Prevenir es cuidar vidas: los nuevos liderazgos frente a los desafíos de salud mental

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Durante mucho tiempo miramos la conducta suicida solo desde la perspectiva individual y tras un largo andar hemos comprendido que ese enfoque es insuficiente. Por eso la prevención de este tipo de hechos tiene una dimensión en los entornos laborales, para lo cual hoy Chile cuenta con un estándar más exigente y abre una oportunidad para que las jefaturas traduzcan las acciones preventivas en acción cotidiana.

Aida Chacón Barraza, directora nacional del Instituto de Seguridad Laboral. Santiago. 9/2025. Este 10 de septiembre, conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En ese marco, el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), como entidad cuyo centro es proteger a las y los trabajadores, tiene una tarea muy importante respecto acómo actuar de manera temprana y coordinada en los entornos laborales para que ninguna persona sienta que su única salida frente a sus condiciones actuales es dejar de vivir.

Durante mucho tiempo miramos la conducta suicida solo desde la perspectiva individual y tras un largo andar hemos comprendido que ese enfoque es insuficiente. Por eso la prevención de este tipo de hechos tiene una dimensión en los entornos laborales, para lo cual hoy Chile cuenta con un estándar más exigente y abre una oportunidad para que las jefaturas traduzcan las acciones preventivas en acción cotidiana.

A partir del 1 de diciembre de 2025, la Circular 3873 de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) instala la obligación de reforzar la asistencia técnica para prevenir el riesgo de suicidio en los lugares de trabajo.

Si bien hay muchos protocolos que establecer, el primer cambio es cultural y parte con un buen liderazgo que no etiquete, que pregunte a cada persona cómo prefiere ser llamada y se comprometa con la recuperación desde el ámbito laboral.

El segundo cambio es procedimental, las alertas no pueden perderse en un buzón impersonal. Todos los protocolos deben apuntar a que cada lugar de trabajo sea un espaciode seguridad psicológica donde la persona afectada se atreva a hablar y a denunciar si es necesario, frente a lo cual la respuesta debe llegar sin juicio ni demoray por cierto, con el mayor respeto.

Hay, además, riesgos que exigen medidas específicas. En trabajos que se realizan en aislamiento, la soledad no puede quedar desatendida; se requiere catastro, chequeos programados y criterios claros para suspender la tarea si hay riesgo. En rubros como vigilancia, agricultura o salud, el control de acceso a medios letales es una forma de prevención, por ejemplo, debe existir custodia, segregación de funciones y auditorías periódicas para evitar el peligro.

Todo esto debe caminar hacia una gestión sistemática de los riesgos psicosociales. Es necesario, para convertir los diagnósticos en mejoras reales, medir con un instrumento vigente, discutir sus resultados en grupos de conversación y ejecutar un plan de control con responsables y plazos.

En todo lo anterior las jefaturas son un pilar fundamental para saber qué observar, qué decir y a quién derivar. Abrir puertas sociales es tan importante como cuidar las internaslaborales, por ello las jefaturas deben visibilizar rutas externas de apoyo e integrarlas en la vida cotidiana de la empresa o servicio.

En esa línea, como ISL hemos implementado unprograma de apoyo preventivo psicológico que entrega atención antes de 48 horas desde el ingreso de la solicitud y puede ser previo o reactivo ante situaciones de crisis, lo que ha servido de insumo para continuar revisando todas nuestras acciones en torno a la salud mental de las y los trabajadores.

Una buena práctica para los empleadores espreguntarse cada trimestre cuánto tarda el canal confidencial en responder, cuántas medidas del plan psicosocial se ejecutaron, si bajaron las licencias y la rotación, si aumentó la percepción de seguridad psicológica, si las derivaciones son oportunas y efectivas. Con datos, la prevención deja de ser discurso y se vuelve gestión.

La prevención del suicidio no está reservada solo a especialistas, también es una responsabilidad de liderazgo. Hablar sin estigma, actuar con protocolo y conectar con la red de apoyo es una cultura que cuida. Desde el ISL seguiremos acompañando con asistencia técnica, formación y materiales para que cada empresa convierta este estándar en práctica permanente, porque la vidaestá siempre primero. Prevenir es cuidar vidas.