgullo y dificultades, fuerza y demandas, historia y futuro”.

Entre las descripciones de esta comuna se señalaron temas y aspectos como que es una ciudad minera que mueve a Chile; el cobre está en el centro de la identidad local; la riqueza que se genera no siempre se queda en la comuna; las familias sienten que los beneficios son menores frente a lo que aportan; el entorno desértico se percibe como un rasgo constitutivo de la identidad local; hay que resistir condiciones climáticas extremas y aprender a habitar una zona donde el agua y la vida son escasas. Es una ciudad donde de unen migración nacional y extranjera, haciéndola una ciudad plural.

En el encuentro se constató que la falta de soluciones habitacionales es una de las urgencias más sentidas; hay un alto costo de los arriendos; el agua es mencionada como un problema estructural, tanto por su escasez como por la forma en que se distribuye y utiliza; la percepción de sobreexplotación por parte de la minería y la sensación de injusticia en el acceso doméstico configuran un malestar general; se suma la contaminación del aire y del suelo, que refuerza la idea de un entorno que paga los costos ambientales de las industrias; el déficit en salud es recurrente y se asocia a la falta de infraestructura hospitalaria, especialistas y acceso oportuno a prestaciones; la necesidad de viajar a otras ciudades para acceder a servicios médicos refuerza el sentimiento de aislamiento y de desigualdad respecto a otras regiones del país; lo mismo ocurre con la educación y el transporte, donde se percibe un Estado insuficiente y poco presente; la delincuencia, el narcotráfico y la inseguridad barrial aparecen como preocupaciones persistentes.

Desde las voces de vecina y vecinos surgió el planteamiento de que los recursos de la minería deberían destinarse a financiar hospitales, escuelas, viviendas y obras que mejoren la calidad de vida local. Se habló de la necesidad de erradicar campamentos, construir más viviendas sociales y cooperativas, y asegurar un suministro de agua suficiente para las familias. Para tener una mirada preventiva respecto a la inseguridad se propuso fortalecer el deporte, la cultura y la prevención, con el objetivo de que niñas, niños y jóvenes puedan crecer en entornos cuidados y libres de miedo.

Al hablar de aspiraciones y necesidad se señalaron cuestiones como la urgencia de ampliar la infraestructura hospitalaria, contar con más especialistas y reducir los tiempos de espera; que exista un Estado más presente en educación y transporte, y haya servicios públicos de calidad; diversificar la economía regional, ir más allá del cobre; avanzar hacia una Calama menos dependiente del cobre.

Vallenar

En el documento “Soluciones para Chile”, se indicó que “para quienes habitan Vallenar, hablar de su ciudad es hablar de una ciudad que se levanta cada día gracias al trabajo de su gente, ligada al campo, a la agricultura y a la vida urbana que crece en medio del valle. Esa identidad se complementa con el vínculo profundo con la naturaleza: los glaciares, el humedal y el entorno que rodea a la comuna son símbolos de orgullo y a la vez fuente de preocupación por su fragilidad”.

Entre las dificultades se señaló las listas de espera interminables, falta de especialistas médicos, atención deficiente en consultorios, el desempleo y los bajos salarios, falta de inversión, ausencia de oportunidades para los jóvenes y la inestabilidad laboral; lo del déficit habitacional fue señalado con fuerza, se habló de la existencia de campamentos, urbanización precaria, carencia de conectividad en sectores rurales y la dificultad de acceder a un hogar digno. Como en otras ciudades, se mencionó el problema del narco y la droga, violencia en colegios y sectores rurales, y situaciones de corrupción política que generan desconfianza en las instituciones. La crisis hídrica apareció como una preocupación transversal. Se mencionó la falta de seguridad en el acceso al agua, el impacto de la sequía sobre la agricultura y el riesgo que enfrentan glaciares y humedales.

Al hablar de demandas y soluciones, se indicó como prioridad reducir las listas de espera, invertir en hospitales y contratar más especialistas; fortalecer la educación pública gratuita y de calidad, con enfoque inclusivo y se pidió una universidad regional; se planteó la necesidad de garantizar sueldos justos, mejorar las pensiones y reconocer el trabajo doméstico; apoyo a agricultores locales y medidas para reducir el costo de la canasta básica; aumentar la protección en barrios y colegios, y aprobar leyes anticorrupción; proteger los glaciares y humedales, asegurar el acceso al agua como derecho y fortalecer la agricultura local con medidas de seguridad hídrica; avanzar hacia una regionalización real con más recursos para las comunas, más fiscalización de autoridades locales y mayor capacidad de decisión en lo que afecta a la vida diaria de la comunidad.

Illapel

“Illapel se reconoce como una ciudad que ha crecido con esfuerzo y que carga sobre sus hombros las tensiones de vivir en un territorio marcado por la sequía, la minería y el trabajo agrícola. En el diálogo, sin embargo, también aparecieron con fuerza las dificultades que atraviesan la vida diaria: la escasez de agua, la falta de especialistas en salud, el déficit habitacional, la inseguridad en los barrios y la sensación de que los recursos generados en la zona no siempre se traducen en bienestar local” sostuvo Jeannette Jara.

“La falta de agua fue mencionada de manera reiterada como una de las principales preocupaciones que definen la vida en Illapel. No se trata únicamente de un problema ambiental, sino de un fenómeno que condiciona la agricultura, el consumo humano y la posibilidad de proyectar un futuro en la comuna. La sequía se percibe como un límite permanente para el desarrollo, afectando tanto a quienes dependen directamente del campo como a la población urbana que sufre restricciones y encarecimiento del recurso. En este sentido, el agua no es vista solo como un insumo, sino como un eje que define la identidad y la cotidianidad de Illapel” se señaló en el texto de “Soluciones para Chile”.

También se mencionó que “la minería y la agricultura han sido históricamente los pilares de su economía”, pero ello no significa que con eso se avancen en el bienestar de la ciudadanía. En el encuentro se destacó el fuerte sentido de pertenencia al Choapa.

La lista de materias a abordar es parecida a otras comunas: la falta de especialistas médicos, las largas listas de espera y la carencia de infraestructura; la falta de un hospital con mayores capacidades; tener viviendas como base para construir seguridad, arraigo y comunidad; el empleo precario y la falta de oportunidades laborales; puestos de trabajo en la minería y la agricultura bajo condiciones inestables; escasez de agua, sequía, y que el recurso del agua está mal distribuido frente a su uso intensivo de la gran minería; falta de confianza en las autoridades locales y nacionales, asociada a la percepción de corrupción o de abandono frente a las necesidades de la comuna.

En cuanto a propuestas y búsqueda de salid a los problemas, en el documento se planteó que una prioridad es hacer realidad la descentralización y que los recursos generados en la minería queden en mayor medida en la comuna y en la región. “La idea de establecer un royalty minero o un tributo especial apareció como mecanismo para financiar hospitales, escuelas, viviendas y proyectos sociales. Esta medida fue entendida no solo en términos económicos, sino como una manera de equilibrar las desigualdades y reconocer el aporte del Choapa al país”.

También se planteó reemplazar el actual sistema de pensiones, crear un sistema solidario, construcción de viviendas sociales, erradicar campamentos y mejorar la calidad de los barrios; garantizar acceso equitativo a servicios básicos y espacios comunitarios seguros; ampliar la infraestructura de Salud; medidas de control más estrictas frente al narcotráfico y la delincuencia; endurecer penas, pero también de fomentar actividades comunitarias, culturales y deportivas que fortalezcan la convivencia y la integración barrial; importancia de incentivar la permanencia de las y los jóvenes en la comuna, ofreciendo oportunidades que eviten la migración forzada hacia otras ciudades; proteger el medioambiente, mejorar la distribución de los recursos hídricos, impulsar energías renovables y establecer políticas más estrictas frente a la gran minería.